X. Sobrevivir

-¡Atacame con todo lo que tienes, imbécil!- grito furioso su oponente.

El pelinegro estaba en el suelo, su labio sangraba y tenía golpes en su cuerpo, pero su oponente estaba peor a él.

Aún estando sobre una de sus rodillas vio al hombre que le gritaba con desespero, se limpio el labio con el antebrazo y después se levanto lentamente.

-¡Maldito imprudente!- grito Hiro mirandolo atento -Tú capacidad cerebral está muy por debajo de la mía y no te has dado cuenta de que estoy bloqueando las comunicaciones. Lo que me impide atacarte con todo lo que tengo- explico sabiendo que el plan iba a la perfección.

El hombre miró aterrado a Hiro, y después comprobó esto intentando llamar refuerzos, pero tal como había dicho el plateado, las comunicaciones estaban cerradas.

El hombre sintió su cuerpo temblar, si no lo estaba atacando con todo su poder y estaba a unos golpes de morir, no quería saber lo que pasaría si el chico atacaba con todo lo que tenía.

-Habla de una maldita vez antes de que acabe con tu miserable y repugnante vida- Hiro dio unos pasos en dirección al hombre pero este se alejó de igual manera, intentando no demostrar su debilidad -¿Qué es lo que quiere Beldam? Habla de una buena vez.

De las manos de Hiro salieron algunos rayos incontrolables que delataban su enojo, y su cabello estaba comenzando a ser manipulado por la electricidad al igual que el resto de su cuerpo.

El príncipe no sabía cómo se encontraban los demás, al cortas las comunicaciones también se habían cortado las de ellos. Ese acto era un arma de doble filo que estuvieron dispuestos a utilizar, pero ahora y a juzgar por los oponentes tan fuertes que le habían tocado al Hamada, temía por la vida de sus compañeros.

El hombre frente a Hiro corrió en su dirección con una de sus manos hecha piedra, el Hamada sonrío e intentando que su método de aislamiento en las comunicaciones no se desactivará atacó.

Los rayos chocaron contra la roca, provocando que el humo y la ahora apareciente ceniza se dispersara por todo el lugar.

El chico volvió a atacar en ese momento, sabía que su oponente estaba débil y siguió atacando muy de cerca cuerpo a cuerpo.

[...]

5 horas antes:

La mujer miro atenta a los doce jóvenes que estaban frente a ella, todos con la mirada baja.

Doña Rosa estaba molesta, lo tenían todos presentes y más las dos personas que estaban a las orillas de cada lado. Ambos jóvenes (en los que doña Rosa posaba más su vista), tenían las cejas fruncidas y la cara de vergüenza que delataba sus sospechas.

-Han puesto el campamento en peligro- comento la mujer en un tono duro.

-Es mi culpa- comento Miguel dando un paso adelante, haciendo que todos lo miraran con asombro.

-No, fue mi culpa- interrumpió Hiro caminando en dirección a doña Rosa.

-Hiro...

-Yo obligue a Miguel a traer al plateado hasta el campamento, fui ignorante y rencoroso. Es mi culpa que esto haya sucedido- comento Hiro interrumpiendo a Miguel.

-El campamento está en peligro, ¿te das cuenta de eso?- la mujer observo de manera molesta a Hiro, que a pesar de sentirse avergonzado y molesto, su semblante se mantenía duro y las cejas oscuras estaban fruncidas.

-Lo tengo en cuenta- Hiro asintió firme sin titubear.

-Esto es absurdo, ignorante y hasta molesto. Te hemos dado nuestra confianza y, solo llegan más plateados a este lugar y todo se vuelve un caos- reprochó la mujer.

Kyle observo a la mujer con furia, dispuesto a defender a su hermano pero Tadashi se adelanto posando una de sus manos sobre su hombro deteniendo sus acciones.

-Le pedimos disculpas en nombre de mi hermano- hablo Tadashi de manera fuerte -Pero mi hermano lo hizo con todo su derecho de ayudar al chico, nos hacemos responsables claro, pero el chico estuvo apunto de perder su vida por gente de sangre roja- explicó -Además, esas son acciones que haría un buen líder, un rey.

