43
El vuelo de Jeon está planeado para una hora y cincuenta y tres minutos, ¿podrá salvar a su lindo rubio en tan solo seis minutos?
—No puedo hacer nada, Jungkook —dice Hoseok, intentando calmar al pelinegro.
—Tú no, pero yo sí —se pone de pie de su cómodo asiento, saca su arma y camina hasta la cabina del copiloto.
Hoseok está a punto de seguirlo y detenerlo, pero Yoongi lo detiene.
—Déjalo —le pide a su amigo. Deja que pierda el control y agilice las cosas —añade con tranquilidad el mayor de los Jeon.
Jungkook llega a la cabina, abre la puerta y observa a los pilotos japoneses.
—Quiero que agilicen el vuelo —exige Jeon, intentando sonar cortes, aun sin mostrar su arma.
El piloto se retira sus auriculares y observa a Jeon.
—Lo siento, no podemos hacerlo —dice el piloto.
—Claro que pueden, los motivaré un poco —esta vez Jeon saca su arma y les apunta a ambos.
—Sube la velocidad a 700 km/h —le ordena el piloto al copiloto.
—A la orden capitán —el acompañante hace lo que le han pedido.
—Excelente servicio —sonríe Jungkook ladinamente cuando ha conseguido lo que quiere.—¿Cuánto tiempo tardaremos en estar en Corea? —pregunta.
—Aproximadamente en una hora señor, Jeon —contesta el capitán.
Jungkook ve el reloj de su celular y se percata que tendrá un poco más de tiempo para salvar a Jimin. Intenta despejar su mente y pensar bien lo que hará al llegar a Corea.
Jeon vuelve a tomar asiento mientras es observado por todos sus amigos y trabajadores.
—Yoon, dile a Ravi que lleve a los hombres que estaban de guardia a la pista de aterrizaje, debemos dejar de perder el tiempo —le pide Jeon a su primo.
—Como digas, Jung.
Yoon toma su celular y de manera rápida se pone en contacto con Ravi y le hace saber la orden de Jungkook.
»»————- - ————-««
Ryuu, se encuentra en la sala, observa como Hiro duerme plácidamente sobre uno de los sillones polvosos y mal olientes de la vieja casa en la que se encuentran.
Una risa se escapa de los labios de Ryuu al escuchar un enorme ronquido proveniente de Hiro, deja de reírse cuando ve al otro japonés con una botella con agua en su mano, caminando en dirección a la bodega en la que Jimin se encuentra encerrado.
—¿Qué crees que haces? —lo cuestiona Ryuu, poniéndose de pie de la silla en la que tomaba asiento.
—Voy a darle de beber al chico —habla el japonés.
—No, no lo haras —Ryuu le arrebata la botella con agua y se encarga de ser el que le dé, de beber al rubio.
Abre la puerta y ve como Jimin se pone alerta.
—Solo soy yo, chico —camina hacia Jimin y le deja la botella frente a él.
Sin dudarlo el rubio la toma y bebe de está como si su vida dependiera de ello.
—Ya que estoy a punto de morir podrías decirme lo que significa todo lo que no sé —le pide Jimin.
—Eso no pasara, no puedo decírtelo cuando corro peligro de que nos escuchen —se excusa Ryuu.
—Debe ser muy malo —comenta Jimin, bebiendo más agua.
—¿Qué te hace pensar eso, hermoso? —pregunta Ryuu.
—Tú ocultas tu tatuaje, sino fuera tan malo no lo ocultarías ¿o sí? —el rubio lo observa fijamente.
Ryuu esta a punto de responder, pero escucha un enorme ruido proveniente de la sala, sin decir nada sale de la bodega y se cerciora de cerrar. A pasos rápidos llega hasta donde Hiro se encuentra arrojando cosas.
—¿Qué mierda te sucede? —lo cuestiona Ryuu, furioso.
—No encuentro mi celular y estaba sonando —expone Hiro, medio dormido.
El sonido exorbitante del aparato electrónico hace presencia de nuevo, Ryuu se queda en silencio y observa como debajo del sillón algo alumbra.
—Está debajo del sillón —le informa Ryuu.
Hiro se agacha y recoge el aparato electrónico que no para de sonar.
—Es la loca.
Ryuu sabe que se trata de Aiko.
Hiro atiende y lo coloca en alta voz.
—Sí, jefa —atiende.
