39
Tokio/Japón
Los Yakuza que Tsubasa ha elegido están listos, sus trajes elegantes y relucientes como si se tratase de un evento de gala o social al que asistirán los hacen lucir impecables.
Los arquitectos de Jeon no se quedan atrás y deciden encajar solo un poco con el estilo Yakuza.
—Un par de tatuajes y pertenezco a la Yakuza —canturrea Hoseok, mientras se mira en el espejo.
—¿Llevan lo necesario? —los cuestiona Tsubasa, el cual, solo entra a la enorme sala y no ve a sus dos amigos.
—Sí —responde Namjoon.
—Bien, quiero que presten atención —habla Jungkook, el cual, se encuentra en una silla de cuero sentado al lado de Tsubasa.
—Mierda, cambiaron de bando. Se ven magníficos —interrumpe Yoon, al observar a Nam y Hoseok.
Ambos hombres sacuden sus trajes y hacen poses con un poco de clase alucinando a Yoongi.
—Yoon, cállate y ustedes presten atención —les llama la atención, Jungkook.
—Claro, claro.
Yoon camina hacia la silla que se encuentra al lado derecho de su primo y toma asiento.
Unos cuantos japoneses instalan todo lo necesario para que todo lo que graben con las cámaras se plasme en la enorme pantalla que se encuentra en la espaciosa sala.
—Sal de la casa es solo para cerciorarnos de que funcionará —le ordena Tsubasa a uno de sus hombres.
Namjoon y Hoseok, por su parte, observan en la pantalla de sus laptops la imagen y la envían a la enorme pantalla de la sala.
—Ordena que haga un acercamiento —le pide Jeon a Hoseok.
Hacen lo que se les pide y comprueban que todo va en orden.
—Bien, ya que todo está listo pueden ir al lugar —les da la ordena, Yoongi.
Cuatro Yakuzas salen de la enorme sala. Nam y Hoseok se despiden de Yoon y Jung dejando bien instalado todo el equipo en la enorme sala.
Un día falta y la tensión puede sentirse, si bien Tsubasa no habla con Jungkook al respecto de su preocupación al perder la vida, pero el mayor de los coreanos sabe a la perfección que el rostro del japonés de nota la preocupación.
Yoongi se pone de pie, su curiosidad es tan grande por saber más sobre la historia Yakuza y el tatuaje del rubio que oculta una historia.
El mayor de los Jeon, ve la enorme fotografía familiar en la sala. Osamu Shiromatsu en el centro sin camisa y con su cuerpo lleno de tatuajes.
—¿Tú padre? —duda Yoongi, observando a Tsubasa.
Jungkook, por su parte, toma su celular y decide distraerse un poco escribiéndole a Jimin.
—Así es —responde. Se pone de pie y camina hasta donde Yoon se encuentra.
—Mi padre narraba una historia referente a los Yakuza. No sé si sea cierta.
Yoon y Tsubasa salen de la sala dejando solo a Jungkook.
—¿Qué tipo de historia? —inquiere el japonés con un poco de intriga.
—Sobre un ángel, no cualquier ángel. Mis recuerdos son vagos, era demasiado joven cuando mi padre me narraba esa historia. Ignoraba la mayoría de sus historias, pero esa era la que más me encantaba escuchar —suelta Yoongi, recordando su pasado mientras observa cada rincón de la casa del japonés.
—Las historias en nuestra cultura son comunes, pero ciertas —le comenta Tsubasa. —¿Qué opinas sobre nuestras historias? —pregunta.
—Pues..., que son interesantes y que, el tatuaje familiar de Jimin me trae a la memoria la historia de mi padre.
Ambos se detienen frente a la habitación que le pertenece a Osamu.
—Mi padre eligió ese tatuaje por algún motivo, él fue escogido ante su hermano y cuando falleció —Tsubasa hace una pausa mientras abre la puerta de la habitación de su padre. —Al parecer escogió a Jimin-San —ambos entran a la habitación.
Yoongi directamente mira el enorme cuadro con la fotografía de Osamu de espaldas, semi desnudo, vistiendo solo un calzoncillo típico, todo el cuerpo del ex líder Yakuza se encontraba repleto de tatuajes.