Todos miraron atentos a Tadashi, con asombro, en especial los dos plateados más jóvenes. Yamamoto siempre había admirado a los hermanos Hamada por su fuerza de voluntad, intelecto y coraje, había aprendido de ellos y justo ahora notaba que nunca se había equivocado con respecto a ellos.

-Además, no creo que esa sea la forma de hablarle a su siguiente rey- comento Kyle con molestia mirando de mala manera a Doña Rosa.

Hiro miró atento a sus hermanos, que lo habían respaldado pero las palabras de Kyle le habían provocado una mezcla de miedo y asombro.

-¿Qué...?- cuestionó Hiro con un hilo de voz, por la impresión apenas y podía formular su pregunta.

-Nos hacemos responsables por las acciones de nuestro rey, y si es necesario que nos apartemos del campamento lo haremos a primera hora- hablo Gogo con los brazos cruzados y siendo apoyada por el resto de plateados.

-Aquí nadie tiene un título- hablo la mujer aun con notable molestia -Nadie es nada en este lugar, y si no piensan acatar las indicaciones pueden retirarse del campamento.

El grupo de morenos vio con asombro a Doña Rosa, que no dudo ni un momento en sus palabras. Leonardo miró a Kubo con miedo en busca de una redención ante su mirada, pero en su lugar Kubo tenía las cejas fruncidas y una cara de molestia.

-Le puedo asegurar señora Rosa, que Hiro, ni yo y mucho menos alguno de los plateados presentes hemos hecho alguna acción con el fin de dañar el campamento, pero Tadashi tiene razón. Dicen querer ser mejor que el ejército de Beldam pero no dejan de lado el típico concepto de las sangres- Kubo se cruzo de brazos y bufó -¿Qué pasaría si él hubiera sido de sangre roja? ¿No habría problema? Los siguieron, estuvo mal, ambos bajaron su guardia y eso es un error inaceptable. Pero lo siguieron niños en busca de su hermano, niños de sangre roja- recalcó.

-Y tiene toda la razón, no hay títulos en este lugar. Pero tanto ustedes como nosotros tenemos algo en común, vencer a Beldam y derrocarla del poder- comento Wasabi mientras se llevaba una mano a su barbilla -¿Qué pasará cuando eso suceda? ¿Las tierras se volverán de nadie para que la situación se vuelva a repetir una y otra vez? Los distintos reinos plateados querrán tomar posesión sobre ellas y podrían iniciar una guerra que se pagará con mucha sangre de un color muy familiar para ustedes.
Así que, la única alternativa es que Hiro sea el rey- explico el moreno.

-Tadashi...

-Yo no podre tomar el cargo, los plateados no me lo permitirán y menos tomando en cuenta que tendré un hijo con una mujer cuya sangre en roja- explico Tadashi interrumpiendo a Hiro, tenía la mirada baja pero la alzó solo para ver con nostalgia a Hiro, sabía el peso y la responsabilidad que le estaba dejando, desposar a una persona sin amor, solo títulos y una vida infeliz -Además, no puedo abandonarlos. No me lo perdonaría ni yo mismo.

-Usted decide si ayuda a su futuro rey ahora mismo, y si ganamos su pueblo y muchos rojos sobrevivirán a guerras que estarán en el poder y manos de Hiro para ser evitadas o si hace todo lo contrario- Gogo dio un paso adelante y miro a todos en la sala -Además, el deber de un caballero real es proteger a la corona, Kubo corre riesgos y si el muere el plan también se irá al carajo.

El grupo de siete amigos se miro entre sí, a Miguel le dolía el pecho, tanto que a cada palabra se le desbordaban sensaciones de tristeza y coraje que subían poco a poco hasta su garganta. Pero no era el único, Leonardo tenía la misma sensación y no apartaba la vista de Kubo.

