001: "Noticias sujetas por un delgado hilo"

Debería de estar trabajando es esos momentos, ¿Qué hacia el merodeando por los solitarios pasillos de una secundaria? Hace bastante tiempo que no pisaba lugares tan concurridos por estudiantes como en ese entonces.

La escuela secundaria tenía una amplitud extraordinaria, tal vez porque estaba localizada en el centro de la ciudad y las personas odiaban el transporte público, viajar unos cuantos kilómetros resultaba muy extenuante. Los salones de clase parecían estar demasiado pegados entre sí, al igual que esos pequeños y oxidados rectángulos en estado de descarapelacion, Yoongi atino a pensar que ahí guardaban sus nueve libros (o más) correspondientes a cada asignatura y cosas personales.

Tocaba con sus dedos cada objeto suelto que se encontraba por el camino (no pegado a la pared) algo curioso, buscando alguna placa con la palabra "Dirección" escrita en ella. Tenía el tiempo suficiente para encontrarla sin apuros. La campana había sonado hacia diez minutos, bueno, eso fue lo que le dijo un conserje cansado y a la defensiva, quizás porque solía ser molestado por los mismos estudiantes. El, algo áspero, le señalo la trayectoria que debía seguir para llegar hasta las oficinas principales, Yoongi entendió con la primera explicación, pero después de haber caminado unos pasos se cuestionó si sería su izquierda o la del trabajador.

Cuando finalmente logro encontrar lo que buscaba, golpeo con timidez la fría madera de la puerta. El típico "adelante" no tardo en escucharse desde el otro lado.

Yoongi giro el pomo con sumo cuidado, entrando lentamente a la oficina. Un hombre de contextura delgada que rondaba tal vez en sus treinta años levanto la vista de entre los diversos papeles que reposaban en su escritorio para enfocarla en el desconocido por detrás de sus circulares lentes.

—¿Se le ofrece algo, señor...? —el saludo quedo inconcluso puesto que era la primera vez que Yoongi entraba a ese lugar y a todas las extensiones que lo conformaban.

—Min, Min Yoongi. —completo el joven de cabellera gris, sonriendo humildemente.

Sin cuestionarse antes, Yoongi descanso su cuerpo en una acolchada y cómoda silla frente al escritorio de la, posiblemente mayor autoridad.

—Bueno yo soy el director Kim Heechul—se presentó el mayor entrelazando sus dedos entre sí y apoyándose hacia adelante, mirando curioso a Yoongi—. ¿Que lo trae a esta institución, señor Min?

Yoongi carraspeo antes de hablar—Vengo a dejarle un mensaje a mi sobrino.

Yoongi no tenía ningún sobrino, por favor, era hijo único al igual que sus primos, tampoco sabía si sus conocidos tuvieran vástagos pubertos en secundaria, además pertenecía a la generación actual, seria tío en unos veinte años más.

Se las ingenió para idear una mentira convincente antes de entrar.

—¿Quién es su sobrino?

He aquí el problema, solo recordaba el nombre del chico, el apellido se había esfumado tal cual ligera ola de aire.

—Su nombre es Jimin.

El uniformado alzo una ceja—¿Jimin? Aquí hay muchos chicos y chicas que se llaman asi, deme el o los apellidos de joven, señor Min. —Pidió amablemente.

Estaba seguro de que su apellido era parecido a parque en inglés, pero para su mala suerte había reprobado esa materia desde el jardín de infantes. Creo un pequeño flashback, retrocediendo el tiempo a dos meses atrás. Una corta presentación, tragos, cama, cuerpos desnudos, sonrisa tierna, y ojos de diferentes colores; Perc Jimin, Pork Jimin... ¡Park Jimin! Por supuesto era ese.

—Park Jimin—aseguro, con los músculos de su cuerpo ahora menos tensos.

—Oh, Park Jimin, buen chico—Yoongi juro escuchar un chirrido proveniente de la boca del director, no obstante, continuo—¿Qué mensaje quiere dejarle a Park?

Iría al punto, claro, pero al principio adopto ser el tío de Park Jimin. Las respuestas concretas quedaron en la punta de su lengua, saldrían en unas horas más de todas formas.

—Dígale que Min Yoongi lo estará esperando en el estacionamiento, uhm...—pensó unos segundos— mi auto es un BMW negro, pero supongo que él ya lo sabe porque soy su tío.

Realmente era malo en las mentiras.

