25 - 04 - 22

Dearest Santara...

¡Feliz cumpleaños, Orangután!

Si ves marcas de mordidas en la carta, es que N'est mordió el papel cuando intentaba escribir, traté de que no le arrancara un gran pedazo pero al final solo se nota dos agujeritos pequeños, algo es algo.

Continuando con la carta, supe por Culebrilla que tu entrevistador era el Tello-dije. No creo que llegue en medio de la entrevista, en ese momento estaré ocupada poniendo en su lugar a los dos locos fantasmas que me han estado espantando, pero lo más seguro es que Culebrilla me cuente lo de la entrevista y quién sabe, uno que otro chisme.

No tenía idea de que regalarte y N'est no me ayudó porque se enojo conmigo cuando le dije que tenía colmillos como los de un gato pequeño que recién les salen los dientes, así que me tocó pensar el doble. Y al final concluí con dos cosas, y antes de decirlo tengo que preguntar... ¿Sabes andar en patineta? Si dices que no me toca poner en marcha el plan "Enseñar a Orangután a andar en patineta", tendrás unos raspones pero de allí no creo que pases a cosas peores, o eso espero.

Mi hermano nunca supo andar en patineta primero, por lo que mi abuela tomó ese puesto. Fue algo traumático, además de no tener protección, cuando agarrabamos confianza con ella que disque "no nos va a soltar" nos empujaba con fuerza y a las 2 cuadras caíamos de cabeza. Al final aprendimos, pero no usamos la patinetas por 1 mes entero gracias a todos los rapones, moretones y casi huesos rotos que teníamos, creo que todavía tengo algunas marcas de eso.

Ahora que lo pienso, abuela es una persona peligrosa si no está bajo supervisión.

Siguiendo con el regalo, lo otro es una figurita de un saxofón de madera... Si, perdí la imaginación después de lo de la patineta, lo siento, es lo que me quedó. Tuve que tomar referencia de un alcé que me dió mi padre cuando era pequeña, no es lo mismo pero al menos me ayudó a la hora de darle forma. No lo vayas a perder, eso es trabajo puro y un proceso mediante el cual, justo como la historia del guardagujas.

Y eso es todo, perdone lo poco, majestad. También quería hacerte una invitación al dormitorio para que comieras algo pero cambié de idea cuando recordé que mis compas fantasmas hacen travesuras cuando ven cara nueva, igualmente si te llegas acá no tengo problema en ofrecerte algo y con algo de suerte les caigas bien a ellos y te persigan hasta que no quede de ti más que la poca cordura que deja un espíritu.

No mentira, no son tan así, pero sí son un dolor de cabeza cuando empiezan a pelear o hacerse sentir, en fin...

¡Espero que disfrutes de tu cumpleaños, muchachón! Come mucho, engorda, entristecete con tu cuerpo, ponte una meta y vuélvete mamado, palabras sabias de una anciana. Trata de no ser el chisme de la semana, ojito.

Antes de terminar, dale un pastelazo a Bangaal por mí. Lo haría yo pero tengo un gato malhumorado con el que tengo que lidiar y tratar de calmar para quizás vivir un día más, si Bangaal te empieza a perseguir, puedo darte protección dentro del dormitorio. Lo malo es que tendrás que escuchar los ronquidos de Flint, pero con el tiempo te acostumbras... luego de tratar de estrangularlo una o dos con una almohada, pero al final te acostumbras.

Y al final, con todo el aprecio que puedo ofrecerte...

¡Feliz cumpleaños, Louis!

Atte: M & N

*Dentro de la carta no estaba el dibujo, por alguna razón el cumpleañero encontró el pedazo de papel enrollado dentro de la figurita del saxofón. Al parecer, la chica había olvidado el dibujo allí adentro cuando se fue a dormir y no se dió cuenta de que estaba allí cuando entregó el regalo*

Por si acaso... Lo de la patineta son hechos reales, solo que fue con una bicicleta. Los testigos dicen que mi abuelo fue alguien del que no se podía confiar a la hora de aprender a andar en bicicleta, no viví esos traumas porque tuvo piedad de su nieta._.