-Kubo y Hiro tienen que sobrevivir a todo esto, su deber como caballero cuando Hiro llegue al trono será desposar a una mujer para ser la mano derecha de Hiro- se autoexplico Fredd en un tono alto y despreocupado.

Kubo sintió una presión en su pecho que poco a poco bajaba por su esófago hasta su estómago, sabía lo que tenía que hacer, su padre se lo había explicado miles de veces antes de morir y cuando conoció a los Hamada con sólo cinco años de vida se prometio dar su vida por ellos si era el caso. Pero no espero que un moreno de sangre roja rompiera con todos sus estándares.

-Es mi campamento, mis reglas y mi ejército. No vendrán a darme órdenes ¿quedó claro?- la mujer se levantó amenazante pero ninguno de los plateados titubeo.

-Sí quisiéramos darle órdenes lo hubiéramos hecho desde que llegamos- reto Kyle ganando una mirada amenazante de Nando.

-Vuelve a hablarle así a mi abuela hijo de puta- comento el moreno caminando en dirección a Kyle, pero fue interrumpido por Camilo que poso una de sus manos sobre el pecho de Nando deteniendo su andar.

-¡Ya basta!- grito Hiro logrando que todos lo miraran -Mi gente tiene razón, debemos derrocar a Beldam y si esta es la única forma de evitar que el mundo vuelva a retroceder en estúpidos ideales de sangre lo haré.
Pero peleando entre nosotros no conseguiremos nada- miro a todos con un semblante tan serio que no era digno de Hiro, nisiquiera cuando estaba molesto, preocupando a Kubo que lo conocía en todas sus facetas -Acepto mi responsabilidad al poner en riesgo el campamento, si tengo que hacer algo para que pueda volver a confiar en mí lo haré- se lamió los labios que estaban tan secos ante tales emociones, dándole un toque algo rudo a su comentario.

-En las siguientes misiones no pienso arriesgar a mis niños- hablo Doña Rosa con molestia acercándose a Hiro -Ustedes tendrán que demostrar que queremos lo mismo -coloco una de sus manos sobre el pecho de Hamada de manera amenazadora y después camino por la casa tomando sus mapas -Sí la información de los niños es cierta y no es una trampa, Beldam atacó el pueblo de Catalina- señaló el mapa del pueblo -Deberán ir allá y derrotar a las tropas.

[...]

Actualidad:

Hiro soltó el cuerpo del hombre inerte, lo había electrocutado hasta la muerte. Camino de manera algo lenta por las heridas en su cuerpo y después siguió el plan.

Si todo iba bien, sus compañeros deberían estar en el punto donde habían acordado. Así que, con dificultades al respirar comenzó a visualizar todo su alrededor por sí había algún otro guardia.

Cuando noto que no había nadie hizo la señal, generando solo una pequeña descarga por los cables de un poste que hizo que la luz apareciera por menos de dos segundos. Kubo apareció entonces, con el cuerpo igual de herido que Hiro, los soldados que habían combatido no era iguales a los de siempre, estos eran de los soldados que por lo general se entrenaban para cuidar el castillo y misiones especiales, como las que solía cumplir Kyle.

Así que la fuerza bruta y agilidad de los soldados era mucho mayor a la que normalmente tenían que combatir.

Ambos pelinegros se miraron de pies a cabeza analizando las heridas del otro, para después darse una mano ayudando al otro en apoyarse.

-¿No ha llegado nadie más?- cuestionó Kubo mirando a su alrededor.

-No, esto es preocupante- Hiro lo miro con pánico y después imito su acto de ver los alrededores.

Kubo se alertó al sentir un viento extraño golpearle el rostro, conocía esa técnica a la perfección. Miro a Hiro con asombro y después lo soltó con agilidad para mandarlo a volar con aire.

Hiro estampó con una pared, pero lo suficientemente lejos para recibir el ataque del oponente. Con dolor, el Hamada se levantó siendo testigo de cómo Kubo peleaba con un hombre de talla más grande a ellos y con los mismos dotes del excaballero.

