18
Jimin
No sé que decir en esta situación, la mandíbula de Jungkook luce demasiado tensa y su mirada de nuevo es indescifrable. Lo único sé es que está molesto.
-Yo...
Mierda, Jimin, habla bien. Me reprendo.
-¿Todo bien, Jimin? -me cuestiona Yuto, poniéndose de pie mientras Jungkook, evalua sus tatuajes.
-Sí -respondo, sacudiendo mi cabeza.
Me pongo de pie de manera rápida observándolos a ambos.
-Creo que debes vestirte -se dirige Jungkook a Yuto.
Yuto mira su cuerpo, sonríe burlonamente, me mira y luego ve a Jungkook.
-Volvere -dice en tono de voz coqueto.
No respondo nada, simplemente me quedo de pie en el mismo lugar, mientras Yuto sale de mi habitación, Jungkook entra cargando a Dai en sus brazos.
-Debemos hablar -masculla molesto, observando mi cama fijamente.
-No tenemos nada que hablar y, ¿cómo se supone que entraste?
-Estaba sin seguro la puerta, rubio.
Dirige su mirada a la caja que se encuentra en mi mesa de noche.
-Estás en peligro, Jimin, y me debes algunas explicaciones -agrega, acercándose a mí.
-No tengo nada que explicarte y el único peligro que tengo eres tú -lo señalo molesto.
-Yo -pronuncia con ironía.
-¿Qué hay del tipo con el que estabas en tu cama? -contra ataca. -Ah, no. Él es mejor que yo -suelta furioso.
-Solo lárgate -digo cuando me encuentro sin argumentos.
-Me ire, tenlo por seguro, pero primero debes entender que estás en peligro -insiste de nuevo.
-Jungkook, si es una de tus estúpidas movidas para hacerme caer déjame decirte que no va funcionar -verbalizo entre risas-. No te creo nada así que, por favor vete de mi casa.
-¿Por qué debo irme? -pregunta, cambiando a Dai a su otro brazo.
-Porque no te invite -contesto.
-¿Y al otro tipo, sí? -replica.
Me quedo en silencio por unos segundos.
-Ya entendí -espeta. Sonríe ladinamente relamiendo sus labios. -Lo que se hace una vez, se repite -menciona, mientras me ve fijamente como si con su mirada me evaluara.
-¿Qué mierda estas insinuando? -pregunto molesto.
-Por eso terminaste nuestra cosa de compañeros de sexo. Eres muy listo, rubio -coloca a Dai en el suelo y conecta su mirada con la mía.
-Eres un imbécil -murmuro furioso.
-Prefiero ser un imbécil y no como tú -hace una pausa-. Te convertiste en lo que no dijiste ser.
Es un maldito hijo de puta, me está diciendo puto.
Camino hasta donde él se encuentra alzo mi mano izquierda y la estrello en su rostro.
-Hijo de puta -gesticulo, luego de haberlo abofeteado.
-Estás en peligro, rubio. Si quieres creerme o no, es tu puto problema -habla entre dientes con su mirada llena de enojo.
-Jungkook -escucho la voz de Jin.
-En la habitación -alza su voz, Jungkook, sin dejar de mirarme.
-¿Y tú eres? -le pregunta Jin a Yuto.
Jungkook, se gira dándome la espalda.
-No te interesa, Jin -dice, saliendo de mi habitación.
-Soy... -Yuto intenta presentarse extendiendo su mano ante, Jungkook, pero este simplemente le baja la mano y luego pasa de largo.
Yuto debe dejar las cosas así, pero prefiere caminar tras de Jungkook y tomarlo de uno de sus hombros.
-¿Quién dijo que podías tocarme? -lo cuestiona.
Tomo de la mano a Dai, y salgo de la habitación rápidamente.
Jungkook, alza su mano y retira la mano de Yuto de su hombro.
-Te falta educación -recrimina Yuto.