—No me jodas, Hiro —lo regaña la mujer. —¿Has conseguido mi información? —pregunta Aiko.
—Faltan unos minutos aún.
Ryuu, niega seriamente por lo que Hiro le ha comentado a Aiko.
—¿Cómo que faltan unos segundos, Hiro? —lo cuestiona alterada, Aiko.
—No he empezado aún.
Ryuu se aleja un poco negando con su cabeza.
—Escúchame y escúchame bien, Hiro —hace una pausa la mujer. —Vas a empezar a hacer tu trabajo sino quieres que le ordene a Ryuu que te mate de una puta vez. No juegues conmigo y termina de una vez por todas —la respiración agitada de Aiko puede escucharse a través de la línea. —Consígueme lo que necesito —agrega para culminar.
Cuando Aiko termina la llamada Hiro observa al japonés a un costado y a Ryuu frente a él.
—¿Está lista mi habitación? —pregunta al japonés.
—Claro que sí —responde.
—Bien. Ryuu, ve por el lindo chico, ahora —le ordena furioso.
Ryuu se gira y cuando va por el pasillo oscuro ve la hora en su celular, aún falta tiempo. Todo se ha ido a la mierda y, él más que nadie lo sabe.
—¡Date prisa! —escucha el grito de Hiro a lo lejos.
Abre la puerta y encuentra a Jimin de pie, ambos hacen contacto visual, Ryuu entra y toma de su antebrazo al rubio.
—Lo intenté —susurra Ryuu, mientras camina junto a Jimin a la salida de la bodega.
—¿De qué hablas? —pregunta Park, confundido.
—Espera —se detiene Ryuu, sacando su celular y el del rubio.
Rebusca el número al que ha llamado y graba el número en su celular.
—Debes resistir, no puedo contra dos. No en esa maldita habitación —menciona Ryuu.
—Espera, no lo hagas, por favor. No me lleves con ellos —suplica el rubio.
—Lo siento chico, en serio lo intenté —dice Ryuu, guiando al rubio a la habitación en la que Hiro se encuentra.
El japonés se encuentra frente a la puerta esperando por Jimin y Ryuu, la mirada del japonés recorre al rubio y este sin dudarlo intenta huir.
—No te resistas, chico —habla Hiro. —Bienvenido —lo recibe con una sonrisa en su rostro.
Jimin traga grueso, mientras el miedo y enojo se apoderan de su cuerpo.
—Retírale la chaqueta, Ryuu.
Inmediatamente obedece la orden y le retira la chaqueta a Jimin.
—Veamos que tenemos aquí.
Ryuu se aleja lentamente de Jimin.
Hiro, por su parte, se encarga de recorrer con su mirada el pecho y espalda de Jimin.
—Eres muy lindo chico —comenta Hiro—. Empecemos.
Toma una de las manos del rubio, pero este bruscamente se suelta observando con ira en sus ojos a Hiro.
—Los más difíciles me gustan —le guiña su ojo izquierdo.
Lleva su mano al cuello de Jimin y de manera fuerte lo presiona.
—No te quieras hacer el difícil conmigo, chico.
Obliga a Jimin a caminar de forma rápida hasta el centro de la habitación.
Del techo de la habitación descienden dos cadenas gruesas con esposas al final.
—No voy a decirte nada —habla por primera vez, Jimin.
—Eso lo veremos —dice socarronamente, Hiro.—Ryuu, cuélgalo, retira toda su ropa a excepción de la interior —le ordena saliendo de la habitación por unos segundos.
Hace lo que le ordenan, baja un poco las cadenas y coloca las esposas en las muñecas de Jimin.
—Por favor —suplica suavemente el rubio.
Ryuu alza las cadenas al mismo tiempo que los pies de Jimin dejan de tocar el suelo, lo siguiente que hace es retirar los zapatos, calcetines y pantalón del rubio dejándolo suspendido en el aire vistiendo solo su ropa interior.
—Que imagen más hermosa —canturrea Hiro, entrando de nuevo a la habitación con un látigo en su mano.
Jimin presiona sus labios fuertemente uno con el otro formando una línea con ellos. Sabe lo que se viene, sabe que está por sentir dolor, sabe que no aguantara el no gritar o llorar de dolor, pero de lo que si está seguro es de que no piensa decir una sola palabra con respecto al paradero de la llave que su abuelo le dejo.
—Empecemos —dice con una sonrisa en su rostro, Hiro.