La pelea era igualitaria pero por las diversas heridas en el cuerpo de Yamamoto, su potencial iba decayendo de poco a poco.

Hiro quiso entrar en la batalla, pero pronto un hombre con dotes de agua lo atacó haciéndolo estampar contra una pared e intentando ahogarlo.

Ambos chicos estaba agotados, heridos y desesperados. Hiro no podía usar ni la mitad de su don sin ver afectado el bloqueo de comunicaciones, mientras que Kubo debido a las heridas ya no tenía el mismo potencial.

Entre los ataques, Hiro había quedado envuelto en una masa de agua que le impedía respirar o moverse siquiera, mientras que a Kubo lo torturaba quitando el oxígeno poco a poco de su cuerpo. Ambos estaban comenzando a entrar en pánico, pero una roca choco contra el cuerpo del hombre que atacaba a Kubo haciendo que el ataque se desvaneciera y Yamamoto cayera al piso de manera algo brusca.

El excaballero comenzó a respirar de manera honda para recuperarse, y después miro de donde venía el ataque, apareciendo ante sus ojos Nando y Miguel, este último atacaba al hombre de dotes de agua con agilidad, pero la ventaja no inclinaba al moreno.

Pronto apareció Leonardo, que ayudó a Rivera dándole indicaciones a Nando de que se llevará a ambos plateados.

-¡Espera, no podemos dejarlos!- protesto Kubo cuando Nando se lo llevo cual costal de papas sobre su hombro derecho, mientras que en el izquierdo llevaba a Hiro que parecía haber perdido la conciencia.

-¡Déjalos, estarán bien!- mencionó Nando para después meterse en un callejón y crear un silbido algo fuerte que lastimo los oídos de Yamamoto.

Ante sus ojos se creó un portal por el cual cruzo Nando con ambos plateados, y los dejo en el piso de el bosque no muy lejano al campamento.

-¡Espera, Nando!- grito Kubo tomándolo del brazo justo cuando estaba a punto de cruzar de regreso -No puedo dejarlos, son demasiado fuertes- protesto y con una ráfaga de viento dejó a Nando contra un árbol.

-¡Hijo de puta, bájame cabron. ¿Qué no ves que estamos ayudando?!- protesto molesto moviéndose aun sobre el árbol.

Kubo rió unos momentos y se acercó hasta Hiro, le abrió la boca y con un simple movimiento de manos sacó toda el agua de los pulmones de Hamada logrando despertarlo acompañados de algunas toses.

-Ahora vamos, aún no hemos terminado- hablo Kubo deshaciendo el ataque contra Nando y cruzando seguido de Hiro que respiraba de manera lenta y honda.

-¿Qué pasó con eso de que ustedes no pueden morir?- cuestionó Nando cuando los tres estuvieron de vuelta.

-¿No se supone que ustedes no vendrían?- cuestionó Hiro.

Nando soltó una risita nerviosa y después negó, ya no quiso cuestionar más y mirando a ambos pelinegro sonrío.

-¿Cuál es el plan?- cuestionó el moreno.

-No morir- Yamamoto sonrío y salió corriendo del callejón seguido de Hiro, que rápidamente volvió a cortar las comunicaciones. Sabía que el tiempo que estuvo desmayado fue suficiente para que pudieran pedir respaldo, así que generó una descarga masiva que hizo un corto en todo el pueblo y algunos alrededores.

-Lo lamento- murmuró Hamada debido a la falta de luz.

Leonardo combatía contra el hombre de dotes de viento, pero su cuerpo comenzaba a cansarse, además sentía que le faltaba la respiración. Y justo cuando cayó rendido debido a la falta de oxígeno, apareció Yamamoto que atacó de manera brusca a su oponente. Generando que el hombre saliera disparado contra una pared y azotando de manera tan brusca que se golpeó la cabeza matándolo en el golpe.

-¿Estas bien?- cuestionó Kubo extendiendo una de sus manos a Leonardo, este la acepto aún cuando sus pulmones seguían pidiendo oxígeno.