El mayor de los Jeon se detiene en la espalda del ya fallecido, el mismo tatuaje de Jimin con algunas diferencias en este.
—Es ese dragón —señala el enorme tatuaje en la espalda de Osamu.
Tsubasa se acerca a él.
—Ahora recuerdo un poco _gira su rostro, Yoon.
El japonés alza su camisa y le da la espalda a Yoongi, le muestra su tatuaje al coreano y este lo observa comparándolos.
—El del rubio es distinto —musita Yoon.
—Los últimos retoques fueron ordenados por mi padre, los detalles distintos que el tatuaje de Jimin tienen significan algo que solo mi padre y él sabrá en un futuro no tan lejano —le hace saber, Tsubasa.
Yoongi tiene dudas y sabe que pueden ser aclaradas por Tsubasa, cuando está a punto de preguntar la voz demandante de Jungkook se lo impide.
—Han llegado —el primer llamado de Jeon.
—¿Puedes contarme más? —pregunta Yoongi, saliendo de la habitación junto a Tsubasa.
—Vengan ahora —ordena demandante Jeon de nuevo.
—Claro, pero no ahora.
Cuando han salido de la habitación caminan a pasos rápidos a la enorme sala en donde Jungkook se encuentra solo.
—¿Cómo va todo? —pregunta Tsubasa.
—Empiezan a hacer un reconocimiento del lugar —informa Jung—. Namjoon y Hoseok los dirigirán.
La mirada de Jungkook y Yoongi está clavada en la enorme pantalla frente a ellos.
Yoongi ansía por una parte ganar esa batalla para tener un territorio en Japón, solo falta convencer a Jung sobre ese tema, y ya lo tiene arreglado, un lindo rubio lo hará cambiar de opinión.
El mayor de los Jeon, toma el intercambiador cuando observa un posible lugar en donde se pueden poner dos francotiradores.
—Hoseok, ordénale que regrese a ese punto en el edificio color naranja deteriorado —ordena Yoongi a través del intercomunicador.
—Listo —confirma Hoseok.
—Ese es mi chico —aplaude Yoon —Quiero dos francotiradores justo allí —alza su mano y señala el lugar con su dedo índice.
—Continúen —les pide Jungkook—. Quiero fotografías del lugar, Hoseok.
Jin entra a la enorme sala y se encarga de observar cada lugar en la enorme pantalla.
—Busquen una calle alterna para poder llegar —les pide Yoongi.
Namjoon les ordena a los japoneses que hagan lo que Yoongi les ha ordenado, luego de una amplia y extensa revisión del lugar. Hoseok, Namjoon y los demás Yakuza regresan a la enorme casa del clan de Tokio.
Un día y la lucha de clanes se llevará a cabo. Tsubasa, por la noche se coloca su traje tradicional, va a la habitación de su padre, la observa por unos segundos en silencio, abandona la habitación y al salir se encuentra con el mayor de los Jeon.
—Nos encontramos de nuevo —sonríe Yoongi, el cual, mira la vestimenta de Tsubasa.
—Empiezo a creer que me persigues —comenta el japonés.
—Puede ser —replica Yoon. —¿Algún ritual? —pregunta curioso el coreano.
—Concentración nada más —Tsubasa camina hacia la enorme habitación de concentración, con el curioso Jeon Yoongi tras él. —Pasa —dice el japonés, luego que ha abierto la puerta y ha entrado.
—Gracias.
La curiosidad de Yoongi aumenta cada vez más, al ver dibujos plasmados en la pared.
Un enorme árbol genealógico plasmado en la pared, a un costado el mismo dragón dibujado con tinta negra, que la familia Shiromatsu tiene tatuado en su espalda rodeada por plumas negras como el de Jimin. Unas letras inscritas con tinta roja en la pared descienden en japonés.
私の血 - watashi no chi - (Sangre de mi sangre)
黒い天使の羽 - kuroi tenshi no hane - (La pluma del ángel negro)
伝説によると - Densetsu ni yoru to - (La leyenda dice)
—¿Entiendes algo de lo que dice? —cuestiona curioso Tsubasa a Yoongi.
—A la perfección —afirma. —Mi padre tenía una amante japonesa, cuando me dejaba con ella me enseñaba japonés, y como sabes —Yoongi se agacha para poder saber lo que continúa con la leyenda inscrita en la pared—. Lo que se aprende una vez, nunca se olvida.
