Epílogo

Luego de la reconciliación entre Jeon y Park, ambos pasaron juntos por aproximadamente tres días con la compañía de Dai. Realmente se sentían protegidos por sus hombres y es que se dieron cuenta que estando juntos son mucho más poderosos.

El último día que pasaron juntos decidieron salir de paseo por una de las propiedades que Osamu había adquirido cuando estaba con vida, la risa de Dai es la felicidad de los chicos.

Ver al pequeño correr, agitar sus manitas, caerse, levantarse y continuar sonriendo enormemente, simplemente les hace feliz, y les recuerda que no ha sido mala elección el haberse dado una oportunidad más para vivir el resto de sus malditas vidas juntos.

Jimin decía que estaban malditos debido al poder que ambos tienen, sabía que ser jefe al igual que Jungkook, su pareja, le acarrearía más enemigos y debía cuidarse el doble para poder proteger a Dai.

Cuando el paseo llego a su fin el menor decidió preparar una maleta con algunas cosas que había comprado para Jungkook, Jimin no podía obligar a su pareja a quedarse en Kobe, no cuando debía liderar Busan y mantener en orden su ciudad.

Jimin, por su parte no podía abandonar Kobe, es el jefe de esa ciudad ahora, y a la distancia llevaba las riendas de Hakone, territorio que pensaba darle a Ryuu o a Ravi para que lo fortalecieran, mientras su tío lideraba Tokio, el cual es el principal, ya que era dominio de Osamu.

La puerta de la habitación se abre, Jimin coloca la última prenda que le ha comprado a su chico, cierra la maleta y siente como unas manos cálidas recorren su abdomen y es atraído hacia atrás, haciendo que pegue su espalda contra el pecho de Jung.

—Hueles tan bien —inhala Jeon el aroma del perfume del menor.

—Me siento tan bien así —Jimin coloca sus manos sobre las de Jungkook.

—Voy a extrañarte, rubio —susurra el pelinegro, dejando pequeños besos en el cuello del menor.

—Yo también, imbécil —Jimin se gira, quedando frente a frente con el mayor.

—Eres tan hermoso, rubio —las manos de Jeon ahora se encuentran en la espalda baja de Park.

Los brazos del rubio suben hasta que coloca sus manos sobre el cuello de Jeon, acaricia la parte sensible de su cuello con las yemas de sus dedos,
provocando que el mayor cierre sus ojos y disfrute de las caricias que su chico le brinda.

Las manos de Jimin suben hasta el rostro de Jungkook, acaricia sus mejillas y pasa sus dedos pulgares por los labios de Jeon, ganándose un suspiro de aprobación por parte del mayor.

El rubio se pone de puntillas y deja un casto beso en los belfos de Jungkook.

—Voy a echarte mucho de menos —murmura el menor, cerrando sus ojos y enrollando sus brazos alrededor del cuello de Jungkook.

—Quisiera... —intenta hablar el mayor.

—Es lo mejor, cariño —interrumpe Jimin. —Quisiera decirte que viajaré a Busan, pero no puedo someter a Dai a tanto viaje —habla Park, mientras se pierde en los ojos de Jeon.

—Vendre yo, viajare todos los viernes por la noche, pasaremos el fin de semana los tres juntos y voy a amarte mucho —dice Jeon, descendiendo sus manos hasta el voluptuoso trasero del rubio.

—No hagas nada estúpido, Jungkook —le pide Jimin, a lo cual el mayor sonríe—. No te rías.

El menor jalonea un mechón de cabello negro de su chico para hacerle saber que va en serio.

—Lo digo en serio, imbécil —alza un poco su voz, Jimin.

—Lo sé, rubio —Jeon deja un beso sobre los gruesos labios de Park, mientras aún tiene una hermosa sonrisa.

—No es un juego, Jungkook —habla entre medio del beso el menor.

—Lo sé, rubio —el mayor, aleja sus labios de los de Jimin y lo observa fijamente—. Ahora cállate y déjame disfrutar del sabor de tus labios antes de que me vaya, en contra de mi voluntad.

El mayor hace presión con sus manos en el trasero de Jimin, lo apega por completo a su cuerpo haciendo que el menor jadee entre risas divertidas.