Jungkook se gira, sonríe y suelta-. Preocúpate primero por educar al rubio, y luego si me interesa te pediré que me des consejos de educación.
No digo nada, absolutamente nada, con el accionar de Jungkook me queda claro que piensa que Yuto y yo tenemos algo.
-¿Algún problema con Jimin? - pregunta, acercándose a Jungkook.
-¿Por qué sigues dirigiéndote a mí? -arremete Jungkook, acortando toda la distancia entre ambos.
-Porque Jimin...
-Me importa una mierda si el rubio deja que te lo folles -lo interrumpe.
Yuto alza su mano derecha y toma de la chaqueta a Jungkook.
Jeon, alza su mano y golpea la de Yuto, haciendo que este deje de sostenerlo de la chaqueta.
-¿Quieres morir japonés? -lo reta Jungkook, rechinando sus dientes.
-Basta, Jungkook -le ordena Jin, observándolo tranquilamente.
Yuto como puede de nuevo se acerca a Jungkook, y golpea su abdomen. Jung, alza su pierna, golpea de igual manera el estómago de Yuto, lo toma del cuello y lo estrella con la primera pared de mi casa.
-¡Mierda, Jungkook!, ¡dije que basta! -grita Jin, acercándose a ambos.
Jungkook golpea el rostro de Yuto, y luego saca su arma de la cartuchera.
Dai, suelta mi mano y da unos cuantos pasos, luego deja salir un pequeño sollozo. Jungkook, gira un poco su rostro y observa al pequeño llorando, guarda su arma y antes de soltar a Yuto, lo contramina más fuerte contra la pared.
-Vámonos -habla Jungkook, dirigiéndose a Jin.
Se gira dejando a Yuto en paz, ni siquiera me mira y camina hacia la puerta para salir de mi casa.
-Ok, ya entendí -dice Jin.
-Lo que Jungkook dijo es verdad, Jimin -Jin se acerca a Dai, agita su mano y se despide. -Quisiera decir que lo siento, pero él se lo busco -enarca sus hombros y luego sale de mi casa de igual manera en la que Jungkook, lo ha hecho.
Estoy un tanto desconcertado, las preguntas de Yuto seguramente saldran en estos instantes y yo debo inventar buenas excusas creíbles para que no me joda el resto del día.
-¿Qué fue todo eso? -indaga, llevando su mano izquierda a su estómago.
-Yo..., lo siento -camino hasta Dai, y tomo su mano. -En serio lo siento -repito, llevando a Dai a la habitación.
-Hey, detente -escucho la voz de Yuto, pero la ignoro y continúo mi camino. -Jimin -me llama, cuando ya estoy dentro de mi habitación.
-Creo que es mejor que te vayas, Yuto -le sugiero.
Retiro la pijama del cuerpo de Dai, para luego llevarlo a tomar una ducha.
-Sabes que puedes hablar conmigo -dice, acercándose a Dai mientras yo tomo su toalla con muñecos del pato Donald.
-Lo sé, pero no hay nada de qué hablar -llego hasta donde él se encuentra junto a Dai, y los observo por unos segundos.
Yuto toma a Dai entre sus brazos y lo abraza fuertemente, tanto así que, el pequeño se remueve de manera desesperada para que lo suelte.
-Nos vemos pequeño -lleva sus manos al cabello de Dai, y lo remueve un poco.
Dai cuando tiene la oportunidad de alejarse de Yuto, llega hasta mí extendiendo sus brazos para que lo cargue.
-Debo ir al hospital -habla Yuto, observándome.
-Claro.
No sé que más decir, me siento incómodo y molesto debido a lo que Jungkook, ha pensado acerca de mí.
-Si algo sucede no dudes en llamarme -intenta acercarse a mí, pero de manera rápida me giro y salgo de la habitación.
-Procura no volver con más heridas -bromeo.
