EP 3 || Un tierno vampiro
–Quieras o no, esa humana no saldrá de aquí, al menos no lo hará con vida —.Miró fríamente al chico con sus ojos amarillos.
N la miró de vuelta y desvío la mirada, sin saber que hacer pero aún sin soltarme, J miró su reacción para luego apartarse, viendo que el peliblanco no cedería a lo que le dijo.
–Bien, de igual forma en algún momento vas a tener que dejarla sola, y cuando menos lo esperes... —J abrió sus alas para irse de dónde parecía ser la Sala principal de la mansión. –Ella, morirá.
Después de terminar de hablar la peliblanca de coletas voló a gran velocidad hacia una puerta que daba entrada a las demás partes de la mansión, abriendo la puerta mientras volaba y desapareciendo después de atravesar la puerta.
–Supongo que también debo irme... —Mencionó la peliblanca de pelo corto, V, mientras se acercaba a mí y dejando pocos centímetros de su cara y la mía. –Esperó nos volvamos a ver linda~
Comenzando a reír de nuevo con su risa maniática y siguiendo los mismos pasos que la peliblanca J, V se retiró abriendo sus alas para volar y pasando por la puerta que ya había dejado abierta J.
Tras ver todo esto, el peliblanco pareció tranquilizarse, suspiro aliviado y me soltó de los hombros y ocultando sus alas se puso cara a cara contra mí.
–¿Estás bien...? —Preguntó el chico mientras aproximó su mano a mí hombro en señal de apoyo, rechazé su gesto desviando su mano y alejandome de él.
–¿Q-Que son ustedes? —Expresé con preocupación mirándolo, sencillamente no me creía lo que estaba pasando a mí alredor.
–Uh... Creo que ya lo has visto... —Afirmó N mientras retrocedía unos pasos para darme espacio.
–Entonces los rumores eran ciertos... jajaja—Reí un poco, ya ni siquiera sabia si lo que veía era cierto o aún estaba ebria, de igual forma no creo morir esta noche, eso creo...
–Lamento lo de hace rato, mis hermanas suelen ser muy agresivas cuando ven a cualquier humano entrar –.Me contó el chico vampiro, apenado por la acción que habían tomado sus hermanas al parecer.
–... —No le di una respuesta, seguía algo impactada para ser sincera, pero tenía que aceptar mí triste realidad ahora mismo o estos vampiros me matarían sin duda alguna. No puedo confiar en ninguno de ellos.
–Debes estar algo asustada pequeña humana, ¡no te preocupes! —Aseguró con una sonrisa el peliblanco con una voz amable.
—¿¡A quién llamas peque-!? —Antes de que siquiera pudiera terminar la frase el chico me tomó rápidamente de la muñeca y me arrastró a la puerta por la que ya habían pasado con anterioridad las dos vampiros antes.
Ambos pasamos por la puerta, una vez pasamos por ella los candelabros de la parte principal que daba entrada a la mansión se apagarón repentinamente.
–¿A donde me llevas? —Expresé mientras caminaba a la fuerza por la mansión debido al agarre que tenía el chico peliblanco en mi muñeca.
–Te ayudaré a escapar —.Me respondió sonriente el vampiro de cabello blanco para luego llevarme hacia unas escaleras que llevaban a los demás pisos superiores de la mansión.
–¿Ayudarme...? —Confusa lo miré mientras ambos subíamos por las escaleras. –No estoy entendiendo para ser sincera, ¿por qué un ser roba sangre quisiera ayudarme? —Le reproché.
–Bueno, digamos que... sólo no quiero darle la razón a mis hermanas... —Mencióno N, con una voz apagada y desanimada mientras de manera que casi quisiera evitar mirarme mantuvó su mirada al frente, aún sosteniendome firmemente de mi muñeca subiendo ambos las escaleras.
–... —No le dí respuesta alguna, no tenía caso discutir, si como fuera me ayudaría a salir viva de la mansión estaba dispuesta a aceptar su ayuda.
Después de un silencio incómodo mientras caminabamos los dos llegamos al final de las escaleras, llegando al último piso de la gran mansión.
–¿En dónde...estamos? —Pregunté con una voz débil al peliblanco.
–Estamos en el último piso de la mansión, en este piso se encuentra mi habitación —.Contestó gentilmente mientras nos aproximabamos a una puerta con ligeras decoraciones doradas en el marco, aunque sin dejar dejar de lado ese toque desgastado al ser una mansión antigua. –Así mis hermanas no podrán molestarnos —. Me entregó una sonrisa.
–¿Q-qué? —Solté rápidamente mi mano de su agarre en mi muñeca al escucharlo y lo mientras dudosa. –¿Primero un cafecito, no? —Opine con un suave rubor en mis mejillas.
El chico peliblanco volteó para mirarme con una expresión confundida.
–¿Eh? —Me miró directo a los ojos unos segundos para luego ponerse algo sonrojado. –¡Ah, no!, ¡l-lo siento! —Se apartó ligeramente de mí mientras desviaba la mirada hacia otro lado algo avergonzado.
–No me refería a e-eso... —Aclaró con una voz temblorosa.
–Oh... —Desvíe la mirada también al darme cuenta de la estupidez que dije. –Aunque... entonces, ¿para que me llevas a... tu habitación? —Sin desviar la mirada pregunté.
–Eso es porque... —Regresó la mirada a mí para responderme. –Mis hermanas, V y J, no suelen entrar a mí habitación para nada, si te ayudó a salir por otra parte de la mansión puede que las cosas no salgan tan bien... —Explicó ahora más calmado.
–Ya veo, era por eso... —Me disculpe un poco, mientras miraba a otro lado para evitar mirarlo después de lo que dije hace un momento.