Ambos conectan sus labios y saben que es un beso de despedida, por esa razón no deciden andarse con pequeños besos, sus labios se conectan y se desconectan al igual que sus lenguas, ambos devoran la boca del contrario con tanta necesidad, que es imposible que un sonido obsceno se escuche en la habitación.

Jungkook alza al menor y este de forma rápida envuelve sus piernas alrededor de la cintura de Jeon, las manos de Jimin viajan hacia el cabello negro de su chico, y mientras sus bocas no dejan de probarse, el rubio juega con el cabello del mayor, y por su parte las manos traviesas del pelinegro manosean a su antojo el culo de su chico.

—Jung —se escucha la voz de Hoseok.

Ambos hacen un sonido de desaprobación mientras continúan besándose, están por odiar a la persona que osa de interrumpir su momento.

Dejan de besarse y lo primero que hace el mayor es abrir sus ojos, Jimin recarga su frente sobre la Jeon, con sus ojos cerrados y su respiración agitada, sus manos sobre el cabello del pelinegro mientras esté lo carga intenta mentalizarse que debe despedirse de su amado y verlo de nuevo hasta el viernes por la noche.

—Te amo, Jungkook —suelta el rubio.

—Debemos irnos —se escucha la voz a través de la puerta.

—Voy a besarte de nuevo —le hace saber Jungkook.

Jimin simplemente asiente deseoso de poder sentir los labios del pelinegro sobre los suyos.

Se besan una vez más y antes de que sean interrumpidos por tercera vez, el menor rompe el beso, con un poco de tristeza en sus ojos.

—Debes irte —ordena el cabello desordenado de Jungkook.

—Te amo, rubio —confiesa Jeon, sube sus manos hasta la espalda de Jimin y lo abraza fuertemente.

El menor deja un par de besos regados en la frente y cabello del mayor.

Jungkook coloca a Jimin en el suelo, y luego toma la maleta que su chico le a preparado.

—Me despedí del enano —dice refiriéndose a Dai.

Jungkook extiende sus brazos hacia Jimin, el menor sonríe y da los pasos necesarios para llegar hasta donde el pelinegro se encuentra, juntan sus manos y luego salen de la habitación.

—Estás torturándome —se queja Jimin, mientras camina hasta la puerta principal con Jungkook.

—Solo quiero dejarte justo en el lugar donde espero encontrarte todos lo viernes por la noche cuando regrese.

Ambos se detienen bajo el marco de la puerta.

—Estaré aquí —dice en voz baja el rubio.

Hoseok se acerca a ambos y le retira la maleta a Jeon.

—Te esperamos en el auto —dice como un recordatorio, el cual Jungkook ignora.

—Mi rubio —toma las manos del menor. —Mi hermoso rubio —deja un beso en el dorso de las manos de Jimin. —Voy a llamarte —le informa el mayor. —Voy a llamarte mucho —acerca el cuerpo del menor al suyo.
—Te amo, rubio :acto seguido besa los labios del menor, por última vez.

El sonido del claxon hace que Jimin rompa el beso entre risas.

—Basta —aleja a Jungkook, para evitar la espera de sus acompañantes. —Es hora de que te vayas, mi amor —los ojos de Jimin se conectan con los de Jeon—. Te amo demasiado, Jungkook.

El mayor asiente.

—Nos vemos el viernes —dice Jeon, girándose sobre sus talones.

Jimin observa como Jungkook se aleja, pero repentinamente este se detiene, se gira de nuevo y trota hasta él. El menor está a punto de preguntarle la razón, pero las manos de Jungkook sobre sus mejillas heladas y sus labios sobre los suyos, le impiden hacer la pregunta.

—Te amo, maldita sea —dice entre el beso.

Jimin golpea los costados del abdomen de Jungkook juguetonamente.

—Malditos labios —deja un último beso acompañado por una pequeña mordida, sonríe placenteramente, se gira de nuevo y está vez corre a toda prisa en dirección al auto.

Antes de abordar el vehículo, observa al rubio de pie en la entrada, sonríe y luego entra al auto.

Seis meses después...

