05| Batalla Nocturna [ II ]
—¡Raikiri!
—¡Chouju Giga!
La habitación pronto se invadió de rayos, sin embargo Kakashi no se movía, dejando confundido a Naruto pues incluso Sai había tirado su pergamino. Segundos después paredes de madera se interpusieron entre los aldeanos y Naruto, y Yamato entró con una herida grabe en el brazo derecho, había rodeado la casa para que no pudiera entrar nadie. Sin embargo, Kakashi lo había dejado mal.
—¡Capitan Yamato! —gritó Naruto aliviado al notar que del suelo habían surgido raíces que plantaron a Kakashi, aunque Sai corrió hacia Naruto intentando golpearlo y patearlo, ataques que el rubio esquivaba sin problemas, sin embargo se encontraba aturdido de lo sucedido.
—¡Liberar! —gritó Naruto para que segundos después Shikamaru se levantara algo agotado del suelo, justo para presenciar como Kakashi rompía las raices de Yamato.
—¡No lo miren al ojo! —gritó Yamato, sin embargo Kakashi había lanzado Kunais con hilos hacia Naruto, los cuales había esquivado, aunque habría quedado atrapado con los hilos de no ser por la reaparición de las sombras en forma de picos de Shikamaru, los cuales permitían cierta distancia para que Naruto saliera.
—Katon: jutsu llamas de dragón —grito Kakashi encendiendo los hilos, quemando el cuerpo de Naruto, que pronto se convirtió en una explosión de humo.
—¿Un clon? —preguntó Yamato, algo orgulloso de la astucia del menor, quien segundos después apareció tras Kakashi, dispuesto a golpearlo, sin embargo este se giró deteniendo su golpe, inmovilizándolo momentáneamente mientras Sai aparecía tras Kakashi y se le tirara encima a Naruto dispuesto a golpearlo, el rubio trató de esquivarlo, sin embargo Kakashi lo jaló hacia el lado contrario, consiguiendo así que recibiera de lleno el golpe de Sai en el estómago.
—¡Mierda! —gritó este cayendo al suelo— ¡Kakashi-Sensei! ¡Reaccione! —gritó levantándose y corriendo se limpiaba la sangre que le había brotado de la boca— ¡Kage bushin no jutsu! —con aquel jutsu un segundo Naruto apareció dispuesto a golpear a Sai mientras el otro a Kakashi, este último había lanzado kunais con sellos explosivos, sin embargo el Mokuton de Yamato había interrumpido el camino hacia Naruto, alejándose de nuevo para dejar el camino libre, explotando y finalmente tirando la pared de la habitación. Naruto seguía corriendo hacia su objetivo, y ambos lo habrían esquivado de no ser por las sombras de Shikamaru que los había inmovilizado, siendo así que ambos recibieron los golpes.
Los ojos de ambos habían comenzado a volver a la normalidad, intercambiando aquel odio e ira en confusión.
—¿Qué pasó? —preguntó Kakashi levantándose del suelo— Me duele la cara —dijo sobándose el golpe de su estudiante.
—Lo siento Kakashi-Sensei —dijo Naruto con una risa floja, rascándose la nuca.
—Los aldeanos entraran en cualquier momento, no podré contenerlos más tiem... —comenzó Yamato, pero fue interrumpido por un Sai nervioso.
—¡El pergamino! —gritó este, corriendo hacia dicho instrumento que había dejado tirado tiempo antes— ¿Qué... Que es esto? —dando pasos hacia atrás con lentitud se volvió a alejar del pergamino.
—Serás mío —se escuchó de nuevo aquella voz tétrica y áspera del hombre con capucha de las fuentes termales. Aquella voz salía del pergamino, segundos después la mancha de tinta negra que había creado Sai previamente se había expandido por todo el pergamino, del cual comenzaban a salir figuras a toda prisa contra Naruto, eran los aldeanos furiosos de Yugakure que rápidamente habían invadido toda la habitación, obligándolos a pasar por la pared destrozada por los sellos explosivos de Kakashi. No querían lastimarlos.
—¡Que fastidio! —gritó Shikamaru ya harto dando un paso al frente— ¡Técnica red de sombras! —gran cantidad de sombras con forma de soga salía de la obscuridad de la habitación, cubriendo y dejando inmóviles a los aldeanos— ¡Onda de sombras! —como el nombre lo decía, una onda expansiva de sombras había aparecido, golpeando fuertemente a cada inmovilizado aldeano, dejándolos inconscientes en el suelo. Sai corrió entre los cuerpos inconscientes, tomó el pergamino para después intentar romperlo, sin embargo de este había salido una gran cantidad de agujas senbon que habrían atravesado a Sai de no ser por el clon de Naruto que se interpuso.
Finalmente el pergamino terminó en el suelo una vez más, del cual una temible sombra negra había comenzado a salir.