–Lo siento —.Mencionó el peliblanco con un tono amable –Si se entendió otra cosa...
Al oírlo devolvi la mirada a él, mientras se disculpaba tenía su mano tapando su boca con un ligero rubor en su cara por su mala selección de palabras de hace rato, la luz de la noche caía en él a través de las ventanas que lo iluminaba ligeramente dejando ver sus relucientes ojos amarillos.
–No te preocupes, fue error mío —.Me disculpe para luego acercarme y pasar por su lado. –Entonces... ¿Cómo salgo de aquí?
El chico peliblanco me miró para luego sonreír ligeramente. –¡Sigueme!
Haciendo caso, fui detrás suyo acercándonos a la puerta que daba entrada a su habitación, mientras camine detrás de él dirigi mí mirada a la luna que podia verse por las ventanas del piso, dándome cuenta que era luna llena.
Estando frente a la puerta él la abrió para mí, dejándome pasar primero para luego pasar él y cerrar la puerta, analizé un poco su habitación unos segundos.
–No pensé que un vampiro pudiera tener una habitación tan... —Mire a los alrededores, la espesa oscuridad apenas me dejaba analizar los detalles, la madera de roble vieja y desgastada de los muebles, pero que aún mantenían su toque con diseños tallados en la misma madera. —sofisticada...
Mientras seguía caminando por la habitación, alguien me tomo por detrás y me cubrió el cuello con una suave tela de terciopelo.
–Vas a resfriarte con ese vestido en un clima tan frío —Mencionó el vampiro, detrás mio, que con sus manos enredo una bufanda de un color rojo sangre alrededor de mi cuello, sin negarme solo coloque mis manos sobre la bufanda, estaba cálida o yo estaba lo suficientemente helada como para preocuparle a un vampiro desconocido. –Llevate esto, no es necesario que me lo devuelvas.
Con una sonrisa se apartó de mi, y tomando mi mano fría que casi se sentía como estuviera congelada, entrelazo su mano algo cálida con la mía, y me guio por la oscuridad que no me dejaba avanzar en la habitación hasta llegar enfrente de una ventana, cual el peliblanco señalo.
–¡Por aquí! —Expresó N, señalando una ventana abierta y me acerque a dónde el.
–¿Quieres que salga por una ventana desde un tercer piso? —Cuestione su extraño plan mientras miraba la distancia de dónde estaba hasta el piso.
–¡Oh!, cierto, humanos... —Habló cómo si hubiera esperado que saltará y no fracturarme en el proceso. –Supongo que...
–¿Supones que-? —Lo miré esperando a que no se le ocurriera nada extraño.
–Aunque no se si estés de acuerdo —Consideró pensando una solución, no fue hasta que el sonido de que alguien tocaba la puerta nos hizo voltear a ambos.
–N, ¿estás ahí?, de casualidad estás enojado por que esa humana te recuerda a... —Preguntó la voz de V al otro lado de la puerta de la habitación, antes de que terminará la oración N le contestó.
–¡No es eso! —Le reprochó el peliblanco a V al otro lado de la puerta.
–¿Estás seguro?, si no abres la puerta entraré a la fuerza —. Expresó V gritando desde fuera para que N oyera.
–¡Ay carajo!, va a matarme ¿no? —Hable con preocupación mientras veía a N con angustia.
–¡No hay tiempo voy a tener que hacerlo! —Aclaró para luego abrir sus alas, al ver tal acción lo miré y retrocedi unos pasos para toparme de espaldas con el marco de la ventana abierta, haciendo que casi me caiga por ella.
–¿Ha-hacer que-? —Preocupada lo observé a la vez que el viento helado y nieve de la ventisca pasaba por la ventana.
No pasaron ni unos segundos para que el peliblanco con las alas abiertas me tomará bruscamente en sus brazos, saltó por la ventana volando hacia afuera a través de ella.
Viendo la distancia al mirar hacia abajo me sujete de él para evitar caerme, él peliblanco me sujeto firmemente para luego aterrizar de pie en la nieve, ahora por fin me encontraba fuera de esa mansión.
–¿Estás bien? —Mencionó N con preocupación y un tono dulce en su voz sin dejar de sostenerme en sus brazos. Lo miré a los ojos durante unos segundos y sin decir nada asentí con la cabeza. –Me alegra que sea así.
Dejándome en el suelo y dejando de tenerme en sus brazos me miró.
–Supongo que tengo que... irme —Señale hacia la dirección en dónde se supone que estaban los demás antes de entrar a la mansión.
–Claro... —Algo desanimado afirmó para después dar un paso adelante en mi dirección, acercándose a mí. –¿Puedo... saber tu nombre?... ¿Por favor?
–Mi nombre es...
Unos pasos apresurados sonaron detrás de nosotros, voltee mi cuerpo hacia la dirección de dónde sonaban aquellos pasos.
–Uzi, ¿estás bien? —De entre la nieve se apareció la figura de Thad quien se acercaba a mí.
–Yo... —Miré a Thad y después observe que las chicas de antes también se encontraban, volteé mí cabeza para mirar hacia atrás, pero el chico peliblanco ya no estaba.
Algo desanimada regrese mí mirada hacia Thad quien estaba mirándome con preocupación. –Estoy bien, no es para tanto...
Thad se acercó a mí y me abrazó, lo miré sorprendida y respondí su gesto aunque sin abrazarlo en su totalidad.
–Me alegra...
Suspire de alivio, al menos ya había salido de la mansión, no moriría, al menos no en esta noche.
—Ja, ni siquiera pude despedirme...
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(1789 palabras)
Así que vampiros, vampiros y más vampiros.
[Capítulo primera vez publicado el: 14/ enero/ 24]
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Esta historia se actualiza todos los jueves y martes (con suerte)
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