—¿Ya les dijiste? —le preguntó Shikamaru a Izumo una vez este volvió, asintió. Todos estaban en sus puestos ahora.

      Shikamaru sacó una Kunai con un sello explosivo, no tan cerca como para hacerle demasiado daño, pero si para obligarlo a moverse de un salto.

       Temari con una gran oleada de aire lo alejó del acantilado aún en el aire, cayendo entre los árboles a Kilómetros de distancia, donde Kankuro lo esperó para colocarle sus hilos de Chakra de marionetista y obligarlo a caminar al centro entre unos árboles, donde Ten ten lo estaba esperando con unas cadenas para inmovilizarlo, una vez esto se consiguió, Sakura, Ino y Shizune se colocaron en sus puestos, abriendo el sello al mismo tiempo una vez que Shikamaru y los demás habían llegado.

       Sin embargo, en cuanto aquellos hilos de Chakra del sello se acercaban a él para hacer su trabajo, algo impidió su paso, como si estuviera rodeado por algún campo protector. Pronto los hilos de Chakra volvieron rápidamente a las yemas de los dedos de sus desconcertadas portadoras y la plasma de antes volvió a aparecer en sombras similares a las de Shikamaru a diferentes distancias de Takeshi exactamente en la dirección de Shizune, Sakura e Ino.

      —Hizo que aparecieran en diferente distancia para que el sello no se efectuara adecuadamente —analizó Shikamaru— ¿Cómo lo supo? —preguntó a sí mismo volviéndose hacia sus compañeros, sin embargo estos ya no estaban, al percatarse de ello todo a su alrededor desapareció dejando un área negra, sólo estaba él.

       Pronto unos hilos que aparecían de la nada lo capturaron de las muñecas de las manos y los tobillos de los pies inmovilizándole. Observó desconcertado y asustado sus manos, ya que estas comenzaron a derretirse.

      Toda su piel y músculos se convirtieron en una sustancia gelatinosa, resbalándose de sus huesos ahora pelones.

       —Ya está por llegar. Tu te quedarás aquí, molestia —escuchó una tétrica voz que salía de todo su alrededor a la vez, aturdiendo sus oídos— Fue una mala idea de tu parte utilizar tu jutsu de sombras contra mí, ya que eso tiene que conectar tu propia sombra con la mía, facilitando el que te controle cuando se me antoje.

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       —¿Qué le ocurre a Shikamaru? —preguntó Ino asustada observando como este no se movía y observaba con una cara de espanto hacia Takeshi.

        —No lo sé —comento Choji.

       —Creo que esta bajo el control del enemigo -concluyó Sakura.

       —¿Cómo lo sacamos? —preguntó Ino.

       —No podemos, sólo Naruto lo conseguiría. Por ahora es una amenaza, debemos dejarlo inconsciente junto a los demás hasta llevarlo de regreso a Konoha y que Naruto se encargue de él —informó Sakura.

       —¿Que yo qué? —preguntó Naruto apareciendo de entre los árboles.

       —¡Naruto! —dijeron todos al verlo.

      —¿Qué haces aquí? Se supone que debes quedarte en la aldea —le regañó Sakura.

      —¡Naruto! Debes sacar de trance a nuestros compañeros —dijo Ten ten llegando con los cuerpos inconscientes de Neji, Lee, Hinata, Kiba, Kakashi, Yamato y Sai. Naruto se apresuró a despertarlos con sus clones de sombra, logrando que recobraran consciencia sus compañeros, despertando confundidos lentamente.

       —¿Qué ocurre? —preguntó Kakashi confundido observando a su alrededor al igual que Shikamaru y los demás.

      —Los hemos rescatado del enemigo. Takeshi por ahora esta inmóvil con las cadenas de Ten ten y los hilos marionetista de Kankuro. Hemos intentado sellarlo, pero en sus condiciones parece imposible —les informó Sakura observando de reojo a Takeshi, quien se cubría la cara con la capucha.

       —Ya veo —dijo Kakashi levantándose del suelo igual que los demás. Observando cuidadosamente la situación— Podría liberarse, pero no lo ha hecho... —comentó Kakashi.

       —Tiene un motivo... —comenzó a analizar Shikamaru. Para después escuchar la voz de Naruto hablando con Hinata y Kiba— ¡Naruto! —gritó.

      A la par de su grito, Takeshi levantó la cabeza, alarmando a los Shinobis a su alrededor. Su sonrisa de había hecho presente de nuevo y su mirada desquiciada se dirigía directamente a Naruto. Segundos después esta se volvió más arrogante y su sonrisa tétrica se volvió en una simple de lado.

        —¿Dónde tienes a Nozomi? ¡Infeliz! —le gritó Naruto molesto a punto de acercarse a él pero Kakashi lo detuvo.

      —No te acerques a él, Naruto —le aconsejó este. Naruto sólo agitó su brazo con brusquedad para soltarse—¡Contesta! —le gritó molesto.

       Takeshi soltó una risa burlona mientras las sombras anteriores comenzaban a rodearlo y a hacer fuerza contra las cadenas de Ten ten, rompiendo los hilos de Chakra de Kankuro con facilidad mientras de sus pies salía un charco de la plasma de la cual comenzó a salir una figura humana.

        —¿Quieres verla? —preguntó Takeshi mientras aquella figura que había salido del charco junto a él se convertía en una Nozomi con la mirada pérdida, ojos obscuros y cubierta de cadenas.

     —¡Nozomi! —gritó Naruto escapándose del agarre de Kakashi, pero quedando inmóvil de nuevo por las sombras de Shikamaru.

      —Naruto, ¡Estas haciendo lo que el quiere! ¡Analiza la situación! —le regañó Sakura con molestia.

      —Naruto-Kun —susurró Hinata preocupada.

      —Estuve en tu cabeza dos veces antes chico. Sé perfectamente cuales son tus debilidades —comento burlonamente jugueteando con el grisáceo cabello de Nozomi.

      —¡No la toques! —gruñó molesto tratando de resistirse a las sombras de Shikamaru, las cuales lo soltaron rápidamente.

      —¿Shikamaru? —preguntó Kakashi desconcertado, volviendo su mirada hacia el nombrado. Este tenía los ojos obscuros.

       —Una vez que los controle me bastará para hacerlo las veces que se me dé la gana  —dijo Shikamaru riendo burlonamente acercándose a Naruto mientras los demás se alejaban de él asustados.

      —Digamos, que es como mudar de cuerpo -dijo Sai para después comenzar a reír.

      —Puedo estar en el cuerpo que quiera cuando quiera —dijo esta vez Kakashi con los ojos obscuros y una sonrisa arrogante que se marcaba a través de la tela de su cara.

     —¿Qué te hace creer que podrás contra mí? —le preguntó Kiba mientras Akamaru chillaba por su dueño.