Durante seis meses, Jeon tenía que viajar de Busan a Kobe todos los viernes por la noche. Jimin una tan sola vez viajó a Busan con el pequeño y con la compañía de Ryuu como su protector, pero la ira de Jungkook le bastó para no volver a intentar visitar Corea sin antes comentárselo a su pareja.

Este viernes no sería la excepción, se supone que Jeon viajaría a Kobe y visitaría a su lindo y sexi rubio. La emoción de Jimin es más que notoria, y como no emocionarse si es el maldito día de su cumpleaños, y Jungkook, el amor de su vida vendrá a visitarlo desde Busan.

Contaba los segundos, los minutos y las horas, quería que la noche llegará ya para poder ver al amor de su vida.

El menor se encuentra en una reunión en su despacho junto a Ravi, Ryuu y Yoongi. Los cuatro tienen una charla importante y es que entre ellos tienen el dominio de Kobe y Hakone en orden.

—Necesito a alguien a mi lado —habla Ravi, llamando la atención de los demás.

—No me vean a mí —dice Ryuu al instante.

—¿Por qué no? —indaga Yoon.

—Estoy con el rubio —suelta sin vergüenza alguna el japonés.

—No lo mires así —le pide Jimin a Yoongi.

—Solo puedo ir unos días a Hakone, pero debo hablarlo con Jungkook —comenta Jimin.

—Todos sabemos cuál será su respuesta —agrega Yoon.

—Sería muy feliz si vas tú, Yoongi —toda la atención del mayor de los Jeon, se dirige al rubio. —Sé que serás un gran líder, y estoy seguro que Jungkook lo aprobaría. Hakone les pertenece a ustedes, la liberamos de mi madre —le recuerda Jimin. —¿Qué dices, Yoongi? —lo cuestiona.

—Si acepto, Taehyung se iría conmigo.

Jimin asiente con una sonrisa en su rostro.

—Bueno, puedes dejar que se quede junto a mí algunos días, es mi mejor amigo —le suguiere el rubio.

—Mierda —vocifera Yoon, poniéndose de pie—. Está bien, está bien.

Jimin se pone de pie al escuchar la respuesta de Yoongi.

—Ya está, Ravi y Yoongi serán los encargados de Hakone.

Ryuu se pone de pie y abraza a los dos hombres como gesto de felicitación.

Unos toques se escuchan en la puerta del despacho y está lentamente es abierta por Yoongi. Jimin se queda asombrado al ver a Taehyung de pie frente a una enorme caja de regalo con Dai sobre esta, jugando con el moño del regalo.

—¡Felicidades, Chimmy! —grita emocionado el castaño.

—Felicidades, Jimin —dice Yoongi, para luego bajar a Dai de la caja enorme de regalo.

—Sabes que te amo, Jiminie —el castaño camina hacia su amigo y lo abraza fuertemente.

—También te amo, Tae —gesticula en medio del abrazo el rubio.

Jimin abre el regalo y observa un enorme oso café, sus ojos se llenan de lágrimas.

—Es el que querías cuando recién nos conocimos. ¿Lo recuerdas? —pregunta Taehyung.

—Claro que sí —dice con voz débil, Jimin.

—Prometí que te lo daría y aquí está —señala el oso.

—Gracias —dice Jimin, para abrazar de nuevo a su mejor amigo.

Ravi, Ryuu y Yoongi salen del despacho y dejan a ambos amigos juntos, el mayor de los Jeon ha recibido una llamada que le informa que es la hora de empezar lo planeado.

—Es hora chicos —les informa Yoon a los dos japoneses.

Ambos se dispersan y Yoongi se dirige hacia a una de las sirvientas, pero antes se asegura que Jimin reciba una llamada. Cuando escucha el sonido del aparato electrónico desde la parte de afuera del despacho se dirige hacia donde la sirvienta se encuentra.

—¿Recuerda lo que debe hacer? —la cuestiona Yoon.

—Sí, señor Jeon —dice la sirvienta segura, mientras recuerda las instrucciones que recibió anteriormente por la mañana—. Es hora.

La sirvienta asiente.

—El abogado está aquí —anuncia Ravi.

—Lo llevara al despacho y luego que Jimin vea los papeles le pide al abogado que entre —la sirvienta escucha, procesa las indicaciones que se le brindan y luego asiente. —Vaya —le ordena Yoon.