Desconfiado, el hombre acepto y Yoongi no tardo en retirarse de la oficina e ir hasta su auto. Estuvo cerca de descubrirse a sí mismo, al final se puso nervioso, no quería levantar sospechas, tampoco era una especie de criminal. Es tan común escuchar que niños son secuestrados por personas que se hacen pasar por sus familiares, los sacan de sus respectivas clases y jamás vuelven saber de ellos. La semana pasada, un niño de 4 años desapareció, pero eso sucedía con los pequeños o se tendría que ser lo suficientemente estúpido para que también sucediera en escuelas secundarias donde los estudiantes tenían entre trece y dieciocho años.

Yoongi se subió al auto y espero las siguientes siete horas. Rezaba para que el mensaje fuera entregado y Jimin obedeciera, yendo hasta donde lo había citado. Aún conservaba granitos de fe para que aquello sucediera, si asi sucedía, se le facilitaría anunciar la noticia.

Se dispuso a responder mensajes para matar el aburrimiento. El primero provenía de Namjoon, preguntándole como estaba, Yoongi se limitó en contestarle un corto "Bien". Otro era de Taehyung, quien, como buen jefe, le pedía investigar cosas relacionadas con su trabajo, el texto era algo largo asi que no termino de leerlo y se decidió en hacerlo después. Siguió deslizando su dedo por la bandeja de mensajes hasta que bloqueo la pantalla de su teléfono y cerro sus ojos, soltando el aire que no supo, había estado reteniendo.

Aun no estaba preparado mentalmente para los siguiente que se vendría, nadie lo sabía, ni sus mejores amigos, los cuales se preocupan por su bien estar y eran tan unidos, la traición transpiraba el reducido lugar, asfixiándolo. Oh no, un ataque de pánico. Asustado, trato de bajar los vidrios polarizados del auto, pero un grácil y desconocido toque a su derecha lo sobresalto.

Ahí estaba Jimin, vistiendo de forma impecable el uniforme de la institución, con una de las correas de la mochila colgando sobre su hombro y cabello alborotado. Yoongi finalmente logro bajar los vidrios y se recompuso.

—Sube al auto, Jimin. —hablo, demandante. Tendría que haber sido más suave para ser este su primer encuentro luego de lo que habían compartido, pero el adulto aquí era él.

Jimin sonrió burlón.

—¿Por qué lo haría? Usted podría ser un secuestrador. —la ligera e inofensiva mofa rodea toda la oración, haciéndole tensar la mandíbula, al contrario.

—Tú sabes quién soy, niño, obedece o me voy. —mascullo rodando sus orbes grises, un tanto más claros por el sol.

Despreocupado, Jimin sube al auto, bien, admite que eso le sorprendió, quizás, en otra dimensión el sí podría haber sido un secuestrador y Jimin caería en la red blanca.

 Adolecentes, no tienen la suficiente precaución.

Encendió el motor y emprendió rumbo a ningún lugar fijo, solo conduciría por toda la ciudad con la tonta excusa de tener un poco más de tiempo para reunir valor y soltaría la noticia, en su mente el plan sonaba demasiado fácil.

Varios minutos fueron los que transcurrieron e inundaban la atmósfera con un extraño e incómodo silencio. Ninguno omitía palabra alguna, no hasta que Jimin pareció no soportar más oír solo los sonidos del exterior que decidió hablar entonces, sus ojos puestos sobre el conductor.

—¿Para qué ha querido verme? —la voz algo ronca de Jimin pregunta curiosamente.

Yoongi parpadea y lo mira de soslayo, sus manos apretando el cuero del volante un poco fuerte.

—Bueno, Jimin, ¿T-tú me recuerdas, ¿verdad? —el menor asiente confundido, notando el repentino nerviosismo que pareció atacar al peligris—. ¿También recuerdas cuando ambos no alejamos de todos, yo, tu, y-yo me...?

Jimin lo interrumpe molesto y un poco hastiado— Señor, si viene a darme clases de educación sexual, quiero qu-...

—Estoy embarazado, Jimin.

El estudiante se queda aturdido algunos segundos tras haberlo escuchado.

—¿Felicidades? Mire, no sé por qué me está diciendo esto a mi...—rasca la nacencia de su rubio cabello trasero, cerca de su cuello.

—Estoy embarazado, y —respira hondo antes de finalmente dejar fluir las palabras— es tuyo.

Y lo siguiente que paso fue un Yoongi frenando inesperadamente el auto porque Jimin abrió la puerta y se tiro por esta, quedando tendido sobre el pavimento.

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