XVII. Te Amo
Su cuerpo estaba dolorido y bastante herido, junto a él, Kubo estaba sentado de igual manera, ambos atados por cadenas espalda a espalda en medio de aquella prisión de metal.
La tecnología de la misma les impedía utilizar sus dones, ambos lo sabían, morirían.
-Si de algo sirve, creo que no hay mejor manera de morir que esta- apoyo el caballero con un tono irónico que hizo a Hiro sentirse peor.
-Lamento arrastrarte conmigo en esto- expresó el plateado con la mirada baja.
-Era algo que ambos sabíamos- murmuró Yamamoto con un tono melancólico.
-Creí que funcionaria...- la voz de Hiro se escuchaba apagada, demostrando su frustración.
-Fuimos muy ingenuos- continuo el caballero negando.
-Fue mi culpa, yo lo llevé a nosotros- expresó el futuro rey sintiendo impotencia.
Kubo negó de nuevo, aunque tal vez las palabras del heredero fueron ciertas, él nunca lo culparía.
-En una guerra todo se vale- susurro Kubo levantando sus hombros -Todos intentábamos sobrevivir.
[...]
El olor a quemado y pútrido estaban rodeando el lugar, frente a sus ojos estaba un caos.
Las llamas carcomian la piel de las personas e incluso algunos animales, si tan solo más personas le hubieran hecho caso. Se culpaba mentalmente por aquella escena, y frente a él estaba la responsable de tal atrocidad.
-Te dije que si no me dabas lo que quería, quemaría todo el lugar y a tu familia- murmuró la mujer sonriendo.
Jack no podía creer que lo había hecho, ¿no estuvo bajo sus órdenes todo este tiempo? ¿No le contó acerca de el baile y como pensaban colarse en él? Le había dado toda la información de la que supo, los ataques de los rebeldes habían disminuido debido a que sabían sus próximos movimientos e incluso habían capturado a Hiro.
Pero nada de eso basto para Beldam, quien había quemado su pueblo y a su familia.
-No lo entiendo, hice lo que me pediste- murmuró Jack con la voz entrecortada.
-Ellos sabían que tú eras el traidor- explico con arrogancia -Hiro lo supo todo el tiempo, ¿eso es un buen trabajo?
Jack negó, se había ganado la confianza del príncipe, no entendía en qué momento había ocurrido eso.
Beldam sonrío con arrogancia y tomó el rostro del peliblanco entre sus manos, apretando el mismo y provocandole dolor al susodicho.
-Ya no me sirves, he logrado mi cometido- expresó sin borrar su sonrisa y con un rápido movimiento aventó el cuerpo de Frost lejos de ella.
El peliblanco la miro desde el suelo, con pánico y furia.
-Maten a los que queden frente a él, quiero que sepa que su trabajo fue tan malo que ese será su castigo- ordenó a los guardias, mientras dos de ellos escoltaban al peliblanco -Y después matenlo a él.
Con aquellas últimas palabras, la mujer subió a un auto negro dejando atrás todo indicio de que ella estuviera ahí, y frente a los ojos de Jack cientos de personas morían una a una, incluyendo su hermana y madre.
[...]
La alarma del pueblo comenzó a sonar de manera insistente, provocando que tanto los rojos como los plateados dejaran de lado sus acciones para caminar al centro del pueblo.
Marco y Kyle llegaron juntos, alarmados y buscando alguna manera de entender lo que sucedía.
-¡Atacan un pueblo cercano!- grito uno de los rebeldes, provocando que Marco buscará a su hermano y amigos, mientras Kyle intentaba comunicarse con Hiro o Kubo.
-¡Avísale a todos, necesitan nuestra ayuda!- expresó Marco con angustia, abriendo un portal que lo llevaba no muy lejos del pueblo.
-¡Eso es lo que intento!- grito Kyle marcando ahora a Tadashi, quien contestó inmediatamente.
-¿Sucede algo?- cuestionó Tadashi con preocupación.
-¡Estoy intentando comunicarme con Hiro o Kubo, ninguno contesta!- explicó el plateado con desesperación.
-¿En que clase de misión están que no tienen un punto de encuentro?- cuestionó molesto el mayor de ambos, cruzándose de brazos.
