-Quédate un ratito más.- dijo Alexei.

-¿Y luego?- preguntó Camila.

-Luego otro poquito más.- dijo Alexei.

Camila asintió, agarró la toalla se la extendió y luego se giró. Alexei salió de la tina poco a poco, se puso la toalla y se la pillo en la cadera. Agarró la mano de Camila y caminaron a su gran habitación. En la cama estaba un pantalón blanco de seda para dormir. Camila miró la ventana mientras Alexei se vestía, escuchó que había tirado la toalla. Cinco segundos después se giró y vio que Alexei estaba ya en la cama tirado. Camila se sentó en la cama y acarició el cabello color azabache del rey. Pudo ver los moratones en su espalda por causa de los juegos y la caída. Puso un poco de hielo en las áreas afectadas, sabía que al otro día le iba a doler más.

-Quédate...- dijo Alexei cayendo en los brazos de Morfeo.

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Habían pasado los días y los reyes decidieron ir a visitar a las calles pobres de Inglaterra. Camila tragaba fuerte, por el simple hecho de que tenía miedo. Cada familia estaba afuera recibiendo a los reyes y los sirvientes les daban grandes canastas de suplementos. Camila reconocía cada calle, cada casa, cada esquina; allí es donde ella vivía.

-Cuando sea grande quiero ser como tú.- dijo una niña hacia Camila.

Camila se agachó y le sonrió.

-Pero si ya eres una princesa.- dijo Camila acariciandole su rostro pequeño. 

La niña sonrió al igual que Alexei. Dos cuadras más y Camila sólo agarró la mano de Alexei fuerte, cosa que no entendía pero no le molestaba. Al llegar a la última casa y cuando salieron los residentes de aquella casa, Camila sólo quería llorar.

-Buenos días.- dijo Alexei con una sonrisa.

Allí se encontraba una niña de apenas 12 años, que había corrido para llamar la atención de madre. Al salir la madre y por lo sorprendida que estaba decidió llamar a su marido.

-Alejandro.- llamó Sinu a su esposo.

Al salir Alejandro de la casa y al ver a su hija, sólo sonrió. Camila empezó a llorar cosa que Alexei no entendía en lo mínimo. Los sirvientes les dieron las canastas, Camila ordenó que le dieran el triple. Tan sólo quería que su familia saliera del estercolero y darles una vida mejor. Le dio un abrazo a su hermana Sofía, uno muy fuerte. Y luego a sus padres, Alexei no sabía nada. No sabía que Camila no era de sangre real y se llegan a enterar habría consecuencias. Aunque todo fue idea de Guillermo, no podía soportar que una jovencita viviera en esas condiciones.

Al salir del barrio pobre, Alexei se limitó a preguntar. Pensó que era una experiencia fuerte y por eso nunca dijo una palabra. Al final regresaron al Palacio. Pero la sorpresa que se llevó Alexei fue mayor.

-¿No esperabas a tu hermano mayor?- preguntó Jorge.

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Hello!

Ya se viene lo buenooo

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