Capítulo I: Who is he?
California, San Fransokyo.
6:18 PM.
En la media noche, un ser sobrenatural estaba cayendo desde los cielo...
Pues, aquella criatura era un ángel malakh; un ángel mensajero que había roto las reglas. Un ser de piel blanca como la nieve y cabello rubio como el oro, con unas enormes y preciosas alas blancas.
Ese ángel, era un total rebelde y travieso... que estaba por sufrir las consecuencias. Después de haberse revelado contra él todopoderoso, fue expulsado del cielo por su desobediencia y mandado a la tierra para cumplir una serie de cosas para aprender.
Pero, ¿por qué?
Es simple, dijo que el amor y el cariño era algo tonto que sólo los propios estúpidos humanos podrían sentir y que para él, era absurdo.
De pronto, él ángel sufrió una caída en las ramas de un árbol y al final cayó de cara en el césped...
—¡Auch! —se quejó adolorido—Ay... que dolor... —se sobó la cabeza, sentándose en el pasto—Ugh... ¡¿cómo se te ocurre hacerme esto!? —le gritó al cielo, molesto—Tsk, ya que... —se levantó con dificultad y sacudió su tunica, dando un largo suspiro—Bien... —bajó la mirada dándose cuenta que estaba en un cementerio.
¿¡Cómo terminó en un cementerio!?
—Oh no... —observo alrededor el lugar, quedando en shock—Hubiera sido mejor caer en el basurero... —volvió a mirar al cielo con odio—Sí tanto quieres que yo completa misiones, ¡entonces por lo menos debes que decirme que hacer en este mundo mortal! ¡¿eh?!
Sin esperarse, observo algo pequeño caer desde el cielo y se estrelló contra la cabeza del aquel ángel vanidoso.
—¡AAAY! —se quejó cubriéndose la cabeza—¡Oye, ten más cuidado! —le reclamó en voz alta, hasta que miró que el objeto era un libro—¿Huh? —curioso, tomó el libro y descubrió que al parecer se trataba de una guía llamada: Guía de cómo ser humano.
Él chico hizo una expresión confusa, ¿para qué iba a usar esto? si de todas formas aveces observaba a los deres vivos cuándo acompañaba al resto de sus compañeros—Aah... ¿gracias?
Abrazó el libro y se propuso a observar aquel lugar dando un otro gran suspiro. Sin mas rodeos, comenzó a caminar para comenzar con sus misiones...
No sabía que debía que hacer ahora, sólo se mantenía callado viendo alrededor del cementerio y trataba de salir del aquel tenebroso lugar.
"Bueno... tengo que admitir que esto es cosa de todos los años desde que Lucifer cometió el pecado... No debe ser tan difícil está GRAN misión.", pensó Dae, mientras que andaba por el gran panteón... descalzo.
Hasta que... observo de lejos a un grupo de jóvenes, al parecer, visitando a un ser querido...
De inmediato se escondió detrás de una estatua y hizo todo lo posible para ocultar sus alas, y con suma curiosidad se asomó para ver que estaban haciendo.
Ese grupo de jóvenes era un conjunto de tres chicos, uno menor y dos mayores; dos chicas y una mujer mayor.
Él menor se agachó para dejar un ramo de flores a la tumba y bajó la mirada—Hola Tadashi... ya se cumplieron más un año después de tu despedida, ¿no te sorprende?
Él ángel lograba oírlos hablar—Oh... pobre niño... —murmuró la criatura.
Él adolescente se paró viendo la lápida de su hermano; su tía cuanto antes colocó su mano en el hombro de su sobrino, dándole una pequeña sonrisa.
—Tadashi debe estar orgulloso de ti, Hiro. —habló Tía Cass.
—Sí Hiro, mira todo lo que hiciste durante este año... eres increíble. —dijo Honey Lemon, tratando de animarlo.
—Sí Hiro, anímate. —Wasabi se agsxho a la altura del adolescente, con una sonrisa sincera—Eres y siempre serás un buen chico, sé que podrás decaer y eso es completamente normal... pero recuerda que no estás solo en esto, ¿entendido?
Hiro no pudo evitar sonreír, en cuanto dejó salir una risa pequeña—Entendido, gracias chicos...
—No es nada, amigo. —Fred se acercó para abrazarlo—Ya hay que irnos de aquí, el cementerio podrá cerrar.