El moreno asintió y miro a Kubo, este último estaba preocupado.

-¿No se supone no debes morir?- cuestionó aún con dificultades Leo.

-¿No se supone que ustedes no debían venir?- atacó Kubo enarcando una de sus cejas, Leo le sonrío y después asintió levantando sus hombros.

-Estoy dispuesto a tener tu tiempo, aunque sea solo la mitad- mencionó Leo mirándolo con nostalgia, provocando confusión en Kubo.

-¿De qué hablas?- Kubo ladeo la cabeza.

-Sé que debes desposar a una plateada, tener una familia y seguir con tu linaje. Pero estoy dispuesto a verte hacer todo eso con tal de que no me dejes, y también sé que nunca amaras a nadie más porque nunca lo has hecho hasta ahora- Leonardo pasó una de sus manos por el rostro de Kubo.

-¿Qué clase de pedida de mano es esa San Juan?¿Quién se declara estando a punto de morir?- cuestionó en verdad confundido Kubo, provocando una risa en Leonardo a pesar de haber matado el momento romántico del moreno -No digas estupideces y vámonos.

Por el lado de Miguel, Hiro había ayudado al moreno provocando que el hombre con los dotes de agua se autoelectrocutara lanzando un rayo al agua que manipulaba, pero no había sido suficiente para detenerlo.

-¡Hiro, necesito que hablemos!- mencionó Miguel atacando al hombre a capa y espada.

-¡Ahora no Miguel, estoy intentando no morir!- protesto molesto el pelinegro.

-¡Lo que viste de Mirabel fue un malentendido!- grito el moreno para después ser atacado por el hombre provocando que saliera disparado contra el suelo.

-¡DIJE QUE AHORA NO!- protesto de nuevo molesto Hiro, y atacó con un voltaje demasiado alto debido al enojo, provocando que el hombre cayera electrocutado.

-¿Y ahora?- cuestionó Miguel levantándose del piso y elevando su temperatura corporal para que su cuerpo y ropa se secará.

-Miguel, no quiero escucharte- protesto Hiro y corrió en busca de sus hermanos, seguido de Miguel.

-¡No me callaré hasta que me escuches!- murmuró en un grito Miguel -Lo que viste con Mirabel no es lo que crees, ella me beso pero yo a ella no, la quite poco después de que ella me beso y le explique que no sentía lo mismo.

Para ese momento, Miguel iba detrás de Hiro, quien corría en busca de sus hermanos con cautela.

-Te juro que del único que estoy enam...

El moreno fue interrumpido por un ataque, Hiro lo miro malhumorado y después negó para ir a ayudar.

-¿Entiendes por qué no quiero hablar de eso ahora?- protesto Hiro mientras ayudaba a su amigo.

Ambos eran atacados por un chico con control del metal, el cual atacaba con cientos de navajas a ambos jóvenes.

-¡Bien, bien, error mío!- protesto Miguel ya algo irritado por la negativa de Hiro.

Kyle se escondía con desespero, sus oídos le dolían, sus tímpanos estaba a nada de explotar. Respiro de manera algo frenetica buscando alguna manera de derrotar a su oponente.

Se trataba de una mujer que tenía la capacidad de elevar su voz de manera tal que dañara los oídos de sus oponentes.

Debía cortar directo en la garganta, pero cada que estaba a nada de crear su cometido, la mujer habría su boca provocandole un dolor extremo en los oídos y cabeza, además de que le paralizaba el cuerpo.

Rompió la tela negra de sus mangas y haciendo unas bolitas con la tela, las incerto en sus oídos dispuesto a atacarla de nuevo.

Y justo cuando salió la mujer sonrío dispuesta abrir su boca, pero Kyle atacó cuerpo a cuerpo de manera rápida intentando en todo momento dar en la garganta, pero justo cuando estuvo a punto de lograr el cometido, la mujer abrió su boca lista para atacar.

