63
El reloj marca las tres de la tarde, Jimin había pasado despierto toda la noche, mañana y parte de la tarde. No salió de la oficina que un día perteneció a su abuelo Osamu Shiromatsu y a su tío Tsubasa Shiromatsu.
Cuando Taehyung arribó a Tokio junto a su pareja, Jeon Yoongi, intentó hablar con su amigo, pero lo único que consiguió fue que el rubio lo sacará de la oficina y le cerrará la puerta en el rostro.
El rubio, lava su cara y luego abre la puerta, todos al escuchar el sonido de la manija girar se alertan, Yoongi y Taehyung se observan y suspiran.
Ryuu y Ravi, se ponen firmes y listos para cumplir cualquier orden que Jimin dé.
La puerta se abre por completo y un rubio despeinado sale de la oficina, todos hacen una pequeña reverencia ante él, cierra la puerta y sin observar absolutamente a nadie camina en línea recta.
—Ryuu —articula con voz suave, pero audible—. Terminemos con esto.
El japonés se gira luego de escuchar la orden.
—Estaré en el jardín trasero —es lo último que dice Jimin, para luego salir de la casa de su tío.
—Chim —se escucha la voz a pagada y preocupada de Taehyung.
—Dale tiempo —le pide Yoon, acariciando la mano de su pareja.
—Solo necesito que se desahogue —balbucea el chico preocupado por su amigo.
—Lo hará —susurra el mayor de los Jeon.
Ravi escolta a Ryuu, el cual, trae consigo un jarrón color marrón con delineados color oro en sus manos.
Todos los Yakuzas se arrodillan al instante, las cenizas del ex líder del clan Yakuza de Tokio están listas.
Ryuu se detiene en el centro, le entrega el jarrón a Ravi el segundo al mando de Tokio en ausencia de Tsubasa.
Sostiene con sus manos temblorosas y sus ojos llorosos el jarrón, con sumo cuidado se arrodilla al centro, Ryuu, se hace a un costado al igual que Taehyung y Yoongi.
Ravi coloca el jarrón en la cerámica de la casa, hace una reverencia ante este, cuando el resto de Yakuzas de Tokio observan esa acción, la imitan.
Ryuu desciende su rostro en reverencia, todos los japoneses de Tokio están rindiéndole el último tributo de obediencia y lealtad a su líder.
Un sollozo por parte de Ravi se escucha por unos segundos, el antes mencionado se arrodilla de nuevo, toma el jarrón y luego se pone de pie.
—Fue un placer, Tsubasa —dice Ravi, con voz quebrada, para luego entregarle el jarrón a Ryuu.
—Gracias por todo, hermano —se despide Yoongi.
—Descansa tío —se despide Taehyung, aferrándose a la mano de Yoon.
Ryuu, asiente y luego sale de la casa, sus pasos van directo hacia el jardín trasero.
Jimin se encuentra sentado en una banca de cemento, y frente a este un pequeño río.
—Rubio —llama su atención el japonés.
El chico alza su rostro y ve a su mano derecha sosteniendo el jarrón con las cenizas de su tío dentro.
Jimin se pone de pie, extiende sus brazos con mucho temor, Ryuu le entrega el jarrón y mientras el japonés se gira para dejar solo al rubio, el chico se sienta de nuevo.
—Por favor, no te vayas —le pide en un hilo de voz.
El japonés se detiene, se gira de nuevo y toma asiento al lado del rubio.
El jarrón es sostenido con ambas manos de Jimin, mientras lo apoya sobre su pierna izquierda.
—Esto es serio —suelta repentinamente el rubio.
—Lo solucionaremos —lo intenta reconfortar el japonés.
—Yo...
—Despídete, sin rodeos —lo interrumpe Ryuu con semblante serio.
El rostro de Jimin se gira hacia la derecha y observa como el japonés cierra sus ojos.
—Tío —pronuncia el rubio en un susurro, mientras sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas.
—Jimin - San —pronuncia Ryuu, con sus ojos cerrados confirmándole a Jimin lo obvio.
—Gracias por todo, jamás te agradecí por cuidarme de mi madre y querer lo mejor para mí —el rubio hace una pausa, mientras siente un nudo formarse en su garganta. —Ni siquiera sé que es lo que haré ahora, lo único que sé es que estoy cansado de perder a mi familia —Jimin, traga grueso.
