Capítulo 13: The Journal
Bien el siguiente capítulo es un POVs (Point Of View) de varios personajes de la historia, sin embargo, es un capítulo especial. Los siguientes serán escritos en narrativa habitual. Espero que les guste. Sin más que decir los dejos con el Capítulo 13: The Journal (El Diario)
(Sonic)
Observo el cielo a través de mi ventana, se ve tan pacifico, igual que antes de que Eggman tomara el control; es increíble pensar que duermo bajo el mismo cielo que se tiñó de sangre. La llegada de Blaze ha marcado un nuevo capítulo en la historia, o al menos en la mía. Desde su arribo todo a mi alrededor a cambiado y no necesariamente a mi gusto, sin embargo, gracias a su testarudez he podido volver a reunirme con Amy o la eriza que solía serlo.
Suspiro pesadamente, pues sé que pronto va a amanecer y Amy y Silver deberán de hablar con Shadow, quien no sé cómo tomará el arribo de los dos rebeldes; temo que una pelea interna empiece si decide separarlos, y sé que Silver no detendrá sus ansias de pelear pues hará todo para protegerla... al igual que yo; quién diría que tendríamos algo en común... Ella.
Su sonrisa risueña navega por mi mente para que así cerré mis ojos y rememore una vez más aquel beso que ahora ha marcado mi corazón. Exclamó un grito ahogado en mi soledad para tomar una almohada y ponerla sobre mi cabeza en un intento de hacer que estos nuevos sentimientos se vayan. Aún no estoy seguro que me motivo a besarla aquella noche, pero de alguna manera se sintió correcto. Jamás pensé sentir esto, jamás pensé que algún día besaría a Amy, es decir, ¡Es Amy!. Suspiro pesadamente, cansando de darle vueltas en mi cabeza a algo que no parece tener una salida pronto; mantengo mi vista en las estrellas yaciendo boca arriba como un cadáver sin sentimientos, pero no estoy muerto... lo estaba, pero ahora por ella he vuelto a vivir.
–¿En qué momento todo cambio?– me cuestiono en silencio, como si la respuesta pudiera caer de las estrellas e iluminarme entre la confusión que abruma mi mente. El suave contacto con sus labios golpea mi mente de pronto, recordando el incidente una vez más –¿Qué he hecho?– me cuestiono intentando ocultar aquel sentimiento de felicidad que empieza abrumarme; la primera vez que la saboreo desde los últimos cinco años.
Tumbado en mi cama volteo a ver hacia mi ventana quien me dice que los primero rayos de sol han llegado a la villa. Un nuevo día ha venido.
(Amy)
De nuevo he regresado a esta habitación sucia y mohosa, obligándome a añorar aún más el palacio. Intentar dormir sin escuchar los pasos constantes de los robots yendo de un lado a otro es más difícil de lo que alguna vez pensé. Doy una vuelta sobre aquel desgastado colchón frunciendo el ceño, imposibilitándome conciliar el sueño. Doy vueltas sobre mi cama sin saber por qué, a pesar de sentir el cansancio sobre mis hombros, no logro dormir; seguramente es por añorar mi antiguo hogar, el hogar que me arrebataron, él hogar del cual él me sacó... –Sonic– murmuró a baja voz y todos mis pensamientos parecen acallar de golpe, concentrándose él y en lo que pasó poco tiempo atrás.
Me acurrucó tanto como puedo en las sabanas y me tapó con éstas, como si con esto evitara que entraran los recuerdos de él, pero no lo hace. Aquel beso es algo imperdonable, es decir yo siempre sentí algo por alguien más. –Silver...– su nombre se me escapa de los labios. Me siento sobre la cama, pensativa, en donde por primera vez desde hace mucho tiempo me doy el espacio para poder tener esta extraña conversación conmigo misma. Desde que Silver llegó al castillo y lo vi primera vez condenado a muerte no pude evitar sentir que conocía a ese erizo y que tenía que protegerlo con mi vida de ser necesario...¿Uh? De nuevo pienso cosas que no son, pues jamás lo vi antes de eso o eso dijo él, porque podría jurar que él y yo nos conocíamos en un pasado distante.
Suspiro frustrada para dejarme caer de espaldas. A pesar de siempre vivir enamorada de mi guardián aún no puedo borrar aquel beso de mis labios, aquel beso con el erizo equivocado y a pesar de eso...