Pronto, un portal se abrió justo frente a la mano de Kyle, atravesandolo y apareciendo en uno de los costados de la mujer, dando así en su garganta.

La mujer cayó desangrándose, y Kyle regreso la mano por el portal mirando confundido a su alrededor.

-De nada- mencionó Marco bajando de uno de los tejados de las tantas casas, con ambos pulgares levantados y una sonrisa coqueta.

Kyle sonrío divertido por el acto del moreno, y justo cuando iba agradecer el Rivera fue atacado por unas lianas.

Hamada abrió sus ojos con asombro y corrió en dirección al oponente que paralizaba a Marco, cortando de un solo movimiento las lianas con las que ataba a Marco.

Pero el soldado atacó con diversas plantas más a Kyle, tan pronto como Marco se deshizo de las lianas tomó a Kyle por la cintura y se abalanzó en uno de sus portales.

-¿Qué carajo haces aquí?- cuestino Kyle cuando ambos habían cruzado el portal, cayendo contra el suelo de una manera brusca y dolorosa.

-Vinimos a ayudar- murmuró sobandose la cabeza el moreno debido al golpe, giro su cuerpo en busca de ver a donde los había mandado pero pronto un ataque fue hacia ellos, por lo que Marco cubrió el cuerpo de Kyle para él recibir el ataque.

Kyle lo miro asombrado, pero con su control en navajas atacó al hombre para hacerlo morir rápidamente.

-Mierda, no hagas eso- Kyle quito el cuerpo de Marco de encima suyo y miro a su alrededor dispuesto a pararse.

-¡Te estoy ayudando, pendejo!- molesto, Marco se paro del piso y sacudió sus ropas.

-Tu prioridad debe siempre de ser tu vida, no la mía- Kyle se acercó a Marco algo amenazante y coloco su dedo índice en su pecho.

-¿Y qué pasa con eso de cambiar el mundo? Si mueres tú o alguno de ustedes, no habrá ese cambio- Marco se cruzo de brazos y miro retador a Kyle.

El mayor se tallo el rostro con una mano frustrado, Marco era solo unos cinco centímetros más bajo a él y a pesar de eso parecía no tenerle miedo. Chasqueo la lengua y después miro al moreno, que no quitaba su semblante retador.

-Tú ganas- Kyle tomó de la mano a Marco y comenzó a correr mientras arrastraba al moreno en busca de sus hermanos, la batalla aún no terminaba y temía porque alguno estuviera herido de gravedad.

En un momento de la batalla, Hiro y Miguel se habían separado para buscar a los demás de manera más rápida, acordando un punto donde se verían en 15 minutos. Pero Hamada había sido interrumpido por un hombre con habilidades de aire que lo atacó por sorpresa quitando todo el oxígeno de sus pulmones.

-No sabes cuanto odio a los rebeldes rojos, malditos sangre sucia- hablo el hombre teniendo a Hiro por el cuello de la sudadera azul y provocandole la asfixia.

-T-Te...- Hiro intento hablar, pero por la falta de oxígeno le era imposible, con el pánico recorriendo su cuerpo intento idear un plan para salir del ataque, y coloco sus manos sobre la cabeza del hombre para después electrocutarlo y provocar que sangrará de oídos, nariz, boca e incluso ojos.

Cuando el hombre cayó muerto, Hiro cayó al piso y busco rápidamente dar bocanadas de aire para recuperarse. Tocio en algunas ocasiones y espero a que su cuerpo se recuperará, hasta que una mano fría se poso sobre su espalda alarmandolo y provocando que de un rápido movimiento la persona fuera electrocutada.

-¡Mierda, Jack!- Hiro miró asustado a Jack, que estaba en el piso con algunas corrientes de electricidad recorriendole el cuerpo, y en un rápido movimiento reviso sus signos vitales.

-Carajo- murmuró adolorido el peliblanco para después pararse aún adolorido -Recuerdame no asustarte nunca- sonrío algo burlón cuando el dolor pasó poco a poco.

Hiro lo golpeó por la nuca y lo miro con desaprobación.

