18| Deseos

"La Destrucción es una forma de Creación"

     Naruto finalmente tuvo el control de sí mismo de nuevo. Sorprendentemente Takeshi no se había molestado por descomponer sus recuerdos un vez más. Naruto estaba confundido, como era de esperarse, gracias a la aparición de tantos recuerdos olvidados y la existencia de tantos otros que se contradecían entre sí. Aunque ahora, gracias a Ino era capa de diferenciar, capaz de saber lo que era real y separarlo de la ficción. Cientos de recuerdos salían a la luz constantemente, desmintiendo otros que lo contradecían todo

     —Hola, Naruto  —fue lo que dijo Takeshi mientras Naruto lo observaba y procesaba aun toda la información.

      —Tú... —susurró al ver a Takeshi frente a él— Eras tú. Nada de aquellos años de tortura fueron realidad —fue entonces que comenzó a percatarse de la acciones de Takeshi— Tú me hiciste esto. Cambiaste mis recuerdos. Me torturaste en aquella silla por años. Me hiciste odiar lo que más amaba... por una mentira —su voz continuaba calmada. Esforzándose por entender lo que sucedía— ¿Porqué? —Takeshi guardó silencio. Un enorme silencio que perforaba en el vacío de aquel escondite.

      —La razón del "Porqué" es lo que quieres saber y es lo que te diré  —respondió finalmente— Al inicio he de admitir que me desconcertaba que mis habilidades no funcionaran en ti como lo hacia en los demás  —explicaba Takeshi con serenidad observando a Ino inconsciente en el suelo— Digamos que me llamó la atención aquello y decidí darte una oportunidad, escuchar lo que en lo más profundo de tu ser deseabas. Querías entender porqué tu amigo Sasuke hacía lo que hacía, querías cambiar sus ideas y que viviera en Konoha. También querías...  —suspiró— ...Cambiar el mundo. Después de tantas personas que has conocido e intentado salvar también, descubriste que la realidad no es un lugar bonito. Querías cambiarlo, detener las guerras, las injusticias. Querías entender y detener... La razón del "Porqué" es simple. Quería darte lo que deseabas. Digamos que busqué un camino fácil de hacerlo, pero no había...

     —...Aquél día, en la cascada del valle del fin, en el que intentaste detener a Sasuke y él te terminó hablando sobre la masacre de su clan y su gran odio hacia su hermano. Tu no supiste qué decir, porque no lo entendías, ¿Cómo podrías hacerlo? ¿Si nunca has odiado a nadie tanto como él? ¿Si nunca tuviste una familia que perder como él? ¿Si no creciste bajo el odio como él? ¿Si nunca tuviste un ser amado que terminó traicionadote como a él? ¿Cómo podrías? ¿he? —continuaba Takeshi, sereno— Quería que entendieras lo que él atravesaba, que colocaras tu hombro junto al suyo y le ayudaras a subir desde el fondo en que ambos se encuentran ahora. A él y al resto del mundo. Justo como deseabas hacerlo —terminó de explicar Takeshi y al observar la ira y desesperación creciendo en Naruto decidió continuar— No busco tu perdón por lo que hice, no me interesa. Pero debía mantenerte en aquella tortura, incluso cuando estabas amarrado en aquella silla y rogabas por que aquellas herramientas que cortaban tu piel y rompían tus huesos se detuvieran, incluso cuando veía que destruías lo que amabas por una mentira. No me detuve, no hice que tus recuerdos reales regresaran. Porque lo necesitabas. Necesitaba destruirte para construirte de nuevo, Naruto. Te di a alguien para odiar, te di una masacre, te regalé la traición, la tortura, el odio... Te concedí lo que te hacia falta para entender, para caer junto al resto.