–Se sintió correcto...– murmuró más confundida que antes.
Una pequeña ráfaga de luz capta mi atención obligándome a sentarme en mi cada y fijar mi vista a través de mi ventana. Pequeñas bolas de luz iluminan el cielo nocturno, sin realmente entender su procedencia; le resto importancia a eso para que mi mirada se pegue en la casa del erizo azul; no logro verlo en la oscuridad, pero sé que está ahí, y eso es suficiente para acelerar mi corazón. –¡Amy basta!– me regañó en voz alta en un intento de acallar mi mente inquieta y me volteo con rapidez, como si el no verlo me evitara de saber que está ahí.
Siempre sentí algo por mi caballero, un amor entre guardián y princesa que tan sólo los más hermosos cuentos lograrían entender; pero lo conocí a él, y cuando lo miro olvido a Silver, y todos estos sentimientos parecen corresponderle a él de tal manera que me asusta; y me pregunto, ¿Mis sentimiento siempre fueron de mi caballero o... o tan sólo me recordaba a alguien más? Lágrimas traicioneras se acumulan en mis ojos al sentir de nuevo este sentimiento de nostalgia abrumadora invadirme. Siento que al verlo encontré algo que perdí hace tanto tiempo atrás. Es algo muy extraño, pero no sólo es el erizo azul, sino muchos de sus amigos, al verlos esta sensación cálida vino a mí, como si los conociera de hace mucho tiempo, aunque... ¡Aquella conejita! ¡Ella parecía conocerme!
–"¡No, Sonic, dile quien soy!"– esas fueron sus palabras, sin embargo, él dice que sólo me parezco a otra eriza y Silver parece apoyar la idea... pero qué tal si no me pareciese, y sí yo hubiera sido ella antes... Eso me haría...
–¿Una rebelde?– esas palabras resuenan en mi mente con un escalofrío. –¿Por qué no puedo recordar?– de nuevo las lágrimas habituales por el mismo tema. Desearía tanto saber.
–¿Princesa estás lista?– escuchó decir a mi caballero detrás de mi puerta. Volteó a ver a mis espaldas y miro que el sol ya ha salido. Es hora de ver a aquel erizo negro de mirada escalofriante.
–Sí, enseguida voy.
(Silver)
A penas si pude conciliar el sueño. Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Veo hacia mi ventana y veo que el sol empieza a salir, sé que ya debo de irme preparando. Sonic me dijo que este erizo negro llamado Shadow también conocía a Amy y temo que diga algo. Si Amy llega a saber su pasado y que tuve que ocultárselo jamás me lo perdonaría. No puedo hacer nada para pelear contra esto. ¡Demonios! Desearía jamás haberme topado con ese rebelde, yo sé que Sonic le trae recuerdos a ella. Todos los rebeldes son... –"No lo entiendo, ¿cuál es el problema?"– el recuerdo de su voz invade mi mente al igual que sus mejillas sonrojadas. ¿Por qué su rostro viene a mí? Aún recuerdo cuando me dijo eso. No es fácil hacerme estremecer, pero ella... ¡¿Qué demonios estoy pensando?! Todo esto empezó por ella, si no la hubiera visto aquel día, hoy... quien sabe.
El sol me empieza a golpear el rostro para percatarme del amanecer; el sol por fin han salido. Salgo de mi habitación para así buscar a Amy enfrente de la suya.
–¿Princesa estás lista?- le pregunto del otro lado de la puerta.
–Sí, enseguida voy.
La veo salir y un gran bostezo es lo primero que noto, parece que ella tampoco durmió mucho. Caminamos fuera de aquel lugar, sin decirnos nada en absoluto. La veo de reojo y veo que está absorta en sus pensamientos, con una mirada vacía. Un suspiro de mi parte le hace saber que estoy preocupado y me regala una sonrisa tierna, como siempre. Yo no digo nada y le sonrío de regreso y recuerdo mi misión. Proteger a mi tesoro.
–Sin importar que...
