—Mierda... —maldijo Naruto, tratando de levantarse del suelo, se sentía pesado, sumamente pesado, y cada movimiento le dolía peor que el anterior— Nozomi... Aléjate de él.

     —Estaremos juntos, Nozomi-Senpai, como antes, ¿recuerdas? —susurró Takeshi acercándose más a ella.

     —Pero, ¿qué? —susurró Yamato— Este sentimiento... No puede ser —levantó su mano tan rápido como aquellas sombras se lo permitían— No, no puede ser, ¡Naruto! —comenzaba a asustarse.

     —¿Qué ocurre?, Capitán Yamato —le preguntó Sakura.

     —Es el Kyubi, está... ¡Kakashi-Senpai! —llamó la atención del ojinegro, mostrándole la palma, donde se mostraba el sello que contenía al zorro, el cual avanzaba a cada minuto una cola.

     —¡Naruto! No te acerques a él! —gritó Kakashi, sabía que una vez llegara a las 9 caería en el control de Takeshi.

     Sin embargo Naruto se encontraba caminando hacia Nozomi, la cual tomó la mano de Takeshi, una vez lo hiso su sonrisa se intensificó, la jaló hacia él, y a través de su mano la llenó de obscuridad.

     —¡Maldito! —maldijo Naruto una vez más— Kage bushin no jutsu —dos clones como Naruto lo tomaron de la cintura, para después aventarlo juntando sus fuerzas hacia Nozomi, una vez lo hicieron desaparecieron al instante, las sombras que detenían a Kakashi, Sai, Shikamaru, Sakura y Yamato se había alejado con Naruto, dejándolos libres por un segundo mientras se recuperaba intentando atraparlos de nuevo, sin embargo la esquivaron, así que dicha sombra comenzó a perseguirlos.

     Naruto una vez calló junto a la ojiazul, la tomó de la mano para comenzar a jalarla, sin éxito pues Takeshi la tenía bien agarrada, este amplió más su sonrisa de ser posible, y la obscuridad que cubría a Nozomi comenzó a apoderarse del brazo de Naruto, apoderándose sin problema de la mitad de su cuerpo, dicha mitad se había comenzado a transformar en el zorro.

     —¡7 colas! Naruto, ¡Alejate! —gritó Yamato para después intentar correr hacia él. Las sombras que lo perseguían no se lo permitían.

     —¡Cubranme! —pidió Kakashi mientras se dirigía a Naruto, y realizaba demasiados sellos con las manos a una velocidad alucinante. Al cambiar de dirección su velocidad disminuyó dándole ventaja a las sombras que lo seguían, sin embrago un muro enorme de tierra que surgía del suelo se había puesto en el camino. Yamato había sido atrapado, pues para hacer dicho acto debía pararse y tocar el suelo.

     Las sombras rodearon el enorme muro a toda velocidad, dirigiéndose a Kakashi.

     —¡Jutsu sombra estrangulante! —la sombra de Shikamaru se apoderó de las enemigas, deteniéndolas, sin embargo estas se reprodujeron, atrapando a Shikamaru, y acercándose a Kakashi, quien estaba más serca.

     —¡8 colas! —gritó Yamato, inmóvil.

     Kakashi aprovechando la ventaja que Shikamaru y Yamato le habian otorgado, deteniéndose- jutsu de invocación; Protección del mundo de hierro 

dijo terminando sus sellos de manos obligando a Naruto a soltar a Nozomi, creando una cúpula sobre Takeshi y Nozomi de hierro para atraparlos dentro.

     —Ódiame, jinchuuriki —susurro Takeshi mientras sonreía, una sonrisa enorme, pues rasgaba sus mejillas para poder completarse.

     Segundos después Takeshi y Nozomi se esfumaron en obscuridad a través del pergamino de Sai antes de que la enorme cúpula de hierro se cerrara, dejándola vacía, a parte de manchas de tinta por todas partes.

     —¡Nozomi! —gritó Naruto una vez que aquellas manos se habían detenido, corriendo hacia la cúpula, golpeándola con impotencia— ¡Mierda!

     —Naruto, la recuperáremos —le aseguró Sai, colocando una mano en su hombro para hacerlo a un lado y poder borrar de su pergamino aquel jutsu que tanto había aprovechado el enemigo una vez que abrieron la cúpula de hierro.

     —¡Duele! —se quejó del tacto de Sai, lo cual llamó la atención de Sakura.

     —Acuestate —le ordenó mientras se acercaba a él, sin embargo éste se resistió, comenzando a correr.

     —Iré por Nozomi —informó, decidido.

     —No sabemos dónde está, a demás de que sólo no podrás contra él, mejor regresa y obedece a Sakura, Naruto —le dijo Kakashi, deteniendo a Naruto, el cuál con los puños serrados obedeció.

     Sakura le bajó la camisa para observar el hombro, el cuál estaba en carne viva, chorreando sangre en cuanto lo destapó. Naruto se quejó de dolor.

     —¡Dios mío! —susurró la pelirosa levantándole la camisa por completo para verificar que todo su torso se encontraba igual, sin embargo el sello que contenía al 9 colas tenía heridas más graves. Había estado siendo forzado. Sakura comenzó a curarlo con su jutsu médico.

     —Sabía que en Naruto no encontraría obscuridad, así que lo intentó con Kyubi. Tenemos suerte de que no lo haya conseguido —analizó Shikamaru.

     —Capitán Yamato, ¿Recuerda aquél día con Killer Bee-Sama en la cascada? —le preguntó Naruto. Yamato asintió— Con eso me deshice de mí obscuridad, por eso no la encuentra en mí —dijo Naruto— pero trata de crear una nueva, por eso se llevó a Nozomi, sabe que es importante para mí y para Ryu... ¡Ryu! —se levantó rápidamente del suelo, quejándose del dolor, así que Sakura lo volvió a detener en el suelo para seguir curándolo.

     —Yo iré —anunciaron Sai y Yamato, bajando ambos a la cocina, al entrar la encontraron tirada, con comida embarrada en el suelo. Pasaron al otro lado de la barra, y ahí estaba Ryu, tirado en el suelo con sangre que le resbalaba por la cara desde la nariz.

     Yamato caminó hacia él y lo cargó en su hombro, sin embargo se quejó, Kakashi le había destrozado el hombro cuando intentó detenerlo en la habitación, no se había quejado hasta ahora, pero era grave.

     —Yo lo cargo —se ofreció Sai retirándoselo a Yamato y caminando con Ryu en el hombro, subió al segundo piso y lo recostó en el cuarto que compartiría Nozomi y Sakura, el cual era el único que no había sufrido daños.

     Regresaron con sus compañeros, Naruto se había quedado dormido y no le sangraban tanto las heridas como antes, todos estaban cansados.

     —Capitán Yamato, permitame le curo su brazo —se ofreció Sakura.

     —Será mañana, hay que descansar —dijo éste, los demás asintieron y buscaron habitaciones que no hubieran sufrido tanto daño para recostarse a dormir.