      Rápidamente la desesperación comenzó a correr por Naruto. Se acumulaba en lo más profundo de su ser por cada palabra que escuchaba salir de la boca de Takeshi y por cada recuerdo que salía a la luz y cada otro que se desmentía. Comenzaba a marearse. Los intentos de Ino por mantenerlo relajado y hacerle procesar la información lentamente se habían desvanecido en cuanto apareció Takeshi. Así que la cabeza le dolía. La ira y desesperación no ayudaban y mucho menos las palabras de Takeshi y su tono de voz tan calmado.

     Estaba arruinado y la causa estaba justo frente a él. Aquel hombre de cabello blanco, ojos oscuros y rostro sereno que observaba a Ino inconsciente tirada en el suelo. Sin expresión; ni una pizca de resentimiento, felicidad o cinismo. Nada se encontraba en él, absolutamente nada que se alcanzara a percibir. Una enorme puerta cerrada.

      —¡Eres un monstruo! —le gritó Naruto eufórico corriendo hacia él con el puño cerrado, finalmente acomodándole un gran golpe en su mejilla. Haciéndole caer. Takeshi no parecía querer contraatacar o siquiera protegerse de lo siguientes golpes de Naruto.

      —Pudiste haber hecho que parara, pudiste haberte rendido y entonces yo me detendría para poder comenzar con tu creación. Pero no lo hacías, jamás te rendías  —hasta ese punto envuelto en golpes por parte de Naruto, la única intención en Takeshi parecía ser la de explicarle sus intenciones— Quería rebajarte hasta el nivel en que yo me encontraba. Ponerte a prueba, que me mostraras lo que realmente eres.

      —¡Te odio! —gritaba Naruto mientras lo golpeaba una y otra vez. Takeshi no se defendía, solo hablaba.

      —¡Eso es!  —respondió Takeshi intentando enderezarse y no caer al suelo— ¡Odio...! Al principio el odio era todo lo que sentía ¡Se había convertido en mi mundo! Me encerraba ahí. ¡Odio era lo que me enseñaba como comer, como beber, respirar! Creí que viviría eternamente con todo ese odio en mis venas. Pero entonces algo sucedió. Me sucedió a mi justo como te sucedió a ti...  —Naruto le interrumpió, tomándolo del cuello con fuerza y levantándolo varios centímetros del suelo.

      —¡Cállate! —le gritaba en la cara— ¡No quiero escuchar tus mentiras!

      —Un artista... usa las mentiras para decir la verdad...  —decía Takeshi mientras su garganta hacía ruidos raros en busca de oxigeno, su pálida piel se tornaba morada y sus ojos intentaban salirse de sus párpados— ¡Así es..! Creé una mentira... Pero, por que tú la creíste, encontraste algo de verdad sobre mismo. Actuaste en la forma en la que lo harías si hubieras pasado por algo similar a Sasuke, al resto de personas bajo las injusticias de este mundo... —Naruto terminó estrujando con tanta fuerza el cuello de Takeshi que este se rompió, asesinándolo finalmente en un sonido frío.

     Dejó caer el cadáver al suelo. Sus manos le ardían y los músculos de sus brazos temblaban por el esfuerzo. Pero rápidamente regresó aquel frío sonido mientras el cuello de Takeshi se regeneraba al igual que el resto de sus heridas en una muestra de su inmortalidad. Levantándose e irguiéndose de pie una ves más.

      —Lo que era verdad sobre aquellos recuerdos son verdad ahora.  —continuó Takeshi— Lo que encontraste en ellos no tiene nada que ver conmigo. Yo cree la situación, tu hiciste el resto.

      —¡Hiciste que destruyera Konoha! —le gritó desesperado comenzando a batallar para respirar. Todo le daba vueltas.

      —No huyas de esto ahora, Naruto.

     Rápidamente Naruto comenzó a golpearlo de nuevo, y Takeshi seguía sin defenderse. Los ojos del rubio se habían llenado de lágrimas y sus nudillos se partían y se manchaban de sangre tanto suya como de Takeshi. A medida que pasaba el tiempo, los golpes de Naruto se volvían más débiles y comenzaban a volverse más torpes, cayendo de rodillas al suelo donde Takeshi lo esperaba.

