30| Decisión del Corazón [ II ]
Nozomi se encontraba en silencio, acompañada únicamente por el sonido del viento que era el único sin temor de pasar por dicho lugar, había dejado el canto de los pájaros y el sonido de los animales moviendo el pasto atrás.
El lugar se sentía horrible, un presentimiento de que no debería estar ahí. Pero realmente no le importaba lo más mínimo, ella sabía para qué quería Takeshi a Naruto, y no lo permitiría, lo detendría antes de que fuera tarde. Ella sabía que Takeshi era una buena persona y confiaba en que lo detendría a tiempo. Le haría ver que está en mal camino y lo convencería de volver a la aldea, ella aún lo deseaba, ella aún creía que podía arreglar a su amigo.
Entonces se lanzó por el acantilado, dejándose atrapar por las garras de la obscuridad con esperanzas de poder salir de nuevo a la luz con Takeshi y Naruto, realmente lo deseaba.
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—¿El puente que comunica ambos mundos? Fue algo que mencionaste antes —preguntó Karin confundida.
—Realmente no importa. Lo relevante aquí, es que un Shinobi normal, que no esté ligado al mundo de los demonios, no duraría ni 10 minutos siquiera en el puente sin volverse loco —comentó Takeshi riendo.
—¿¡De qué hablas?! —preguntó Suigetsu desesperado de no entender lo que sucedía.
—Digamos que al activar su Sharingan descubrió el camino directo al puente que comunica nuestro mundo y el de los demonios. Simplemente dejó un clon, aprovechando la conmoción de que ustedes lo querían atacar, escabulléndose al mismo tiempo y llegando hasta dicho camino.
Suigetsu dejó salir una ligera risa.
—Sasuke sólo necesita 2 minutos para traer a Naruto consigo —comentó burlonamente cruzándose de brazos.
—A menos que alguien se interponga en su camino.
—¿De qué hablas? —preguntó Suigetsu, y a la par de sus palabras Takeshi comenzó a reír mientras se desvanecía entre la plasma que los tenía como prisioneros, dejándolos solos.
—¡Maldición! ¡Se suponía que lo distraerías, ¡inútil! —gritó Karin molesta.
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Naruto estaba cansado, por un momento había dejado de luchar contra los demonios, como si simplemente hubiera decidido que sería lo mejor. Estaba muy confundido, sabía lo que había sucedido, Konoha lo había torturado y tratado como escoria desde el día que le metieron el demonio, lo habían encerrado, amarrado a una silla durante años hasta que Takeshi lo rescató y le enseñó lo que sabe, preparándolo para tomar venganza contra la aldea. Sin embargo no paraba de sentir que había algo que no encajaba, algo que se le estaba olvidando.
Los demonios se encargaban de destrozarlo, cada centímetro de su cuerpo y Naruto no hacía nada para evitarlo. No quería hacerlo llegando a ése punto, realmente no tenía ganas de continuar. No sabía si era el lugar en el que estaba, el tiempo que llevaba en ese mundo, o si era precisamente que ese agujero negro en el que sólo depende de un puente invadido de demonios para encontrar cordura se sintiera más hogareño que caminar por el bosque. Necesitaba estar seguro de lo que hacía, detestaba encontrarse en esa situación, sin saber qué hacer. Necesitaba tomar una decisión.
Tal vez era a lo que se refería Takeshi cuando lo metió en ese mundo, que llegaría el momento en que tuviera que tomar una decisión del corazón. O quizá todo aquel que le ha advertido que está en el camino incorrecto tenga razón. Que la leyenda sea cierta y Takeshi le esta mintiendo para liberarse de ella.
Pero Naruto sabía que Takeshi no era una mala persona, lo sabía.
—Naruto, reacciona —escuchó una voz, pero no quería salir de ahí, no era que fuera mejor estar entre los demonios que despedazaban su cuerpo, sino que simplemente no quería continuar entre demonios disfrazados en el mundo real.
De pronto observó una luz morada brillante a través de las miradas esqueléticas y aterradoras de los demonios, demonios que comenzaron a ser atacados mientras la luz se acercaba cada vez más hasta que llegó el momento en que lo identificó, era un muchacho de cabellos negros, piel pálida, cara seria, portador del Mangekyo Sharingan que se protegía con las costillas del Susan'o para llegar a él.
Naruto no podía moverse, o no quería hacerlo, no estaba seguro. Solamente se quedó en el suelo observando hacia la obscuridad que lo rodeaba.
—Naruto, ¿Sabes quién soy? —preguntó el muchacho con la mirada seria y fría. Entonces Naruto comenzó a moverse, la plasma negra de Takeshi que siempre lo acompañaba y la Chakra del zorro se habian unido para curar sus heridas con mayor velocidad, sin embargo dolía demasiado— ¿Sabes quien soy? —preguntó de nuevo.
—No, y no me interesa —respondió Naruto, intentando levantarse del suelo, al hacerlo, observó a Takeshi apareciendo en un remolino de plasma negra del otro lado del puente, al lugar al que había intentado llegar desde el principio, con el muchacho del lado del que había venido y él en el centro.