—Graba Ryuu, y envíaselo al hijo de puta que me amenaza por tocar a este lindo chico —le pide Hiro.
Ryuu saca el celular y hace lo que le pide Hiro, mientras observa y graba como el primer latigazo golpea el estómago de Jimin.
»»————- - ————-««
El jet de Tsubasa está a solo unos segundos de aterrizar, todos en sus asientos con los cinturones atados esperando a que el jet descienda y aterrice con éxito.
Luego de unos minutos el jet se encuentra en tierra, Jeon y sus chicos abandonan el jet y se encuentran frente a los hombres que han patrullado la calle cuando Jimin fue secuestrado.
Namjoon, entra a uno de los autos sin esperar orden por parte de Jungkook. Yoongi camina frente a los hombres que se supone debían impedir el secuestro de Jimin.
Ravi y Hoseok permanecen al lado de Jeon mientras observan a todos los demás hombres y a Yoongi.
—No les creas nada, si revisas sus bolsillos están llenos de dinero —habla Ravi.
El celular de Jeon suena alertándole de un mensaje, abre el mensaje y se percata que es un video, segundos después recibe un audio.
Jungkook abre el video sin ningún temor, ya que no tiene ni la menor idea de lo que pueda contener ese video que ha sido enviado desde el celular de Jimin.
Las manos de Hiro se pasean por el cuerpo descubierto de Jimin, toma el pequeño látigo y lo estrella en el cuerpo del rubio.
Jeon siente como la ira y el odio se apoderan de su cuerpo, Hiro no se detiene, le pide a Jimin que hable, pero este se niega a hacerlo.
—Mátalos —demanda Jungkook, ganándose la atención de Yoongi. —Mátalos —repite la orden sin despegar la mirada de su celular.
No puede parar de ver la manera en la que el japonés golpea y toca el cuerpo de Jimin, necesita la dirección, necesita encontrarlo y ponerlo a salvo.
Los disparos provenientes del arma de Yoongi y Hoseok se escuchan, Jeon detiene el video y escucha el audio.
—Te dije que me divertiría con tu chico.
Jungkook bufa, molesto.
Su celular suena, es un número desconocido, atiende sin pensarlo mucho.
—Se ha adelantado no pude evitarlo —escucha la voz del tipo que le llamo horas atrás.
—Dame la dirección —ordena Jeon.
—Debes apresurarte, Hiro quiere a tu chico y luego lo matará —le informa Ryuu, cabreando más a Jungkook.
—La dirección —recalca el coreano, molesto, caminando hacia el auto.
—Estamos en las afueras de Busan en una de las casas viejas y desalojadas, específicamente en la última, la más pequeña y deteriorada —le informa Ryuu.
Jeon no dice nada ya que Ryuu ha cancelado la llamada, suben al auto y a toda velocidad se dirigen hasta el lugar.
»»————- - ————-««
Jimin, ahora se encuentra sobre una mesa metálica con su cabeza fuera de esta, Hiro coloca una enorme toalla sobre su rostro alza una cubeta llena de agua y la arroja de manera lenta sobre la toalla ahogando al rubio.
—Habla lindo —le pide Hiro, retirando la toalla mojada del rostro de Jimin.
El rubio gira su rostro y tose unas cuantas veces intentando recuperar el aire que ha perdido hace segundos.
—Te he dicho que no lo hare —dice Jimin con dificultad.
Hiro abofetea el rostro de Jimin logrando sacar un gemido de los labios del rubio.
—Voy hacer que hables, lo juro —pasa sus manos por el pecho de Jimin, desciende su boca y la posa sobre uno de los pezones del rubio.
—Déjame —se remueve Park, sobre la mesa.
—No te muevas.
Nuevamente Hiro golpea al rubio.
Las manos del japonés tocan a su antojo el cuerpo de Jimin, observa hacia la esquina en la cual, Ryuu se encontraba y al no observarlo una lágrima desciende por su rostro, sabe lo que se viene, la única persona que puede ayudarlo lo ha abandonado.
Siente las manos de Hiro posarse sobre sus muslos, los presiona de manera brusca lastimándolo más de lo que ya está, siente su piel arder y doler debido a que el japonés lastima más los hematomas que el cuerpo de Jimin ha recibido con el látigo.
Cuando el rubio siente que Hiro está bajando su ropa interior, lo único que hace es cerrar sus ojos fuertemente al igual que sus labios, no puede hacer nada, absolutamente nada, su hora ha llegado, desearía no sufrir esto y que el japonés lo matara de una puta vez, pero él no decide la manera en la que debe sufrir.