     No avanzaba hacia ningún sitio, jamás podría lastimar a Takeshi, lo sabía.

      —Escúchame, Naruto.  —le dijo Takeshi de rodillas frente a él— Éste debe ser el momento más importante de tu vida. Comprometete con él. —le dijo serenamente e incluso algo emocionado— Este es el momento de tu creación. Así que ahora escúchame, Naruto. Ésta asquerosa realidad fue la que destruyó a cientos más de personas, no solo a ti, la que asesinó a otras miles en las guerras y a manos de las injusticias. Esta asquerosa realidad fue la que tomó a tus padres de tu lado, a tu maestro, a tu amigo. Te encerró en una habitación y tomó todo cuanto pudo de ti, excepto tu vida. Y creíste que eso era todo lo que había, ¿No es así? La única cosa que te quedaba era tu vida, pero no lo era ¡No lo era! —Hasta este punto la lágrimas corrían por el rostro de Naruto sin parar— ...Encontraste algo más. En esos recuerdos encontraste algo que importaba más para ti que tu vida. Porque cuando estabas en aquellos brazos cálidos de Ino completamente relajado y los verdaderos recuerdos llegaron por ti. Estabas aterrado por salir a la realidad, pero entonces te armaste de valor y decidiste nuevamente cambiarla. Decidiste darle lo que quería. Estabas dispuesto a dar tu vida para hacer del mundo un mejor lugar. Enfrentaste a la realidad, a la muerte, Naruto. Estabas calmado, estabas tranquilo... Intenta sentir ahora lo que sentiste entonces...  —pronto, las lágrimas que corrían por el rostro de Naruto pararon y su respiración descontrolada se comenzó a relajar. Las lágrimas se secaron y los sollozos se volvieron suspiros— ...Has pasado por mucho... Ahora observas las cosas desde abajo. Tienes una visión diferente, puedes comprender a las personas que has jurado proteger, a tu amigo y al resto. Te di lo que te faltaba para cumplir tus deseos...

     Un largo silencio invadió la escena hasta que Naruto habló.

      —...Me siento —susurraba aún con la voz quebrada— ...Me siento mareado. Necesito aire. Necesito salir de aquí.

     Takeshi lo sacó de aquel escondite como se lo había pedido. Fuera de aquel lugar había un profundo acantilado de piedras enormes y altos árboles verdes y frondosos que comenzaban a empaparse por la lluvia. Naruto dio algunos pasos hacia el frente dejando que el agua corriera desde su frente y sus hombros hacia el resto de su cuerpo. Limpiando el desastre que quedaba de él y abriendo camino a en lo que Takeshi lo había convertido.

     No estaba seguro si era lo correcto, aun no estaba seguro de como actuar con Takeshi, tenía un conflicto entre enfrentarlo o actuar normalmente, no estaba seguro. Pero sí estaba seguro de unas cuantas cosas, y era que Takeshi no era una mala persona, que Konoha seguía siendo su hogar y que daría su vida si eso significa dejar una mejor realidad después de ello.

     Así que, por primera vez en mucho tiempo, su mente se encontraba en claridad, sus pensamientos en orden y su destino estaba en sus manos y no en las de alguien más.

      —Naruto, aún nos encontramos en un terrible peligro. Lo sabes  —le dijo Takeshi antes de desaparecer en plasma negra dirigiéndose de nuevo a la batalla entre su ejército perfecto y Konoha. Naruto sabía a lo que se refería. Después de pasar tanto tiempo bajo su tutela, le había hablado de el peor de los escenarios, y ahora sabía que estaba comenzando a volverse realidad y debían detenerlo, no estaba seguro de cómo ni de si lo lograría. Pero no intentarlo no era una opción.

     Así que comenzó a moverse, siguiendo a Takeshi al lugar de la batalla. Sabía que todo empezaría y debería de terminar ahí.

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