El Grito Del Demonio Infravalorado
-¡NO NATE, NO!, ¡TÚ NUNCA PODRÁS LLEGAR A COMPRENDERME DEL TODO!-. Gritó Mihael. -¡A ti no te importa que a mi me dé pena el edificio, a ti sólo te importa que tú empresa rasca dinero!-. Nate se enrabió.
-¡Uno, no es mi empresa, y segundo, SI QUE ME IMPORTA!, ¡PERO A VER CUÁNDO ENTIENDES QUE YO NO PUEDO HACER DE TODO, NO SOY DIOS!-. Gritó Nate, cabreándose con Mihael.
-¡MIENTES!, ¡Podrías haber hecho mucho más, pero sólo hiciste lo mínimo!, ¡No sabes lo que significa para mí ese edificio!-. Dijo el rubio, con los ojos llorosos.
-¡Sólo lo haces para fastidiarme!, ¡El edificio te importa un pimiento!-. Gritó Nate.
-¡NOO!, ¡PORQUE AHÍ VIVÍA MI TÍO, Y MI DIFUNTA TÍA!-. Gritó, y Nate se sorprendió, el cuál tragó saliva, y se asustó. -Idiota..., ¿Ves como eres odioso?, ¿¡TE CREES QUE LO HAGO SÓLO PARA JODERTE A TI!?-. Preguntó, y cogió a Nate del cuello de la camisa. -¡Te estás muy equivocado imbécil!-.
-¡Para ya Mihael, suéltame!, ¡Vale, me he equivocado!, ¡Pero te digo que he intentado todo lo que estaba en mi mano, y si no me crees, allá tú!-. Dijo Nate, y Mihael comenzó a llorar, y soltó a Nate.
-No...-. Nate le miró, nervioso. -No me lo creo..., ¿Una simple llamada?-. Preguntó, mirándolo. -¿¡UNA SIMPLE LLAMADA ES TODO LO QUE PUEDES HACER!?-. Preguntó el rubio.
-¡SI JODER, UNA SIMPLE LLAMADA!, ¡NO TIENES NI IDEA DE LO AGOBIANTE QUE ES TENER QUE TRABAJAR PARA TÚ PROPIO PADRE!-. Gritó el albino.
-¡CÁLLATEEEEEEE!-. Mihael golpeó a Nate, dándole un tortazo. Nate cayó al suelo, tocándose la cara, estaba demasiado sorprendido. -Y-Yo..., Tú no sufres..., Tú no puedes saber lo que es sufrir de verdad-. Nate se tocó la cara, y sorprendido, miró a Mihael.
-Mi-Mihael...-. A Nate le soltó una lágrima por el dolor. -Ve-Vete ahora mismo, de aquí...-. Dijo el albino.
-Y no vuelvas...-.
La brisa del aire empujaba su larga cabellera, y se llevaba sus lágrimas, que se perdían como en la lluvia. Nate miraba hacia otro lado, con la cara roja, marcado de por vida, la primera vez que alguien le agredía.
-Bien...-. Mihael se dio la vuelta, y se fue del jardín de casa de Nate.
-¿¡Que has hecho que!?-. Preguntó Mail, levantándose de la cama, con Beyond viendo la tele que el castaño tenía su cuarto. -¡Eres idiota!, ¡No eres consciente de lo que has hecho!, ¡Ve ahora mismo a pedirle perdón!-. Gritó Mail.
-No..., Ya no hay marcha atrás-. Del cajón, sacó las tijeras. -Todo lo que he hecho estos meses...-.
-No ha servido de nada-. Mail estaba enfurecido. -He dado 10 pasos atrás, cuando había avanzado 5-. A Mail le supo demasiado mal. -Pensaba que él era la única posibilidad de volver a ser feliz..., Pero..., Si dependo de él para ser feliz, no soy feliz de verdad. No volveré a ser feliz, hasta que lo sea por mi cuenta-. Mail torció el labio.
