27| Taka

     Naruto se encontraba confundido ahora, Takeshi le había contado sobre la leyenda y no paraba de pensar sobre ella desde entonces. Si era real o si Takeshi-Sensei intentariá hacer lo mismo y lo utilizaría a él para salvarse del mismo destino de aquel hombre.

     No, sabía quién era Takeshi, sabía que no era una mala persona y que no sería capas de dejarse llevar por la avaricia y el poder de ésa manera. A demás, si lo fuera a utilizar para salvarse de la maldición, no tendría sentido que le contara sobre la leyenda. A menos que todo sea cierto y Takeshi quiera que piense eso.

     —¡Mierda! —maldijo furioso golpeando un árbol, partiéndose a la mitad y callendo en un ruido ensordecedor junto a él. Últimamente tenía demasiada fuerza y condición física, a parte de que sentía una llama de ira desproporcional hacia todo, una ira que le consumía la mente y lo controlaba hasta la locura. Destruía cosas y gritaba, era demasiado, más ahora que se encontraba tan confundido. No sólo sobre Takeshi-Sensei.

     Desde aquella vez que había destruido la asquerosa Konoha no paraba de sentir que algo le faltaba, que algo estaba haciendo mal, que necesitaba volver ahí y terminar algo inconcluso, recoger algo que le faltó aquella vez.

     —Naruto Uzumaki... —escuchó una voz que le parecía algo familiar viniendo de una  sombra parada sobre la rama de un árbol, cubierto por la obscuridad, imposible de identificar.

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     —¡Se pondrá feliz por las noticias que le traego! —decía ansiosa una mujer de cabellera rojiza saltando por los pasillos de un hotel. Abriendo la puerta de una de las habitaciones y entrando en ella gritando— ¡Sasuke-kun!

     —Karin... —susurró con fastidio un hombre de cabellos blancos y dientes afilados.

     —Suguetsu... —susurró la pelirroja de la misma manera, cruzándose de brazos y acomodándose los lentes.

     —¿Qué sucede? Karin —preguntó Sasuke con seriedad.

     —Bueno... Sasuke, yo... —de pronto la pelirroja se encontraba jugueteando con su cabello y apretando las piernas.

     —¡Sólo escúpelo, idiota! —le gritó el peliblanco odiando la actitud de la chica.

     —¡Tu te callas inepto! —gritó molesta. Sin embargo, en ese momento entró un cuarto personaje a la escena, de cabello naranja. Y con voz tranquila habló.

     —Naruto destruyó Konoha —le informó a Sasuke, quien cambió su semblante de seriedad a uno de sorpresa por un momento.

     —¿Naruto? —preguntó sorprendido.

     —¡Yo iba a decírselo! —gritó eufórica la pelirroja con molestia.

     —Demasiado lenta, gusano —dijo burlonamente Suguetsu. Pero la pelirroja hizo caso omiso esta vez.

     —¿Sasuke? —preguntó al observar que la sorpresa había desaparecido del rostro de Sasuke y ahora sonreía.

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     —Nada de lo que piensas es cierto, chico —dijo aquella voz de la sombra del árbol de nuevo.

     —¿Tu qué sabrás? —preguntó incrédulo.

     —Bueno. Digamos que sé más cosas sobre ti que tú mismo —dijo aquella sombra dejándose ver por los rayos de luz del sol a travez de las hojas del árbol.

     —¡¿Una rana?! —gritó sorprendido echándose para atrás para después comenzar a carcajearse — Debo estar volviéndome loco. Las ranas no hablan —dijo para sí mismo ignorándolo y caminando de nuevo. 

     —No soy una rana ¡idiota! —gritó esto último brincando sobre Naruto y cayendo en su cabeza.

     —¡Que asco! ¡¿Que haces rana tonta?! —le gritó empujándola de su cabeza y tirándola al suelo. Levantando una piedra, dispuesto a golpearla con ella.

     —Tranquila, Shima -murmuró el sapo para sí mismo— Todo sea por la memoria de Jiraya...

     —¡Deja de hablar! ¡Las ranas no hablan! —gritó ya fastidiado lanzando la piedra.

     —¡Que no soy una rana! -le gritó harta. Escupiendo fuego de la boca con la mera intensión de asustarlo más no de hacerle daño.

