26| Negocios

     —¿Qué es lo que quieres, Obito Uchiha? —le preguntó con molestia levantándose de la silla con firmeza.

     —Sólo vengo... —se quedó un momento pensando— ...Por negocios —respondió finalmente dejándose ver por la luz de la vela su máscara blanca.

     —Sobre el chico, ¿Me equivoco? —preguntó Takeshi entrando en calma nuevamente, caminando con tranquilidad por la habitación, buscando algo nuevo que ponerse.

     —Supongo que no hace falta mencionar la guerra Shinobi venidera —dijo Obito recargándose sobre la pared.

     —Así es —respondió Takeshi quitándose la ropa rasgada que tenía y colocándose una nueva camisa haciendo a un lado las cadenas que rodeaban su cuerpo.

     —Debo admitir que fue un plan bien elaborado para conseguir al Uzumaki —dijo Obito cruzándose de brazos— Yo no me arriesgaría tanto en tu lugar. Debes tener algún motivo, Takeshi, un motivo más valioso que tu propia existencia...

     —Te daré una respuesta breve... —dijo Takeshi interrumpiendolo y dándole la espalda recargándose con las manos en una mesa— ...No la repetiré y espero pongas atención porque será bastante breve... —dijo con seriedad— ...Pero si la deseas. Antes necesito que me saques de tu genjutsu —dijo volviendo un poco la cabeza para observarlo con ese aro blanco en la obscuridad que tenía por ojos.

     —Supongo que puedes verlo todo con esos ojos —respondió Obito con una risa ligera desasiéndose del genjutsu.

     —Digo lo mismo de los tuyos... —comentó irónicamente Takeshi soltando una risa floja al igual que Obito. Se levantó de la silla anterior, repitiendo esa acción y colocándose la ropa nueva que había buscado antes— ...Mi respuesta es no, definitivamente no te entregaré al contenedor, por ahora no.

     —¿Sabes...? —comenzó el Uchiha tranquilamente— Existe una leyenda, debes conocerla... —continuó sentándose sobre la mesa anterior con las manos recargadas en ésta para dar inicio a la historia.

     —"En un mundo donde las bestias más terroríficas habitan, no tienen más qué hacer que lamentarse y observar los mismos cielos obscuros y rojizos por la eternidad..." —comenzó a recitar de memoria el Uchiha, llevando consigo a Takeshi, inundando la habitación en un Genjutsu que continuaba la leyenda. Era un lugar frío, no había sol, ni luna, ni estrellas, ni nubes, era una simple manta rojiza, los suelos estaban invadidos de huesos por todas partes y bestias desproporcionales merodeando por ahí.

     "...Era un mundo monótono, ridículo, aburrido y podrido donde habitan estos demonios. Un mundo donde no reconocen el mundo humano más que como una vil escoria sin importancia..." —Las bestias eran diferentes entre sí; unas de gran altura y otras diminutas, unas con cuernos y otras con alas, unas esqueléticas cubiertas de ropas rasgadas y cadenas, otras de hombros anchos arrastrando enormes hachas o mazos— "...Sin embargo, una de estas escorias humanas consiguió crear un puente entre ambos mundos. Burlando toda regla y moral, con ideales autoritarios y deseoso de gobernar en aquél nuevo mundo podrido..."

     "...Planeaba conquistar el mundo humano igual de podrido utilizando al mundo de los demonios..." —esta vez observó un humano, con una mirada desquiciada, no muy diferente a los demonios— "...Cruzó el puente, engañando las bestias que veía, hablándoles de los seres humanos, convenciéndolos de lo interesantes que pueden llegar a ser, un mundo en el que, uniendo fuerzas, podrían gobernar sin problema. Y los convenció prometiéndoles diversión..." —el Uchiha se cruzó de brazos, mostrandole al humano anterior en una silla hecha de huesos y cráneos dictando las acciones de los demonios con nuevas cadenas atando su cuerpo al mundo de los demonios.

     "...Sin embargo, al cruzar nuevamente el puente y llegar al mundo humano dispuesto a conquistarlo y volverse un Dios, los shinobis de la época lo estaban esperando..." —le mostró un puente obscuro y resbaladizo por el que caminaba ansioso el personaje, con las bestias tras suyo, mientras rayos de luz les picaban en lo ojos y entraban al mundo humano, ahí se encontraba un ejércitos enorme de ninjas— "...La guerra duró días, semanas, meses. Los demonios habían proclamado a aquel humano como su líder, su rey, mientras que los ninjas seguían luchando por la 'independencia' hasta que un día, al cumplirse el mes, el humano simplemente cayó al suelo, estaba agotado, sin embargo había más..." —le mostró una guerra sangrienta, habían cadáveres tapizando el suelo y sangre coloreando lo ríos, el humano reía, estaba por ganar con los demonios de su lado, sin embargo cayó al suelo de cuclillas, con las cadenas rodeando su cuerpo, el cual se encontraba gravemente dañado, no podía moverse ni parar de gritar del dolor.

