La Nueva Vida Del Demonio Oscuro

Los mechones de pelo caían. Se miraba al espejo, mientras con el pulso tembloroso, se cortaba su pelo con las tijeras más grandes que había encontrado en su casa.

-A-Ahh...-. No podía hacerlo bien, le temblaban demasiado las mano. No quería llorar, pero parecía inevitable. -Mm...-. Se dejó llevar, e hizo que las tijeras se le cayeran de la mano, acabando en el suelo.

Mihael se arrodilló, y comenzó a llorar. Se escondió debajo de la pica, y se abrazó asi mismo.

-Odio todo...-.


La instrumental comenzó a sonar.

-Tititiriti tiriritii-.

Cuando lo bueno comenzó, el bajo de Mail comenzó a tocar, y Beyond tocó fuertemente su batería.

-On the eve of destruuuuuuuctioooooon...

Ferocious Hell-Deeeeeemoooooons
Are bound to be puuuulverized by the haaaaaaaand

IRON HAAAAAAAAAAAAAAAAAAND-.

Mihael lo gritó con todas sus fuerzas, mientras movía la cabeza al ritmo de la canción.

La gente en el escenario, o cantaba la canción, o les animaba.

-¿¡Pero cuántas personas ahí!?-. Preguntó Elle, revisando todas las entradas que habían pagado. -¿¡Ca-Casi doscientas!?-. Dijo, tirando todas las entradas, y contándolas a ojo. -¡Se van a poner demasiado contentos!-. Dijo Elle sonriente.

Light seguía utilizando la tabla de mezclas, controlando con las notas que Beyond le había dejado.

-In the dawn of a new liiiiiiiiife
Some die being booooooorn deeeeeeeeeead
And the river of blooooood flows from the haaaaaaaaaand

IRON HAAAAAAAAAAAAAND

IRON HAAAAAAAAAAND-.

-¡IRON HAND!-. Gritaba todo el público, y Nate saltaba sonriente, haciendo lo mismo, orgulloso de Mihael.

De pronto..., Todo se fue calmando. Ya no sonaba tan fuerte la guitarra.

-Ohhhhh, oh ohhhh...-. La voz de Mihael ahora era parecida a la de un ángel, que cantaba tranquilamente. Su pelo le tapaba los ojos, y todo el mundo miraba hipnotizado la bella voz de chico.

Beyond comenzó a darle a la batería, y Mail al bajo. Después, Mihael hizo un solo con su guitarra, con la instrumental de fondo.

Light estaba nervioso, pero ya estaban apunto de acabar, así que tenía que calmarse.

Elle tenía ganas de decirle a los chicos las doscientas diez personas que por suerte habían cabido en aquel estúpido local.

-The one who can faaaace death
Must know what true lifeeee's liiiike
It's living by the swooord ooooooof truuuth

Look out!

There's a man who can chaaaaange faaaate
He's called the Black Swooooordsmaaaaan
He'll fight till the kingdooom falls by the Haaaaaaaaaaaaaand-.

-IRON HAAAAAAAAAAAAAAND-.

-IRON HAAAAAAAAAAAAAAND-.

-IRON HAAAAAAAAAAAAAAND-.

-IRON HAAAAAAAAAAAAAAND-.


-¿¡CÓMO DICES!?-. Preguntó Mail, demasiado sorprendido.

-Lo que oís. Yo tampoco daba a crédito a lo que mis ojos veían-. Dijo Elle sonriente.

-¡Como mola!-. Dijo Beyond, riéndose y chocándola con Light.

-¿No estás contento Mihael?-. Preguntó Elle, y Mihael, sonriente, le miró.

-Si, creo que si-. Dijo el rubio. -Pero ahora debo irme, tengo algo importante que hacer-. Mihael se fue por el backstage, y los demás se sorprendieron un poco.


Nate esperaba, estaba deseando quitarse el maquillaje.