La mano de Ryuu toma la del chico.
—Harás lo correcto, Jimin - San —habla de nuevo el japonés. —Te quiero, pequeño —culmina, inundando de recuerdos del pasado a Jimin.
Ryuu vuelve en sí, abre sus ojos y puede sentir la presión que el rubio le ejerce a su mano, desvía su mirada y decide permanecer en absoluto silencio.
—La vez que decidí ir a Busan, fue lo último que me dijo —confiesa el rubio con una sonrisa decepcionada. —Es injusto —suelta Jimin, fijando su mirada en su mano derecha. —¿No lo crees? —lo cuestiona el chico.
—Hay algo que debes saber —cambia de tema el japonés.
—Solo contéstame - le ordena el rubio.
—Sí. Ahora escúchame —el japonés se acomoda mejor en la banca.
—Espera —Jimin suelta la mano de Ryuu, se pone de pie y camina hasta unos arbustos. —Quería que lo dejáramos aquí —le hace saber el rubio.
Coloca el jarrón marrón con líneas color oro en el centro de unos arbustos, a los costados dos dragones de cemento color rojo y amarillo cuidándolo, y al frente el río.
—Listo —sacude sus manos y vuelve a la banca.
Ryuu está de pie y lo observa detenidamente.
—Hablemos adentro —dice Jimin, pasando de largo frente al japonés.
—Rubio, debes escucharme —insiste Ryuu, intentado que el chico le preste atención y lo tome en serio.
—Ya te dije que hablaremos adentro —dice caminando hacia dentro de la casa, mientras ve al japonés de reojo.
Cuando el rubio entra a la casa observa hacia el frente y se encuentra con Jungkook ante él.
Se detiene en seco, su rostro se tensa y su mirada cambia, su respiración se acelera un poco, no dice nada. Ladea su rostro para observar a Ravi, el cual niega repetidas veces.
Jimin se pone de lado, mira a Ryuu y luego a Jungkook.
—¿Qué hace aquí? —cuestiona el rubio al japonés.
—Es mejor que te lo diga él —responde Ryuu.
—¡Appa! —escucha la voz de Dai, y siente como los brazos del pequeño abrazan sus piernas.
—¡Cariño! —sonríe forzadamente, Jimin, ocultando su notable enojo.
—Taehyung, llévate a Dai —le ordena a su mejor amigo.
El castaño camina hasta su mejor amigo, toma al pequeño y observa al rubio.
—¿Qué? —pregunta Jimin a Taehyung.
—Vino con nosotros —le informa su amigo.
La mirada de Jimin automáticamente viaja hasta el mayor de los Jeon.
—Jimin, puedo explicarlo —dice Yoon, dando pasos hacia el rubio.
—Les di una orden específica, acaso no entienden —habla molesto, Jimin.
—Yo insistí —interviene Jungkook.
—No voy a preguntarte que haces aquí, porque sé la respuesta, pero te pedí que no vinieras, Jungkook, te pedí que esperaras por mí en Kobe —se dirige el rubio por primera vez a su esposo.
—Debía venir —verbaliza Jung, mientras se acerca al rubio.
—No entiendes nada, encima traes contigo a Dai —reprocha Jimin.
—Somos una familia —le recuerda el pelinegro.
—Por esa maldita razón debiste quedarte en Kobe —suelta el rubio.
Ryuu, Ravi y Yoongi, deciden quedarse, saben la situación por la cual atraviesa Jimin, y por esa razón deciden permanecer ante ellos, aunque se sientan incómodos.
—No me hagas arrepentirme de haber venido a Tokio —lo señala Jungkook, molesto.
—¡Haz lo que quieras, imbécil! —alza su voz, Jimin. —Solo te pedí una cosa, Jungkook, y no la hiciste —lo confronta el rubio.
—Sé que me necesitas —muista con tranquilidad Jeon.
—Claro que te necesito, y por esa razón debes quedarte cuando te pido que lo hagas —replica el chico.
—No te equivoques, rubio. Yo no
o sigo órdenes.
—Yo tampoco —afirma Jimin.
Yoongi se acerca a la pareja.
—Lo siento, Jimin —se disculpa Yoon. —No volveré hacerlo —se gira y de nuevo se aleja.