-¿Misión? ¿De qué estás hablando? Atacan un pueblo cercano, necesitan nuestra ayuda ahora- Kyle frunció su entrecejo mientras caminaba en dirección al portal.
-Hiro y Kubo dijeron estar en una misión con ustedes, no entiendo que es lo que está pasando- Tadashi insistió.
Kyle sintió un gran vacío en su estómago, mientras Tadashi abrió sus ojos con asombro.
-Encarguense del pueblo, yo los buscaré- explico Tadashi, colgando la llamada y dejando en total confusión a Kyle.
-Mierda- murmuró el plateado mirando a los demás.
-¿Ocurre algo?- cuestionó Nando con preocupación.
Tadashi salió de la habitación donde estaba Honey y el pequeño Ryunosuke, alarmando a la rubia al escuchar su platica con Kyle, sabía a donde se dirigía y eso le daba aun más preocupación.
Cuando Tadashi estuvo frente a Lord Nakamura, el hombre lo miró con una ceja alzada.
-¿Ocurre algo, Lord?- cuestionó sin dejar de lado su tono elegante.
-Necesito ir con la Reina Tipolina, por favor- pidió, provocando a su vez que Raiden lo mirara confundido -Creo que Hiro y Kubo están en peligro.
[...]
Las personas en el castillo se movían con agilidad desconcertandola en sus movimientos.
-Princesa, su tía ordenó que no puede salir de su habitación- expresó la mucama mirando a la chica con sumisión mientras cerraba la puerta detrás de ella.
-¿Ordenó algo más?- cuestionó la pecosa, cruzada de brazos.
-No princesa- la mujer se inclinó, pero Coraline estiro una de sus manos con superioridad.
-Deja la llave, no saldré- insistió la plateada.
-Pero...
-¿Pero? ¿Acaso no he sido clara?- insistió la joven.
La mucama no replicó de nuevo, entregando la llave y cerrando la puerta, dejando a Coraline totalmente sola.
La chica bufo, tenía tanta curiosidad por saber que pasaba en su castillo, pero si salía justo después de que su tía diera dicha orden, se metería en problemas y sumado a eso, seguramente sería castigada de manera severa tanto ella como su mucama.
Espero algunos minutos para que nadie sospechara de su salida, asomando la cabeza en ambas direcciones del pasillo y mirando atenta que nadie la viera o siguiera.
Algunos guardias iban y venían de manera rápida, llenándola de curiosidad por saber lo que pasaba.
-Hay dos prisioneros de sumo valor- murmuró un guardia pasando por entre los pasillos, Coraline (escondida entre las sombras de los mismos) escucho atenta la conversación ajena.
-¿Sabes de quien se trata?- cuestionó el compañero de vuelta.
-Sangres roja con poderes- explico el primer guardia llenando de curiosidad los ojos de Coraline.
-Sangre roja con poderes...- susurro para sí misma, caminando lo más alejada de los guardias en dirección a las prisiones dentro del castillo.
[...]
El pueblo ante sus ojos estaba hecho casi cenizas. Sus corazones se estrujado por la escena llena de gritos y olores horribles.
-¡Busquen sobrevivientes!- ordenó Kyle mirando a los plateados y a los rojos, cada uno se movilizó lo más rápido que pudo, pero Kyle tomó del brazo a Marco mirándolo atento -Necesito tu ayuda- susurro.
Rivera miro atento a Hamada, curioso y confundido por sus palabras, así que giro todo su cuerpo para quedar cara a cara.
-Dilo- pidió el moreno sintiendo que caería rendido en los brazos del plateado.
Los pensamientos de Marco iban más rápido de lo que esperaba, hacia algunos días que había comenzado a debatir consigo mismo sobre la bola de sentimientos y emociones que Kyle le provocaba, y si tal vez, el hecho de que le mortificará que le pasara algo provocó que su estómago se sintiera más pesado.
-No logramos comunicarnos con Kubo y Hiro, creemos que...- Kyle se mordió los labios después de tales palabras, no podía, no quería perder a sus hermanos, a los dos niños que había visto crecer y convertirse en hombres.
-¿Tienen alguna idea de donde podrían estar?- cuestionó Marco tomando por los hombros a Kyle, quien había bajado su mirada para evitar ser visto llorar, a Rivera esta acción le provocó un temor enorme.