La sirvienta sale rumbo al despacho, carga una bandeja de plata con papeles y un bolígrafo, se detiene frente a Ravi.

—Sígala y haga lo que le pida —le ordena al abogado.

—Por supuesto —dice el señor de traje costoso.

El abogado sigue los pasos de la sirvienta y se detiene cuando ella lo hace.

—Aguarde aquí —le pide respetuosamente la sirvienta.

Toca dos veces la puerta, abre y luego espera a que Jimin le ordene entrar por completo al despacho.

—Espera tío, me estás diciendo que no vendrás —dice con confusión el rubio.

—Lo siento, Jimin - San —se disculpa a través del aparato electrónico.

—Está bien —dice tristemente, Jimin.

—Intentare llegar mañana —le informa su tío.

—Claro, solo cuídate —le pide el rubio para luego cancelar la llamada. —Pasa —le ordena Jimin a la sirvienta, mientras Dai juega con sus carritos en el suelo.

—Buenas tardes, Jove Jimin —hace una reverencia ante Taehyung y el rubio. —El señor Jeon, me ordenó que le trajera estos papeles —baja un poco la bandeja de plata y le muestra los papeles a Jimin.

—¿Jungkook, se comunicó contigo? —pregunta mirando los papeles y luego a la sirvienta.

—No joven, se comunicó con el señor Yoongi —le informa la sirvienta.

—Está bien —Jimin toma el primer fajo de papeles, por lo poco que lee al inicio son papeleos de adopción.

El nombre de Dai aparece en los papeles, seguido por el nombre de Jungkook y el suyo.

—Oh, por Dios —el rubio dirige su mirada hacia el pequeño y sonriente Dai.

El pequeño asiste a una guardería por las mañanas, le ha ayudado mucho para mejorar su habla, y su instinto, el niño sabe que todos los demás compañeritos y amigos, tienen papá y mamá, o dos papás.
Desde que el pequeño empezó a asistir a la guardería, Jimin, ya no tenía ese nombre, se había convertido en su Appi y Jeon desde un inicio Dai lo había elegido como su papá.

—Puede pasar —le ordena la sirvienta al abogado.

—Buenas tardes, Joven Park, soy el abogado Kim, contratado por el señor Jeon —camina a pasos seguros y se detiene a una distancia prolongada frente a Jimin.

Extiende su mano y espera a que el rubio la estreche junto a la suya.

—Un gusto, llámeme Jimin —le pide el menor, luego de estrechar su mano.

—Esos son los papeles de adopción, para el pequeño —señala a Dai. —Si pasa a la última página, podrá firmar —de manera ágil, Jimin, pasa las páginas hasta que llega a la página que se le ha indicado.

Park baja su mirada hasta el final, observa el nombre Jungkook y su firma puesta sobre la línea indicada.

La boca del rubio se abre un poco debido al asombro al ver la firma de Jeon, ya plasmada sobre el papel.

—Solo falta su firma, joven Jimin —le recuerda el abogado.

La sirvienta toma el lapicero y se lo extiende a Jimin, el rubio lo toma y sus ojos al instante se llenan de lágrimas.

—Vamos, Jiminie —lo motiva Taehyung.

Sin dudarlo el menor gira el bolígrafo y la punta de este llena de tinta sale, coloca la punta sobre la línea donde debe ir la firma, y sin dudarlo lo firma.

—Desde ahora, Jeon Jungkook y usted Park Jimin, son los nuevos encargados de Dai —le hace saber el abogado Kim.

—¿Algo más? —pregunta el rubio a la sirvienta.

—Solo esto —baja la bandeja por segunda vez y deja que Jimin tome los papeles.

—Eso que tiene en sus manos, joven Jimin, son las escrituras de su nueva casa —le hace saber el abogado.

—¿Qué es todo esto? —inquiere viendo los papeles de adopción que vienen junto con la firma de Jeon incluida.

—Son los regalos que el señor, Jeon Jungkook, me ha pedido que le haga llegar —le comenta el abogado Kim.

—¿Esto fue comprado por Jungkook? —cuestiona con incredulidad el rubio.

—Así es joven Jimin, yo solo sigo sus órdenes —el abogado sonríe plácidamente.