(Amy)
Caminamos como dos condenados a muerte. El pesar entre ambos es abrumador y sé que él está preocupado; algo que en otra oportunidad me hubiera hecho sonrojar ahora me es indiferente, pues ahora alguien más provoca que mis mejillas se tiñan de rojo. Lo escuchó suspirar y le sonrió en un intento de hacerlo sentir mejor, cosa que parece funcionar, hasta que esa expresión seria y dura regresa a él. Silver dice algo que no logró entender, pero eso pareció irrelevante cuando vi a aquel equidna rojo caminar hacia nosotros.
–¿Están listos?– preguntó cual ejecución. Sujete la playera blanca de Silver con fuerza y él me vio brevemente.
–Sí, listos– le respondió para seguirlo por la villa –Tranquila, todo estará bien– me dijo en susurro para sonreírme nuevamente. Yo no pude.
Entramos a la última casa de aquella villa, el primer lugar donde me topé con él. Adentro estaba el erizo negro de espaldas y un escalofrío recorrió mi cuerpo, provocando que me quedara parada en el marco de la puerta. Silver me vio y me dio la mano para que siguiera caminando.
–Veo que los traidores son puntuales– hablo de manera escalofriante para que Silver frunciera el ceño molesto. Acabábamos de llegar y esto no se miraba prometedor. –Como sabrán el erizo azul y yo no nos parecemos en nada, en especial sobre quien puede entrar a la aldea y quien no...– dijo en un tono macabro –Yo no tengo tanta piedad con aquellos que...– calló de repente para verme con intensidad, como muchos por aquí. Me sentí incómoda y la necesidad de desaparecer se apoderó de mí –...deciden traicionarnos– completó al fin.
–Si no nos quieres aquí no hay problema, nosotros tampoco queremos estar aquí– habló Silver arrogante.
–¿Entonces por qué vinieron?
–Eso fue porque...
–Ella– interrumpió el erizo negro a Silver dirigiendo su mirada carmesí hacia mí, haciéndome estremecer ante el miedo; ¿acaso quería que yo contestara? –¿Por qué?–preguntó otra vez, esta vez dirigiéndose hacia mí.
–No... no podíamos regresar sin la ayuda de So... del erizo azul– corregí inmediatamente a baja voz. Decir su nombre sería enseñarles que le tengo confianza y no quiero eso.
–¿Qué les dijo él?
–Que no era seguro regresar para él y la felina a Robotropolis– explique con una máscara de seguridad que sé muy bien que no tenía. –Así que nos trajo aquí– complete esperando que no me preguntara nada más.
–Tú te quedas aquí– respondió con su vista sobre mí–Tú te vas– ordenó con una mirada intensa sobre Silver.
–¡¿Qué?!– exclamó Silver iracundo. Entonces me invadió el pánico.
–¡Él se queda conmigo o me voy con él!– amenace molesta.
El erizo negro se acercó a mí para tomarme del brazo con fuerza y halarme lejos de mi caballero colocándose delante de mí y ver a Silver de manera amenazante –Tú te vas– dijo nuevamente. Silver perdió el control para pegarle un puñetazo al erizo negro, lo que lo obligó a soltarme haciéndome retroceder un par de pasos ante la pelea inminente. Observe que el erizo negro levantarse con la misma velocidad de Sonic para golpear con una patada certera a Silver ocasionando que mi caballero saliera de la casa con fuerza por el impacto. El erizo de ojos rojos salió poco después de eso.
Estoy anonada sin poderme mover. No lo entiendo, ¿Por qué Silver debe marcharse? ¿Y si Silver se rehúsa qué pasará? ¿Y si lo echan y yo no tengo opción que quedarme aquí sola? ¿Por qué deben de pelar? ¿Y si lo mata?... ¡No!
Salí corriendo para ver al erizo negro sobre Silver golpeándolo sin compasión; sentí como las lágrimas se empezaron a acumular en mis ojos y un nudo en mi garganta empezó a formarse. Silver es como mi familia, es como mi hermano... Entonces entendí que eso era lo que sentía por él, que no era amor. Silver se convirtió en el hermano mayor que siempre protege a su hermanita. Todos aquellos momentos en que habíamos reído juntos, en donde el cuidaba mi andar, en donde incluso habíamos discutido por tonterías. Eso era lo que hacía la familia, y él era la única que yo tenía.
Escuche un grito que me hizo regresar mi vista a la pelea para ver a Silver caer bruscamente sobre el suelo, atontando por los golpes recibidos.