-No...- susurro frunciendo sus cejas, con la voz quebrada.
Miguel no lograba encontrar a alguna persona con vida y eso comenzaba a frustrarlo. Si tan solo hubieran llegado antes, si tan solo...
-¡NO!- tras aquel grito se escucho una detonación que al moreno le hizo helarse, sacándolo de sus pensamientos para mirar mejor lo que ocurría.
Se escabullo hasta tener frente a él al responsable de tales palabras, sintiendo que su cuerpo se caería en cualquier momento.
-¿Tus últimas palabras?- cuestionó uno de los soldados, apuntando a la cabeza de nada más y nada menos que Jack.
Miguel se sintió confundido pero importandole poco atacó al guardia que dispararía a Jack, este acto provocó que los demás guardias que rodeaban al peliblanco se pusiera alertas.
-¡Disparen ahora!- ordenó el guardia principal, intentado salir de su shock por el ataque de Miguel y volviendo a apuntar a Jack.
Miguel salió de su escondite y atacó a cada uno de los guardias, a quienes derrotó uno a uno hasta solo quedar Jack y el guardia que apuntaba al susodicho.
-Sueltalo- Miguel ardió en llamas su brazo derecho viéndose imponente.
-¿Crees que le haré caso a un rebelde?- comenzó a reír exageradamente -¡Todo su espectáculo esta a punto de caerse en pedazos desde el momento en que capturamos a dos de los suyos!- explicó el hombre.
Miguel abrió sus ojos con asombro, pero aún así dispuesto a atacar.
Leonardo había caído en cuenta hasta apenas ese momento, mirando los diversos cadáveres y el fuego quemando todo a su alrededor, aquel escenario lo conocía a la perfección, lo había visto en una de sus visiones y sabia con certeza que no era nada bueno.
-¡Tenemos que encontrar a Miguel!- pidió el moreno, mirando a GoGo, quien era la más cercana.
-¿Para qué?- cuestionó frunciendo sus cejas con molestia -¡Cumple la misión!- exigió.
-¡No lo entiendes, ya se que pasará. No hay sobrevivientes y seremos parte de ellos si no lo encontramos!- exigió de vuelta el moreno, caminando en dirección contraria a ella y buscando a su amigo.
Tomago suspiro, debía confiar en el chico que veía el futuro y mediante el intercomunicador aviso a los demás de su retirada una vez confirmaron que no había sobrevivientes.
Por desgracia, el menor de los Rivera no pudo escuchar aquello, su intercomunicador se había caído en medio de la batalla y justo ahora solo quedaban él y aquel soldado.
-Miguel, no merezco que me rescates, por favor vete- suplicó el peliblanco con la voz quebrada.
-Hazle caso muchachito, vete- reto.
-¡No merezco que me salves, vete ahora!- grito Jack pero el soldado le golpeó con el arma.
-¿Quieres saber porqué te dice eso?- cuestionó con una sonrisa macabra.
-Quiero que sepas que no fue mi intención llegar a tanto- susurro Jack, pero fue silenciado por otro golpe.
-Estas ante quien los traicionó, ¿quién crees que entregó a tus compañeros?- cuestionó el soldado.
-Imposible, todos estamos juntos- susurro Miguel negando.
-¿Estas seguro de ello?- cuestionó de nuevo el soldado, sonriendo con malicia.
-¡Suéltalo ya!- exigió el moreno.
-¡Estaban en una misión para entrar al castillo de Beldam!- grito Tipolina entre lágrimas, desesperada por no haber recibido alguna señal de ambos plateados, provocando que Tadashi la mirara con asombro.
-Ellos...- su boca se abrió, pero no emitió ninguna palabra, provocando que tanto Marco como él se miraran con terror.
-No se han comunicado conmigo como lo planeamos. Les juro que intente detenerlos pero ninguno me quiso escuchar- explico la morena.
-¿Y Miguel?- cuestionó Leonardo viendo como todos estaba reunidos pero faltaba el mencionado.
-¿No estaba con ustedes?- cuestionó Camilo mirando con preocupación a su amigo.
-¡Hay que encontrarlo!- apoyo Nando.
-¡Es muy peligroso!- insistió GoGo.
-¡Iré solo yo, sé donde está!- advirtió Leonardo con firmeza, corriendo en la dirección contraria a donde estaba, mirando atento su alrededor.
