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Nota autora: este es uno de mis primeros fics. Sé que tiene errores, pero está aquí porque le tengo cariño y, al parecer, a muchas personas les ha gustado. Lo voy a dejar hasta que me llegue la locura y decida borrarlo, así que ahórrense los posibles malos comentarios porque me importan un pepino y los eliminaré.
Gracias por el apoyo y disfruten la lectura ♡
Advertencias: OC (Original Chapter) y OCC (Other Caracter Context)
En esta novela cambiaré muchas cosas que no irán de acuerdo al manga o al anime. Comenzando por el voleibol, cosa que no aparecerá mucho aquí (casi nada) así que, por favor, no se extrañen.
♔
Me siento en uno de los peldaños de la escalera que da al salón de descanso, el cual se encuentra en el sótano de la escuela y que, usualmente, es utilizado para practicar sus respectivos proyectos por los chicos y chicas pertenecientes al club de arte que se subdivide en: música, baile, dibujo, etc. Como es de esperarse el sitio se halla vacío, debido a que se supone que todo el alumnado se encuentra en sus respectivas clases en este momento.
Tenso los labios mientras que pequeñas lágrimas se deslizan por mis mejillas y caen de manera silenciosa sobre el dorso de mis manos, las que ahora forman dos perfectos puños sobre mis rodillas.
"Peste negra, peste negra... ¡Es la peste negra!".
Sacudo mi cabeza de un lado al otro, intentado alejar de esta manera las molestas voces de mis compañeros que resuenan con fuerza dentro de mi cabeza. Cuando me detengo, un mechón de cabello cae ante mis ojos. Lo tomo entre las puntas de mis dedos y lo observo con enojo.
He llegado hace una semana a esta nueva escuela y ya soy conocida por todo el instituto como la peste negra. No por el hecho de que mi cabellera sea del mismo color que la noche, sino que gracias a mi excesiva mala suerte — que termina siendo transmitida a toda persona que se me acerca — los accidentes y las desgracias son algo que siempre me persiguen. Están siempre oscureciendo mi camino tras de mi espalda y no sé qué hacer para detenerlo.
Sé que hay algo mal en mí, porque esto no se me hace para nada normal, y es muy frustrante que sin importar cuánto lo intente, cuán cuidadosa trate de ser la mayoría del tiempo, la mala suerte no se vaya. Parece haberse adherido a mí con una firmeza tal, que llega al punto de ser ridículo.
— ¿Por qué lloras?
Doy un respingo del susto al escuchar la repentina voz junto a mí y me giro para encarar a un chico, con cabello blanco y pequeñas mechas negras decorando el mismo, asomarse entre los espaciosos barrotes de la escalera. Acerca su rostro al mío, desconociendo totalmente lo qué es el espacio personal, y me observa con sus grandes ojos dorados, repletos de curiosidad.
Percibo cómo, de inmediato, mi rostro se sonroja gracias a la imprevista cercanía y atención de su parte. Nunca he estado acostumbrada a este tipo de acciones por parte de un chico — o cualquier persona, si tengo que ser sincera — y me hace sentir incómoda.
Giro velozmente la cabeza al lado contrario y limpio mis lágrimas con la ayuda de la manga de mi chaqueta de mi uniforme, queriendo esconder mi pena de una manera muy torpe.
— No estoy llorando — digo en un murmullo, como si con eso pudiera borrar el hecho de que me ha visto llorando. Y muy cerca.
Una estruendosa carcajada se escapa desde el fondo de su garganta al oírme. Se posiciona frente a mí con sus manos ocultas en los bolsillos de la chaqueta de la escuela y me mira sonriente. Lleva unos grandes auriculares azules alrededor de su cuello y viste su uniforme de manera algo desaliñada, lo cual me dice que los profesores deben de haberlo regañado más de una vez por ello.
Me levanto de un salto de la escalera y bajo, pasando por su lado para luego ir a sentarme sobre una butaca cercana en un tonto intento de escapar de él. Agacho la cabeza, escondiendo mi rostro de sus brillantes ojos y me quedo en silencio, esperando a que con eso decida irse y me deje sola otra vez.
— Una chica tan linda como tú no debería llorar — lo escucho decir, aproximándose hasta la butaca que se encuentra frente a mí.
De manera involuntaria, toso tras atorarme con mi propia saliva, todo luego de que su comentario me haya tomado con la guardia muy baja. Mis ojos se abren de par en par y siento cómo la sangre se acumula nuevamente en mi rostro, sonrojándome esta vez hasta las orejas.
