RÉQUIEM 2
DROGO
Habíamos escapado por los pelos del edificio donde operaba la Organización, pudiendo liberar a varias criaturas no humanas y semi humanas que llevaban mucho tiempo sometidas a una serie de maltratos y experimentos cuya crueldad era inenarrable.
John era un genio de la informática y pudo manipular las cámaras de seguridad con una maestría desconcertante. Ambos huimos lo más lejos que pudimos en dirección a un lugar que él conocía y que sabía que era más que seguro.
Tras tomar uno de los coches que robamos de la Organización, él condujo en silencio mientras yo miraba el paisaje pasar a través de la ventanilla del copiloto. Tenía mucho que preguntarle porque aún no me explicaba como el padre de Alice estaba vivo sabiendo la versión de ella. Pero el momento estaba llegando; de seguro cuando me reuniese con ella, quedaría en completo shock al enterarse que en realidad no era huérfana.
- ¿A dónde se supone que vamos? -Le pregunté al ver que íbamos por la autopista alejándonos de Mistery Spell. La ciudad más cercana a ella era River Wings, una pequeña ciudad cuya cascada era muy conocida en la zona. Normalmente allí vivían jubilados en busca de tranquilidad, pintores y escritores que necesitaban de un pequeño trozo de paraíso lleno de paz.
-Vamos a un lugar seguro, probablemente el lugar más seguro que hay en el mundo para nosotros. Nadie conoce la ubicación de este lugar, tan solo lo sabemos mi difunta esposa y yo-Dijo con cierta melancolía en su voz. Daba gracias a que él no vio a su mujer en aquel tanque y no tuvo que ver como la enterrábamos en el bosque adyacente a la mansión, pero, tarde o temprano, se lo tendría que decir por si él quería visitarla. Pero cuando llegase ese día significaría que habíamos vuelto a casa.
John no quiso decirme nada más, quizás para honrar ese secreto que guardaba junto con la madre de Alice. Entendía su pena mejor que nadie, yo también perdí a la mujer de mi vida y no solo a ella sino a mi hija. iba a lograr que ambos se reencontraran y que recuperasen el tiempo perdido; nunca se habían conocido en persona en más de veinte años y ya era hora.
Me vi en la obligación de contarle algo sobre Alice. Por miedo quizás no lo había hecho, él sabía que yo estaba relacionado con su hija porque él formaba parte del conjunto de científicos que trabajaba bajo la orden de la Organización. Antes de preguntarle, él me dijo:
-Sé que ella estuvo en el edificio, sé que mi hija estaba en el mismo lugar que yo, pero no pude escaparme para buscarla. Cuando disteis la voz de alarma, intenté huir a la sala de experimento donde estabais, pero no me lo permitieron. Evacuaron a todos los científicos en primer lugar porque éramos los únicos capaces para seguir investigando. Éramos las herramientas más valiosas para ellos, por esa razón he tenido las manos atadas sin poder hacer nada. He estado en vigilancia continua desde que...desde que se toparon conmigo y me trajeron aquí.
- ¿Cómo supiste que estaba relacionado con ella? -Le pregunté mientras lo miraba. Él tenía la mirada puesta en la carretera con gran concentración.
-Cuando ocurrió el estado de emergencia y supe que mi hija estaba allí, me prometí que investigaría lo más que pudiera para que, si llegaba el momento, escapar e ir a buscarla. Poco a poco comencé a aprender informática gracias a mis compañeros que, al igual que yo, tuvieron que dejar a su familia atrás por culpa de la Organización. Todos nos ayudamos en las sombras y ellos eran mis oídos. Escuchaba conversaciones entre esa tal Mía y varios miembros que mandaban en la Organización, fue entonces cuando me enteré que mi hija era médium como mi esposa y querían experimentar con ella. Hablaban de una familia que la había acogido y supe de vosotros tras investigar un poco, aunque no sé mucho más sobre Alice porque por desgracia tenía mis limitaciones.