-Se capturaron dos traidores hoy, y tú amiguito fue el responsable de tales actos, pero eso ya lo sabes- explico el hombre apuntando el abdomen de Jack.
-¡Miguel, quiero que me perdonen por eso. Yo no tenía opción alguna, tenían a mi familia y a mi pueblo!- explicó desesperado.
-Capturamos al príncipe Hiro Hamada y su caballero personal- hablo el hombre provocando que Miguel sintiera su cuerpo temblar.
-¿Qué?- Miguel apenas se escucho a sí mismo hablar, sin poder creer o analizar lo que estaba sucediendo.
Un gemido agudo lo hizo reaccionar, notando entonces que el hombre había herido a Jack, para después dejarlo caer.
-¡Eso es una puta mentira!- insistió Miguel, atacando al soldado con todo lo que tenía.
El hombre esquivaba los ataques, diestros y sin remordimiento. Negando mientras reía y veía a Miguel con burla por dejar que sus emociones colapsaran en momentos cruciales.
-¿Crees que mentiría con un paso tan importante para mi reina?- cuestionó con burla.
-¡Miguel!- grito Leonardo apareciendo ante sus ojos, ayudando a su vez a Jack, quien seguía tirado en el piso con una gran herida en su abdomen.
-Déjame morir, te lo suplicó. Es la única manera de que pueda redimirme, lo único que sé es que están en el castillo de ella- murmuró el peliblanco cuando San Juan lo tomó entre brazos.
-¿Qué?- Leonardo lo miro con confusión.
Marco corría lo más rápido que podía, intentando encontrar a su hermano y a los demás. Pero en cuanto diviso a la única persona que necesitaba en un momento como ese, sintió su cuerpo más pesado y su respiración tan agitada que cayó rendido en el suelo.
-Kyle- sintió que grito aquellas palabras, pero el susodicho lo escucho como una suplica.
Cuando se giro miro al moreno en el suelo, provocando que corriera tras él y mirara atento al chico, tomándolo entre sus brazos.
-¿Estas bien?- cuestionó Kyle con preocupación genuina.
-Los capturaron- susurro Marco con angustia, haciendo que todos lo miraran -Kubo y Hiro fueron directo a Beldam, los han capturado.
-Mierda- murmuró Jack cuando vio toda la sangre que salía de su cuerpo.
Miguel tomó entre sus manos al soldado y lo miro con furia, dispuesto a carbonizar su cuerpo.
-¿No me crees? Recuerda mis palabras, rojo- susurro el soldado sin borrar su sonrisa.
-Vete al carajo- murmuró Miguel incendiando el cuerpo del soldado.
-Disculpenme- Jack susurro como últimas palabras, mirando a ambos rojos, quienes sentían su vida parar.
Las pupilas del plateado comenzaron a expandirse, demostrando que su corazón había dejado de latir y su cuerpo sin vida estaba frente a ellos.
-Debe ser una mala broma, no podrían capturarlos tan facilmente- susurro Leonardo con angustia.
Miguel mantuvo su mirada baja, ¿y si no lo era?
-Ambos son demasiado inteligentes y hábiles, no pueden capturarlos tan fácilmente. ¿Verdad?- la voz de Leonardo comenzaba a escucharse desesperada, haciendo que Miguel lo mirara sin expresión alguna.
Pronto, el intercomunicador de Leonardo comenzó a sonar, alarmando a ambos.
-¿Dónde están?- cuestionó Nando con una voz bastante apagada.
-Cerca del centro del pueblo- susurro Leonardo.
-Vamos para allá- hablo GoGo.
[...]
Había logrado escabullirse entre las prisiones, buscando a gente nueva.
Vaya sorpresa la de Coraline al notar que todas las celdas eran ocupadas, por lo que cuando noto una en total oscuridad paro de caminar.
-Muestrate- ordenó la chica a la completa oscuridad, el silencio gobernó en el lugar -Me dijeron que eres un sangre roja- explico en tono arrogante, intentando desafiar a la misma oscuridad.
-Pues lamento informarte que te dijeron mal- susurro una voz masculina que se le hizo peculiarmente conocida.
-¿No tienes poderes?- cuestionó Coraline cruzándose de brazos -¿Por qué no me dejas verte?