–¿Así es como piensas morir?- preguntó el erizo negro limpiándose un hilo de sangre su labio, la única herida visible –¿Desafiándome?
–¡NO!– grite mientras corría frente de mi caballero quien parecía muy aturdido para reaccionar.
–¿Piensas defenderlo?– me preguntó mientras arqueaba una ceja incrédulo.
–¡No dejare que lastimes a mi familia!– desafié molesta.
Rió por lo bajo, divertido por mi comentario haciéndome fruncir el sueño y apretar mis puños con fuerza, sé que me ve de menos. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser así? Nunca había podido proteger a mi caballero, siempre necesite ayuda, pero... no, ya no quiero eso. El erizo negro caminó hacia mí para verme con desprecio y decirme:
–Quítate... Princesa– dijo con un dejo de desdén.
Cerré mis ojos mientras la ira recorría todas mis venas... Nadie me hablaba así ¡NADIE! Abrí mis ojos de golpe y con una mirada de demonio desee con todas mi fuerzas algo para quitarle aquella sonrisa arrogante de su rostro, ¡Lo que fuera! Y así, de repente, sentí como una pequeña vara se formaba en mi mano. No sé qué era, pero la agarre con ambas manos y con un grito de odio lo abanique con tanta fuerza que creo que si no le hubiera pegado al erizo negro seguramente hubiera caído al piso de boca. Observe al erizo negro volar por los aires y chocar contra aquella casa hecha de metal, la cual se aboyó al instante.
La ira que me carcomía desapareció en ese momento para quedarme inmóvil, incrédula ante lo que acaba de pasar. ¿Acaso yo había hecho eso? Bajo lentamente mi mirada a mis manos para observar un martillo gigante de color rojo en éstas... ¿Cómo había llegado ahí?
–¡Amy!– escuche gritar a Silver para levantar la mirada y ver hacia el frente en donde un molesto erizo negro caminaba hacia mi con una mirada iracundo. ¡¿Ahora quiere pelear conmigo?! Cierro mis ojos aterrada sin poderme mover para aferrarme a aquel martillo con fuerza en un intento de esconderme; y escuchar al erizo negro exclamar un grito obligándome a abrir los ojos y verlo volar por los cielos. Regrese mi mirada a Silver, quien tenía sus ojos de un azul incandescente.
–Nadie lastima a mi princesa– habló Silver con una voz tétrica para caminar hacia mí.
–¡Basta!– un grito nos hizo detener la pelea para ver a un rostro familiar correr hacia nosotros sintiéndome segura al fin. Era él. Aquel martillo se fue en ese momento, tal como había llegado. Sin previo aviso.
(Sonic)
Caminaba en círculos en mi habitación cuando decidí que iría a esperarlos fuera de la casa de Shadow para asegurarme que todo iría bien, y mientras caminaba hacia allá vi a lo lejos a Amy pegarle a Shadow con su Piko Piko Harmmer; no lo podía creer. Una genuina sonrisa de felicidad se formó en mis labios al verla como la antigua Amy, es decir, había empezado a recordar. Todo parecía ir bien hasta que Shadow decidió caminar de manera amenazante hacia ella, alarmándome. ¡Es decir no sé de qué es capaz Shadow una vez pierde los estribos! Pero antes de que yo hiciera cualquier cosa Silver defendió a Amy con una onda telepática. Supongo que debía haberle dicho al nuevo líder que el erizo plateado era un telepata, ¡Ups!
Sin embargo, la calma que tuve en un principio se desvaneció al ver a Silver caminar con una postura amenazante hacia donde yacía Shadow aún desconcertado por el golpe con aquellos ojos incandescentes. Ahí supe que si no los detenía lo que temía iba a suceder.
–¡Basta!– grite corriendo hacia ellos. Vi que Amy dirigió su mirada hacia mí iluminado sus ojos como antes, y aquel martillo desapareció. –¡¿Qué demonios pasa contigo?!– le grite a Shadow como antes caminando hacia él, y voy a admitir que se sintió muy bien. –¡¿Por qué demonios los atacas?!– preguntó iracundo a lo cual Shadow sonrió mientras intentaba levantarse por el golpe, dejándome confuso.
–Si yo me voy, ella se va conmigo– hablo Silver llegando detrás mía. Creo que ya sé cuál fue el problema. Resople molesto para lanzarle una mirada intensa al erizo negro.
