Prólogo
᯽ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ߷ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ᯽
Jared Cameron, un metamorfo de 18 años, en su último año de instituto. Se ausentó la última semana de clases de su quinto año tras su primera entrada en fase. Y solo una persona se preocupó.
Kimberly Daniels, llevaba años y años enamorada del chico con quien compartía clases de Trigonometría y con quien ni siquiera sabe su nombre.
La joven Kim estaba más que preocupada por la extraña desaparición del Cameron, aunque la hermana de éste no quiso decirle que pasaba. Algo que, llamo más su atención, pues cada vez que ella le preguntaba a la joven Katherine Cameron por el estado y desaparición de su hermano, esta tartamudea y se iba a los baños a llorar, luego desapareció de la reserva. Su mejor amiga, Fiorella Quintana, una joven de ascendencia Latina, le había dicho que no hurgara más en el tema si no quería que la vieran como loca.
Esa mañana del primer día de clases, las dos amigas, Kim y Fiorella, estaban en el pasillo del instituto. La de rasgos latinos guardaba los libros, mientras que Kim le hablaba de algo sin sentido. Cuando la misma que hablaba, de un momento a otro, quedó en silencio.
—¿Kim?.—Llamó Fiorella, mirando a su amiga, la cual tenía su vista al otro lado del pasillo. Frunció el ceño y volteó a ver, rodo los ojos al ver a Jared Cameron junto a Paul Lahote al otro del pasillo.—Ya veo porqué tu falta de aliento ahora.—Murmuró, cerrando su taquilla.
—Ha vuelto.—Susurró Kim, risueña.
—Ya lo vimos, Kim.—La morena rodo los ojos, acomodo su mochila y salió disparada a su salón de historia. Dejando a su amiga parada, con la mirada puesta en el muchacho que acababa de ingresar.
Fiorella quería a su mejor amiga, pero no soportaba el hecho de que babeara por un tipo como Jared, ya que decía que era muy idiota para ella, además de que el mismo pasaba de ella. Pero Kim, no perdía esperanzas de que en algún momento la notase.
—La chica loca te está mirando.—Susurró Paul a Jared, mientras el segundo guardaba su libro en la taquilla.
—¿Quién?.—Preguntó confundido.
—La chica loca que lleva años mirándote como una obsesionada.—Señaló sin disimulo al lugar donde la joven observaba, y cuando esta lo notó, enrojecio y salió corriendo a su clase de Trigonometría.
Clase que, comenzaría un caos muy a lo grande.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top