-Lo haríamos, si tan solo pudieramos- hablo una segunda voz.
-¿A qué te refieres con eso?- la chica coloco su mano sobre uno de los bordes de la jaula, notando así la energía de la misma.
No podía utilizar sus dotes sobre ella, ¿era real eso de la nueva sangre? ¿Era más fuerte la sangre roja que la plateada?
-Díganme sus nombres, no tengo mucho tiempo- insistió la chica con desesperación, quería tener al menos una respuesta a sus dudas.
-Es curioso que todos en el lugar sepan nuestros nombres, pero usted no- Kubo murmuró mientras negaba.
-Cierto, además. Su tía fue quien nos puso aquí- Hiro asintió ante las palabras de su amigo.
Coraline bufo, no tenía el tiempo para esto y comenzaba a sentir estrés.
-Pensaba ayudarlos, pero creo que tienen todo bajo control- aseguró la chica elevando una de sus cejas con altanería.
-¿Y en qué te beneficiria sacarnos?- Hiro cuestionó con incredulidad.
-Sé que suena poco creíble pero, así como ustedes están en una prisión yo igual.
Mi tía me ha quitado mi lugar en la corona y seguramente esta acabando con lo que se supone es mi pueblo.
Nunca he visto más allá de los muros de este gran castillo, y sé que el mundo allá fuera cambia constantemente. Mis padres me inculcaron eso, y quiero gobernar un pueblo lleno de alegría, no de hambre y tristeza- la chica miro sus propias manos, sin notar que Hiro la escuchaba con un nudo de emociones en su mente.
Aquellas palabras le habían recordado su propia vida antes de esto.
-Mis padres decían que las sangres no son...
-No son superiores una de la otra, son un complemento- terminó su oración el futuro líder.
-Exacto, y si los ayudo a salir deben prometerme que ustedes me ayudarán a mí- Coraline sonrío.
[...]
Las siguientes horas fueron cruciales, y la tensión de todos estaba al tope al no poder contactar aún a los dos jóvenes.
El castillo se mantenía en silencio, a pesar de que todos estaban en la misma habitación.
Kyle estaba paseando a lo largo y ancho de la habitación, intentando idear un plan para encontrarlos.
Tadashi no estaba tan alejado de aquella sensación, la preocupación se notaban en cada parte de su cuerpo y rostro.
-¿Nadie piensa decir nada?- cuestionó Wasabi después de un largo silencio, teniendo como resultado que todos lo miraran en la habitación.
-¿Qué quieres que digamos?- cuestionó con molestia Miguel -¡Nadie me ha dejado salir de esta maldita habitación, justo ahora ellos podrían estar sufriendo o peor aún, muertos!- grito.
-¡¿Y tú crees que nadie más lo ha pensado?! ¡Hablamos de dos de las personas más importantes para mí!- grito de vuelta Kyle, logrando que Marco se colocará entre ambos.
-No comencemos una discusión que sabemos puede terminar muy mal- explico el mayor de los Rivera, mirando a ambos con molestia.
-Marco tiene razón, no podemos arriesgar su seguridad en dado caso de que haya alguna- explico Camilo cruzado de brazos -No podemos arriesgar a más personas.
-Ellos no dirían lo mismo si fuéramos nosotros los que están en peligro- murmuró Leonardo, agitando una de sus piernas con nerviosismo -Ellos buscarían la manera de rescatarnos.
-Nisiquiera ellos, con su gran inteligencia y fuerza, o destreza en batalla pudieron salir de ese lugar. Si vamos alguno de nosotros o tal vez todos acabaremos de la misma manera y todo por lo que han luchado se irá la mierda- insistió GoGo, mirando a todos con destreza.
-¿De verdad no podemos hacer nad-
El cuestionamiento de Nando fue interrumpido por la aparición tan estrepitosa de Lord Nakamura, quien prendió un holograma de lo que era transmitido en todas las ciudades.
Tipolina miro asombrada la transmisión llevando una de sus manos a su boca por la impresión.
-¡Mi pueblo fue masacrado y bombardeado por Beldam Jones, mi familia fue asesinada y yo he sido perseguido por esa mujer!- Hiro señaló a sus espaldas, donde el antiguo pueblo de los Hamada había sido bombardeado, dejando a la vista lo que ahora solo eran cenizas -¡Le pido ayuda a todas las casas, mi reino y yo necesitamos ayuda!
