73
—Ve por Dai —le pide el rubio a su esposo, el cual, carga una bandeja de plata con tres platos con panqueques.
El mayor, sale de la casa, divisa al pequeño jugando con su enorme pista de autos junto a Hoseok.
—¡Enano! —alza su voz Jeon, para llamar la atención de su hijo.
El pequeño, alza su vista y observa con una gran sonrisa a Jungkook
—Hora de comer.
El niño se pone de pie, deja sus juguetes tirados y corre hasta su padre.
—Vonvere -?—se dirige el pequeño a su tío Hoseok.
—Esperaré por ti
—Vamos.
Jungkook toma la mano de su hijo.
Antes de ir al comedor lava las manos de su hijo, lo carga sobre sus hombros y luego ambos atraviesan el comedor, mientras ríen.
Jimin los ve a ambos sonriendo, mientras los espera sentado sobre una silla.
—¡Papá! —grita, divertido el pequeño entre risas.
—Basta, es hora de comer.
El pelinegro baja al pequeño para luego colocarlo en su respectiva silla, en medio de sus padres.
Park se encarga de colocarle un babero a Dai para evitar que ensucie su ropa, le entrega el cubierto con la caricatura de Bob Esponja y deja que el niño tome por sí solo los trozos de panqueques que ha cortado anticipadamente.
—¿Empacaste lo necesario? —pregunta Jimin a su esposo, tomando su cubierto.
—Sí. Sobre el equipo pesado se encargará, Yoon —contesta Jungkook.
—Debes ser cuidadoso —le recuerda el rubio, hablando con la boca llena.
—Lo sé, ayer hablamos todo el día sobre eso —le recuerda el mayor.
—Si ves algo fuera de lugar o inusual...
—Rubio, basta. Detente cariño —lo interrumpe Jeon, para luego dirigir su mirada a Dai, el cual, se alimenta por sí sólo.
—Lo siento —se disculpa en voz baja el menor.
—¿Está delicioso, Dai? —cuestiona Jeon, divertido viendo al pequeño, entretenido devorando cada trozo de panquee lleno de miel.
—Shi, papá —responde eufórico el pequeño.
—Debe ir a la escuela ¿verdad? —se dirige Jung a su esposo.
—Sí, aún no logra hablar bien.
—Tranquilo, lo hará a su tiempo. Tú madre jamás tuvo intención de enseñarle hablar.
—Lo sé —dice cabizbajo, Park. —¿Qué opinas de un maestro en casa? —pregunta el rubio.
—No, no sería conveniente para nosotros —contesta de forma rápida el pelinegro. —En la posición en la que nos encontramos debemos desconfiar de cualquiera. Así que esa opción queda descartada —agrega.
—No puedo enviarlo a la escuela, sabrán que es mi hijo —dice el menor, dejando de comer para retirarle el babero a Dai.
—No lo sabrán a menos que tú lo digas, cariño.
Jimin, limpia las manos y boca del pequeño con una servilleta, para luego bajarlo de la silla.
—Esconde todos los registros que existan sobre la adopción y nuestro matrimonio y dirás que es tu hermano. Cosa que es cierta —Jeon, toma la jarra que contiene jugo de naranja, para servirse un poco.
—Entonces, estás diciéndome de esta forma que Dai se quedará conmigo.
Jungkook lleva el vaso lleno de jugo a su boca y bebe un sorbo, mientras Park, introduce el último trozo de panquee a su boca.
—Es lo mejor, rubio, ¿qué se supone que diré si lo ven conmigo?
Jimin no dice nada, Jeon, hace una pausa breve para beber otro poco más de jugo.
—Se supone que no debe haber nada que nos una, a excepción de mi primo, el cual, todos saben que es tú aleado y que posiblemente descubrirán que es mi familia —añade, dejando el vaso transparente de cristal sobre la mesa.
—Dirás que nunca me has visto y que Yoon, no te invita a eventos Yakuza, ya que su prioridad dejó de ser Busan.
El mayor sonríe ante la idea de su esposo.
—¿Sorprendido? —pregunta el menor a su esposo.
—Sólo un poco —dice riendo, Jeon.
—Bien, volviendo al tema de Dai, ¿qué sugieres? —cuestiona el rubio.
—Estará seguro contigo, deja que vaya a la escuela y que sea escoltado por la pelirroja. Está loca y estoy seguro que la vida de nuestro hijo será su prioridad —dice Jungkook, recordando la manera en cómo los sacó de la casa.
—Entendido —dice el menor, tomando en cuenta la opinión de Jungkook.
—Te llamare cuando pueda, no me llames, yo lo haré —le ordena el mayor.
—Eso es estúpido —se queja Jimin, ganándose una mirada seria por parte de su esposo. —Pero está bien —agrega en desacuerdo.
—Salimos en diez minutos —escuchan la voz de Ryuu.
