—Tengo una misión para ustedes —dijo Tsunade una vez Kakashi y Yamato se encontraban frente a ella en lo que era una oficina temporal, mientras reconstruían la aldea.

     —¿Tan pronto? ¿Qué sucede? —preguntó Yamato algo preocupado. Recién había vuelto de una misión en el País de los Demonios que no había salido muy bien.

    — Lamento pedírselo a ustedes, pero la mayoría de los Shinobis están ocupados o mal heridos -la Hokage dejó salir un gran suspiro mientras se recargaba en la silla— Puede que sea una misión altamente peligrosa, así que enviaré de mis mejores ANBU como refuerzo.

      —¿De qué clase de misión se trata? —preguntó Kakahshi.

     —Se trata del acantilado del que salió Takeshi.... Aquel día.

      Alguien escuchaba la conversación escondida. Dicha persona no soportaba la situación en la que se encontraba, ni con Takeshi-Kun ni con Naruto-Kun, a ambos los apreciaba y sabía que necesitaba hacer algo al respecto.

     Nozomi se había adelantado en los pasos de Kakashi y Yamato, dirigiéndose al acantilado rápidamente

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     —Esto no podría ser más asqueroso —murmuró Naruto saliendo de las entrañas de un demonio enorme; tan enorme que parecía rompería el puente con su peso. Sin embargo, Naruto era escurridizo y ágil, así que no fue tan complicado como parecía— Tomaré una ducha larga en cuanto consiga llegar al otro extremo del puente.

     Realmente tenía curiosidad por saber qué le había colocado Takeshi en el otro extremo. Nada era seguro en un lugar como ése, sólo podía admirar el esfuerzo que había puesto su Sensei en los monstruos y en el largo del puente.

     Se sentía tan... Real.

     Al salir de las entrañas del demonio, tuvo que saltar del puente y avanzar agarrándose a unas cadenas que tenía éste por debajo, ya que la enorme bestia anterior cubría todo posible camino.

     Al llegar al otro lado, notó por un segundo que la cadena que salía de su estómago comenzaba a alterarse. Entonces se dio cuenta; La cadena venía del otro extremo del puente.

     Naruto pensó, ingenuamente, que sería algún jutsu para quitarse esa pesada cadena que tan harto ya lo tenía, así que, más animado y esperanzado que antes, comenzó a correr a lo largo del puente, hasta que se topó con más demonios.

     —Creo que te pasaste con la cantidad, Takeshi-Sensei —susurró Naruto— No importa, más fácil no podría estar... —con eso se lanzó contra los aterradores demonios.

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     La siguiente víctima de las garras de Takeshi fue Suigetsu, observando las cosas más aterradoras que perturbaban su mente y le abrían las puertas a la locura, para que Takeshi lo controlara a su antojo.

     Y así fue, tanto Suigetsu como Jūgo se lanzaron contra Sasuke para atacarlo. Este último salió de detrás de la silla de Takeshi y se quedó con tranquilidad y los ojos serrados parado junto al hombre de ojos obscuros como el infierno con el aro blanco por pupila, éste hombre soltó una risa al observar lo que sucedía con atención.

     —Eres un chico muy inteligente. Sasuke —dijo Takeshi.

     Sasuke activó su Sharingan. Entonces se lanzó contra sus compañeros, haciéndoles caer en su Genjutsu liberador, que se los trajo de vuelta rápidamente.

     Tanto Jūgo como Suigetsu estaban aterrados. Observaban a Takeshi con miedo e ira, intentando alejarse de él lo más posible, sus visiones habían sido aterradoras y no recordaban ese lapso de tiempo.

     Karin observaba la escena de lejos, había notado como el inmenso Chakra de aquel aterrador hombre se había expandido con rapidez por la habitación y se mezclaba con el Chakra de sus compañeros. Hasta que el Chakra de sus compañeros repelió la ajena antes de que perdiera su azul común y se volviera tan obscura como la de Takeshi.

     No podría explicar lo sorprendida y aterrada que la tenía esa Chakra.

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     —¡Maldición! —susurró Naruto pues comenzaba a cansarse a pesar de su gran condición física, no había recibido ningún golpe pero se sentía adolorido, cansado de encontrarse en ese puente y de correr sin llegar al otro lado, sólo asesinando los demonios de Takeshi— ¿Qué clase de entrenamiento es éste? —preguntó mientras tiraba un demonio más y otros dos aparecían de entre la neblina.

