8 de noviembre 2016, la televisión mostraban la victoria del presidente electo, Donald Trump, como el presidente número 45 de Estados Unidos, un chico de cabello azul, estaba frente a la televisión, aliviado por aquella victoria.

— La revolución ha comenzado.

NARRA T/N:

Después de que Trump ganara, todos estaban asustados, respecto a las medidas que tomaría esté, con respecto a los inmigrantes, el casamiento igualitario, embarazos y un sinfín de cosas que podían ser un atentado a nuestra libertad, realmente trataba de mantener la calma y no caer en el pánico de mis compañeros, trabajo como vendedora en una pequeña librería, amaba los libros, y amaba leer así que sentía que me venía como anillo al dedo, la paga no era tan buena, pero al menos me daba la libertad de poder aprender y así poder ser una escritora algún día.

Comencé a ordenar los nuevos libros que habían llegado a sus estantes, mientras estaba concentrada haciendo eso un chico apareció asustándome, jamás había oído la campanilla que sonaba cada vez que entraba un cliente, él solo apareció detrás de mí sonriendo.

Era un chico de cabello azul, llevaba un gorro café y una chaqueta larga, era mucho más alto que yo, realmente me había sorprendido mucho, eso hizo que llevara mi mano a mi pecho por el susto, cosa que él noto.

— Siento haberte asustado, el miedo es nuestro peor enemigo, pero lo puedes ver como una virtud o una debilidad, yo lo veo como una virtud —dijo sonriendo.

— Si — dije un poco confundida por lo que acababa de decir - ¿En qué puedo ayudarte?.

— Si, lo siento, ando en búsqueda de algún libro sobre política.

— Si claro, sígueme, en esta sección hay mucho sobre ello — dije caminando y el chico me siguió — Aquí puedes encontrar unos buenos ejemplares, dependiendo que es lo que quieres saber.

El chico se acercó a mí mirándome a los ojos, fue una sensación extraña, una mezcla de miedo, realmente se veía intimidante.

— ¿Qué me recomendarías? — pregunto sonriendo.

— Pues, tenemos un nuevo Bestseller, un libro sobre Donald Trump.

— Fantástico—  volvió a sonreír — si es de mi agrado, creo que haré de esta mi nueva librería favorita, así podría venir más seguido a pedir de tu ayuda, me veo muy interesado en estos temas, además no creo que Trump sea tan malo como dicen, yo solo creo que hace lo correcto con sus ideales, ¿No lo crees?, él solo quiere lo mejor para este país.

— No estoy muy informada al respecto — mentí —Espero que sea de tu agrado, ven vamos a la caja a pagarlo.

— Claro – volvió a decir mientras me seguía.

Pase el libro por el detector de precios y el pago, en ningún momento dejo de mirarme y eso me hacía sentir un poco nerviosa.

— Bueno, gracias por todo, y ten un buen día, y recuerda tener precaución, ya que algunas personas adoran el temor, y podrías leer un poco de Trump, quizás así podrías estar de acuerdo conmigo, y quien sabe podríamos compartir nuestras opiniones con un café —dijo retirándose.

***

La hora de irme a casa al fin había llegado, estaba nevando y hacía mucho frío, y por lo mismo oscurecía más temprano, comencé a caminar en dirección a mi hogar, mientras iba perdida en mis pensamientos, me pareció ver al chico que había ido en la tarde a la librería, ¿me estaba siguiendo?, comencé a caminar rápido, ¿quizás me estaba alterando y estaba imaginando cosas?.

Mire hacia atrás, y ya no había nadie tras mis pasos, me sentí un tanto aliviada, al llegar a casa había patrullas de policías fuera de la casa de las vecinas, la familia Mayfair— Richards.

— ¿Qué sucede? —pregunté a Ivy.

— Oh, querida, al parecer asesinaron a los Chang, debo dejarte, debo auxiliar a mi esposa, se ha estado descompensando bastante últimamente.

Vi como sacaron el cuerpo, en la ambulancia estaba Oz, mi pequeño vecino, quien me hizo un gesto de saludo, apenas me vio, eso hizo que fuese a su lado para saber como estaba.

—Vi como unas personas vestidas de payasos lo asesinaron, le dije a la niñera, pero está no me escucho, dijo que imaginaba cosas —dijo el pequeño.

Ally se acercó a mí y comenzó a gritarme para que me alejara de su hijo, ya que por alguna razón para ella era una mala influencia, me despedí del chico y entre a mi casa, ignorando todo lo que estaba sucediendo en el exterior.