04| Sistema [ II ]
—Haz lo que quieras... —dijo Takeshi. Se sentía a la deriva ante la sonrisa de Sasuke, sabía que lo había descubierto, ¡Maldición!. ¡Debía salir de ahí! Pero no lo haría hasta cumplir su misión— Cumplí con mi parte de cualquier forma.
—Sí, claro. Al menos lo hiciste antes de intentar encerrarlo en el mundo de los demonios para tu conveniencia y obligarme a formar un equipo con él para evitarlo, que de cualquier manera se negó. De no ser por eso ya hubiéramos logrado... —Takeshi le interrumpió.
—Da igual. Sigue con el plan o continua en Akatsuki. Por mi parte, cumpliré con mi motivo de buscarte —dijo Takeshi, Sasauke lo miró, y anticipando sus movimientos. Dio un salto, esquivando la plasma negra que había estado ocultando bajo la tierra mientras hablaban.
—¡Ha...! —se burló Sasuke parado sobre el mango de su espada clavada en el suelo, recargaba su mentón sobre su mano, pensativamente, después sonrió— Que la saques ahora no hará que cambie de idea.
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Cuando Shizune llegó con la Hokage se percató que algo no estaba bien— ¿Lady Tsunade? —le preguntó. La rubia se volvió hacia Shizune, esta última se asombró al mirarla; El sello Yin se estaba tardando en aparecer de nuevo en su frente, se veía anciana. Sabía que se esforzaba en cubrir sus años, pero parecía realmente cansada, sin color y arrugada ahora— ¡Lady Tsunade! —gritó Shizune corriendo por la oficina en construcción buscando algo de agua. Tsunade sólo suspiró con pesar.
—Shizune, creo que no puedo -susurró Tsunade- no puedo con todo esto.
—¿De qué habla? —preguntó acercándose a ella con un vaso de agua.
—Yamato apareció —susurró nuevamente, con la mirada perdida dirigida al vaso de agua.
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—Así que... —comenzó Sasuke—...Primero dejas el plan de lado para tu conveniencia. ¿Luego te unes a Madara y ahora intentas asesinarme? —preguntó mientras Takeshi se percataba que algo en su espada estaba evitando que la plasma que salía del suelo subiera por ella.
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—¿¡Qué?! —preguntó asombrada- ¿Cómo se encuentra? ¿Dónde está? —comenzó a bombardearla con preguntas pero Tsunade la interrumpió.
—Él está bien... O al menos lo estará —bajó el vaso lentamente sin darle un sorbo, consiguiendo que Shizune le insistiera— No puedo, Shizune... Después de lo de Takeshi, la aldea destruida y ahora ¡Esto! —gritó débilmente dejando el vaso sobre una pequeña mesa hecha con cajas.
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Sasuke había descubierto una pequeña debilidad en la plasma que Takeshi se había esforzado en ocultar, especialmente ahora.
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—Dicen que fue plan de un ANBU, que lo mandé yo. ¡Pero no es verdad! ¡Siquiera sabía que esas bestias existían! —gritó tirando al suelo el vaso con agua, intimidando a Shizune— lo siento por eso... —pidió disculpas recargando su frente en las cajas.
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—¿Qué planeas? ¿He? —está vez lo preguntó Sasuke mientras daba un salto de nuevo, llevándose su espada consigo para después patearla en el aire y dirigirla con velocidad hacia Takeshi. Éste se cubrió el ataque con su plasma, sin embargo la espada atravesó con facilidad la plasma y le hizo un rasguño en la mejilla.
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—Pero ¿Qué sucedió? —insistió Shizune con voz tranquila para calmar a la angustiada Hokage.
—Yamato lo contó todo cuando recobró la consciencia... —comenzó a contar— ...Al parecer consiguió arreglárselas para escapar... —Suspiró.
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—¿Sorprendido? —preguntó cínicamente. Takeshi se tocó la mejilla para verificar lo que había sucedido. Realmente lo había encontrado.
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—...Yamato nos contó que aquel acantilado de Takeshi en realidad era una especie de puerta hacia el puente que conecta este mundo con el de los demonios. Así que fue con Kakashi y el resto del equipo al acantilado. Sabían que Takeshi quería a Naruto para que tomara su lugar en la leyenda que lo atormentaba. Así que se dirigieron ahí para intentar evitarlo. Sin embargo Nozomi los había seguido y había llegado al lugar mucho antes que ellos. Así que cuando llegaron Sasuke y su equipo Taka habían salido del acantilado apresuradamente con Naruto. No había rastro de Nozomi o Takeshi más que las heridas que tenían Naruto y Sasuke —suspiró, tomando débilmente el vaso de agua que le ofrecía Shizune nuevamente— dijo que había una chica pelirroja en el equipo Taka que permitió que Sasuke la mordiera y sus heridas sanaron rápidamente, mientras que el Chakra del Kyubi ayudaba a Naruto. También nos contó que... —por un momento no pudo seguir contando así que se tomó un descanso antes de continuar.
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—Digamos que hipotéticamente... —comenzó Sasuke— Investigué un poco sobre el día en que ese idiota de Hidan hizo una masacre en Yugakure; Lo que estabas haciendo en ese momento, antes de él y la razón por la que no conseguiste tu objetivo —dijo mostrándole el trapo con el que había estado limpiando la espada anteriormente.
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—...Naruto se encontraba bastante extraño, no se veían sus cadenas y en ningún momento mostró la cara, se la tapaba con las manos y su respiración estaba agitada mientras que Sasuke sólo sonreía. Yamato nos dijo que en su momento no supieron que hacer no entendían la situación, simplemente no se esperaban nada de eso, especialmente la presencia de Sasuke. En ese momento —Tsunade suspiró, Shizune la insitó para que continuará contando.
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—...Y digamos también que hipotéticamente me haya percatado de que por alguna razón te preocupe tanto sacar tu plasma esa y que te hayas vuelto más débil a pesar de tener a esa estúpida ocupando tu lugar en el otro mundo...—Takeshi le interrumpió acercándose con velocidad tomándolo con la plasma por las piernas y brazos para comenzar a estíralo con la intención de arrancárselas. Sin embargo el cuerpo de Sasuke se volvió un tronco.
—Sospechoso... —comenzó Sasuke dejándose ver detrás de un árbol. Estaba siendo cuidadoso con Takeshi— Pensé que la estúpida esa no te importab... —su comentario fue interrumpido por un gran estallido; El árbol había sido destruido desde la raíz por la plasma negra y se aproximaba con velocidad, obligándolo a dar un brinco nuevamente— ¡Mierda! —maldijo pues su pierna se encontraba en las garras de Takeshi, este último sonrió con malicia para comenzar a estrellar el cuerpo de Sasuke con brusquedad contra el suelo una y otra vez.
Rápidamente sacó su trapo rojo con el que anteriormente estaba limpiando su espada y lo exprimió sobre la plasma que sostenía con fuerza su pierna. Esta se comenzó a despedazar, soltándolo mientras que el morocho ensangrentado y sofocado intentaba enderezarse y se cubría con el Susano'o.
—Eso estuvo cerca... —balbuceó mientras intentaba que el aire volviera a sus pulmones.
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