17| Nuevos Recuerdos

"Todo puede pasar cambiando una idea. Puede crecer para definirte, o destruirte por completo."

      —¿Naruto? —preguntó Sakura asustada al ver como este soltaba a Nozomi sin ningun cuidado y se ponía de pié dándoles la espalda. Al darse la vuelta sintieron un terrible sentimiento correr por su espina dorsal una y otra vez.

     Naruto tenía la mirada obscura e invadida en odio puro hacia todos ellos. Sus ojos eran negros y la pupila azul resaltaba como un aro brillante en la obscuridad.

     —Na...Naruto. Oye —le dijo Kiba intentando acercarse a él, pero pronto Naruto desapareció del lugar y sintió una respiración en su cuello, al darse la vuelta, Naruto le propició una fuerte patada que lo sacó volando rompiendo varios árboles con su espalda. Dejándolo inconsciente a kilómetros de distancia.

     —¡Alejence! —indicó Kakashi, sabía que no tendrían otra oportunidad de controlar a Naruto más que ahora, así que idealizó un plan rápidamente— ¡Shikamaru, necesitó que...! —no pudo terminar de hablar pues un sello explosivo pegado a su chaleco había llamado su atención— ¿En qué momento? —preguntó desconcertado. Se lo quitó rápidamente, pero no lo suficiente para alejarse del explosivo. Terminando tirado con quemaduras serias en el suelo.

     Takeshi había comenzado a reír con ganas mientras observaba la escena con emoción y ansiedad. Para segundos después desaparecer entre la plasma negra.

     Yamato creó una cúpula de protección alrededor de sus compañeros y con rapidez la cerró protectoramente. Pronto comenzaron a escuchar golpes de burla fuera de la cúpula, acompañado de comentarios ofensivos de parte de Naruto.

    —Tenemos que defendernos —dijo Yamato.

    —Pero... —comenzo Hinata, siendo interrumpida por Neji.

    —Yamato tiene razón —dijo este con seriedad.

    —Pero, Naruto... —esta vez fue a Sakura a la que interrumpieron, quien curaba las heridas de Kakashi mientras Shizune se encargaba de Nozomi.

     —Lo recuperáremos. Lo haremos —comentó Shikamaru— Pero por ahora debemos al menos responderle los ataques y descubrir una manera para recuperarlo después —a nadie parecía agradables la idea de atacar a Naruto. Pero sabían que debían hacerlo.

     —A demás. Se ve diferente —comentó Sakura— Como si le hubiera mostrado algo más que una simple ilusión como a los demás.

     —Sí... —susurró Hinata preocupada.

     —Veremos eso después. Ahora la prioridad es asegurarnos de que no se acerquen a la aldea y que Takeshi no desate al Kyubi... —en cuanto terminó de hablar la cúpula de madera de Yamato se vio destruida por el rasengan de Naruto quien pronto se asomó de cabeza por el hueco que éste había dejado, riendo burlonamente al verlos.

     —¡Salgan! —indicó Yamato abriendo la cúpula, sin embargo Naruto había agarrado a Tenten y quitado los pergaminos a esta antes de que pudieran irse.

     —Ten Ten, ¿esta bien? —le preguntó Lee acercándose preocupado a la ahora desarmada Ten ten.

     —Sí, sólo me quitó mis pergaminos. No me hizo nada.

     —¡Byakugan! —dijo Neji activando dicha técnica buscando a Naruto—¡Cuidado! —alcanzó a advertir al observar como clones de Naruto se acercaban con velocidad hacia ellos, cada uno con un rasengan.

     Sólo Guy, Lee, Neji, Hinata, Shizune con Nozomi y Sakura con Kakashi alcanzaron a moverse del lugar. Shikamaru, Ten ten, Ino, Shino y los demás Shinobis de Konoha y la arena se quedaron bajo el ataque. Sin embargo, observaron como kunais con hilos amarrados que salían detrás de los clones caían errandole a cada uno de ellos.

     Los clones se aproximaron a lo hilos que salían de las Kunai's y controlando la naturaleza y la forma del rasengan, enviaron dicha técnica por los hilos de las Kunai's, que se concentraron unos con otros en el suelo, invadiendo toda la zona, creando una especie de tornado al mezclarse el viento viniendo de diferentes lados, destruyendo los árboles y dejando a los Shinobis bajo el ataque gravemente heridos.

     Los pocos Shinobis que habían logrado escapar a tiempo observaron espantados la escena. Sakura se derrumbó sobre sus rodillas al observar como Naruto caminaba sin ningún interés sobre los cuerpos heridos de sus compañeros, de aquellos que habían estado junto a él, y se acercaba a los pocos que se encontraban estables.

     Un temor inmenso los invadió por completo. No era Naruto, no ese.

     —¡Naruto! —gritó una Sakura histérica y aterrada. Observando como éste al verla comenzaba a reírse a carcajadas, asustándola y obligándola a dar un paso atrás.

     —¡Hinata! —gritó Neji al observar como ésta brincaba de la rama del árbol en que estaba y se acercaba a pasos torpes a Naruto.

     —¡¿Qué estas haciendo?! —le gritó entre asustada y segura una vez estuvo frente a él— ¡No eches a perder todo lo que has hecho hasta ahora!

     —Espera —le dijo Guy deteniendo a Neji quien estaba decidido a saltar a la escena para traer de vuelta a Hinata. Este lo observó confundido— Parece que funciona. Pero mantente alerta —le aconsejó mientras observaban como el semblante de Naruto cambiaba lentamente a uno de confución. Sus ojos se comenzaban a aclarar.

     Hinata lo abrazó, con las mejillas lo más rojas posible, pero estaba decidida a no permitir que Naruto lo desperdiciara todo.

     —¿Esa es toda la lealtad que me tienes? —escucharon la voz de Takeshi todos en sus cabezas. Naruto se agarró la cabeza con fuerza, resistiéndose a la obscuridad que lo rodeaba, mientras Hinata no lo soltaba. Le llegaban todos sus recuerdos reales a la cabeza sin parar, una tras otra vez.

     —¡Eres un monstruo! —le gritó Naruto a la nada, furioso.

     —¿Eso crees? —preguntó la voz de Takeshi en burla— ¿Y tú qué eres? —preguntó haciéndole observar todos aquellos ninjas caídos por el ataque anterior— No intentes colocarte un estúpido disfraz de hombre

     —¡Yo no hice eso!, No lo hice... —susurró eso último mientras le llegaban a la cabeza los recuerdos de aquel momento. Takeshi había comenzado a tomar de nuevo el control de sus recuerdos.

     —Dime. ¿De quién fue la mano que hirió en primer lugar a Nozomi? No fui yo —dijo con burla. Regresando la mente de Naruto a sus recuerdos ficticios, mientras este trataba de resistirse y Hinata no lo soltaba de su cálido abrazo.

     Por un segundo todo se quedó en silencio, Naruto no se quejaba, ni se resistía, la voz de Takeshi se había callado y el viento detenido.

     Pronto Neji observó como se llenaba de sangre la espalda de Hinata y Naruto levantaba su cabeza del hombro de esta, con una sonrisa enorme y la mirada obscura de nuevo.

     Hinata cayó a su lado. Este no hizo ningún esfuerzo por detener su dura caída, dejando a la vista una Kunai enterrada en el estómago de ella.

     —¡Hinata! —gritó Neji brincando del árbol hacia la mencionada.

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