—Multiclones de sombras —estos clones se dirigieron directamente hacia los cuerpos inconscientes de los aldeanos, sacándolos de la casa, fuera de peligro.
La sombra pronto consiguió forma de un hombre encorvado con capucha.
—Me temo que los he subestimado, shinobis de Konoha —se escuchó de nuevo aquella voz en la cabeza de los presentes, la presión en el pecho era más intensa que antes, y la aterradora maldad que radiaba de aquel hombre encorvado no ayudaba.
—¿¡Qué es lo que quieres?! —preguntó gritando un Naruto harto— ¿¡Qué ganas haciendo que nos peleemos entre nosotros?! —preguntó alterado, el tipo de la capucha sólo comenzó a reír, haciendo su risa más aterradora con el pasar de los segundos, tan intensa y perforadora, que los huesos de los presentes vibraban.
—Sólo estoy... Experimentando —dijo enderezándose con satisfacción dejando ver su tétrica sonrisa asomarse por la capucha, esta era enorme, tan enorme que necesitaba rasgar sus mejillas para completarse.
Un estruendoso golpe acompañado de un grito de Sakura se escuchó desde la cocina.
—¡Nozomi! —gritó la pelirosa para que segundos después apareciera Nozomi en la escena, aunque la cabeza le sangraba, derramando sangre por su cara. Sus ojos eran completamente negros, bajo el control del enemigo.
Sakura entró en la habitación después, esta se encontraba furiosa, con algunos rasguños insignificantes en los brazos.
—¡¿Que le hiciste a Ryu, mocosa estúpida?! —preguntó Sakura acercándose a la chica con el puño cerrado.
Nozomi había dejado de moverse al presenciar al hombre. Kakashi detuvo a Sakura para que no avanzara, la cual confusa obedeció.
—¿Ta...Takeshi-nisan? —preguntó Nozomi tartamudeado, no podía moverse.
—Nozomi, llegas en buen momento —respondió el tipo de la capucha, ampliando su sonrisa, mostrando sus enormes dientes afilados. Le extendió la mano.
—Takeshi-nisan —Nozomi extendió la mano en respuesta comenzando a acercarse.
—¡Nozomi! ¡No! —gritó Naruto tratando de interponerse, sin embargo, esta hizo caso omiso de sus palabras.
—Te he extrañado —con la otra mano se quitó la capucha, mostrando su rostro; Su cabello era de un color plateado, tenía heridas por todo su cuello y partes de su cara, sus ojos eran completamente negro, con el rabillo del ojo blanco, y sangre seca en las mejillas, aterrador, pues al ver sus ojos, todos dieron un paso hacia atrás, menos Nozomi— Querida Nozomi —su tono era aterrador, terrorífico, por no decir demoníaco, pues con cada silaba que salía de aquella sonrisa una nube negra se desprendía de su boca la cual se dispersaba y se volvía a juntar al lado de Nozomi, para mostrarle una danza de la obscuridad.
—Yo también, Takeshi-nisan —comenzó a dar pasos hacia él, con la mano extendida. Naruto corrió hacia ella, sin embargo, aquella nube negra que danzaba para Nozomi se había convertido en una lanza que atravesó a toda velocidad a Naruto. El hombre siquiera lo había visto.
Sin embargo no había herida más que una mancha negra que se comenzó a expandir por todo el cuerpo de Naruto en forma de manos, como la vez anterior, aunque estas parecían estar venciendo. Rodeaban todo su torso, su cuello e intentaban subir por su rostro hasta sus ojos, pero no podían.
—¡Naruto! —gritó Sakura corriendo hacia el rubio, el cual ahora se encontraba gritando de dolor.
—¡No...Nozomi! —con aquello Naruto se levantó lentamente, cada movimiento que hacía hacia Nozomi más se intensificaban aquellas manos, sin embargo no se detuvo.
Kakashi trató de acercarse para detener a Naruto, si se acercaba demasiado podrían lamentarlo después, no conocen al enemigo y eso lo deja incómodo.
—Jutsu de sombra estrangulante —dijo Shikamaru, sin embargo sus sombras no avanzaban— que demonios? —preguntó analizando la escena, ni él, ni Kakashi, ni Sakura ni Sai podían moverse, ni utilizar sus jutsus.
—No vayas con él, Nozomi —susurró un Naruto a punto de terminar inconsciente, entonces, Shikamaru lo notó, unas sombras parecidas a sus jutsus que salían de Takeshi, rodeaban a Naruto y avanzaban hacia ellos, estaban bajo el control del enemigo.
—Mierda —susurró Shikamaru al darse cuenta, Kakashi volvió su cabeza unos centímetros para verlo.
—Ya lo notaste, ¿cierto? —comentó el de cabellos grises.
—Son parecidas a mis sombras, debería debilitarse en 5 minutos —analizó Shikamaru. Sin embargo, el tiempo pasaba y esto no sucedía.
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