Jimin toma su celular y de inmediato marca el número de Jungkook, los tres tonos se escuchan y luego la operadora pidiendo que deje un mensaje de voz, el mismo proceso sucedió las tres veces que el rubio le marco a Jeon.

—¿Todo en orden? —pregunta Yoongi, mientras se asoma por la puerta del despacho.

—Necesito comunicarme con Jungkook —suelta Jimin.

—Le dire que te llame —Yoon toma su celular y se comunica con su primo. —Te marcara en unos segundos —le indica.

El abogado Kim, se acerca al mayor de los Jeon, el celular de Jimin suena y por su parte, Taehyung se encarga de vigilar a Dai.

—Jungkook —dice el menor al atender.

—¿Recibiste mis regalos? —es lo primero que Jeon dice, luego de haber escuchado la voz de Jimin.

—Yo..., sí, pero...

—¿Qué te parecieron? —pregunta.

—Jungkook, solo quiero que estés a mi lado, hubiera preferido que tú me los dieras —se queja el rubio, mientras forma un puchero con sus labios.

—Lo siento, rubio, pero no podre llegar esta noche —suelta de improvisto, Jeon.

—Jungkook, no —murmura Jimin.

—Lo siento, cariño.

—Pero es mi cumpleaños —le recuerda el rubio.

—Lo sé, mi amor, pero tengo asuntos importantes que resolver —habla Jungkook, con voz pacífica.

—¿Más importantes que pasar tiempo conmigo? —lanza la pregunta, Jimin, ganándose la atención de Tae y Yoongi.

Un silencio prolongado se escucha a través  de la línea, acompañado de la respiración de Jungkook. park deduce cual es la respuesta y sonríe débilmente.

—Entendí —dice el menor.

—Jimin —es lo último que escucha el rubio por parte del pelinegro.

—Jungkook, no vendrá —informa el menor.

—El señor Jeon, me pidió que lo lleve a mostrarle la casa —interviene el abogado.

—Eso no pasara —se opone Jimin.

—Eso si pasara, Jiminie —Taehyung entra en la conversación.

—Claro que no —se rehúsa el menor.

—Claro que sí —replica su amigo.