-Lo intentare -dice, sonriendo un poco. -Nos vemos, Jimin -se despide de mí, como si no quisiera hacerlo.
-Nos vemos, Yuto -correspondo de la misma manera.
Cuando la puerta se cierra no dudo en llevar a Dai al baño y bañarlo.
-Bien, ahora voy a cambiarte.
Dejo a Dai en la cama mientras voy por su ropa.
Cuando regreso a la cama Dai, tiene mi celular en su mano y lo agita.
-Se llama teléfono -le hago saber, con una sonrisa mientras él me deja apreciar sus pequeños dientes. -Eres demasiado lindo, Dai -lo pongo de pie en la cama para colocarle su pamper.
Hay muchas cosas que debo trabajar con Dai, como el enseñarle a ir al baño y luego a que al menos diga hola o alguna otra palabra.
-Listo -doy unos cuantos aplausos provocando que él se ría y de unos cuantos saltos sobre la cama.
-No hagas eso puedes caerte -digo.
Tomo mi toalla y la ropa que me pondre.
-Ire a bañarme.
Tomo mi celular y busco algunos muñecos en internet para que Dai se entretenga mientras yo me ducho.
Le dejo mi celular y antes de entrar al baño le coloco el seguro a la puerta, alzo la cortina y veo un auto desconocido frente a la casa, cierro la cortina de nuevo y me cercioro de haber colocado bien el seguro de la puerta. Preparo un biberón para Dai, se lo dejo y le pido que no salga de la habitación.
Me ducho rápido, me cambio y luego llego a la habitación observando a Dai, sobre la cama sin dejar de sonreír.
-Te divierte, eh -hablo.
-Pa -dice observándome.
-Soy Jimin -digo, acomodando mi cabello.
Tomo lo necesario para salir con Dai, veo que es lo que debo comprar para él y lo que hace falta en la casa, tengo un objetivo y es comprar un pequeño televisor para que él pueda ver televisión.
Salgo y miro el auto aún en el mismo lugar, dejo a Dai cerca de mi mientras le echo llave a la puerta, cojo fuertemente la mano del pequeño y empezamos a caminar hacia la estación de buses más cercana.
El viaje en el bus es un tanto tranquilo, Dai se sorprende al ver muchas cosas. Es lindo verlo feliz, llegamos al supermercado tomo una carretilla y coloco a Dai dentro.
Compro lo necesario y lo que necesitaremos para algunos días, pago con la tarjeta que el abuelo me ha dejado para guardar el dinero para pagar un taxi y regresar a casa.
-¿Te gusta? -le pregunto a Dai, señalando un pequeño elefante en un estante.
El pequeño mueve de arriba hacia abajo su cabeza, tomo el peluche y antes de dárselo trato de que diga sí.
-Sí -digo. -Repítelo, Dai -le pido. -Sí -repito de nuevo.
-Ah -dice él, asintiendo.
-Claro -sonrío.
Le doy el peluche a la cajera para que lo cobre.
Pido un taxi, introduzco a Dai en la parte trasera para luego ayudarle al chofer a subir las cosas al baúl. Antes de entrar al auto observo el mismo auto a unas cuadras con las ventanillas abiertas hasta la mitad.
-¿Hacia dónde, joven? -pregunta el chofer.
-Solo conduzca hacia donde le diga -respondo.
Veo por el retrovisor que el auto se acerca a nosotros.
-Arranque.
Al instante hace lo que le pido.
Pienso que es mi imaginación haciéndome una mala jugada, así que lo primero que hago es desviarme de camino y tratar de perderlo por unas cuantas calles. Cuando no veo señal del auto le doy la dirección de mi casa al chofer, tomo a Dai, lo siento en mis piernas y lo rodeo con mis brazos, apegando su espalda a mi estómago.
-Pa -balbucea Dai.
-Aquí -le ordeno al chofer.
Se detiene y me mira por el retrovisor.
