72
Jungkook sube los escalones de forma lenta, mientras lo hace piensa en el plan que ha creado.
Suelta un suspiro cuando pisa el último peldaño, continua con su camino, pero se detiene frente a la habitación de Dai, el cual, mira caricaturas.
Sonríe y prosigue con su camino, está vez hasta detenerse dos habitaciones después, posa su mano sobre el pomo, lo gira y abre la puerta.
Taehyung lo mira mientras permanece sentado sobre una esquina de la cama, se pone de pie y observa a Jimin.
—Iré a cuidar de Dai —dice el castaño, despidiéndose del rubio.
—Gracias, Tae —susurra el menor, mientras lo mira abandonar su habitación.
El pelinegro, cierra la puerta, camina a pasos suaves, se retira la chaqueta y la lanza sobre la silla que se encuentra en la habitación de ambos.
—No lo hagas —habla primero, Jimin.
—Ya lo decidimos.
—No, no quiero que lo hagas.
El menor se acerca de forma rápida hasta su esposo.
—Jimin...
—No, no estoy de acuerdo, tú y yo no hemos decidido nada. Por lo tanto, no iras, no lo harás —lo interrumpe el menor.
—Todo saldrá bien —dice Jungkook.
—No, maldición. No, no iras —articula alterado el menor.
—Cariño, ¿dime qué te sucede? —le pide el pelinegro.
—Nada, no me sucede nada —responde Jimin, alejándose de Jeon.
—Rubio —susurra Jungkook, respetando el espacio de su esposo.
—No, Jungkook, no quiero que vayas. Mierda, ¿y si te pierdo? —la voz del menor se quiebra.
Alza su mirada y observa como los ojos color negro de su esposo, lo miran expectante.
—No seria capaz de ser fuerte si te pierdo, no me perdonaría nunca el haberte ocultado algo como esto —pequeñas lágrimas descienden por los pómulos del rubio. —Por favor, no vayas, no lo hagas —suplica el menor a su esposo, mientras cierra sus ojos al sentir las palmas de Jeon sobre su rostro.
—Estaré bien —le asegura Jungkook, limpiando el rostro de Jimin con sus dedos pulgares.
—No —solloza el menor, en desacuerdo.
—Lo hago por ti y por Dai, por nosotros —le explica Jeon, intentando hacer que su lindo rubio se tranquilice.
—¿Y qué sino funciona? —lo cuestiona el menor, molesto.
—Funcionara, cariño. Haremos que funcione —alza el rostro de Jimin. —Tú y yo somos uno solo, haremos que funcione —el rubio, no dice nada—. Vamos a acabar con ellos y lo haremos juntos.
Jimin, suspira.
—No quiero perderte —musita Park.
—No lo harás, te doy mi palabra.
—Tengo miedo —confiesa el menor.
—También tengo miedo, cariño, tengo miedo de perder mi vida —el pelinegro abraza a su esposo el cual, no tarda en responder el abrazo, aferrándose a la cintura de Jeon. —Tengo miedo de perderlos a los dos, rubio, son mi vida entera —el mayor deja un beso sobre la sien de Jimin—. Pero debemos hacerlo, debemos seguir el plan para evitar muchas cosas.
Por primera vez, el menor asiente.
—Estaremos bien ¿verdad? —pregunta Jimin, a recostando su rostro en el pecho de Jungkook.
—Claro —responde el pelinegro.
—Te amo, Jungkook, aunque aún seas un imbécil y un hijo de puta conmigo —dice el menor, abrazando la cintura de su esposo.
—Bueno, tú tampoco dejas de ser insoportable, rubio —agrega Jeon, intentando defenderse.
—¿Cómo dijiste? —el menor aleja su rostro del pecho de Jungkook, alza su mirada y ambos se miran.
—Lo que escuchaste, mi amor —el pelinegro deja un pequeño beso sobre los labios de Jimin. —Te amo —susurra Jeon, cerca de los labios de Park.
—No, no me beses —se remueve el chico, intentando evitar que el mayor lo bese.
—Quédate quieto —le pide el pelinegro.
—Lo digo en serio —dice Jimin, alejando su rostro de los labios de Jungkook.
—Eres mío, rubio, soy tu esposo y puedo besarte las veces que quiera.
El menor observa y escucha las palabras que su esposo dice.
—Muy confiado, claro —golpea el pecho de Jeon, con el dorso de su mano.
—Eres demasiado hermoso —susurra Jungkook, sobre la comisura de la oreja de Jimin. —Mi lindo rubio —dice Jeon, dejando pequeños besos sobre el cuello de Park y bajando poco a poco sus manos por la espalda del menor hasta dejarlas sobre su culo.
Masajea los glúteos del menor mientras besa su cuello, empezando a conseguir que pequeños, pero sonoros gemidos escapen de la boca de su esposo.
—Iré a tomar una ducha —se detiene Jungkook, quitando sus manos del trasero de Park.
