Narra autora

Los pitidos de las máquinas fueron lo primero que los oídos de Killua percibieron a medida que iba despertando poco a poco.

El albino se sentía aturdido, desorientado y con todo el cuerpo entumecido

¿Que carajos le había pasado?

Con la vista aún borrosa trato de observar el lugar en donde se encontraba para que, luego de una fuerte puntada en el cerebro, cerrará con fuerza sus ojos. Killua levanto una de sus manos para dirigirla a su cabeza maldiciendo en voz baja el repentino dolor, porque, joder, había dolido lo suficiente como para que lo sintiera.

El chico masajeó un poco su frente antes de volver a abrir sus ojos. Killua suspiro internamente cuando logro ver con normalidad y está vez pudo observar mejor el lugar, al girar su cabeza se encontró con un par de ojos mirándolo con preocupación

- ¿Pulpo..? - murmuró mirando con ligera confusión al otro

- ¡Ya te dije que no me llames así! - grito de repente su acompañante - ¡Me llamo Ikalgo!

- ¡Wow! Oye, tranquilo viejo, estás haciendo que me vuelva el dolor de cabeza - reprochó ligeramente molesto

Con un suspiro Killua se enderezo en la camilla para mirar mejor su cuerpo cubierto de vendas, ahora si se acordaba que era lo que le había pasado.

Ikalgo miro sorprendido al ver cómo el niño se quitaba la vía intravenosa para luego ponerse de pie

- ¡Oye, oye! No deberías hacer eso, ¡Perdiste mucha sangre! - Ikalgo se levantó de su silla preocupado por la salud de Killua

- ¿Mm? No te preocupes viejo, ya estoy mejor - con una sonrisa confiada Killua se quitó la bata de hospital y empezó a flexionar su cuerpo, buscando relajar sus musculos, una vez que sintió que era suficiente se movió en busca de la salida

Killua gruño cuando por fin se sacó de encima a la vieja que no paraba de recordarle el dinero que debía de pagar para salir libre de ese jodido hospital clandestino

- Maldita sea Gon - gruño de vuelta Killua al obtener otra vez el contestador

- ¿Tu amigo no contesta? - pregunto Ikalgo

- No - Killua suspiro profundamente - tengo que volver ahora - murmuró - el ataque a esas jodidas quimeras ya debe de estar a punto de ocurrir - volvió a murmurar

- Cielos chico ¿Que se supone que harás ahora? - la incertidumbre era palpable en la voz de Ikalgo

- Tendré que llamarla - con expresión de haber tragado cinco limones de extrema acidez Killua marco un número

- "Me pregunto quién será ella" - Ikalgo sintió como el sudor bajaba por su frente, ante la expresión que Killua poseía como si estuviera yendo hacia su muerte, Ikalgo no pudo evitar preguntarse la identidad de esa persona

- Identifíquese - una voz seria se escuchó salir del teléfono

- Gotoh, soy yo - Killua le respondió con igual voz seria

- amo Killua - el reconocimiento se pudo percibir en la voz del mayordomo - Si puedo saber, ¿Que ocurrió con usted? - pregunto y añadió - nos llegó un aviso de su supuesta muerte a manos de unas hormigas quimeras, el amo Silva se encontraba bastante sorprendido cuando llego el informe y la señora estaba tan enojada y angustiado - informo - La señora mando al amo Illumi a que vengará su muerte y el amo Illumi se mostró muy predispuesto a cumplir la orden de la señora - una vez que Gotoh termino de hablar los nervios de Killua casi estallan

- Te contaré todo más tarde Gotoh, ahora pásame con mamá - exigió ligeramente desesperado - "Illumi... Illumi.. ¿Por qué tuvo que mandar a ese lunático?"

- como ordene, amo Killua - solo habrá pasado un minuto antes de que la voz irritante de su madre se escuchará

- ¡Mí pequeño Killua! - chillo con la voz muy aguda Kikyo - ¡Mí dulce Kill! ¡Mama estaba tan disgustada cuando nos informaron de tu supuesta muerte! - parloteo la mujer - ¡Pero no te preocupes Kill, Illumi se va a hacer cargo enseguida! - su voz satisfecha solo logro irritar más a Killua

- ¡No tenías que mandar a Illumi a "vengarme"! ¡Puedo pelear muy bien mis batallas sin la ayuda de nadie! - gruño el albino

- Mamá solo se preocupa por ti Kill y tu solo eres tan cruel conmigo - Chillo - ¡Creces tan rápido! - volvió a chillar con voz orgullosa

- ¿¡Preocupada!? ¡Tu nunca..! ¡Uhg! ¡Olvídalo! No te llame por esto - Killua rasco su cabeza con desesperación - Necesito que mandes dinero a una cuenta - exigió

- ¿Dinero? - La mujer tarareo - ¿Por qué tendría que hacerlo Kill? - pregunto para luego anadir casi gritando - ¡Debes dejar de decir tonterías Kill! ¡Tu deber ahora es volver a casa! ¡Necesitas más entrenamiento! ¡Cómo futuro lider de esta familia tu debes..!

- ¡Si quieres que vuelva, primero manda el dinero que te diré a esa jodida cuenta! - grito en respuesta ya harto de escuchar parlotear a su madre

La conversación telefónica duro unos minutos más antes de que Killua cortará la llamada de un golpe. Ikalgo, quien estuvo presente todo este tiempo, sintió mucha pena y compasión por la madre que le había tocado a el albino

- ¡Con un demonio! Creí que nunca terminaría esa llamada - Killua suspiro con evidente cansancio mientras corría seguido de Ikalgo

- Tu madre... Si que grita mucho - una gota de sudor resbaló de la frente de la hormiga quimera

- Está loca, así que supongo que es normal - Killua murmuró - Bueno, no es como si importará, planeo librarme de esta familia lo más pronto posible - declaró confiado - "Pero primero debo ir a por Alluka" - pensó mientras recordaba a su dulce y tierna hermanita

- Suerte amigo

- Ja, gracias, la necesitaré - Killua sonrió a la vez que aumentaba el ritmo - ahora, basta de tanta charla, debemos apurarnos - Aumentando aún más la velocidad agarro a su nuevo amigo y partió - "Solo esperame Gon, ahí voy" - pensó y obligando su cuerpo aumento aún más su velocidad

Capítulo dos finalizado! :D

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