Me quedo sentado en el asiento trasero por unos segundos.
-¿Está bien, joven? -pregunta el chofer, sacándome de mis pensamientos.
-Dígame que usted también observó el auto -digo, casi rogando porque su respuesta sea que no. -Creo que sí, joven -responde.
Trago grueso y de inmediato mi corazón se acelera, ahora estoy preocupado y asustado. Siento a Dai en el asiento y busco en los bolsillos de mi pantalón y mi chaqueta mi celular, pero no lo encuentro.
-Mierda -murmuro.
Los recuerdos de Jungkook, diciéndome que me encuentro en peligro inundan mi mente y, vaya que ahora me arrepinto de no haberlo escuchado.
-Debo ir por algunas cosas a mi casa, puede cuidar al pequeño, volveré pronto -hablo nerviosamente.
-Bueno... -vacila el chofer.
-Por favor -suplico.
-Está bien -accede.
Veo a Dai antes de salir del taxi. Camino lo más rápido posible hasta mi casa observando hacia todos lados, quito llave cierro la puerta detrás de mí y de una sola vez me dirijo hasta la habitación.
Veo mi Katana y la caja de los cuchillos curvos, tomo un pequeño bolsón e introduzco la caja con los cuchillos curvos dentro del bolsón, busco la caja con la llave y la dirección que mi abuelo me ha enviado, cojo las cartas y meto todo en el bolsón.
Estoy por tomar mi celular de la cama cuando escucho unos cuantos pasos.
Luego de haber escuchado como la puerta es cerrada, un fuerte suspiro abandona mis fosas nasales, lanzo el bolsón a la cama junto a mi celular, tomo mi Katana y trago grueso.
Espero unos segundos escuchar un poco de movimiento, pero no escucho nada, a pasos lentos camino hacia fuera de la habitación, ni siquiera he salido por completo cuando siento un fuerte dolor en mi pecho y como soy lanzado de regreso hasta la habitación.
-Lo tengo -informa el tipo.
Mientras me revuelco del dolor y trato de recuperarme y tomar mi Katana para poder desenfundarla, intento ver el tipo, pero es imposible reconocerlo cuando viste todo de negro y cubre su rostro.
Respiro profundo unas cuantas veces, gateo hasta mi Katana y logro desenfundarla. Cuando estoy por tomarla bien, observo como el tipo coloca su pie sobre mi mano y la presiona.
-¡AHHH! -grito.
-Cállate -alza su mano y la estrella en mi mejilla. -Colabora chico -me pide.
Retira su pie de mi mano, golpeo su entrepierna con mi pantorrilla intentando escapar, pero logra tomar mi cabello con una de sus manos y jalarme de nuevo hacia él. Se coloca a horcajadas sobre mí, coloca sus manos alrededor de mi cuello ejerciendo presión en este, cortando mi respiración.
Agito mis manos hasta llevarlas a su rostro, tomo su capucha para intentar acercarlo a mí, con mi pulgar presiono uno de sus ojos provocando que deje de estrangularme.
-Hijo de puta -espeta.
Me pongo de pie de forma rápida, si de algo estoy seguro es que no debo dejar que me atrape, su fuerza es el doble que la mía y obviamente perdere.
Intenta tomarme de uno de mis pies, pero con mi rodilla contraria golpeo su rostro.
-Voy a matarte, chico -gruñe molesto, tratando de ponerse de pie.
Diviso mi Katana y como puedo me acerco a ella, la tomo fuertemente y me coloco en posición de ataque.
-¿Déjame en paz! -desgañito desesperado, causando que el tipo se ría de mí.
-Eso no pasara.
Se acerca a mí, sacando unos cuchillos medianos de sus bolsillos.
No puedo dejar de temblar, pero sé que esto no es un recuerdo de las prácticas con mi tío, esto es la vida real y sino sé controlar mi maldito miedo puedo morir. Y no quiero morir.