–Bien, te quedas– respondió Shadow con una expresión indiferente en su rostro. Parpadee un par de veces sin entender ¿Qué demonios estaba pasando?
–¿Qué ha pasado aquí?– pregunte viendo a ambos erizos.
–Una pequeña prueba, y tenías razón– dijo Shadow casi a regaña dientes –Es muy fuerte. Pasaste– explicó viendo a Silver. –Ahora eres un rebelde– le sonrió con cierta maldad, como si de una mala broma se tratara. –Bienvenido– se mofó divertido.
Observe de reojo como Silver apretaba sus puños con fuerza; realmente no creo que no le gustara aquel título. Suspire pesadamente para restregar mis ojos cansado por la manera extraña de actuar del nuevo líder.
–¡Sonic!– me llamó Shadow, haciendo que lo viera nuevamente –Ya sabes que hacer– me dijo cual orden. Fruncí mi sueño disconforme para que una mueca de cansancio se posara en mi rostro .
–Lo sé– respondí de mala gana. ¡¿Qué demonios le pasa?!, me deja a mí dar las instrucciones y demás cosa que el líder se supone debería hacer; pero no tiene caso pelear, conseguí lo que quería.
–¡¿Qué pasó aquí?!– escuche gritar de pronto para ver a Blaze llegar un poco agitada, parece que había corrido al escuchar todo el alboroto que se había armado.
–Nada importante– respondí con indiferencia. Ella pareció aliviarse ante mi respuesta y sin disimulo fijar su vista al erizo plateado. Díganme tonto pero parecía preocupada por él. –Silver está bien– respondí un poco más serio.
(Blaze)
Estaba en el desierto, del otro lado de la villa cuando escuche un gran alboroto donde yacía el hogar de Shadow. Había pasado toda la noche en el desierto, tirando bolas de fuego al cielo cual fuegos artificiales en un intento de acallar lo único que navegaba en mi mente... Silver. Y él vino a mi mente. Aún recuerdo el incidente en el jardín de Robotropolis y cómo él ocasionó que perdiera por completo el control de mis poderes ocasionando el incendio que casi nos cuesta la vida a Sonic y a mí; y aunque deseo odiarlo con todas mis fuerzas hay algo que me impide hacerlo –"No entiendo por qué tenerte tan cerca de pronto me pone tan nervioso"– recuerdo sus palabras que ahora martillan mi mente. Intentó sacarlo de mi mente, pero en vez de eso pienso en él, en lo que sucedió esta noche y lo que significa que sienta esta gama de nuevas emociones que no sabía que podía volver a tener. ¡No!, me rehusó a sentir esto; este sentimiento es la soledad que me abraza con fuerza, la necesidad de llenar el vacío que gente como él me provocó...
Yo no siento nada... me prometí no sentir.
De nuevo escucho otro estruendo. Tapo mis oídos con mis manos intentando no pensar en lo que claramente sonaba a una pelea hasta que un grito me hizo sobresaltar. Me pare a toda velocidad y corrí en dirección a la villa. No sabía porque lo hacía, pero sabía que si no lo hacía la preocupación me carcomería.
Llegue sin aliento alguno para ver a Sonic con una mueca un tanto molesta, a la princesa quien se miraba con un tanto confundida y luego lo vi a él, quien tenía su vista en Shadow. No entendía nada ¿De dónde habían venido los gritos? Todo se miraba tenso, pero normal.
–¡¿Qué pasó aquí?!– pregunte angustiada para que el erizo azul arqueara una ceja por mi obvia angustia haciéndome fruncir el ceño. No estoy loca, sé lo que escuche.
De repente sentí la mirada de Silver sobre mí para verlo a los ojos y quedarme inmóvil, sintiendo como mi corazón latía fuertemente. Espero que nadie más que yo sea capaz de escucharlo.
–Nada importante– habló Sonic con indiferencia –Silver está bien–dijo por último. Eso hizo que reaccionara de lo que estaba haciendo desviando la mirada al suelo sonrojándome molesta.
Bufe molesta intentando encubrir la vergüenza con una falsa molestia –Bien por él– dije con fastidio.
