Capítulo 5: Noche de Cine para 3.
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Lunes por la mañana, Kim caminaba por los pasillos con Fiorella a su lado hablando de lo mal que lo había pasado en su clase de historia con Paul, ya que este había estado hablando por horas y horas, recibiendo un castigo y una nota. La latina estaba furiosa.
—¡Tú no entiendes!.—Se volvió a quejar la latina.—No es el primer castigo de mi vida, pero este es INJUSTO.—Chillo.
—Ya, Fio. Habla con el profesor.—Aconsejó la castaña, con calma.
—¡¿CREES QUE NO LO HICE?!.—Preguntó Fiorella, alzando la voz. Todos la voltearon a ver.—¡¿QUÉ ME VEN?!.
—Fio, Cálmate.—Pidió la castaña, con vergüenza al ser vista con ella en ese momento.
—Bueno, esta bien.—Bufo la latina.
Ambas caminaron a la cafetería, tomaron sus bandejas y buscaron sus comidas para ir a una mesa vacía. Hablaban de que harían en la noche, ya que era el aniversario de los padres de Kim y estarían solas.
—¿Está ocupado?.—Preguntó alguien a sus espaldas.
Fiorella ahogó un grito molesto y Kim volteó a ver a los lobos con una sonrisa.
—No, adelante.—Dijo Kim, moviéndose un poco hacia su mejor amiga.
Esta vez, los tres lobos estaban acompañados de un Jacob con cara de pocos amigos. Se sentaron y comenzaron a engullir la comida como unos animales, aunque lo eran, claro está.
—¿Qué harán en la noche?.—Preguntó Jared a Kim, que estaba a su lado.
—Pensabamos mirar películas o ir al cine, mis padres se Iran, y no nos gusta desperdiciar una noche de pelis.—Respondió la castaña, tomando de su botella de agua.
—Nosotros también íbamos a ir al cine.—Se apresuró a decir Jared.
—¿Ha si?.—Murmuró Embry, quien fue pisado por debajo de la mesa por Jared.—Ah, si. Cierto. Lo había olvidado.
—Podríamos acompañarlas.—Propuso Jared.
Kim iba a hablar, pero fue interrumpida por su mejor amiga.
—No creo que les gusten las películas románticas que mira Kim.—Intentó intimidar a los chicos.
Paul hizo una mueca de Asco y Embry abrió los ojos con cierto temor a ser obligado a ir. Jacob ni siquiera prestó atención y Jared solamente sonrió.
—Es mejor que las películas sangrientas que miran Paul y Jacob.—Dijo el muchacho, elevando los hombros.—¿Qué dicen?. ¿Podemos ir?.—Preguntó Jared a Kim.
—Por supuesto que sí.—Respondió la chica, pasando por encima la cara de indignación de su mejor amiga.
—Claro.—Susurró la latina, con ofendimiento.
Luego de acordar los horarios y lugar de encuentro, fueron a sus respectivas clases. Al finalizar, Kim fue a su casa con Fiorella, quien no dejó de insultar a todo el mundo, y comenzaron a prepararse para salir. Ambas estaban en la habitación de la Daniels, Kim miraba los vestidos de su armario mientras que Fiorella estaba recostada en la cama jugando con un cubo de Rubik.
—¿Me dejarás de lado porque el idiota de Jared te da atención ahora?.—Preguntó Fiorella, de la nada. Desconcertando a la castaña.
—Por supuesto que no, Fio.—Dijo Kim, volteando a verla.
—No parece.—Murmuró la chica.—Desde que ese idiota te presta atención y notó tu existencia, no deja de estar junto a ti. Y cuando está con nosotras, además de sus estúpidos amigos, ni siquiera me hablas.
—Fio, no te estoy cambiando por él, si eso es lo que quieres decir.—Dijo Kim, mirándola a los ojos.
—Tú estás cambiando.—Reprochó.—Antes eras diferente a lo que eres ahora.
—¿Qué cambié?.—Preguntó Kim, ya molesta.
—Déjalo. Han de ser ideas mías.—Suspiro.—Solo, que cuando estés con él, no me dejes tan de lado. —Miró a la chica que estaba frente a ella con un vestido en manos.—Sé de tu enamoramiento, Kim. Más que nadie. Pero, ¿No te parece extraño que de la noche a la mañana se fije en ti?.
Kim simplemente suspiró y volteó a buscar algo en su armario. Fiorella se tiró a la cama y miró al techo.