-Esta bien, me rindo -articulo derrotado.
-Chico estúpido -habla el tipo.
De manera lenta desciendo la Katana intentando demostrar que en serio no pienso luchar más. Él se acerca a mí cada vez más, solo espero un movimiento de su parte y actuare poniendo en práctica todo lo que mi tío me había enseñado.
-Eres tan estúpido -recita.
Sin soltar la Katana, la coloco atrás de mi espalda.
-Solo no me lastimes -le imploro.
Con una sonrisa burlona termina de acercarse a mí, extiendo mi mano izquierda para evitar que se acerque por completo, pero él pasa uno de sus cuchillos en mi antebrazo. Bajo mi brazo y cuando estoy a punto de alejarme de él, de nuevo me toma del cuello por segunda vez.
Con mi mano machucada por su pie y ahora herida, golpeo su estómago hasta conseguir que me suelte, caigo de rodillas al suelo tratando de recuperar la respiración.
El tipo se acerca a mí de manera amenazante, sujeto con fuerza mi Katana y sin pensarlo mucho la alzo e introduzco la punta de la Katana en su estómago.
El tipo aun tratando de lastimarme agita sus manos para conseguir herirme con sus cuchillos, hago más presión en mi Katana. Me pongo de pie y recuerdo como me ha intentado estrangular, hundo más mi Katana en su estómago mientras la sangre se hace presente.
Alzo mi pie y lo coloco en una de sus piernas alejándolo de mí y sacando mi Katana de su estómago. El tipo cae al suelo, mis manos tiemblan al igual que mi barbilla y todo mi cuerpo.
Mi respiración empieza a ser dificultosa, escucho un claxon y supongo que se trata del taxista.
Camino tambaleándome de un lado hacia otro hasta la cama, empuñando el mango de mi Katana de manera fuerte. Lo primero que hago es tomar mi celular, observo el contacto de Taehyung, pero recuerdo que no puede ayudarme, abajo del contacto de mi amigo se encuentra el de Jungkook y luego el de Yuto. Sin dudarlo marco el número de Jungkook.
-Contesta por favor -digo, mientras el celular suena una y otra vez.
Mientras espero que Jungkook responda, tomo la funda de mi Katana y la introduzco en esta.
-¿Qué? -escucho a lo lejos.
-¿Jungkook? -hablo con voz temblorosa.
-Sí, rubio. ¿Qué mierda quieres? -contesta molesto.
-Estoy en problemas -pronuncio, observando el cuerpo del tipo tendido en mi habitación.
-Claro, es lo que te decía -dice, sonando desinteresado,
-Lo maté -gesticulo con voz quebrada.
-Rubio -me llama.
-Lo maté, Jungkook -repito, sin dejar de ver el cuerpo.
-Cálmate y explícate, Jimin -me pide, ahora con tono de voz preocupado.
-Él quería estrangularme y yo lo apuñalé con mi Katana. Mierda -suelto desesperado.
-¿Dónde estás? -me pregunta.
-En mi casa -respondo, limpiando mis lágrimas.
-Quiero que salgas de allí, ahora -me ordena.
No respondo, mi cabeza da vueltas y el dolor en mi mano y la sangre brotando de mi antebrazo hacen que recuerde lo acontecido minutos atrás.
-Sal de la puta casa ahora mismo, rubio -alza su voz.
-Sí -contesto despistado.
Tomo el bolsón con mis cuchillos curvos y lo coloco en mi espalda, cojo mi Katana y camino hacia la salida de mi casa.
-Ire a un hotel -habló, caminando hacia el taxi a pasos largos y rápidos.
-No, ven a mi casa -me indica.
-Pero...
-Sin peros, rubio -me interrumpe.
Entro al taxi y sin colgar le doy la dirección al chofer luego de dejar caer mi Katana en el suelo del taxi y dejar que Dai, se siente en mis piernas.