—¿Es broma? —lo mira incrédulo, Jimin.
—¿Parece una broma? —pregunta Jeon, mientras se quita su camisa.
—Jungkook —lo llama el menor.
—Dijiste que no querías que te besara. Así que... —dice el pelinegro, retirándose sus zapatos y luego sus calcetines.
Jimin, bufa en desacuerdo, mira como su esposo se pone de pie llevando sus manos hasta su cintura.
—Imbécil —murmura el menor, quitándose a toda prisa su ropa, hasta quedar en ropa interior.
El mayor, llega hasta la puerta del baño, cuando esta por abrirla, Jimin, se agacha un poco y se coloca entre el cuerpo de su esposo y la puerta.
—¿Qué? —lo cuestiona Jeon.
El menor no dice nada, extiende su mano derecha y la coloca sobre el cuello de Jungkook, se para de puntillas y acerca el rostro del mayor al suyo.
—Imbécil —susurra el rubio, antes de besar de forma apasionada a Jungkook.
Jeon sonríe durante el beso que responde de forma inmediata, lleva sus manos a la cintura de Jimin y la presiona unas cuantas veces.
Las manos de Jungkook, de nuevo viajan al culo de Park, lo alza un poco y por inercia el menor enrolla sus piernas alrededor de la cintura de Jeon.
—Malditos labios —parlotea entre el beso el mayor.
—Cama, cama —murmura vagamente, Jimin, sintiendo los besos húmedos en su cuello y la forma en la que su esposo presiona su culo.
—Me deseas ¿no es así? —bromea Jungkook, mientras deja sobre la cama al menor.
—Tú también —responde Jimin, llevando sus manos al pantalón del mayor.
—No negare algo que es obvio, rubio —se coloca sobre el menor, luego de quedar solo en ropa interior.
Unen sus labios nuevamente, esta vez consiguiendo que sonidos obscenos inunden la habitación, mezclados con los gemidos que ambos dejan salir de sus bocas. La ropa interior de los dos desaparece quedando desnudos.
—Aaah —gime el menor, al sentir uno de los dedos de Jungkook, en su entrada.
Jeon deja pequeños besos sobre los muslos de Park, mientras introduce un dedo más. Los dedos del mayor entran y salen de la entrada de su esposo, haciendo que se aferre a la sábana.
—Jungkook —jadea el rubio.
—Por supuesto, cariño —sonríe lujuriosamente el pelinegro, retirando sus dedos de la entrada de su esposo.
Toma dos almohadas y las coloca bajo la espalda de Jimin, se dan unos cuantos besos desesperados, mientras Jeon, roza con la punta de su miembro la entrada del menor.
Toma su pene con su mano derecha, unta sus dedos con liquido pre seminal y lo esparce en la entrada de Jimin, poco a poco introduce su miembro causando que ambos giman.
—Mierda, rubio —habla con dificultad Jeon, empezando a embestir a su esposo.
Jungkook toma la cintura de Jimin con un poco de fuerza, por su parte, el menor, alza sus piernas colocando sus pies sobre los hombros del mayor, mientras masturba su miembro con su mano derecha.
—Aaah —se escuchan los gemidos por parte de ambos.
Jungkook deja de embestir con fuerza a su esposo cuando siente que esta cerca, decide hacerlo lento, pero profundo, provocando quejidos por parte del mayor.
—Umm —suelta Jeon, al correrse dentro de su esposo.
—Sigue —le pide el rubio, cuando esta por llegar a su clímax.
El mayor lo embiste unas cuantas veces más, dejando hasta la última gota de su esperma dentro de Jimin.
—Aaah, Jungkook —gime Park.
Jeon sonríe mientras observa a su rubio.
—¿Como es que te ves tan atractivo después de haber tenido sexo? —lo reta el menor, perdido en el bello rostro y cuerpo lleno de sudor de Jungkook. —Deberías verte, rubio —Jeon, acerca su rostro al de Park, deja un beso sobre los labios del menor y luego le aparta los pequeños mechones de cabello pegados sobre su frente.
El pelinegro sale de la entrada del rubio, le retira las almohadas de la espalda y se quedan por unos minutos juntos.
—De acuerdo, ejecutemos tu plan —acepta Jimin.
—Todo saldrá bien —Jeon abraza el cuerpo de Park.
—Jin, será mi pareja —alza sus cejas Jungkook, haciendo reír a su esposo. —Es para que no sientas celos y te vuelvas loco —bromea el mayor.
—No me pondría celoso con quien fuera —habla el menor, poniéndose de pie.
—Dilo de nuevo, cariño y esta vez asegúrate de creértelo —le pide el pelinegro poniéndose de pie, para luego alcanzar a su esposo y abrazarlo por la espalda.
—Lo digo en serio —suelta Jimin.
—Como tú digas, rubio —dice Jungkook, dirigiendo al menor hasta la habitación de baño, en la cual, tontearan un poco y se ducharan.
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