—No quiero mandarte, Jungkook. Mierda —el chico desciende su rostro. —Acabo de perder a mi única familia de sangre —los ojos del rubio se llenan de lágrimas, y es ahí cuando el rostro serio y molesto de Jeon cambia. —He perdido a toda mi familia, y tú vienes a Kobe como si nada —hace una pausa. —Te recuerdo que eres el líder de la Mafia de Busan, y que yo —Jimin, se señala así mismo. —Soy el líder de los Yakuza de Kobe y de los Ángeles Negros. El peligro que corres en todo Japón es grande y sólo decides salir de Kobe y venir a Tokio —el rubio traga grueso evitando llorar—. Dai y tú son mi familia, pero pareciera que no te importa exponiéndote de esa forma.
—Sabes que no es así, Jimin —interviene Jungkook.
—No quiero perder a nadie más —la voz del rubio se quiebra, haciendo que el corazón de Jungkook duela.
—Ey, cariño —el pelinegro se acerca por completo a su esposo.
—No quiero quedarme solo, no quiero sentir este dolor en mi pecho, no quiero sentirme débil y destruido por perder a los que amo.
Jungkook toma las manos de Jimin, y lo atrae hacia él.
—Estoy aquí, rubio —Jeon lo abraza fuertemente.
—No quiero llorar por perder a los que quiero —suelta entre sollozos totalmente audibles.
Ryuu observa a Taehyung el cual carga a Dai, baja su rostro y se guarda para el mismo lo que siente, el japonés sabe el dolor que Jimin siente, lo vivió en carne propia, es una de las consecuencias de ser un escogido, el sentir las emociones a flor de piel.
—Jungkook, por favor —llora el chico en los brazos de su esposo, desconsolado.
Sus hipidos son como los de un niño pequeño, Jungkook ve a Ravi y este camina hacia Ryuu.
—Solo haz que este dolor pare —súplica entre sollozos que devastan al menor de los Jeon.
—Terminará pronto, cariño.
La mano derecha de Jungkook sostiene fuertemente la cintura de Jimin. Mientras que su mano izquierda la lleva a la parte trasera de la cabeza de su rubio.
—Hazlo —le pide Jeon a Ryuu.
—Rubio —susurra el japonés, mientras el chico no para de llorar por la pérdida, el vacío y el dolor que siente debido al fallecimiento de su tío—. Escúchame.
Jimin se aferra al cuerpo de su esposo.
—Concéntrate en mi voz —continúa hablando Ryuu, mientras Jungkook sostiene al rubio, sabiendo que su mundo es ese chico que se pierde y se encuentra constantemente. —Vamos a descansar, Jimin —el chico niega sin dejar de llorar. —Jeon, lo hará también, debes descansar, cierra tus ojos —le pide el japonés.
El rubio lentamente cierra sus ojos, y sus sollozos disminuyen un poco.
—Despeja tu mente y encuentra a tu tío en tus sueños, él espera por ti.
Débilmente, Jimin asiente a lo que escucha salir de la boca del japonés.
—Eso es.
Ryuu alza su mano izquierda y le retira los mechones de cabello de la frente a Jimin.
—Ya está —dice Ravi.
Jungkook asiente cuando siente más pesado el cuerpo de su esposo. Con la ayuda de su primo lo carga y lo lleva hasta una habitación.
El pelinegro sale después de dejar a su lindo rubio sobre la cama, mira a Ryuu y camina hacia él.
—Gracias —es lo primero que dice Jeon.
—Claro —el japonés alza su vaso con tequila, y luego lo bebe de un solo un trago. —Vuelve a la habitación, el rubio te necesita. Si despierta debe verte a su lado de esa forma el dolor desgarrador que lo está atormentando disminuirá —le explica Ryuu al esposo de su amigo.
—Bien —Jung, hace como si regresa a la habitación, pero se detiene.
—¿Qué es lo que Jimin oculta y teme? —pregunta sin dudarlo, Jeon.
—No lo sé, no me lo ha dicho aún, pero, aunque lo supiera creo que no te lo diría a menos que él estuviera en peligro —confiesa el japonés, deja el vaso vacío, y pasa de largo ante Jungkook. —Vuelve a la habitación, Jungkook —le pide de nuevo, Ryuu.
Jeon, camina hasta la habitación en la que Jimin se encuentra, con cuidado se acuesta a su lado, lo rodea con sus brazos y deja un beso sobre su sien, cierra sus ojos y se aferra al cuerpo de su preciado y lindo rubio.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top