-Solo tranquilízate, rubio -me pide Jungkook, y luego cancela la llamada.
Saco una toallita del bolsón y me protejo la herida. Dai, no deja de tocar mi rostro y limpiar mis lágrimas en el transcurso del camino hacia la casa de Jungkook.
Jungkook
Me encuentro con el padre de Hana, resolviendo algunos asuntos y tratando de convérselo de dejarme sus casinos y hoteles.
Todo va bien hasta que mi celular suena y otra vez, intento ignorarlo esperando que deje de sonar, pero no es así.
-Atiende, Jeon -me pide el padre de Hana.
De mala gana tomo mi celular del bolsillo de mi saco y atiendo observando que se trata del rubio.
Empieza a decirme cosas que ya le había dicho, pero obtiene toda mi atención cuando escucho decir que ha matado a alguien. Le pido que me explique y es ahí cuando dice que alguien ha tratado de estrangularlo.
Me pongo de pie y sin decir nada me alejo de la mesa en la que me encuentro con el padre de Hanna.
Cuando le pido al rubio que salga de su casa, salgo del lugar en el que nos hemos reunido escuchando a lo lejos la voz del padre de Hana llamarme. Antes de entrar a la camioneta le ordeno al rubio que vaya a mi casa.
Abro la puerta de la camioneta y entro.
-Solo tranquilízate, rubio -digo y luego cuelgo.
-¿Cómo te fue? -pregunta Jin.
-A casa rápido -le ordeno, mientras intento comunicarme con una de las sirvientas para que deje entrar a Jimin.
-Pregunté como te fue -repite Jin, arrancando.
-Lo resolvere luego -hablo.
-Yoongi va a matarte -dice Jin.
-Cállate -lo observo por el retrovisor, enfadado. -El rubio llegara a casa, déjalo pasar y llévalo a mi habitación -le ordeno a la sirvienta y luego corto.
-¿Qué mierda sucede? -me cuestiona Jin.
-Jimin, llamó. Al parecer alguien trató de matarlo en su casa y él lo hizo primero con su Katana -le comento sin importancia.
-Joder -dice Jin, acelerando.
Llegamos a casa y me bajo de la camioneta sin dejar que Jin la estacione bien.
Empiezo a correr, subo los escalones de la entrada principal y luego entro a la casa.
-Joven Jeon, su chico junto a un pequeño están en su habitación como me lo pidió -me indica la sirvienta.
Subo los escalones de dos en dos de forma rápida, cuando abro la habitación veo la silueta del rubio cargando a Dai, mientras observa por la enorme ventana de la habitación hacia el jardín.
Observo mi cuarto y veo unas bolsas con compras, a un lado un bolsón y junto a este una Katana enfundada.
-Jimin -hablo, llamando su atención.
El mencionado se gira y me observa.
-Lamento no haberte escuchado -es lo primero que dice.
Niego de manera rápida, cierro la puerta y luego camino hacia él.
-Pa -dice Dai al observarme.
-Lo siento, él también me llama así -pronuncia apenado.
Coloca al pequeño en el suelo y deja que camine hacia mí.
-Dai -llamo al pequeño.
-No sé qué mierda sucede, Jungkook -suelta el rubio, sentándose al borde de la cama.
Veo uno de sus brazos y noto un hematoma en su mano, y en su antebrazo una toalla llena de sangre.
-Creo que debemos hablar -digo.
Tomo a Dai y camino hacia la puerta de la habitación encontrándome con Jin.
-Cuida de Dai -le pido.
Mi amigo asiente tomando al pequeño en brazos.
-Pídele a una de las sirvientas que me traigan un botiquín.
Me retiro el saco y espero por unos a que la sirvienta llegue con el botiquín.
-Joven Jeon -toca la puerta.
-Adelante -le ordeno.
Recibo el botiquín, cierro la puerta y luego camino hasta Jimin y me siento a su lado.