–Acompáñenme, tengo que hablar sobre algunas cosas con ustedes– dijo Sonic a los traidores para caminar a mi lado dejándome atrás. Un suspiro de alivio fue exhalado de mi ser al saber que no había pasado nada grave. Ya me sentía más tranquila ahora.
–Me alegro que esté bien– dije inaudiblemente para mí misma con una pequeña sonrisa. Una presencia la borró al instante. Silver se paró de repente a mi lado, sin verme en ningún momento, al igual que yo.
–Gracias por venir...– me susurró y luego lo vi alejarse junto a ellos.
Me mordí el labio inferior y de nuevo sentí aquella maldita sensación. Cerré mis ojos en un intento de hacerla desaparecer, pero sólo parecía hacerse más fuerte.
–Ríndete chica, no pasara– esa voz me sobresaltó y voltee a ver a diferentes lados, pero no había nadie. Un pequeño aleteo me dio a entender que venía del cielo. Aquella murciélaga de pelaje blanco aterrizó a mi lado de pronto sobresaltándome por su presencia –No importa cuánto quieras negarlo, ahí está...
–¿De qué hablas?– inquirí sin entender para verla observar un punto fijo a la distancia y seguir su mirada y notar que estaba sobre Silver, haciéndome sonrojar intensamente –N-No sé de qué hablas.
–Claro que sí. Yo estuve en tus zapatos una vez. Una ladrona de tesoros y un defensor de tesoros no son una buena combinación, así como un traidor y una rebelde– me dijo con su mirada pérdida en el horizonte –Pero nosotras no escogemos al amor ¿verdad?– y luego me vio con una sonrisa pícara. Le voltee el rostro y desistí de hablar de esto. Ya era bastante malo que yo supiera lo que sentía, no quería que nadie más lo supiera –Además...– siguió – Él es muy guapo– dijo guiñándome un ojo provocando que me sonrojara con intensidad. –Sólo digo que debes de dejarlo fluir, quién sabe, podría llevarte a grandes cosas.
No dijo nada más para alzar vuelo nuevamente y dirigirse a donde asumí estaría el equidna. Ella se miraba tan feliz al haber aceptado sus sentimientos. La envidie por ello.
(Amy)
A comparación de lo sucedido en la mañana el resto del día fue bastante tranquilo. Yo me sentí un poco desconectada de todo y de todos. Recuerdo que Sonic nos habló sobre las reglas de la villa y que debíamos de siempre andar con precaución, creo que esa regla la hizo dirigido a Silver más que a mí. Sentí su mirada un par de veces, pero mis ojos se mantenían sobre mi regazo. Pensando en una sólo cosa: ¿Qué había sido aquel martillo rojo que de repente había tenido?
–¿Amy, estás bien?
–¿Uh?– exclame para ver a Silver, quien me miraba consternado; también pude ver al erizo azul con cierta mirada de preocupación. A pesar de que no quería hablar de eso ahí con Sonic, realmente no podía contenerlo por más tiempo. –¿No te preguntas qué fue eso que pasó hoy?
–¿Te refieres a aquel extraño martillo que tenías?
–Sí...– asentí desganada.
–Sí, la verdad es que...
–No deberían de preocuparse por eso– dijo tranquilamente Sonic, interrumpiendo para lanzarle una mirada a mi caballero. En sus ojos pude notar que él le decía algo a Silver, algo que no logre entender, y entonces vi algo extraño, Silver asintió levemente con la cabeza como si entendiera perfectamente lo que él le quería transmitir. Ahí me di cuenta, ¡Ellos saben algo que yo no!
–Todo estará bien, princesa– me dijo con una falsa sonrisa.
Permanecí en silencio para regresar mi mirada sobre mis ropas mientras Silver intento seguir convenciéndome de restarle importancia. Ahí lo supe. Ellos me ocultan algo, incluso mi caballero, el ser a quien más le tengo confianza me mentía en mi cara. No puedo confiar en él, o en las respuestas que me dé. Tome una decisión en ese momento, encontraría las respuestas por mi cuenta y sabía que tenía que hacer para empezar a conseguirlas.
