RÉQUIEM 34


DROGO

La imagen clara de ella podría verse delante de mí y no era un simple espejismo; estaba completamente seguro de lo que mis ojos estaban viendo. Hasta John parecía haberse calmado cuando mencioné a Alice.

Pero en cuando ella se percató de nuestra presencia, hizo algo completamente inesperado para mí. Echó a correr perdiéndose entre el bosque en vez de venir hasta nosotros con gran alegría, ¿Y si este bosque tenía algo que nos hacía tener visiones para proteger a Evie y su madre? No podíamos olvidar que ellas eran brujas y nosotros vampiros así que técnicamente éramos enemigos naturales. Tampoco ayudaba el ser perseguidas porque eso favorecía a tenerles miedo a cualquier intruso que accediera a la zona donde ellas residían.

Pero por mucho que miré a mi alrededor, no veía a Alice por ninguna parte. Eché a correr en su dirección, buscando cualquier rastro que pudiera haber quedado, pero no podía ver ningún lugar donde podría haberse escondido.

- ¿Qué demonios pasa? -Me preguntó John malhumorado, pero más tranquilo que antes. Sin quitar mi vista de mi alrededor, le dije que vi a su hija justo en frente de mí pero que salió corriendo. Él parecía más molesto que antes.

- ¿Ahora me vienes con esto? ¿No te parece suficiente el discursito de mierda que me diste hace un momento? No sé por qué ahora te dio por jugar de esa forma, pero ya basta de tus gilipolleces. A veces puedo tolerarlas, pero ahora no es el jodido momento.

- ¡¿Crees que voy a bromear con algo así?!¿¡No has visto mi cara?! ¡Estoy preocupado John, no sé qué demonios es este lugar y si lo que he visto es real o una visión para confundirnos! No olvides que somos intrusos así que cualquier cosa puede aparecernos en cualquier momento.

Decidí alejarme de él porque estaba claro que era pura obcecación la que él tenía. Lo importante era saber qué era exactamente lo que vi para saber más dónde estaba. Pero lo extraño era que había zonas donde había pisadas, por tanto, lo que vi no era una visión, así que realmente ella estaba aquí. Y si eso era posible, no podía ser que desapareciera de repente porque no había más huellas en la tierra húmeda, ni tampoco ninguna rama rota.

Había un perfume en el ambiente que podía confundirse quizás con las plantas, pero para un vampiro como yo sabía reconocer perfectamente un perfume industrial de un perfume natural proveniente de flores o vegetación fresca. Tenía cada vez más claro que ella estaba por aquí, no muy lejos de nosotros, por lo que quizás se escondía entre los troncos de los árboles o en algún pequeño agujero en el terreno que se me había pasado por alto.

Di varios pasos intentando buscar alguna irregularidad en el suelo o algo que se moviera. Desglosaba cada sonido o aroma que venía hasta mí para conseguir la mayor cantidad de pistas posibles; lo que ella no sabía era que no iba a rendirme fácilmente.

- ¡Alice, sal de dónde estés!¡No sé porque huyes de mí si somos familia, pero es hora de que salgas!¡No voy a parar de dar vueltas por este bosque hasta dar contigo!

Si realmente era ella, sabía perfectamente que no tenía sentido correr porque la alcanzaría, por lo que estaba escondida muy cerca del lugar. Lo que aún no comprendía era sus razones, ¿Acaso estaba siendo perseguida por la Organización y no nos había reconocido por el miedo que sentía o simplemente era otra persona?

Pero si tenía razón, era prácticamente idéntica a ella y eso me dejaría completamente descolocado cuyas explicaciones no podría encontrar. En su mirada no había reconocimiento cuando me vio, ni siquiera cariño sino un terror crudo. Este lugar comenzaba a impacientarme y a afectarme.

John no sabía dónde estaba, hacía un buen rato que ni siquiera oía sus pasos. Esperaba que no se hubiera marchado sin avisar, pero entonces, una voz femenina junto con la de él me hizo girarme en seco. Había alguien subida a un árbol y John estaba hablando con ella.