Sabía que él estaba esperando a que le diera una explicación. Se notaba el nerviosismo en sus manos, pero también un miedo atroz a enterarse de cosas desagradables con respecto a Alice, pero no podía decirle nada malo precisamente.
-Yo soy su cuñado, el cuñado de Alice. Ella se casó con uno de mis hermanos tras trabajar en la mansión donde vivimos todos. Ella se convirtió en una pintora muy conocida en su país y abrió una galería en Mistery Spell; fue entonces cuando la conocimos. Mi hermano Peter y ella se enamoraron desde ese preciso día y desde entonces han sido inseparables. Ellos ahora tienen un hijo precioso que por fortuna he podido ver en las sombras las pocas veces que pude escaparme de la Organización, pero no he tenido el gusto de tenerlo cerca y poder hablar con él. Ahora tiene dos años de edad.
De repente, John comenzó a llorar con fuerza mientras apretaba aún más el volante. Se le notaba feliz y aliviado; me sentía orgulloso de dar una noticia así. Con su voz temblorosa, siguió preguntando:
- ¿Tengo...tengo un nieto?
-Sí y conociendo a esos dos, en breve tendrás muchos más-Le dije riéndome suavemente. Era cierto que ellos se tenían una devoción nunca antes vista y a veces sentía hasta envidia por ellos. Pero yo no estaba hecho para tener una vida en común con ninguna mujer; no tenía buenas cosas que ofrecer a nadie.
El trayecto se volvió menos pesado al verle sonreír por primera vez desde que salimos de nuestro confinamiento. Pronto, el cartel de River Wings se hizo visible indicando que estábamos llegando. John tomó un camino de tierra que parecía parcialmente oculto entre los árboles a ambos lados de la carretera. Tras unos minutos, llegamos a una verja oxidada con un gran candado.
Él se quitó el cinturón de seguridad y me dijo que esperase un poco.
Tras bajarse del coche, él se agachó a los pies de un árbol y comenzó a remover la tierra de alrededor. Yo miraba atento lo que hacía con gran intriga; desde luego aquel hombre guardaba muchos ases en la manga.
De la tierra sacó una pequeña caja metálica, la cual abrió y después se acercó a la verja. Con un movimiento rápido, el candado cayó al suelo y la puerta se abrió ante nosotros.
Cuando volvió al coche, él me dijo con una media sonrisa:
-Mi mujer y yo somos bastante previsores, siempre guardábamos una copia de la casa y la verja en un lugar donde nadie pudiera verla. Y ahora ya podemos estar a salvo-Dijo mientras arrancaba de nuevo el coche.
La espesura de la vegetación hacía de escudo protector que evitaba ser vistos con facilidad. Me preguntaba si aquella casa aún seguía en condiciones porque habían pasado más de veinte años desde la desaparición de John, pero tras unos minutos conduciendo a lo largo de aquel camino, una majestuosa casa se alzaba orgullosa como si el tiempo no hubiera pasado por ella. No pude evitar abrir la boca presa de la gran sorpresa que sentía al ver algo como eso oculto tan bien de la vista de todos. Cuando llegamos a la entrada, John me dijo con gran alegría:
-Te presento la residencia de los Morgan, aquí es donde comenzamos a vivir mi mujer y yo cuando estuvimos trabajando en una manada de lobos de Mistery Spell. Este era nuestro santuario y donde íbamos a traer a mi querida hija cuando naciese. Este lugar le pertenece a ella y ahora que sé que es una artista, no pude haber encontrado mejor regalo.
Tras apagar el motor del coche, ambos salimos y respiramos la naturaleza de alrededor. El encanto que emitía aquellas paredes cargadas de historia me hizo pensar en Alice, extrañamente aquel lugar parecía haber sido hecho para ella a pesar de que sus padres jamás la conocieron.
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