-Da gracias de que no estas muerto, idiota- Hiro se levantó y después estiro una de sus manos a Jack, el cual la tomó y se levantó con su ayuda -No deberías estar aquí, estás herido.

-Es mi pueblo, tengo que ayudarlos. Además, debía devolver el favor- murmuró con una sonrisa Frost.

Hiro bajo la mirada hasta el dorso de Jack, donde noto que el bendaje estaba limpio, era una de las ventajas de la sangre plateada, las heridas curaban demasiado rápido a diferencia de los sangre roja.

Jack sonrío cuando vio donde estaba la mirada de Hiro y dispuesto a hacer un chiste abrió su boca, pero noto entonces a personas acercarse y tomó por la mano a Hiro llevándolo a un callejón.

Ambos se escondieron entre la oscuridad del callejón y esperaron que los soldados pasarán para atacarlos por sorpresa.

Ambos combatían cuerpo a cuerpo y con una dualidad digna de un entrenamiento como si fuera así desde siempre, Jack sonrío al notar que tanto él como el pelinegro se acoplaban de tal manera. Cuando terminaron con los soldados fueron en busca de los demás.

Pero el cuerpo de Hiro estampó contra un hombre justo cuando daban un giro, haciéndolo caer. Jack se puso alerta ante esto, pero bajo la guardia cuando noto de quien se trataba.

-¡Perdón, perdón, no era mi intención asustarlos!-Tadashi ayudo a pararse a su hermano y se miraron fijamente.

-¿Y los demás?- cuestionó Hiro tomando por los hombros a su hermano.

-Acabo de ver a Wasabi, Gogo y Fredd. Ya están a salvo, solo no encuentro a Kyle y Kubo- explicó.

-Kubo esta bien, nos veremos en el centro en menos de diez minutos junto a los demás- Hiro sonrío.

-¿Los demás?- Tadashi observo a su alrededor, ya no había ninguna figura más a la que atacar, se mordió el labio inferior y después miro a su hermano -Vamonos, tenemos que encontrar a Kyle- murmuró, Hiro asintió y comenzó a correr detrás de su hermano seguido de Jack.

Miguel corrió en dirección al centro donde había quedado con Hiro, y donde estaban Nando, Kubo y Leonardo quienes se cruzaron con el moreno justo cuando buscaban a los demás.

-¿No ha llegado nadie?- cuestionó el Rivera teniendo una negativa de los tres.

-Debemos buscarlos- murmuró Kubo dispuesto a irse, pero fue detenido por Leonardo.

-No podemos, tal vez Hiro ya los encontró y si te vas retrasaremos más la huida- explico Leo sin soltar a Kubo.

Miguel asintió, pero en su pecho tenía un mal presentimiento y quería irse para buscar al plateado. Pero en su lugar miro a los tres chicos frente a él y después infló sus mejillas.

-¿No hay señales de Marco?- cuestionó Miguel, Nando negó y después miro a sus espaldas, de donde venían Gogo, Fredd y Wasabi.

-¿Qué hacen ustedes aquí?- Cuestionó Gogo de una manera ruda mirando al grupo de morenos.

-¡Estamos ayudando! ¿Qué no es obvio?- Nando se llevó sus dedos al puente de la nariz con molestia.

-¿Dónde están los demás?- cuestionó Kubo mirando a los tres plateados.

-Tadashi viene en camino, esta buscando a Kyle y Hiro- explico Wasabi.

-Deben comenzar a retirarse- murmuró Miguel mirando al grupo de plateados, estos lo miraron con confusión -Buscaré a mi hermano para que los lleve al campamento, ya deben de irse. Leonardo, Fernando y yo buscaremos a los que faltan- explicó.

-Eso es suicidio- explico Fredd con ademanes exagerados.

Kyle y Marco habían llegado a un punto trágico, al caer por tercera vez en un portal y salir de este habían dado justo en el sitio donde estaban los guardias que vendrían a ayudar, y justo ahora no podían pelear.