- El traje que el señor Jeon envió para usted esta listo en su habitación – le hace saber la sirvienta.
- Ve rubio – le pide Yoongi.
- Esto no tiene sentido – Jimin sale de la habitación con Taehyung detrás de él.
- Yoon, encárgate de Dai – le pide Tae a su pareja.
Jimin y su amigo entran a su habitación, observan el hermoso y costoso traje que Jungkook escogió para el rubio.
Luego de admirarlo el menor decide tallárselo debido a la insistencia de Tae, cuando esta listo deja que su amigo arregle su cabello, acomoda su saco y luego lo obliga a salir de la habitación.
- Te ves precioso – el castaño deja un casto beso sobre la mejilla de Jimin.
- Como digas – el rubio toma la mano Dai y sigue a Yoongi, hacia la puerta principal de la casa.
- ¿No vendrán? – pregunta confundido, Park.
- No, solo iras a conocer la casa, nosotros esperaremos por ti – habla Taehyung.
- ¿Qué hay de Ryuu? – cuestiona el rubio.
- Ryuu, salió junto a Ravi – le hace saber Yoon.
- Así que viajare solo con el abogado, Kim – dice indignado el menor, por la falta de importancia hacia su seguridad y la de Dai.
- Se nos hace tarde, joven – le informa el abogado.
- Jungkook, te matara – se dirige Jimin a Yoongi, para luego subir al auto.
Sube a la camioneta junto a Dai, el abogado conduce, y un triste Jimin viaja en el vehículo mientras la noche cae sobre la ciudad de Kobe. El viaje no resulta tan largo y al parecer han llegado a la casa que Jungkook le compro como regalo al rubio.
- Hemos llegado – informa el abogado, Kim.
Jimin baja del auto, coloca a Dai en el suelo y acto seguido toma su manita, observa la silueta enorme de la casa, pero no logra observar bien debido a que ya es de noche y que las luces de la casa están completamente apagadas.
- No veo una mierda – suelta Jimin. - ¿Podemos avanzar? – pregunta al abogado.
- No, esperare aquí, recibí ordenes del señor Jeon, las cuales no pienso desobedecer – responde el abogado.
- Claro, como sea – Park sujeta fuerte la mano de ahora su hijo, y empieza a caminar sobre un camino de piedras.
- Esto está mal, deberíamos regresar a casa – observa a Dai y sonríe.
El rubio llega hasta dos pequeños escalones, los sube con paciencia ya que espera a que Dai los suba también, camina a pasos lentos y observa la puerta principal abierta.
Unos pequeños susurros y pasos se escuchan atrás, Jimin no gira su vista y sostiene más fuerte la mano de Dai, llega hasta el marco de la puerta junto al pequeño y lo siguiente que sucede es que todas las luces de la enorme, costosa y lujosa casa que Jungkook le ha regalado, se encienden.
La primera persona a la que el rubio observa frente a él a dos pasos dentro de la casa es a Jungkook, el cual sostiene un ramo de flores variadas completamente hermoso, mientras luce un precioso y elegante traje.
- Jungkook – articula el menor, sin dejar de ver al amor de su vida frente a él.
- Rubio – dice Jeon, con una enorme sonrisa en su rostro.
Da los dos pasos necesarios para acercarse a Jimin y estar bajo en marco de la puerta.
- Enano – saluda Jeon a Dai.
- Papá – dice felizmente el pequeño.
- Dijiste que no vendrías – recuerda Jimin.
- Pues mentí, mi amor – Jungkook le entrega el ramo de flores a Jimin, el cual lo acepta sin reproche. - Estoy aquí en tu cumpleaños delante de nuestro hijo y de todos –
Jeo ñn retira la mirada de Jimin y la dirige hacia atrás, hacia el costado del camino de piedras.
Jimin se gira y observa a su tío, a Taehyung al lado de Yoongi, puede ver a Ravi y Ryuu haciendo su trabajo y al resto de hombres de Jeon, presentes.
- ¿Quieres ser mi pareja del crimen para toda la vida? – el pelinegro introduce su mano derecha en el bolsillo interno de su saco, y saca una pequeña caja color negro con detalles dorados a su alrededor.
El rubio al escuchar la pregunta vuelve su mirada hacia Jungkook y lo observa sosteniendo una caja en sus manos, la cual abre de manera lenta.
- Mierda – susurra Jimin, casi inaudible.
- Park Jimin – el mayor hace una pausa y observa el rostro nervioso del rubio.
- ¿Quieres casarte conmigo y vivir el resto de nuestras malditas y caóticas vidas, juntos? – formula mejor la pregunta, Jungkook.
- Sabes que sí – responde el rubio.
- Nos casaremos ahora mismo – dice el pelinegro.
- ¿Ahora? – duda Park.
- Así es, rubio –
El abogado se acerca, saluda a Jeon y luego se coloca frente a ellos.
- Lo planeaste todo – musita Jimin.
Taehyung le retira el ramo de flores a su amigo, Yoongi toma la cajita con el anillo de oro y una enorme piedra en el centro.
- Sabes que te amo – murmura Jeon, Jimin asiente con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
- Estamos reunidos para unir en santo matrimonio a Jeon Jungkook y a Park Jimin – habla el abogado, ganándose la atención de todos.