—Iré por Dai —dice el rubio, poniéndose de pie.
—Traeré tus cosas y me despediré de Hoseok y el tío de Nam —habla rápido, Jeon.
Jimin sale del comedor y toma a su hijo, lo alista y luego le coloca su bolsón en forma de auto sobre sus pequeños hombros.
—Viaje, shi —dice emocionado.
—Ven acá, no te alejes de mí —le pide el menor.
—¿Listo? —pregunta Ryuu, cuando observa a Park acercarse a él, mientras sostiene la mano de su hijo.
—Sube, esperaré a Jeon.
Jimin, asiente.
Sale de la casa. Carga en brazos a su hijo y desciende lo más rápido que puede los escalones, para luego entrar a una camioneta blindada.
—Debo irme, regresaré pronto, encárgate de Busan y protege a Namjoon —le pide Jeon a Hoseok.
—Lo haré.
—Se duro, si los atacan responde a matar —le indica Jungkook.
—Entendido —estrechan sus manos y luego sedan un pequeño abrazo.
—Señor Kim —se dirige el pelinegro al tío de Nam. —Todo estará bien, en mi casa estará seguro —el señor asiente.
Jungkook camina hasta quedar frente al cuerpo de su amigo, coloca su mano sobre el dorso de la mano de Namjoon.
—Volveré amigo, y haremos pagar a esos hijos de puta. Lo prometo —le habla al cuerpo inconsciente de su amigo. —Despierta, Joon, ya has dormido suficiente —susurra cerca del rostro de su amigo.
Deja un beso sobre la sien de Nam y luego sale de la habitación, hace una reverencia ante la enfermera, toma la maleta de Jimin, pasa la sala y luego camina hasta la puerta, en la cual, Ryuu espera por él.
—Yoongi y Taehyung viajan con ellos, siendo escoltados por tus hombres —le informa el japonés a Jeon.
—Entendido —dice Jungkook, pasando al lado de Ryuu, el cual, lo sigue de inmediato.
Entran a otra camioneta y arrancan de forma rápida.
Cruzan la ciudad siendo cuidadosos, el avión privado espera por ellos, Jungkook baja con la maleta, seguido por Jin y Ryuu.
—Déjeme ayudarlo —se ofrece un botones, tomando la maleta.
—Confío en ti, Ryuu. Dejo en tus manos a lo más valioso que tengo —se dirige Jungkook al japonés, antes de subir al avión.
—Lo sé, los protegeré, tienes mi palabra, Jeon —asevera Ryuu.
Ambos suben al avión, Jungkook busca a su esposo y a su hijo, toma asiento junto a ellos esperando el despegue del avión.
—Bajaré primero —murmura el pelinegro, entrelazando su mano con la de Jimin.
—Lo sé —susurra el menor.
—Nos veremos pronto, cariño.
El rubio, asiente.
—Jungkook —lo llama Jimin. —En serio no hagas nada estúpido, por favor —le suplica.
—No lo haré, rubio —asegura el pelinegro—. Y voy a ser cuidadoso, los mantendré informados y ustedes harán lo mismo, ¿verdad?
Jimin, asiente.
—No ocultare nada, porque somos uno solo —agrega Park.
Luego de unas cuantas horas de vuelo, las cuales aprovecharon para poder estar los tres juntos, el capitán informa de su escala en Hiroshima.
Jungkook observa a Jimin y a Dai, asiente mientras toma con fuerza la mano de su esposo.
—Nos vemos, Jimin —se despide Jin, bajando del avión junto a cinco hombres coreanos.
—Cuídate, Jin —le pide el menor.
—Estaré bien, solo necesito que te cuides y cuides a Dai
—Voy a llamarte —desabrocha su cinturón y luego se pone de pie.
—Papi —solloza Dai, extendiendo sus brazos en la dirección del pelinegro.
—Obedece a tu padre y a tus tíos, enano —besa la sien de su hijo y da dos pasos alejándose del pequeño, el cual, comienza a llorar.
—Ven acá, Dai —Taehyung toma al pequeño.
—Jungkook —habla en voz baja el menor.
Jeon se coloca de cuclillas, besa el dorso de las manos de Jimin y luego toma con sus manos el rostro de su esposo.
Deja un beso sobre los labios regordetes de Park, asiente, sonríe y luego se pone de pie.
—Te amo, rubio.
Jungkook se aleja de su esposo, Ryuu y Yoongi lo acompañan hasta la puerta.
—Te mantendremos informado —dice Yoon.
—Se cuidadoso, Jeon, son antiguos Yakuza —le indica Ryuu.
—Les llamaré.
Ambos asienten.
—Ryuu.
—Lo haré —lo interrumpe el japonés.
El pelinegro, asiente y luego baja del avión, mira el tatuaje en su mano, sonríe y entra a una camioneta blindada, en la cual Jin y sus hombres esperan por él.
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