-Déjame ver -le pido.
Extiende su brazo dejándolo frente a mí.
-¿Vas a decirme que mierda paso? -pregunto, mientras le retiro la toalla de su antebrazo.
-El maldito se paró en mi mano -sonríe con lágrimas en sus ojos.
-Es para el dolor -le doy una pastilla, la cual, lleva a su boca y se la traga sin agua.
Los hematomas en su cuello empiezan a marcarse, los dedos del tipo sobre la piel blanquecina del rubio comienzan a notarse.
Mientras limpio la herida del antebrazo, fija su mirada en la alfombra de la habitación, cuando le duele solo hace pequeñas muecas de dolor sin despegar su mirada de la alfombra.
-No es muy profunda -digo, tomando unas cuantas mariposas para tratar de cerrar su herida. -Colocare de estas -las alzo, pero el rubio ni siquiera las observa.
Coloco la primera mariposa uniendo su piel abierta.
-Lo maté, Jungkook -suelta repentinamente, alzando su vista y conectándola ahora con mis ojos.
-Esta bien, Jimin -musito, colocando la segunda mariposa.
-No, Jungkook, no está bien. Mierda, lo maté -alza su voz, mientras dos enormes lágrimas descienden por su rostro.
-Lo sé -digo, soltando su mano.
-Es normal para ti, pero no para mí -dice sollozando.
-Entiendo -hablo, retirando el botiquín del medio de ambos. -¿Es tu primera vez? -inquiero.
Él asiente limpiando sus lágrimas.
-Debías hacerlo, Jimin. Fue en defensa propia sino lo hacías el muerto serias tú.
No sé cómo tratar con estas cosas. Usualmente, Jin, es mejor elección que yo para este tipo de conversación.
-Lo sé, Jungkook, lo sé. Es solo que... -bufa desesperado y asustado.
-Llamare a Jin -murmuro.
Tomo una venda y se la coloco sobre su herida.
Guardo las cosas en el botiquín y luego me pongo de pie.
-Espera, no -articula llorando.
-No soy bueno en esto, rubio - confieso, mientras lo veo de soslayo para luego observar la puerta de mi habitación.
-Lo sé, eres un desastre, pero no quiero hablar con Jin.
-Estarás mejor solo entonces -doy solo dos pasos para caminar hacia la puerta y siento como las manos del rubio se enrollan en mi cintura, dejando su rostro en mi espalda llenando de lágrimas mi casa.
-Sé que no te gustan las cosas personales, pero mierda. Solo déjame... -guarda silencio.
Dejo caer el botiquín a la alfombra y me giro sin ser soltado por Jimin. Oculta su rostro en mi pecho y se aferra de manera fuerte a mi como si eso le aliviara el daño que hizo al quitarle la vida al hijo de puta que intentó matarlo.
-Todo estará bien, rubio.
De manera lenta alzo mis brazos y los llevo a su espalda.
Jimin, no dice nada, solo deja salir sus lágrimas que se impregnan en mi camisa mientras se aferra a mí.
-Hablaremos mañana -digo, colocando uno de mis brazos en su espalda y el otro sobre su cabello.
-Eres una mierda en esto -habla entre dientes.
-Lo sé -susurro.
El rubio se aleja de mí, se retira sus zapatos y se acuesta en la cama.
-No te vayas -me pide, asombrándome.
Sé que su actitud no es la misma que la de la mañana y que posiblemente el día de mañana exista la posibilidad de que discutamos por lo que he descubierto y por lo que él me ha ocultado.
-Como digas -accedo, sentándome en la orilla de la cama.
El rubio cierra sus ojos y deja salir pequeños suspiros acompañados de lágrimas silenciosas que descienden por su rostro.
Unos minutos después se queda completamente dormido, le coloco el cobertor sobre su cuerpo y luego salgo de mi habitación dejando a Jimin dormido en mi cama.
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