Las palabras que el abogado dice son ignoradas por ambos y es que ellos están sumergidos en la mirada del otro, en su propio mundo.
- ¿Algo que quieran decir? – cuestiona el abogado.
- Rubio – aprovecha la oportunidad Jeon. - Te amo más que a nada y nadie en este mundo, prometo estar a tu lado desde ahora y para siempre – concluye Jungkook.
- Eres un imbécil – dice sonrojado, Jimin. - Pero te amo con locura, Jungkook, eres y serás el único amor en mi vida, eres lo que siempre necesite – agrega el menor.
- Estamos claros que nadie se interpondrá, así que cáselos ya – interrumpe Yoongi, haciendo reír a la pareja y al resto de invitados.
- Solo hágalo – le pide Jungkook, sin dejar de observar los ojos de Jimin.
Yoongi le da la cajita negra con detalles dorados a Dai. Jungkook toma la enorme sortija y se la coloca a Jimin en su dedo anular.
Yoon le retira la cajita a Dai y le da otra, Jimin toma la sortija de oro y se la coloca a Jeon de la misma manera que él lo hizo.
- Por el poder que hay en mí, los declaro esposos – dice el abogado. - Pueden besarse –
Jungkook no lo duda y une sus labios con los de Jimin cerrando el pacto de amor que ambos se han jurado.
Jeon lleva sus manos hasta las mejillas de Jimin.
- No hay, ni habrá cosa más importante que tú y Dai para mí, rubio – los ojos de Jimin se nublan de lágrimas al instante. - Lo más importante para mí eres tú, mi lindo rubio – el mayor deja un casto beso en los belfos del menor. - Eres lo más importante para este imbécil, completamente enamorado de ti –
Jimin abraza a Jungkook, y sabe que será su hogar siempre pase lo que pase.
- El mejor regalo de mi cumpleaños eres tú, Jungkook, gracias por hacerme tan feliz – el rubio alza su rostro y hace piquito con sus labios, Jeon entiende la indirecta y besa los labios de Jimin.
Todos cenan, bailan y se divierten en el jardín de enfrente, Jeon no se despega por nada del lado de Jimin, parece una sanguijuela pegada a su presa.
- Dale un poco de aire, vivirán juntos desde ahora – habla Namjoon.
- ¿Cómo juntos? – pregunta Jimin.
- Juntos, tú, yo y Dai – susurra Jungkook en la comisura de la oreja de Jimin, mientras lo abraza por la espalda.
- ¿Lo dices en serio? – inquiere, incrédulo el rubio.
- Completamente, rubio. Desde ahora me mudare a Kobe junto a ti, esta será nuestra casa – le hace saber Jeon, el corazón de Jimin palpita como loco de la alegría.
- ¿Qué pasara con Busan? – cuestiona Jimin, preocupado.
- Te presento al nuevo jefe de la mafia de Busan en mi ausencia – Jungkook señala a Namjoon, orgulloso.
- Felicidades – dice Jimin, impaciente. - Jungkook, porque no me das un recorrido por la nueva casa – le pide.
Sin negarse, Jeon toma la mano de Jimin y ambos entran a la casa.
Ryuu y Ravi se divierten junto a Dai, Yoongi baila junto a Taehyung mientras ambos se dan muestras de cariño públicamente, Jin observa el hermoso lugar y lo perfecto que todo resulto al lado de Hoseok.
Jungkook y Jimin, detuvieron su recorrido en la primera habitación que encontraron, antes que ambos dejaran de hablar dijeron que se amaban locamente para luego empezar a besarse, seguido se deshicieron de su ropa, ambos desnudos, con respiraciones alteradas, sus cuerpos sudorosos y los gemidos de los dos inundando la habitación.
- Te amo tanto, Jungkook – dice el menor, mientras siente los labios de Jeon sobre su cuello.
- También te amo, rubio – dice con voz jadeante el mayor, penetrando con fuerza a Jimin.
- No pares, Jungkook, por favor – le suplica el rubio.
- No lo hare, mi amor – articula con dificultad Jeon, mientras no deja de penetrar la entrada de Jimin.
El rubio se encuentra empotrado contra la pared de la habitación, las manos de Jungkook se posan en los muslos del menor mientras su vaivén no se detiene.
- Eres delicioso, rubio – murmura Jungkook, entre jadeos sobre la comisura de la oreja de Jimin.
El pelinegro regula su respiración dejando pequeños besos en el rostro de Jimin, el rubio se sostiene del cuello de Jungkook y se deja mimar por él, el mayor besa los labios del menor salvaje y apasionadamente.
- Malditos labios – susurra sobre los labios del rubio, para volver a unirlos y continuar besándose.
Ambos se encuentran en la primera habitación en la que entraron, y si de algo están seguros es de que en cada rincón de esa maldita y lujosa casa tendrán sexo. Los dos perdidos en su mundo, mundo en el que solo existen ellos dos, mundo en el que el amor y la fortaleza los une a pesar de dificultades, ambos están sabedores que desde el día que el destino los junto fueron sostenidos por el amor que ambos se tienen, y ese mismo amor los continuara sosteniendo hasta su tumba.

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