8
Jimin se había encerrado en la habitación luego de escuchar el frío “NO” el chico se enojó molestó y no le dirigía la palabra aun cuando el pálido le hablaba, la puerta se abrió la puerta y vio al minotauro.
—Joven amo la cena ya está lista. —le dijo.
—¿Yoongi está ahí? —pregunto.
—Si joven amo. —Respondió.
—Cuando se vaya me dices y bajaré a cenar. —lo vio.
El empleado asintió y salió de la habitación, este se detuvo al ver al pálido ahí parado, el empleado se fue y Yoongi abrió la puerta. Jimin al verlo se giró para ver la ventana, Yoongi se acercó y cuando lo quiso tocar Jimin se alejó, Yoongi no entendía el comportamiento del menor.
—Jimin. —lo llamo.
—Vete. —le dijo. —quiero estar solo.
—Jimin ya pasó un mes y sigues así. —lo vio.
—Quiero ir a mi mundo. —hablo. —¿Es mucho pedir?
—Ya te dije que no. —Negó. —no puedes volver cuando se te declaró muerto por tu familia.
—Esto no es cuestión de que quiero ver a mi familia. —lo vio con lágrimas en los ojos. —tú no entiendes, me trajiste aquí sin consultármelo.
—Sé que debí de hacerlo. —se quejó. —pero cuando me acercaba a ti me evitabas. —lo atrajo a él. —cuando vi lo de tu muerte aproveche y te traje conmigo.
—Quiero ir a mi mundo. —se alejó. —por favor.
—Ya te dije que no y es mejor que ya no insistas. —lo vio serio.
Jimin lo alejó bruscamente y salió de la habitación, los empleados al verlo le hacían reverencia, él salió molesto de la casa seguido del pálido. El castaño llegó al portón y lo miraba no podía salir, lo sabía, pues cuando lo intento la barrera se volvía como cristal. Jimin le arrojaba piedras y miraba como estas salían, Yoongi se acercó y Jimin cuando lo vio volvió a correr lejos de ese hombre.
—Jimin detente ahora mismo. —le dijo, pues no quería usar la magia para detenerlo.
Jimin al ignorar los llamados del pálido se vio apresado por una enorme flor que impidió que huyera, Yoongi llegó y abrió la flor para cargar a Jimin el cual se quejaba.
—¿Por qué es tan importante para ti ir a tu mundo? —le pregunto seriamente.
—Quieres saber por qué. —le dijo molesto. —todos en esta maldita casa me dicen que soy el novio del brujo oscuro. —hablo. —pero ni siquiera lo parezco.
—Jimin. —lo bajo para verlo.
—No pasas en casa. —lo vio con lágrimas en los ojos. —No me permites salir de aquí, soy como un prisionero.
—Si sales podría pasarte algo malo y no me lo perdonaría. —le acarició la mejilla.
—Si deseo ir a mi mundo es porque tal vez ahí pueda disfrutar de un tiempo con el que dice ser mi novio. —miro al jardín. —pero si me vas a tratar con indiferencia te exijo que me regreses a mi mundo yo sabré como vivir sin la ayuda de mi familia.
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