—Tal vez no te interese conocerme, pero yo te conosco a ti. Y tengo un trato que ofrecerte. Me llamo Sasuke -dijo el morocho mientras se encargaba de los demonios que querían llegar a Naruto. Takeshi soltó una risa intensa del otro lado del puente.
En el final del puente, de donde venían los demonios aparecieron unas puertas enormes que les cerraron el paso, estas eran movidas por el plasma negra de Takeshi así que los demonios comenzaron a golpearla inútilmente para pasar,
—Naruto, tu entrenamiento terminará, sólo necesito que llegues al otro extremo del puente, conmigo —le dijo Takeshi sin dejar de mirar a Sasuke. Naruto se quedó en silencio
—Se que quieres vengarte de Konoha, destruirlos en todas las formas posibles... —dijo Sasuke— ...No pensamos muy diferente -Naruto bajó la miraba de la obscuridad sobre él y observó al azabache— Quiero que te unas a mí y cumplamos nuestro objetivo —propuso directamente.
—Naruto, sólo tienes que llegar conmigo, has recorrido demasiado para sólo quedarte ahí. Es tu último entrenamiento, sólo terminalo y podremos cobrarnos lo que nos deben — le dijo Takeshi comenzando a toser— Como Sensei y estudiante termina este último entrenamiento —balbuceó entre tos, no podía hablar más, pareciera que sus pulmones quisieran abandonar su cuerpo, la cadena de su estómago se había vuelto loca y hacía sangrar su estómago de donde salía, sangre comenzó a salir de su boca, ojos y oídos, las piernas le temblaban, su piel había palidecido y comenzaba a pegarse a sus huesos, hundiendo sus mejillas y marcando sus costillas.
—¿Estas bie...? —Sasuke lo interrumpió.
—Está por morir, Naruto. Alguien así no puede prometer nada —le dijo intentando convencerlo. Hasta ese punto Takeshi había perdido la paciencia e intentaba respirar para hablar de una manera legible.
—¡Solo ven conmigo! —gritó eufóricamente— ¡Es lo único que tienes que hacer! ¡¿No quieres servirle a Takeshi-sensei?! ¡Se útil y muevete! —Naruto sólo se quedó en silencio sin saber qué hacer, Takeshi parecía que se rompería en cualquier momento.
—Naruto, te está usando, quiere que los demonios se lleven tu alma en lugar de la suya —le dijo Sasuke tranquilamente- ven conmigo -le ofreció de nuevo, volviendo loco a Takeshi.
—¡No le creas! ¡Fui yo quien te sacó de la asquerosa Konoha! ¡Quien te entrenó para que la destruyeras! ¡Fui yo quien te sacó de esa aldea una vez que te habían capturado! ¡Fui yo quien te ha cuidado todos estos años! ¡Yo te di tu jugosa venganza!
—¡No! —escuchó una aguda voz en medio de la conmoción, la dueña de dicha voz apareció a través de la neblina, pasando junto a Sasuke y colocándose en medio con Naruto, éste último se había confundido, no recordaba a esa muchacha de cabellos dorados y ojos celestes que protectoramente se había colocado frente a él, protegiéndolo tanto de Sasuke como de Takeshi.
—Nozomi... —murmuró Takeshi inexpresivamente— ¿...Qué haces aquí? ¿¡Cómo conseguiste entrar?! —preguntó molestándose de nuevo. Nozomi al verlo se asustó, jamás había visto a Takeshi-Kun en ese estado tan deplorable, necesitaba sostenerse de las cadenas del puente para no caer y parecía que en cualquier momento se rompería.
—Yo... -balbuceó— ¡Y-yo...! —tomó aire y valor, entonces gritó— ¡Yo no permitiré que hagas esto con Naruto-Kun! —por un momento la escena se quedó en completo silencio, sólo se podían escuchar los golpes que daban los demonios del otro lado de la puerta.
—Eso me rompe el corazón, Nozomi... —habló finalmente Takeshi. Bajó la mirada, agarrándose fuerte de la cadena, cubriéndose el rostro con su blanco cabello por unos segundos más, después sonrió— ...Me temo que tendré que hacerlo por mí mismo —levantó una mano de la cadena, dirigiéndola hacia Naruto, atrayendo a su mano la cadena que salía del estómago del rubio, comenzando a jalarla con fuerza hacia él, quien lo esperaba en el otro extremo del puente, en la entrada al mundo de los demonios que seguían golpeando las puertas para pasar.
Naruto sentía más que un dolor físico cada vez que jalaba la cadena, como si ésta estuviera conectada directamente a su alma.
Nozomi lo tomó de los brazos y comenzó a intentar detenerlo mientras seguía avanzando hacia Takeshi. Sin embargo había una diferencia de fuerza increíble.
—Suficiente —dijo Sasuke dando un salto hacia Takeshi, cortandole la mano con la que jalaba a Naruto con su espada, salpicando el puente de sangre e invadiendo la escena en gritos de dolor.
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