—Tienes razón, vámonos. —dijo Go Go comenzando a irse de ahí.
Los demás siguieron a la surcoreana, aunque... Wasabi se quedó atrás, observando la lápida de su amigo con melancolía. Él ángel lo observaba sumamente curioso y intrigado por aquel hombre, por alguna extraña razón sentía una extraña conexión... algo raro, inexplicable y a la vez, divino.
"Ese humano se me hace conocido... pero, ¿de dónde?", pensó Dae sin apartar su mirada en él. Wasabi sintió una sensación tensa, como si alguien lo estuviese observando; volteó su cabeza lentamente con temor y ahí fue, cuando por poco se infartó.
Se hallaba a lo lejos un joven viéndolo con una cabellera rubia, con al parecer un "vestido" blanco puesto. En un abrir y cerrar de ojos, aquel chico había desaparecido... sin ningún rastro. Wasabi pensó en lo peor, ¿¡acabó de ver un fantasma!?
En estado de shock, él afroamericano comenzaba a marearse y a ver borroso...
Se desplomó en el suelo, quedando desmayado.
☁️
Wasabi se localizaba en un cuarto pequeño, no tan ordenado para que fuera el suyo. Poco a poco comenzaba a abrir sus ojos, y de la nada, sintió un peso en su abdomen. Pero por suerte, era Mochi y no... una figura siniestra.
—Aah... hola Mochi, ¿qué tal? —sonrió levemente, comenzando a acariciar al gato.
—¿Wasabi? —dijo Hiro con alivio—Que bueno que hayas despertado, tía Cass ya te quería tirar agua fría.
—¿Qué? —miró alrededor, notando que estaba en el cuarto del adolescente acostado en la cama del contrario—¿Qué sucedió y qué hago aquí?
—Perdiste la consciencia en el cementerio... —Hiro comentó.—¿Estás bien? Nos hemos preocupado por ti... —fue con él y se sentó en la orilla de la cama.
—Claro que estoy bien, sólo que...- nah, olvídalo, no es nada. —río Wasabi, sin querer preocupar al adolescente.
Hiro lo vio con algo de desconfianza, pero hizo como si lo creyera—Bueno... si gustas puedes irte a casa.
—Está bien, dile a tu tía que gracias por la hospitalidad.
Hiro asintió con la cabeza y miró como su amigo se iba de su cuarto—... no creo que estés bien, pero... haré que nada de esto paso. —se regresó a su escritorio y siguió con lo suyo.
Wasabi salió de la cafetería y se dirigió a su casa, pensando en lo que había ocurrido... para él era común que le pasaba esas tipos de cosas, desde que era un niño ha tenido esas... ¿experiencias?
Como sea, en la mayor parte de su vida siempre le pasaba algo y más cuándo se quedaba en su casa. Se le caían las cosas, se le desaparecían sus pertenencias; oía voces y ruidos, incluso aveces tenía parálisis del sueño...
Por eso era un completamente cobarde, ¡ya estaba bastante traumatizado para aguantar más cosas aterradoras!
Por poco y cuándo vio al chico en el cementerio se iba a morir de un ataque al corazón.
Ahora que lo pensaba... ¿Lo que vio era algo real y no un producto de su imaginación? Tenía que descubrirlo, o no lograría dormir por meses...
No era tan "miedoso" como otros decían, cuyo momento agarraba valor y lograba hacer una variedad de cosas sorprendentes... mas, si era un baboso miedoso. Lo admite y sí.
Cuándo llegó a su casa, dio un gran suspiro y se quedó en el sillón acostado siguiendo pensando en lo mismo. ¿De qué se trataba lo que acababa de ver?
Será acaso... ¿su ángel guardián estaba queriendo comunicarse con él o algo por el estilo?
Ese joven era misteriosamente divino, lo cuál su mirada que poseía en ese momento le ponía la piel de gallina. Tantas preguntas y menos respuestas...
Él era creyente de ese tipo de cosas, sólo que muchas veces no lo admitía. Fred, su amigo, que también era creyente siempre lo llenaba de cosas todo que tiene que ver con los fantasmas y lo sobrenatural.
Alrededor de ese tiempo, se mantuvo reflexionando...
☁️
Escribí esto estando enferma, derrotada pero jamás irresponsable (? Espero poder continuar con esta historia JAJA-
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