-Ya han pasado 10 minutos desde que ha terminado...-. Nate suspiró. -Vendrá..., ¿Verdad?-. Preguntó, pero sus respuestas le llegaron cuando vio a Mihael llegando por el prado verde, sonriente. -Si..., Ha venido-. Nate sonrió, y se levantó. 

Mihael se acercó, y se quedó enfrente de Nate. Los dos no decían nada, simplemente se miraban entre ellos. Mihael se acercó, le cogió la cara a Nate, y le plantó un beso en sus labios.

-Mmm-. Nate se separó, y sonrojado, se rió levemente, junto a Mihael. -Sabe a chocolate-. Dijo.

-Me he comido media barra al terminar de cantar..., No he desayunado y..., Tenía mucha hambre-. Nate abrazó a Mihael, y después, se dieron otro beso.


*Ding Dong*

-¡Mihael!-. Gritó su padre. -¡Por fin has vuelto!-. Su padre sonrió. Su madre se acercó. -Te...-.

-Basta-. Mihael les paró, a los dos. -Sé lo que vais a decirme..., Que he estado mucho tiempo en casa de mis amigos, que solo venía aquí cuando vosotros no estabais. Os jode, soy vuestro hijo y aunque no lo parezca, en el fondo me queréis-. Sus padres se sorprendieron bastante. -Siempre os escucho, y siempre escucho lo que queréis, ahora, por favor, escuchad lo que yo quiero, y respetadlo..., No os digo que lo apoyéis, pero si que lo respetéis-. Dijo Mihael, con una leve sonrisa.

-Si hijo, sabemos lo de tu grupo..., Y aunque no es que confíe mucho.., Respeto que...-.

Mihael interrumpió a su padre.

-He dicho que pares. No es eso, ahora no...-. Mihael evitó la mirada, con un leve sonrojo. -Quiero que no os alteréis. Esto no lo hago por vosotros, no lo hago porque me hayáis dicho que tengo que triunfar en mi vida..., Lo he hecho por mi mismo-. Mihael sonrió, y de detrás suya, salió Nate.

-Hola-. Se presentó sonriente.

-Es Nate River, el mayor pijo que he conocido en el mundo, y...-. Mihael le miró, y después miró a sus padres. -También es mi novio-. 



-¡Que fría está el agua!-. Gritó Stephan, sonriente, jugando con Madeleine.

-No lo entiendo...-. Dijo, no queriendo salir, teniendo miedo de mostrarse. -¿Porqué todos tienen nombres raros?, Es como si hasta en eso fueran pijos...-.

-¿Porqué no te callas y sales ahí a divertirte?-. Preguntó el albino, echando crema a Mihael en la espalda.

-Porque no me gusta mi cuerpo..., Ya sabes, las cicatrices..., Además, me da vergüenza, esos pijos son muy criticones-. Nate suspiró.

-Que pesado..., ¿Cuántas veces hemos hablado de eso Miha?, Los prejuicios no son buenos-.

-Los prejuicios no son buenos..., Ya, pero..., No sé si tú lo entiendes. Suelen funcionar, es como..., Como un GPS en mal estado..., A veces te indica mal el camino, y otras veces te lo indica de forma correcta-. Mihael suspiró, indeciso. -Es como..., A ver. Si tú te encuentras en la misma acera que alguien con un gorro, una chaqueta andrajosa, con barba de una semana, pantalones rotos, que va sin zapatos y calcetines, que lo tienes en tu espalda, y va con las manos en los bolsillos, y cabizbajo..., Dime Nate, ¿Te cambiarías de acera?, Porqué yo si-. Dijo Mihael, seguro de lo que decía.

-Mm..., Si quizás si pero..., No es lo mismo. De ahí te libras de que te puedan robar, pero esto no es igual, aquí vas a conocer a personas que no sabes como son, en el caso que me planteas, si no te cambias de acera, te roban, o no pasa nada, si te cambias de cera, te libras de que te roben, y de nada más..., Pero aquí es distinto-. Planteó.

-¿Ah si?, ¿Y eso porqué?-. Preguntó Mihael.