-Mihael..., No hagas ninguna tontería. Me parece de idiota lo que has hecho pero..., Creo que eso que dices de que para ser feliz, debes de serlo sin depender de si estás con Nate o no..., Creo que me parece algo acertado, pero no del todo, no hagas ninguna tontería, acepta ayuda, vuelve con Nate-.
Mihael se cortaba el pelo.
-No, no lo haré, adiós Mail-. Mihael colgó.
El pelo de Mihael estaba como cuando se lo cortó por primera vez en su vida. No le llegaba a los hombros, era demasiado corto.
-Rrrrrrrr-. Encendió la moto, y la pasó por detrás, y por los lados, dejando sólo la parte de arriba de la cabeza con pelo. Los lados, y la parte de atrás seguía habiendo pelo, pero un poco menos que en la cabeza. -A-Ahh...-. Mihael suspiró, y sus ojos escocían demasiado.
Nate miraba al suelo, abrazándose asi mismo.
-Hijo-. Su padre abrió la puerta. -Me he enterado de que Mihael te ha..., Agredido-. Nate le miró. -Oswald me lo ha dicho, lo..., Lo vio-. Nate vio seriamente a su padre, parpadeando vagamente. -¿Quieres que tome represalias contra él?-. Preguntó, y Nate negó vagamente.
-Déjalo. Ya tiene suficiente con sus cosas...-. Dijo el albino. -Y por favor..., Déjame sólo-. El padre de Nate suspiró, y asintió.
-De acuerdo. Cualquier cosa..., Estoy en mi despacho-. El padre salió, y Nate se limpió una lágrima que se escurrió de su ojo.
-N-No..., N-No pienso..., Llorar por..., Por él-. Se le venían recuerdos, recuerdos de Mihael sonriendo. -Ni de..., Ni de broma-. Dijo.
Mihael miraba por la ventana, con los ojos cansados y enrojecidos.
-A-Ahhh...-. Se dejó caer al suelo, y cerró los ojos, no podía ni ver, le escocían demasiado. -A-Ayy...-. Se dejó caer al suelo, soltando el cuchillo. Por poco volvía a hacerlo. -Odio todo...-. Dijo Mihael, llorando una vez más. -Beyond tenía razón...-. Pensó en voz alta.
-Soy un hipócrita-.
*Ding Dong*
-¿Si?-. Preguntó Oswald, abriendo la puerta. -Oh..., Ustedes...-. Mail y Beyond suspiraron.
-Queremos pasar, ¿Podemos?-. Preguntó Mail, y Oswald no contestaba. -¿Por favor?-. Pidió.
-Ni el señor Keehl ni nadie relacionado con él puede entrar a esta casa-.
-Oswald-. Nate se asomó a la entrada. -Déjalo-. Oswald asintió, y se fue. -¿Que queréis chicos?-. Preguntó.
-¿Tienes algo en contra de nosotros como para no dejarnos pasar?-. Preguntó Beyond.
-No...-. Dijo Nate, evitando la mirada.
-Hombre..., Sólo faltaba-. Dijo Beyond, evitando la mirada.
-Queríamos pedirte perdón..., De parte de Mihael-. Dijo Mail.
-¿Eh?-. Preguntó Nate. Se sorprendió bastante, también se sonrojó. -Q-Que me lo diga él...-. Dijo, evitando la mirada.
-Te lo dirá. Ven a casa de Light a las 17, allí hablaréis-. Dijo Mail.
-N-No sé Mail..., No sé si me apetece salir, es demasiado pronto...-. Dijo el albino.
-¿Mañana?-. Preguntó el castaño, y Nate suspiró.
-N-No sé..., Me lo pensaré-. Dijo Nate, y Mail asintió.
-Genial-. Dijo el castaño, y se fue junto a su pareja Beyond.
Mihael miraba desde dentro del garaje.
El coche aparcó, enfrente del rubio, y Mail salió junto a Beyond.
-¡No nos pegues!, ¡Por favor!-. Dijo, y Nate salió del coche.