Esa pregunta hacia ruido en la cabeza de la chica, desde hace tiempo, pero que se lo diga su mejor amiga, fue algo que la puso aún más curiosa.
Kim y Fiorella esperaban impaciente-mente a los lobos en la entrada del cine del centro comercial de Forks. La latina había recibido un mensaje de Paul Lahote invitandola a otro lado, pero esta se negó a salir con alguien como él y prefirió ir al cine.
20 minutos después, llegó Jared con ropas diferentes a las que solía usar. Unos jeans negro y una remera blanca, una chaqueta negra de cuero y el cabello peinado. Olía a Colonia masculina y estaba solo.
—¿Y los demás?.—Preguntó Kim, ingenua.
Fiorella lo miro con los ojos entrecerrados, se había dado cuenta del plan del muchacho y sus amigos.
—Paul se fue a no se donde; Embry fue a casa de Sam y Jacob directamente dijo que no iba a venir.—Respondió el castaño.—¿Entramos?.
Kim asintió y comenzó a caminar hacia la puerta, que fue abierta caballerosa‐mente por Jared, ella se sonrojo y entró. Fiorella lo miro mal y siguió a su mejor amiga.
—Yo iré por las entradas.—Dijo Kim.
—Yo iré por las palomitas.—Dijo Jared.
—Yo iré con Kim.—Dijo Fiorella, tomando el brazo de su mejor amiga, guiandola a la taquilla.
—¿Por qué tienes esa cara, Fio?.—Preguntó Kim, tras minutos en silencio en la fila.
—¿No te has dado cuenta?.—Preguntó con cansancio.
—¿De qué?.—Preguntó la castaña, confundida.
—Paul me invitó a otro lado, porque habían planeado en que vengan ustedes solos.—Soltó con irritación.—Soy la tercer rueda de la bicicleta.
—Ay, Fio.—Suspiró.—Quizás no podían venir, pero no eres la tercer rueda de nada, agradezco que estés conmigo.—Dijo mirándola a los ojos.—Además, si me incomodó, podemos huir.—Intento animar a la latina.
—¿Y si yo me incomodó?.—Preguntó con una sonrisa forzada.
—Huimos.—Sentenció la castaña.—No te dejaré en esta situación. Haremos lo mismo que cuando Brandon Colliwan te invito al baile de navidad y te quiso besar, le tiramos ponche y corrimos a casa.
—Bien.—Aceptó con cansancio.
Una vez dentro de la sala de Cine, Fiorella quiso huir, pero al ver la sonrisa de su amiga al chico cuando se sentaron y casi se cayeron, se dijo a sí misma que debía aguantar por ella. Se sintió culpable por todo lo que le había dicho, ya que estaba celosa de que ahora su amiga sea compartida con el muchacho que ella detesto por toda su vida desde que su amiga se enamoró de él.
La película pasó tan rápido, que no habían notado cuando terminó y ya estaban volviendo a sus casas. Fiorella despidió al par y se volvió a su casa. Jared y Kim caminaban por el sendero que daba a sus casas, y allí decidió preguntar la castaña.
—¿Los chicos no fueron porque querías que vayamos solos?.
—Te seré sincero.—Dijo Jared, volteandola a ver.—Sí. Paul invitó a tu amiga a otro lado, pero ella fue más inteligente. Lamento esto.
—Podrías haber dicho que querías que fuéramos solos.—Murmuró la castaña.—Fio esta molesta porque soy muy ingenua y no lo noté al principio.—Confeso.
—Sé que le caigo muy mal a ella. Lo que no entiendo es el porque.—Comentó el chico.
—Toda la vida fuimos ella y yo.—Respondió.—Y ahora, que ustedes se unieron a nosotras, se siente desolada.
—No debería sentirse así.—Dijo Jared, mirándola a los ojos.—Ella siempre será la primer amiga que tienes.
—Lo es. Y se lo he dicho.—Suspiró.—Pero la entiendo, tampoco quisiera que ella me dejara sola por alguien más.
—Lo lamento, quizás les causamos problemas.—Se disculpo el chico, al verla con la mirada baja y su labio temblando.
—No te preocupes, yo hablaré con ella.—Aseguró ella, parando su caminar en la puerta de su casa.—Llegamos. Buenas noches, Jared.—Murmuró.
El chico se acercó y dejó un beso en la mejilla rosada de la chica, para luego sonreírle.
—Buenas noches, Kim.
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