-A ver. Estamos con mis amigos..., Si te vas, no se meterán contigo enfrente tuya, pero quizás si de espaldas, además, que te pierdes la posibilidad de conocer gente buena, y así saber que no todos son malos..., Si te quedas, os podéis llevar bien, o se pueden meter contigo, en tal caso, yo saldré a tu defensa. ¿Lo entiendes ahora?, En el caso del robo, si te cambias de acera, no te libras de nada bueno, pero en este caso, si te vas, te libras de la posibilidad de conocer gente y hacer amigos-.

-Ahghj..., De acuerdo, ya no sé que más excusas poner-. Nate se rió levemente. -Vamos allá, terminemos con este infierno...-. Mihael y Nate salieron del baño portátil donde estaban, y Mihael tragó saliva.

-¡Chicos, voy con vosotros!-. Gritó Nate, y se lanzó a la piscina, con sus otros 4 amigos. Stephan, Madeleine, Robert, y Julianna.

-Que asco..., Hasta sus nombres me repugnan..., ¿Como voy a poder ser amable con ellos?-. Se preguntaba Mihael. -Él los conoce..., Y sabe como son...-. Nate salió a flote, sonriente. -Que mono..., ¿Debería confiar en sus amigos si Nate confía en ellos?-. 

-Ahhh-. Suspiró.

-¡Vamos Mihael!-. Animó Nate. Sus amigos miraron a Mihael, estaba demasiado musculado, pero eran sus cicatrices lo que más llamaban la atención.

-Si..., Ya voy-. Mihael quiso entrar lentamente, pero...

-¡No, tírate de bomba, no seas aburrido!-. Dijo Nate.

-¡Si vamos!-. Secundó Julianna.

-Mmgh...-. Mihael se incomodó, y no tuvo otra que hacerles caso. Pilló carrerilla, y se tiró de bomba.

-¡WUUU!-. Gritaron todos.

Mihael se quiso quedar hasta el fondo de la piscina, aunque se ahogara.

-¿Mm?-. Nate no lo veía. -Ahhh..., Que pesado es-. Sonrió, y comenzó a nadar hacia abajo, buceando. Vio a Mihael, y sonrió debajo del agua. Le cogió de la mano, y Mihael le miró.

Soltó una pequeña risa, y burbujas salieron.

-¡Sube maldita sea!-. Pensaba Nate sonriente. Mihael subió junto a Nate a flote, y Mihael se sacudió junto a Nate.

-¿Te ocurre algo Mihael?-. Preguntó Robert.

-Es alguien reservado. Déjalo-. Dijo Madeleine sonriendo levemente.

Mihael quería hablar, decirles que era porque odiaba a los pijos, pero se sentía incómodo, y le comenzaba a dar la sensación de que no eran tan "malos".

-¿Te puedo preguntar que te pasa en el torso Mihael?-. Preguntó Julianna.

-¡Tú siempre tan directa!, Deja al chaval tranquilo, son problemas suyos-. Rió Stephan.

-Ya está chicos, vamos a jugar, ya se irá soltando seguro-. Rió Nate, y Mihael le miró.

-¡Toma la pelota!-. Robert le lanzó la pelota a Madeleine.

-¡Voy!-. No la pudo coger, y fue Mihael quién la cogió.

-¡Pásamela!-. Gritó Robert.

-¡Aquí tienes!-. Dijo Mihael, y se la lanzó. Robert la cogió.

-¡Gracias!-. Sonrió, y Mihael también.


-Mm, que bueno está-. Sonrió Stephan. 

-¿De que te lo has pedido tú Mihael?-. Preguntó Julianna.

-De 3 sabores. Chocolate, Vainilla y Limón-. Informó el rubio, pagando su helado, y recibiéndolo.

-¡Vaya Nate!, ¡Tú amigo va a tope con todo!-. Se rió Robert, y Mihael sonrió.

-Bueno, ya, de eso quería hablaros-. Dijo Nate, y Mihael le miró. 