-Ahhh..., Mierda...-. Murmuró Mihael, cerrando los ojos, suspirando. Nate se sorprendió al verlo con el pelo tan corto. -No quiero hablar con este enano-. Nate aceleró el paso, alzó la mano, y torteó a Mihael. -¡A-AH!, ¿¡Pero que haces!?-. Preguntó Mihael cogiéndole del cuello de la camisa, y Nate le pegó una patada en la espinilla, el rubio le soltó. -¡MALDITA SEA!-.
Nate comenzó a soltar lágrimas.
-¡IMBÉCIL!-. Gritó. -¿¡CÓMO HAS PODIDO CORTARTE EL PELO!?, ¿¡CON LO BONITO QUE LO TENÍAS!?-. Preguntó, cabreado, cogiendo a Mihael de los hombros, poniéndose de puntillas para poder zarandearle. -¿¡Cómo has podido!?, ¡Después de todo lo que avanzamos juntos, todos estos meses no han servido para nada, no han servido para absolutamente nada!, ¡Todos estos meses DESPERDICIADOS!-. Gritó el albino.
-¡SI DE VERDAD ME QUISIERAS, TE DARÍA IGUAL VOLVER A REPETIR ESOS MESES!-. Gritó el rubio, y Nate suspiró.
-Es verdad..., Tienes razón...-. Nate miró hacia el suelo. -Quizás no te quiero de verdad-. A Mihael le dolió lo que le dijo. -Eso no lo sé, sólo tengo 14 años-. Nate y Mihael se miraron. -Pero si tú no fueras tan idiota, podría pasar todo el tiempo para descu..., ¡NO!-. Nate evitó la mirada, y apretó los dientes. -¡No quiero ser yo el cursi!, ¡No quiero ser el débil idiota que siempre tiene que repetirte las cosas hasta que entres en razón!-. Nate le miró. -¡Ya estoy harto!-. Dijo, cabreado. -Me voy...-. Nate se iba a ir, pero Mihael le cogió del brazo.
-¡SUELTA!-. Ordenó.
-¡BASTA!-. Gritó el rubio, cabreándose. -Déjame hablarte...-. Pidió, y Nate se zafó del agarre, pero se quedó en el sitio. -Ibas a decir..., Que podrías pasar todo el tiempo para descubrir si de verdad me quieres-. Dijo Mihael. -¿Verdad?-. Nate evitó la mirada. -Pues yo también quiero descubrir si de verdad te quiero-. Nate le miró. -Aunque no creo que necesite mucho tiempo..., Sólo necesito una cosa para saber si de verdad te quiero-. Mihael acarició la cara de Nate.
-N-No..., No me toques...-. Pidió, y Mihael apartó la mano de su cara.
-Está bien-. Dijo el rubio. -¿Quieres empezar de nuevo?-. Preguntó, y Nate se sorprendió. -Hola, me llamo Mihael Keehl-. Nate no pudo evitarlo, miró hacia abajo, y soltó una risa nerviosa.
-Yo me llamo Nate River-. Le dio la mano.
-Soy un gentuza que ha arruinado su vida, agrediendo a la persona que más podía ayudarle-. Nate sonrió. -Aghj..., No me gusta dejarme en la miseria, pero supongo que debo hacerlo...-. Dijo, y Nate sonrió.
-Yo soy un pijo, que..., Se deja eclipsar por su padre, y eso no le permite más libertad, como por ejemplo, ayudar a la persona que aprecia-. Los dos sonrieron.
-Perdona por la torta-. Dijo Mihael.
-Perdona por...-.
-Shhht-. Mandó callar. -No pidas perdón-. Mail y Beyond sonrieron desde el coche, y se miraron. -Nate..., Siento que...-.
-¡EH, EH!-. Light y Elle llegaron corriendo. -¡Se..., Se está quemando!-. Dijo Light.
-¿Que?, ¿Que se está quemando?-. Preguntó Nate.
-¡TÚ CASA, TÚ CASA ESTÁ ARDIENDO EN LLAMAS!-. Gritó Elle.
....
-¿¡QUÉ!?-.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top