     "...Los demonios le explicaron que, su alma impura e invadida de maldad le pertenecía al mundo de los demonios. No podría salir de dicho mundo pues las cadenas se asegurarían de asesinarlo lentamente en silencio..." —pronto el rostro desquiciada y gravemente dañado del humano comenzó a desfigurarse y consumirse lentamente en polvo— "...Su alma estaba destinada por la eternidad a ser parte del mundo podrido de los demonios. Juró volver; reencarnar, quizá en otra época, en otra guerra, pero juró que ambos mundos le pertenecerían. Sin embargo, al morir su cuerpo humano, su conexión físico entre ambos mundos se desvaneció junto con el puente que los comunicaba..." —el puente obscuro y resbaladizo que solía ser, comenzó a derrumbarse, llevándose consigo los demonios y el alma del desquiciado humano.

     —"...Al regresar su alma al mundo demonio, su cuerpo se encadeno al suelo, no podía moverse y comenzó a enraizarse, quedando completamente pegado al suelo de cráneos que tenía éste. Los demonios, al saber que no cumpliría con su promesa de darles diversión en el mundo humano, decidieron abandonarlo y dejar que se pudriera pegado al suelo, no era más su rey y el mundo podrido de los demonios y el mundo podrido de los humanos volvió a tomar su curso asqueroso" —el Uchiha dio un suspiro, sacándolos del Genjutsu al concluir la leyenda, entonces observó a Takeshi fijamente.

     —Se aproxima una nueva guerra en una nueva época, sólo espero que la leyenda no sea sierta y que... —se bajó de la mesa en que estaba sentado y se enderezó— ...No trates de utilizar al Uzumaki para salvarte de ella —con ello se desvaneció en un remolino, dejándolo sólo en la habitación.

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     ¡Una vez más...! —gritó para sí mismo un Naruto en una bodega vacía con 5 maniquíes a su alrededor, cada uno con una equis a excepción del que estaba detrás suyo.

     Creó un clon para cada maniquí, cada clon realizó un Rasengan y lo lanzó en su dirección a la vez, Naruto dió un salto y lanzó un rasenshuriken que creó de la nada en el aire, juntando aquellos ataques, creando una explotación inmensa, haciendo que cada clon desapareciera y la bodega se derrumbara creando una cortina de polvo.

     Una vez el polvo se disipó y la escena se limpió, dejó ver un Naruto caminando tranquilamente entre el desorden, y el único maniquí sin equis de pié e intacto junto a él.

     —Lo he perfeccionado... —dijo para sí mimo observando su puño cerrado con fuerza, saliendo detrás de un árbol en el bosque que rodeaba la ahora destruida bodega, desapareciendo el Naruto anterior pies el real nunca estuvo en la bodega— ...A este ritmo, no necesitaré a Kurama más que por el Chakra extra.

     Pero pronto comenzó a escuchar una serie de susurros, llantos, lamentos, gritos y rujidos retumbar en su cabeza sin control, no sabía de dónde venían ni qué eran, pero parecían tirar con salvajismo de las cadenas que se adherían a su abdomen, como queriendo llevarlo a un lugar del que jamás volvería.

     Sin embargo, sintió algo parecido a unos brazos que lo sostenían con fuerza. Por un segundo recordó aquella larga y morada cabellera siendo meneada por el aire, danzando frente a su cara mientras era capturado en un cálido abrazo por la propietaria, un abrazo que era más fuerte que los bestiales tirones de las cadenas.

     Entonces volvió en sí, estaba de cunclillas en el pasto con una mano en el árbol mientras que la otra la observaba con cautela.

     ¿Qué demonios fue eso? —pensó confundido—Tendré que preguntarle a Takeshi-Sensei —se levantó del pasto limpiándose la tierra del pantalón, haciendo sonar las cadenas que arrastraba. En varias ocasiones intentó encontrar el paradero de éstas, de dónde venían y el porqué no podía quitárselas, sin encontrar respuesta.

     Al llegar al pasillo de la habitación en que se encontraba Takeshi, escuchó su voz, supuso que leía sus pergaminos en voz alta, sin embargo escuchó una segunda voz y decidió esperar.

     —Se aproxima una nueva guerra en una nueva época, sólo espero que la leyenda no sea sierta y que... —escuchó del otro lado de la puerta con atención una ligera pausa en el comentario— ...No trates de utilizar al Uzumaki para salvarte de ella.

      —¿Leyenda? -pensó Naruto confundido— ¿Con quién habla Takeshi-sensei? "Utilizar al Uzumaki para salvarte de ella" ¿Eso qué quiere decir?

     Naruto, entra —le ordenó Takeshi desde el otro lado de la puerta.

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