-Carajo...- Tipolina se levantó y miro detenidamente las tomas de la ciudad -Lo lograron...
-¿...El pueblo de los Hamada...?- cuestionó Marco con miedo y tristeza.
-El pueblo que atacó fue una distracción- murmuró Tadashi -Atacaba a nuestro pueblo a la par.
-Ellos están bien...- Miguel miro la transmisión, sus ojos estaban posados sobre Hiro, quien tenía la mirada determinada e intrépida que lo enamoraba.
-Les pido una disculpa por no dejarlos llevar acabo esa misión con mi ayuda, estoy seguro que de haber hecho esto de otra manera nuestro rato amargo no habría ocurrido- se disculpo Lord Nakamura, inclinándose a la par hacia Kyle y Tadashi.
-¿Desde hace cuanto que está esa transición?- cuestionó Nando con curiosidad -Podríamos ir a ayudarlos.
La puerta se abrió de nuevo, de manera más estrepitosa y urgente, dejando a la vista a Hiro y Kubo lo suficientemente heridos y sucios como para ser cuestionados sobre el porqué Coraline Jones, la sobrina de Beldam, los acompañaba.
-Lamentamos la tardanza- murmuró Kubo tomando asiento en la primer silla que encontró, dejando a su cuerpo derrumbarse sobre la misma por el cansancio.
-¿No pensaban comunicarse? ¿Acaso están locos?- reprendió Kyle con furia.
-En realidad si fuimos capturados, pero eso justo ahora no es lo importante. Durante las últimas horas hemos hecho dos tratos con dos casas importantes, así que es necesario que hablemos sobre ello- Hiro explico tomando asiento de igual manera -Les pido que solo estén en la sala a mis hermanos- exigió desconcertando a los rojos.
-Cómo usted ordene, rey- Lord Nakamura se inclinó.
-Espere, Lord, le pido que le otorgue una habitación lo suficientemente resguardada y vigilada a nuestra acompañante- Hiro miro a la chica, provocando que todos la miraran.
Nadie hizo algún cuestionamiento después de ello. Raiden indicó a la chica por donde caminar mientras que los rojos se quedaron fueran del gran salón sin poder escuchar alguna palabra.
Después de quince minutos, las puertas se volvieron a abrir dejando como primer vistazo a un Kyle bastante desorientado.
-¿Kyle?- cuestionó Marco, quien estaba sentado en el suelo con la espalda recargada sobre una de las paredes, levantándose a la par de su cuestionamiento.
-Yo... yo...- Kyle no podía formular respuesta alguna, y miro a Marco -Necesito hablar contigo- pidió después de unos segundos.
El moreno asintió y camino junto al plateado, poco después salió Tadashi igual de desconcertado. Y sin dirigir alguna palabra a los rojos, camino con firmeza analizando lo que había ocurrido adentro.
-Tadashi- murmuró Nando esperando que el mayor de todos pudiera explicar algo.
-Chicos, necesito un tiempo para razonar las cosas, prometo que se los explicaran después- pidió el Hamada mayor saliendo de su vista.
Wasabi y GoGo se miraron entre ellos, dispuestos a seguirlo dejando solos a los jóvenes.
-Como les dije hace mucho muchachos, cuando no les fuéramos útiles nos desecharían- murmuró Camilo cruzado de brazos y caminando por el pasillo dispuesto a irse.
Leonardo y Miguel lo miraron sin decir nada, el mayor de los San Juan comenzó a caminar detrás de él.
-Yo lo arreglo- aseguró San Juan, dejando solos a Miguel y Leonardo.
Después de algunos minutos, tanto Hiro como Kubo salieron del lugar con caras largas y serias.
Yo te llegué a pensar, pero nada importante
Te di por ahí un lugar, y ahora no puedo encontrarte
No sé si fuiste tú o si fui yo otra ve'
Pasó sin darme cuenta y no sé cómo fue
Y ahora yo tengo ganas de buscarte
Porque no sé si aguante el tener que extrañarte
-Ven conmigo- pidió Hiro tomando la mano de Miguel y guiandolo entre los pasillos hasta los calabozos.