Ambos estaban totalmente heridos y cansados, pero sus cuerpos no dejaban de moverse a pesar de ser una pelea realmente injusta.

-¡Marco, debes irte!- grito Kyle lanzando una lluvia de cuchillas contra tres hombres que lo atacaban.

Marco abría portales como siempre solía hacer, dirigiendo los ataques que pudiera hacia otra persona, pero no siempre era tan rápido y algunas veces lograban dañarlo.

-¿Y qué hay de ti?- cuestionó sin mirarlo, abriendo un portal más.

-¡Se lo debo a Socorro, ahora lárgate!- contestó Kyle justo antes de golpear a uno de los soldados.

Marco lo miro por fin, su orgullo rojo le impedía dejarlo pero además, sus palabras le habían calado hasta los huesos. Rivera miró a su alrededor, como si todo fuera en cámara lenta vio llegar a Hiro y Tadashi, acompañado del chico peliblanco.

Los tres atacaban de manera brusca a los hombres, pero aún la desventaja era demasiada. Marco sintió su cuerpo temblar, aún cuando seguía atacando a los diferentes soldados no creía poder salir vivo.

Pero pronto llegaron a su lado diferentes soldados, que traían consigo katanas y armaduras negras con azul, comenzaron a atacar a los hombres de Beldam y poco a poco fueron ganando campo.

-¿Qué es esto?- cuestionó Hiro mirando a Tadashi.

-Ayuda- murmuró su hermano con una sonrisa.

Ante los ojos de los plateados, el hombre que llegó en su ayuda fue un signo divino de suerte. Para Marco, fue un símbolo de paz, pero sobre todo fue más allá de eso para Hiro cuando el hombre se retiro el casco de su armadura y le sonrío.

-Príncipe Hamada, me alegra verlo- comento el hombre con una sonrisa y una reverencia.

-Lord Nakamura...- Hiro lo observo con asombro y correspondió la reverencia como forma de agradecimiento ante la ayuda.

-Lamento la tardanza, mis hombres tienen la orden de no dejar a nadie con vida- mencionó el hombre cuando sus hombres habían casi acabado por completo con el ejército de Beldam.

-Cuestionen a algunos cuantos y tómenlo como rehenes- mencionó Kyle parándose alado de sus hermanos, y junto a este, Marco.

Nakamura asintió y con un simple movimiento de manos ordenó lo que Kyle había pedido, después de un rato y con los rehenes suficientes comenzaron a caminar en dirección al centro del pueblo, donde estaban los demás.

Yamamoto sonrío al ver a sus amigos con vida, pero se quedó estático al reconocer el color de las armaduras de las personas que los escoltaban.

Gogo y Wasabi hicieron una reverencia de agradecimiento ante el hombre que lideraba a los soldados, Hiro camino en dirección a Kubo, a quien abrazo con fuerza y después lo tomo de la mano para sacarlo del shock.

Nakamura, (que se había puesto su casco de nuevo), retiro el casco y sonrío estirando una mano hasta la mejilla de Yamamoto.

-Sabía que estabas vivo-murmuró el hombre con una sonrisa sin retirar su mano de la mejilla de Kubo.

Kubo soltó algunas lágrimas que resbalaron lentamente por sus mejillas, coloco su mano sobre la mano de Nakama y sonrío, para después abalanzarse sobre el hombre y abrazarlo por el cuello.

-Ojīsan*- murmuró sin soltar el agarre.

----------
Ojīsan: Abuelo en japonés.

Este será el último capítulo semanal ya que estoy estudiando de lunes a viernes y trabajo los fines de semana. Pero gracias a todos lo votos y comentarios de todos en verdad, han logrado que mi historia llegue a estar casi por dos semanas en el 1#Marckyle, además de que hes mi historia favorita de las dos que estoy escribiendo y me llena de felicidad ver sus comentarios.

Quiero dedicarle el capítulo a valeuri10 que fue de la primera persona en votar y comentar a pesar de que mis actualizaciones eran lentas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top