—¿Por qué estás lleno de sangre? —cuestiona Hiro a Ryuu.
No recibe respuesta, al contrario solo observa a Ryuu acercarse a él con una sonrisa en su rostro.
—¿Quieres divertirte conmigo? —pregunta Hiro, deteniéndose de retirar la ropa interior del rubio.
—No gracias —responde Ryuu, acercándose por completo a Hiro.
Alza su mano y estrella un hierro en el cuello de Hiro derribándolo, lo arrastra hasta el centro de la habitación baja las cadenas y le coloca las esposas.
Camina hacia Jimin, el cual, está acostado con su cabello escurriendo agua. Su cuerpo blanquecino con marcas de látigo las cuales varían en el color, algunas rojizas y otras moradas, su rostro tiene algunos rasguños debido a que Hiro lo había dejado caer de una sola vez. El cuerpo del rubio se encontraba débil y no logró meter sus manos para no lastimarse.
—Chico —lo llama Ryuu. —Soy yo, abre tus ojos —le pide.
Jimin lentamente abre sus ojos y encuentra la mirada de Ryuu sobre su rostro.
—Debes resistir un poco, tu chico está en camino —le comenta Ryuu—. Voy a soltarte.
Jimin asiente y agradece con su mirada.
Ryuu está a punto de hacerlo, pero escucha movimiento en la parte delantera de la casa, se detiene y observa al rubio.
—Debo irme —susurra Ryuu, alerta.
—No —articula con dificultad, Jimin.
—Debo hacerlo, hermoso. Vienen por ti, estarás a salvo, si me quedo estaré muerto —acaricia el maltratado rostro de Park.
Ryuu coloca el celular de Jimin sobre su pecho y se dirige a él. —Cuando no tengas donde ir, cuando no sepas en quien confiar, cuando quieras descubrir quien eres en realidad llámame —deja una última caricia en el rostro del rubio, el cual, cierra sus ojos.
Ryuu sale por la parte trasera y abandona lo más rápido que puede la vieja casa dejando a Jimin inconsciente sobre la mesa metálica.
—Despejado —se escucha la voz de Nam Y Hoseok, cuando han entrado a la casa.
Jungkook recorre como loco la casa vieja hasta dar con el cuerpo de su lindo rubio, sobre una mesa atado de manos y pies.
—Jimin.
Guarda su arma y corre hacia la mesa, lo primero que hace es desatar las manos y pies del rubio.
Se retira su saco y lo coloca sobre Jimin, luego de haber retirado el celular del pecho del rubio y guardarlo en uno de los bolsillos de su pantalón.
—Estoy aquí, mi amor —musita Jeon, levantando a Jimin con sumo cuidado.
Jungkook arrulla el cuerpo maltratado de su rubio, lo abraza como si del bienestar de Jimin y su existencia dependiera él.
—Aún está vivo —le informa Namjoon a Jungkook, cuando a inspeccionado el cuerpo de Hiro.
—Desátalo, hay que llevarlo a casa, estoy seguro que Jungkook se divertirá con él —le ordena Yoongi a Nam.
Hoseok le ayuda a Namjoon a desatarlo y a llevarlo al baúl del auto.
Yoongi se acerca a Jungkook, el cual, sostiene a Jimin sin dejar de observar su rostro lastimado.
—Estará bien, Jungkook —le hace saber Yoongi. —El rubio es fuerte, lo ha demostrado ahora —continúa hablando el mayor de los Jeon. —Es hora de llevarlo a casa y que un médico sane sus heridas —Yoongi camina hacia la salida.
Jungkook carga al rubio hasta el auto y no se despega ni un solo segundo de él, incluso obliga a Yoongi a retirarse su chaqueta para cubrir los muslos golpeados de Jimin para que nadie lo observe.
Al llegar a casa, el médico se encarga de evaluar el cuerpo golpeado de Jimin bajo la atenta mirada de Jungkook, el médico le deja crema que le ayudará con sus hematomas, pastillas para el dolor y mucho, pero mucho reposo.
Jeon se encargara que todo se cumpla, pero mientras su lindo rubio reposa y se recupera tiene algo pendiente por hacer, debe divertirse con el hijo de puta que ha tocado a su lindo Jimin, y vaya que lo disfrutara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top