Una vez ahí, Hiro guío al moreno hasta Baymax, quien los miro provocandole un escalofrío a Miguel.
El plateado comenzó a caminar hasta llegar al dragón, quien no despegaba su mirada de Rivera. El pelinegro pasó su mano por el enorme cuello del dragón hasta llegar a una silla, con agilidad subió a esta.
Miro a Miguel, quien seguía indeciso y con pánico mirando al dragón.
-Sube, quiero que mi primer vuelo sea contigo- pidió estirando su mano.
-Hiro, no creo que sea buena idea. ¿Cómo sabes que es seguro?- cuestionó sin ganas de subir.
-Miguel, no me quites esto- insistió con una sonrisa.
El moreno lo pensó unos segundos más, Hiro nunca había hecho algo que lo pusiera en peligro, y si era realista, aquel dragón había sido entrenado y adiestrado por el plateado, debía confiar en él.
Canto aquí
No me hagas caso
Que te iré olvidando
Paso a paso
Te iré dejando ir
Rivera dio un paso más, tomando la mano de Hiro, quien lo ayudó a impulsarse para subir. Una vez Miguel estuvo sentado y asegurado, el plateado dio una orden al dragón, este comenzó a caminar por los pasillo del enorme calabozo hasta llegar a la salida trasera del castillo.
La luz de la luna los baño, dejando al descubierto la hermosa noche estrellada. El dragón abrió sus enormes alas y emprendió vuelo.
Marco estaba sentado en medio de los jardines reales, mirando la silueta de Kyle, la cual era alumbrada por la luz de la luna.
No sé cómo algo así no lo esperaba
Si estando cerca todo se alejaba
Nos devolvía el viento algunas veces
Como cual inyección que te adormece
-¿Qué pasa, Kyle?- cuestionó sin entender muy bien lo que sucedía.
-Me he dado cuenta de algo- susurro sin dejar de darle la espalda -Mis sentimientos hacia Hiro eran errados, siempre lo quise como a un hermano pero confundía mi amor y cuidado fraternal con otro tipo de amor- se giro para ver al moreno -Pero ahora sé lo que siento.
Marco, desde que te conozco yo he comenzado a entender mejor mis sentimientos, he encontrado en tí un amigo y confidente.
Quiero que sepas...- se inclinó para tomar las cálidas manos de Rivera entre las suyas -Quiero que sepas que te amo.
La herida se descose y me supura
Pero yo la decoro con pintura
Y mientras tu recuerdo se derrite
Siento que hay algo en mí que te repite
-¿Me amas?- cuestionó Leonardo aun en shock, mirando el cuerpo desnudo de su acompañante.
-Lo he dicho, Leo- susurro Kubo con una sonrisa, acercando su rostro hasta el del mencionado para depositar un beso.
-Sí, es solo que...- Leonardo se quedó procesando aquellas palabras, no era que no sintiera amor por Kubo, solo que esperaba decir él primero aquella frase, quería que fuera en un momento especial pero el plateado había dicho aquellas palabras tras su orgasmo en su acto sexual.
-Te amo, Leonardo- susurro de nuevo Kubo, abrazando a San Juan, recargando su rostro sobre su pecho para poder escuchar su corazón.
Creí que ibas a hacerme siempre compañía
Pero tienes tu vida y yo tengo la mía
Y aunque esto que te digo nunca fue importante
Quédate este ratito pa' poder cantarte
-Yo te amo más- murmuró Miguel, mirando a Hiro con una sonrisa.
Aquellas palabras, dichas en pleno vuelo por el plateado habían hecho a su corazón saltar de alegría, besando al pelinegro cuando estuvieron de vuelta en tierra.
-Te amo demasiado- aseguró Miguel abrazando su cuerpo.
A la mañana siguiente, cuando los rojos estaban en el campamento, todo los plateados dejaron el castillo y Lord Nakamura se negó a dar información sobre su paradero.
Canto aquí
No me hagas caso
Que te iré olvidando
Paso a paso
Te iré dejando ir
Bueno, con este capítulo comienza el clímax en The Crown, una nueva etapa que estoy muy emocionada por compartir.
Gracias a todos los que me han acompañado a lo largo de este año con mi historia, estamos próximos a su final.
Sin más por el momento, nos leemos en el siguiente capítulo.
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