Sin saber por qué eso despertó mi curiosidad.

Incliné ligeramente la cabeza hacia la derecha intentando averiguar si habría venido solo, si podría ser el nieto de la camarera o de alguno de los otros clientes...

Algún motivo tendría que tener para entrar a esta cafetería en especial, porque no es que sea de... su tipo de ambiente, por lo que veo. No le pega.

Se nota que no es de por aquí, debe de ser de otro pueblo, otro barrio, otra ciudad... Pero aun así se ha molestado en venir hasta aquí y por algo tiene que ser.

Cuando la camarera se acercó a mí, sin apartar la mirada del chico -que parecía estar haciendo algo con las manos sobre la mesa- le pregunté.

"¿Sabes quién es ese chico de allí?"

La anciana, confusa, dirigió su mirada hacia él.

"Es un cliente habitual. Lleva viniendo un par de meses por aquí, sobre las 9 am más o menos." Se encogió de hombros restándole importancia.

Recogió los restos de mi mesa y, tras dejarlos sobre la barra, se acercó al chico.

La camarera, sin cruzar una sola palabra con él, recogió un papel que debía estar sobre la mesa y se marchó a preparar lo que supongo será su pedido.

Era... extraño.

Un joven forastero viniendo a este lugar a la misma hora cada mañana, cada día de cada mes.