    —¿Ahora también lanzas fuego? ¿Qué clase de fenómeno eres? —preguntó sorprendido y fastidiado a la vez.

     —Llámame 'Señora Shima' mocoso insolente —le dijo ya molesta— He venido a abrirle los ojos, joven Naruto. Todo lo que... —la interrumpió.

     —¡¿Abrirme los ojos?! —preguntó Naruto incrédulo comenzando a reír a carcajadas de nuevo- ¡Una rana con cabello y boca morada que habla y escupe fuego viene a abrirme los ojos a mí!—dijo entre risas limpiándose las lágrimas.

     —¿Sabes qué? ¡Olvídalo! No dejé comiendo a Pa' sólo, para ésto! —le dijo harta, desapareciendo en una nube de polvo.

    —Menos mal. Rana loca —murmuró Naruto caminando de nuevo por el bosque.

      Sin embargo se estampó con algo aguado y viscoso enorme que le impidió el paso por completo. Dio unos pasos para atrás para ver mejor y ahí estaba, un enorme sapo observándolo con molestia.

     —¡¿Otra rana?! —gritó ya cansado de todo eso.

    Sin embargo, éste sapo lo tomó de la cabeza y lo levantó varios metros del suelo para observarlo con su ojo, este tenía una cicatriz enrome vertical y una pipa en la boca que sostuvo con fuerza para hablar.

     —Iré directamente al grano, mocoso. No me importa que te hayan lavado el cerebro, te haré pedazos si me faltas al respeto —amenazó, Naruto abrazó sus piernas y asistió. El enorme sapo lo dejó en el suelo despacio- Llámame Gamabunta. Al igual que Shima, he venido a abrirte los ojos —esta vez Naruto guardó silencio ante la impotencia y seriedad que transmitía el enorme sapo— Orochimaru, uno de los legendarios sannin, le concedió, antes de ser asesinado, la habilidad de manipular los recuerdos de las personas a un hombre llamado Takeshi —Naruto comenzó a molestarse llegando a ése punto, sin embargo sentía que debía seguir escuchando a aquel enorme sapo— Esta persona tiene como ideales el destruir la aldea de Konoha, y para ello, tomó al héroe de ésta aldea y le destruyó sus recuerdos para crearles unos nuevos...

     —...A puesto a que te sientes confundido, que sientes que algo estas haciendo mal. Así que déjame decirte que es correcto, estas haciendo mal, te están manipulando, lo han hecho a tal grado de destruir la aldea por la que tu padre dio su vida, la aldea por la que tú mismo arriesgaste tu vida anteriormente para salvar —el enorme sapo soltó una cortina de humo de su boca y continuó- No tenemos las habilidades para devolverte tus recuerdos. Pero si aún existe la mínima parte del Naruto que conocí, del Naruto que debes ser. Te sugiero que me escuches... —guardó silencio por un momento— ...Estas en el peor de los caminos junto a la peor de las personas. Piensa bien lo que éstas haciendo, intenta buscar respuesta a tus dudas e investiga si las cosas han sucedido como piensas —con eso, el enorme sapo desapareció, dejando a un Naruto sorprendido y aún más confundido en medio del bosque.

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     —Recojan sus cosas. Nos vamos —informó Sasuke levantándose del suelo y comenzando a buscar sus cosas para empacar.

     —¡Pero acabamos de llegar! —comentó con pereza el de cabellos blancos recogiendo su enorme espada.

     —Parece ser que Takeshi a cumplido —dijo Jugo observando las aves paradas en sus hombros.

     —¿Qué harás ahora? Sasuke-kun —preguntó tímidamente Karin acercándose a éste, quien no le tomó importancia.

     —Lo reclutaremos al equipo Taka.

     —¿¡Qué?! -preguntó sorprendida— ¿Y Akatsuki? —ahora recogía sus cosas también al darse cuenta que el pelinegro comenzaba a impacientarse de tantas preguntas.

     —Se lo entregáremos cuando ya no nos sirva.

     —Pero... —el de pelos naranja la interrumpió.

     —Suficientes preguntas, tenemos un camino largo por recorrer —dijo alejando las aves de su hombro y comenzando a empacar también.

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