-¿De que exactamente?-. Los 5 paseaban por la playa.

Desde aquella cena con los padres de Mihael, el rubio, se fue con Nate de vacaciones, fue el primer viaje en avión del rubio. Lo llevó bien, pero lo peor fue cuando llegaron sus amigos...

Estaban en Hawaii, llevaban una semana allí, y fue ayer cuando llegaron los amigos de Nate. Mihael se fue soltando poco a poco, y cada vez, era más confiado.

-Mihael y yo somos novios-. Todos allí se sorprendieron.

-¿¡Cómo!?-. Preguntó Robert.

-¡Wow Nate que callado te lo tenías!-. Dijo Stephan, sonriente.

-¡Que suerte!, ¡Ya me gustaría a mi salir con alguien como Mihael!-. Dijo Julianna, y todos menos Mihael se rieron, quién se puso nervioso. -Tranquilo no te incomodes..., Lo digo por tu físico, ya sabes-. Todos se volvieron a reír.

-Si..., Bueno..., Supongo-. Dijo Mihael, incómodo, lamiendo su helado.

-Eres demasiado vergonzoso, ¿Te pasa algo?-. Preguntó Robert.

-Dejadle chicos. Es solo que...-.

-No, déjalo-. Mihael paró a Nate, sorprendiéndolo. -No es nada importante..., No os ofendáis, vosotros me caéis bien pero..., Es que nunca me ha caído bien la gente con mucho dinero-.

-¿Mucho dinero?-. Preguntó Julianna.

-Los pijos Julia, los pijos, que no te enteras tía-. Dijo Stephan, haciendo gestos raros con la mano.

-Un idiota adinerado se creía mejor que yo, y se metía conmigo día si y día también. Al final pagó las consecuencias por si mismo, y desapareció de mi vida. Pero eso quedó marcado por mi vida, y siempre he actuado con prejuicios con los "pijos". Pero ahora, sé que no todos son iguales-. Dijo sonriente, y todos allí sonrieron.

-Ahora entiendo, perdónanos, no lo sabíamos, no tenías porque contarnos todo estos-. Dijo Madeleine.

-No os preocupéis, es el pasado..., Es un buen recuerdo. Es una pesadilla-.


-Hm-. Mihael miraba al techo, sonriente, y Nate doblaba la ropa.

-¿Te han caído bien al final?-. Preguntó Nate.

-Si, eso creo..., Lo que no entiendo es porque Stephan a veces me miraba tan raro en la piscina, ¿Será por las cicatrices?, Lo dudo..., Es como si mirara a mi barriga-.

-¡JAJA!-. Nate se rió, y se le cayó la ropa.

-¿Que ocurre?, ¿Estás tonto o que?-. Preguntó Mihael, tumbado en la cama, con una pierna encima de la otra.

-¡Mihael te está vacilando!-. Se rió Nate. -Quiere que te incomodes, siempre lo hace, a mi me lo hacía de pequeño-.

-No entiendo muy bien porque debería incomodarme-. Dijo el rubio.

-Oh Mihael por favor, hasta Beyond se daría cuenta de que Stephan es gay-.

-A-Ahh...-. Mihael se sonrojó. -Claro..., Ahora tiene sentido-.

-¡JAJA!-.

-¡Que no te rías o te pego enano!-. Gritó Mihael, y Nate seguía riéndose.

Después de preparar la ropa para mañana en el mueble, Mihael y Nate se durmieron juntos. Nate abrazaba a Mihael por la cintura, y ponía su cabeza en su torso, y Mihael tocaba desde la espalda de Nate, hasta sus piernas.

-Mmm, que cómodo es esto-. Dijo Nate.

-¿Si verdad?-. Preguntó Mihael sonriente.

-Es como si una capa de dulzura envolviera mi corazón-. Dijo Nate, acurrucándose en el pecho de Mihael.

-Que cursi-. Dijo, y Nate se rió levemente.

-Idiota...-. Los dos se dieron un último beso, y procedieron a dormir...



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top