<< ¿Linda? ¿Yo? >>.
Mis uñas se entierran en las palmas de mis manos, conteniendo el pequeño temblor que me ha atacado.
— ¿Por qué sigues aquí? ¿Acaso no sabes quién soy?
Su ceño se frunce en señal de confusión y su cabeza se ladea ligeramente.
— ¿Debería? ¿Eres famosa?
Esta vez soy yo la que junta las cejas y demuestra con su expresión desconcierto.
¿Es acaso una broma?
— Algo parecido, pero mi fama no es buena... Tengo una pésima reputación. Soy la peste negra... — farfullo lo último, esperando que con eso caiga en la cuenta de quién diablos soy y se eche a correr de la misma manera en que lo han hecho otras personas al verme o descubrir mi identidad.
Lo medita un par de segundos, moviendo su cabeza de un lado al otro para al final volver a hablar.
— Nop, no sé quién eres... Pero que apodo más extraño el que tienes. ¿Te lo pusieron tus amigos?
Bufo, ignorando su pregunta.
Este chico realmente no parece conocerme y, a pesar de que eso me alegra de alguna forma, de inmediato la tristeza me invade. Porque a pesar de que no conozca mi historia ahora, no pasará mucho tiempo para que se dé cuenta de lo malo que es estar a mí alrededor.
— Da igual. No deberías estar aquí conmigo.
— ¿Por qué?
— Porque suelo hacer que cosas malas sucedan — bisbiseo, logrando que las lágrimas se acumulen en mi ojos por tercera vez en el día. — No solo a mí, sino que también a la gente que me rodea.
Y esa era la razón por la que nadie quiere ser mi amigo, quiero agregar pero me lo guardo. Mi situación es tan penosa que... ¡ni a los maestros les gusta estar mucho tiempo conmigo!
Todos me temen. Y eso es horrible, porque me encuentro y me siento muy sola debido a aquello.
Se levanta de su asiento y da unos pasos hasta estar a una distancia prudente de mí.
— Bueno, en realidad, no creo que alguien tan linda pueda hacer algo como eso. — Se encoge de hombros, restándole una gran importancia a mis palabras. — ¿Quieres que te muestre un grandioso baile para subir tu animo?
— ¿Estás en el taller de baile?
Asiente, feliz y orgulloso.
— ¿Quieres verme bailar?
Juego con mis labios, dudosa, y termino por asentir con una leve sonrisa que no deja ver mis dientes.
<< Yo ya se lo advertí, si de igual manera decide quedarse, es todo bajo su propia responsabilidad >> pienso, haciéndole caso cuando me pide que me corra más atrás para tener espacio.
Saca su móvil y busca en él hasta que encuentra lo que busca. Una melodía comienza a sonar en su celular, la cual va aumentando en velocidad a medida que va avanzando la canción. Sus pasos se sincronizan con la música a la perfección y hace movimientos increíbles de una forma tan natural, que por unos segundos invidio su destreza para la danza.
Un par de minutos más tarde la canción finaliza y sonríe, quedando unos segundos en la última pose que ha realizado como si fuera algún tipo de idol.
Cuando termina mi boca se encuentra abierta y, estoy segura, que si no fuera porque mi mandíbula está pegada a mi cara, esta ya estaría enterrada en el suelo.
— ¡Eres fantástico! — chillo, haciéndolo sonrojar con mu brutal honestidad.
Rasco su mejilla un poco avergonzado mientras sonríe.
— Gracias... ¿Ahora te sientes mejor?
Rio por su pregunta.
— Mucho mejor que antes.
— Me alegro. Oye, ¿cómo...?
La campana de la escuela suena de manera escandalosa por toda la escuela, interrumpiéndolo en medio de la oración y yo me levanto de un salto al recordar algo.
— ¡Diablos! ¡Debo entregar mi trabajo de historia! — Corro hasta las escaleras, tropezando con mis propios pies en el camino, y me volteo a verlo. — Nos vemos. ¡Un gusto conocerte!
Sonríe, haciendo que sus ojos se achinen y algunas marcas aparezcan a los costados de estos.
— ¡Claro! ¡Igualmente!
Nos despedimos con un movimiento de manos y salgo de ahí a toda prisa, deseando poder llegar a tiempo al aula para poder entregar mi trabajo.
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