Tsubasa toma asiento sobre un tapate al centro de la habitación, Yoongi, por su parte, intenta descubrir que es lo que la leyenda narra.
—No hay más —le hace saber el japonés.
Yoon, gira su rostro y hace contacto visual con Tsubasa.
—La leyenda está incompleta, siempre quise saberla, pero mi padre se negaba a revelarla.
El japonés alza sus manos y junta su dedo índice y pulgar formando un círculo con ambos dedos.
El coreano camina hasta el centro toma un tapete y lo coloca sobre la alfombra al lado de Tsubasa.
—Mi padre siempre decía: La respuesta está bajo tus pies —recuerda burlonamente el japonés. —Nunca entendí lo que quería decirme —culmina, cierra sus ojos y luego escuchan como alguien entra.
El mayor de los Jeon, observa a una japonesa con unas barras delgadas de incienso en sus manos, las coloca en las esquinas de la habitación, hace una reverencia para Yoongi y luego abandona la habitación.
—¿Nunca te gano la curiosidad de saber lo que oculta la leyenda? —interroga Yoongi, mientras dobla sus piernas al igual que Tsubasa.
—Cuando era más joven e ingenuo solía jugar con Aiko a resolver la leyenda. Mi hermana con el pasar del tiempo se obsesionó tanto que papá la castigaba por entrometerse en asuntos en los que ni ella, ni yo estábamos involucrados —acota.
Yoongi cierra sus ojos y opta por tomar la misma postura que Tsubasa hace con sus manos.
—Creo que Aiko sabe de qué trata la leyenda —confíesa el japonés.
El coreano abre sus ojos y luego los cierra de manera rápida.
—Cuando Aiko quedó embarazada de Jiminie, todos estábamos felices en especial nuestro padre. Mi hermana era feliz, pero su obsesión con la leyenda la llevo a la perdición —Tsubasa hace una pausa, inhala y exhala repetidas veces, Yoon abre uno de sus ojos para observar lo que el japonés hace para luego hacer lo mismo—. Maldecía su embarazo y todo lo que tenía que ver con su hijo. Al inicio intentaba controlarse por mi padre y el de Jimin, pero cuando el padre de Jimin la dejó se volvió loca. Mi padre le quitó toda la ayuda, así que Aiko se prostituia para drogarse.
Sonidos con su boca son los siguientes que hacíme Tsubasa, Yoongi sabe que debe hacerlos para que él, continúe con la historia de su familia.
El coreano sin ninguna duda, intenta imitar los sonidos que el japonés hace.
—¿El tatuaje de Jimin? —pronuncia curioso.
—Mi hermana creyó proteger a Jimin con él, pero lo sentenció. Mi padre la rechazó por completo y el final del tatuaje de Jiminie fue culminado a como mi padre lo quería —hace una pausa al escuchar la forma en la que Yoon empieza a toser debido al humo del incienso. —Falta de costumbre —dice con una sonrisa en su rostro, Tsubasa. —Jimin-San como mi padre solía decirle, es sagrado. Estoy seguro que mi padre dejo algo grande para él —asegura el japonés.
—¿No sientes envidia? —pregunta el coreano cuando su tos se a calmado.
—De ninguna manera, tengo el dominio de Tokio y si muero en la lucha, Jiminie tomara el control. El legado continuará quieran nuestros enemigos o no —Tsubasa abre sus ojos gira su rostro y observa a Yoongi.
El coreano siente la mirada profunda de Tsubasa y abre sus ojos al instante.
—La diferencia entre tú y tú hermana es que no eres ambicioso y no sabes la continuación de la leyenda que tú padre ocultaba —habla Yoongi.
—Así parece ser —dice Tsubasa—. Dejemos la charla para otro día, debo concentrarme. Puedes irte si lo deseas, Yoon.
Yoongi niega y decide quedarse junto a Tsubasa meditando, el japonés se concentrará en la lucha y él en todo lo que tiene que ver con el tatuaje del rubio.
La escritura en la pared y la leyenda inconclusa que al parecer Aiko había logrado descifrar en contra de la voluntad de su padre.
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