Al llegar hasta él pude ver que se trataba de Alice o al menos, alguien casi idéntico a ella. Por su voz y algunos detalles me hacía dudar de su identidad.

- ¡Largaros de aquí!¡Ésta es mi casa!¡Sois unos intrusos ingratos que deseáis la muerte de mí y de mi madre!

-Baja querida, necesito hablar contigo por favor. No te haremos daño-Le dijo John. Quizás él si realmente pensaba que era Alice por su aspecto semejante a Jane, pero la realidad era bien distinta. Era prácticamente su doble, pero no era ella. Las explicaciones se me iban de las manos.

Era reticente a dar un paso más, aferrándose a las ramas de los árboles mirándonos con una gran animadversión. Tenía que elegir sabiamente mis palabras por lo que pensé en qué diría Nicolae en una situación así.

-Escucha, si quisiéramos hacerte daño ya lo habríamos hecho. Sé perfectamente que sabes lo que somos; no eres una mujer estúpida. Por favor, necesito que bajes de ahí y nos des una explicación de lo que realmente es este lugar y porque te parece a alguien de mi familia.

John me miró completamente apenado pero sorprendido, comprendiendo que la mujer que tenía delante no era su hija sino una completa desconocida. Estaba decepcionado, lo sabía, lo sentía y no le culpaba. Era realmente un enorme estacazo tras toda una vida de búsqueda.

- ¡Si no os vais pronto, me veré obligada a usar la fuerza!¡Éste lugar me pertenece y hará lo que yo pida!

- ¡Escúchame querida, solo estamos buscando a alguien, no deseamos importunarte de ninguna forma! Estoy buscando a una tal Evie que conoció a mi esposa durante muchos años; ella por desgracia murió hace muchos años y quiero saber más de esa niña que mencionaba en su diario ya que nunca la conocí ni me la mencionó, pero es evidente que fue importante para ella.

Cuando John mencionó nuestras razones por las que nos encontrábamos allí, la chica se sorprendió hasta el punto que sus rasgos se suavizaron dejando atrás ese afán de atacarnos sin pensarlo dos veces.

- ¿Jane? ¿Hablas de Jane? -Preguntó la joven. Ambos asentimos y ella bajó del árbol rápidamente. Tras ponerse delante de nosotros, nos hizo una pregunta:

- ¿Dónde solía ir Evie?

-Ella solía ir a una juguetería artesanal donde los juguetes eran de madera. A día de hoy está abierta pero la señora Verónica ya está muy mayor. También solía ir al cementerio, pero no comprendo las razones por las que ibas así que no puedo decirte nada más.

Nos miraba atentamente a cada uno, pero sobre todo a John. Si esa chica conocía a Evie, podría ser la clave de que la encontrásemos. Solo necesitábamos que confiara un poco en nosotros.

- ¿Realmente eres el esposo de Jane? -Preguntó completamente conmocionada. John asintió intentando no llorar, aunque le faltaba poco. La conversación de antes unido a lo que habíamos descubierto días atrás, había reabierto viejos recuerdos y heridas debido a la ausencia de ella en su vida.

Finalmente, parecía conforme de nuestra presencia.

-Entonces tenéis que venir conmigo. Sé dónde tenéis que ir.

Sin pensarlo dos veces, seguimos los pasos de ella, en la que cada paso que daba, las raíces de los árboles se escondían y las ramas se alejaban de nuestro camino para lentamente dejarnos ver una casa a lo lejos en la ladera de la montaña. Ahora iba comprendiendo las razones por las que no podíamos encontrarla; el bosque tenía una magia que esa mujer controlaba a su antojo, impidiendo que nadie que osara penetrar en las inmediaciones, tuviera la posibilidad de encontrarla.

La situación se me hacía cada vez más interesante y más misteriosa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top