     Dio un gran salto, cayendo sobre la cabeza del demonio más alto y saltando de nuevo; desde tan arriba entre la neblina y tras los demás demonios alcanzó a observar el otro extremo del puente. Sin embargo, la primera sensación que lo invadió no fue felicidad o emoción, siquiera adrenalina, al contrario; se sintió aterrado. Un sudor frío recorría por su espalda, sentía que algo no iba realmente bien con el otro lado del puente, que no debía estar ahí.

     —¿Qué clase de mundo creaste esta vez, Takeshi-Sensei? —por primera vez consideró la opción de que aquel extraño sapo enorme tenía razón. Que estaba en el peor de los caminos con la peor de las personas. Consideró por primera vez que aquellas personas de la asquerosa Konoha no le estaban echando mentiras para que se detuviera, que realmente nada de lo que recordaba había sucedido. Sin embargo, recordar todos aquellos años en que lo torturaron, privándolo de la luz del sol incluso, sólo por el hecho de tener un demonio dentro, le hacían hervir la sangre y desear volver a destruir la asquerosa aldea, pero esta vez, sin dejar sobrevivientes con cordura, quería destruirlos emocional y físicamente, acabar con ellos como habían hecho con él— ¡No! Takeshi-Sensei lo creó así, es un nuevo entrenamiento y debo terminarlo para ser más fuerte -se había decidido, no importaba la sensación que el otro extremo del puente le causara.

     Sin embargo, al caer de nuevo con los demonios, estos lo estaban esperando, reuniéndose y atacándolo grupalmente, consiguiendo propiciarle un fuerte golpe que lo desconectó de sus sentidos, perdiendo el control y siendo atacado brutalmente por estos.

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     —No me digas que te encariñaste con Naruto —dijo Sasuke con seriedad y un semblante inexpresivo en el rostro.

     —...Mejor digamos que... Me parece que tiene mejores utilidades —al decir eso sonrió, no sin ser perturbada su burla por un intenso ataque de tos. No podía parar, el pañuelo con el que se limpiaba la sangre manchaba más que otra cosa, pero tampoco parecía poder levantarse de la silla para intentar algo diferente.

     —Parece que se te ha acabado el tiempo. ¿No es así? -dijo Sasuke, siendo él quien reía esta vez.

     —¿Qué le sucede? Sasuke-kun —preguntó Karin observando como el Chakra de Takeshi que antes invadía toda la habitación, ahora se concentraba en la cadena que salía de su estómago, como si el mismo Chakra le hiciera daño.

     Plasma negra que salía de al rededor de Takeshi le entregó una jeringa con un líquido brilloso, el de cabellos blancos la tomó y rápidamente se la enterró en la pierna.

     —Parece ser que tienes razón... —dijo Takeshi refiriéndose al tiempo que le quedaba— ...Y gracias a tu amigo, tendré más tiempo incluso que Orochimaru. ¡Seré inmortal! —gritó soltando una risa histérica, reía con locura mientras la sangre salía de su boca, nariz y oídos. Pero no paraba de carcajearse.

     —¿Dónde lo tienes? —preguntó Sasuke, en ese momento la plasma que rodeaba a Takeshi se extendió por toda la habitación, atrapando con rapidez al cuarteto. Suigetsu intentaba liberarse con su espada, Jūgo con la fuerza bruta y Karin intentaba comprender su extraña composición, descubriendo que resistirse e intentar cortarla le daría el efecto contrario.

     —Buena suerte encontrandolo en el puente que comunica ambos mundos -respondió burlonamente observando como intentaban escaparse, menos unos. Sasuke desenfundó su espada y comenzó a intentar cortarla con tranquilidad— ...Eso será inútil, zoquete —dijo Takeshi recargando de nuevo el codo en el mango de la silla— ...Se que no caíste en la trampa. Puedo verlo —lanzó la jeringa hacia el Sasuke atrapado, el cual se convirtió en simple polvo inmediatamente— ¿Dónde estas? ¿He? —preguntó a la nada— Parece que descubriste la manera de llegar hasta Uzumaki, ¿No es así?