Esa noche, después de que me asegurara que Silver pensara que estaba dormida y que él estuviera en su habitación, me escabullí. Estaba un poco nerviosa, pero sabía que era buena para escabullirme de lugares, o eso siempre me dijo el Emperador. Camine por la villa buscando una casa en específico y pronto la encontré. Toque suavemente, pero sentí como si toda la villa hubiera escuchado y aterrada vi a mis espalda pensando que Silver llegaría, pero no pasó. Escuche como se abrió la puerta y aquella conejita que vi al llegar a ese lugar me abrió la puerta con una gran sonrisa, la cual se desvaneció al ver que era yo.
–Bue... ¿Amy?– dijo con ojos de tristeza.
–Mmm... Buenas noches– dije algo apenada sin saber qué esperar. No me respondió –¿Puedo hablar contigo?– pregunte tímidamente. Ella asintió con su cabeza y me dejo pasar. –Quiero saber...– empecé a hablar, pero el miedo me invadió por lo que podría encontrar, sin embargo, necesitaba saber –Quiero saber qué es lo que sabes de mí.
–En serio no nos recuerdas, ¿verdad Amy?
–Sonic me dijo que me confundiste con otra eriza que se parecía a mí y se llamaba como yo pero...– Calle. La verdad no le creí. No le creí en ese momento y ahora estoy casi segura que no es así.
–Sí, le recuerdas a otra eriza– afirmó sacando un par de tazas blancas –¿Té?– Apenas si asentí. Ahora estaba confundida.
–A la Amy que lo amaba con locura– Esas palabras resonaron con fuerza en mi mente como un golpe inesperado.
–¿De qué hablas?
–La que eras antes de que él te perdiera– respondió con un suspiro pesado –Tú fuiste, como se nos llama ahora, uno de los rebeldes que peleó contra Eggman en el día negro.
–No, eso es...
–Dime algo Amy, ¿tú recuerdas algo antes de estar con Eggman?– me cuestionó y un torbellino de sentimientos encontrados vinieron a mí. –Tú y yo solíamos ser amigas– dijo con una sonrisa un tanto triste –Cocinábamos todo el tiempo y cuidábamos a Cheese quien...– pero calló de golpe.
–¿Cheese?– me atreví a preguntar.
–Él murió en la pelea... Eggman lo mató con sus robots– explicó mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos.
–¡No es cierto!– grite enfurecida –¡USTEDES CAUSARON LA GUERRA, MATABAN A TODOS!
–¡No, Amy, no fue así. Fue al revés!– me debatió –¿Te has preguntado por qué todo es un desierto? ¿Por qué no hay flores? ¿O agua? ¿O vida? Eso es porque todo murió por Eggman, él mató todo... y a los que se oponían a él.
–Eso no es posible...
–Cualquiera de los que están aquí te dirán lo mismo.
–No, estás equivocada, él nunca...
–¡Yo lo vi matar a los chaos!– me interrumpió desconsolada –La Master Emerald quiso protegerlos, pero él se deshizo de ella, y luego Cheese y los otros...
–Lo siento– corte el melodrama –Pero él tenía razón– dije molesta por todo lo que estaba escuchado y me pare de mi lugar. –Me confundes con otra eriza...
Sin decirle nada más empecé a caminar fuera de aquella casa. Esto había sido una terrible idea. ¿El emperador un asesino? Eso no es cierto, él refugia a aquellos que encuentra en el desierto como Silver. Ellos son los asesinos, sino, por qué llegarían a Robotropolis. Todo es una mentira de estos rebeldes.
–¡Espera!– me gritó y corrió a mí con una cajita de metal un poco oxidado. –Mira esto, y después tú me dices sí me crees o no.
Me quede extrañada por lo que me estaba diciendo, pero por curiosidad decide aceptar; además, qué puede tener dentro de una cajita que pueda hacerme cambiar de opinión. La abrió y sacó lo que en principio me pareció un pedazo de papel –Es mi mayor tesoro... nadie sabe que lo tengo– me dijo con una sonrisa bastante tierna debo admitir. Me lo dio en mis manos y me sonrió nuevamente –Te presento, a Amy Rose– dijo nostálgica. ¿Amy Rose? Tome aquel papel y vi que era una foto y era yo. Esa era yo sonriendo y abrazada del cuello del erizo azul con varios miembros de la villa que reían.
–No... ella es, esto...
–Esa eres tú una semana antes del ataque... Amy.
–¡Imposible!– cerré mis ojos con fuerza y estruje aquella prueba de lo que temí. Yo era una rebelde.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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