Mimos
"Umh ¿quieres ir a mi casa o a la tuya?" Preguntó Yoongi mientras miraba sus dedos entrelazados, tratando de ocultar lo nervioso que estaba. Estar en una habitación con su conejito, solo, le ponía nervioso.
Sabía que quería hacerle todo tipo de cosas a ese pequeño encanto, quería oír todos los sonidos que haría Jimin, quería ver todas las expresiones que podría hacer, quería ser el único en ver a Jimin en esas condiciones. ¿Pero estaba Jimin listo? ¿Estaba Jimin cerca de estar listo? ¿Ese inocente cerebro suyo estaba siquiera considerando hacer tales cosas?
"V-Vamos a mi casa, está más cerca", susurró Jimin antes de rodear el brazo de Yoongi mientras los dos híbridos salían de la escuela y comenzaban a caminar. De acuerdo, lo bueno era que Jimin no estaba hablando en tercera persona, lo que significaba que no estaba asustado.
Lo malo es que estaba muy cerca. A Yoongi le encantaba tener a su conejito a su lado, normalmente le gustaba estar cerca de su lindo conejito, nunca era capaz de acercarse lo suficiente. Sin embargo, esta vez era diferente, debido a sus pensamientos de antes estaba concentrado en cosas completamente diferentes. Como lo suaves que se ven las manos de Jimin, como Jimin movía su nariz, pero sobre todo lo dulce y sofocante que olía el conejito.
Si el conejito olía así de dulce al aire libre, ¿qué tan abrumador sería su olor en una habitación cerrada? Yoongi realmente se encontró en una situación problemática, el olor, hacía que Yoongi quisiera hacerle cosas al conejito, pero no quería asustarlo. Sabía que a Jimin le había costado mucho confiar plenamente en él, estaría condenado si hacía algo para romper esa confianza. Preferiría morir él mismo que lastimar una sola hebra en la cabeza de Jimin.
" ¿L-Lobo? ¿Algo va mal?" preguntó Jimin mientras tiraba suavemente del brazo de Yoongi "¿el lobo no quiere i-ir?" Preguntó de nuevo mientras miraba a Yoongi con esos grandes ojos que hacían que sus piernas se ablandaran y algo más no tan blando.
"¿Q-qué? No. Es decir, ¡sí! O sea..." Yoongi balbuceó hasta que respiró profundamente y se calmó "Si quiero, mi hermoso conejito, sólo estaba pensando, lo siento por preocuparte", murmuró Yoongi mientras se inclinaba y acariciaba su nariz contra el pelo marrón oscuro de Jimin.
"¿En qué estabas pensando?" Preguntó Jimin mientras caminaban hacia la casa de éste, en lo mucho que quiero follar contigo, en lo bien que te verías montándome... Bien, tal vez es mejor no decirle eso a Jimin.
"Oh, sólo en el tiempo, ¿crees que lloverá?" Dijo Yoongi torpemente mientras miraba al cielo. Jimin acababa de abrir la puerta y ahora miraba el cielo azul claro y sin nubes.
"No lo creo." Dijo inseguro antes de mirar a Yoongi que de pronto encontró el timbre muy interesante.
"M-Mi mamá no está en casa", susurró Jimin antes de pasar por delante de Yoongi a través de la puerta, dándole a éste la oportunidad de mirar ese gran trasero, maldita sea, no, concéntrate Yoongi.
"Tu casa es bonita", comentó Yoongi mientras se obligaba a apartar los ojos del bonito culo de Jimin para ver la casa, estaba modestamente decorada pero tenía pequeñas muestras de cariño, un cuadro por aquí y un dibujo infantil por allá. Era obvio que la familia se había mudado aquí recientemente y habían estado demasiado ocupados para convertirla en un hogar.
"G-Gracias, la habitación de Jiminnie está arriba", Jimin se paró al pie de la escalera, jugueteando nerviosamente con la parte inferior de su suéter, pareciendo que trataba de hacerse más pequeño de lo que ya era.
Yoongi no pudo evitar sonreír, esta linda y hermosa criatura era suya, el mayor extendió una mano que Jimin tomó apresuradamente y condujo al lobo por el corto tramo de escaleras hasta la primera habitación a la izquierda.
La habitación de Jimin era simple, estaba limpia, era pura. Era mayormente blanca y beige, con algunos colores aquí y allá. Su cama estaba perfectamente hecha y los libros en el escritorio estaban apilados cuidadosamente, pudo ver algunas fotos en la pared de Jimin y algunos híbridos que Yoongi asumió que eran sus amigos de la escuela anterior. En la esquina había un pequeño televisor y un pequeño sofá, realmente no hay espacio para más de un híbrido, tal vez dos si eran híbridos del tamaño de Jimin, y no si uno de dichos híbridos era un gran lobo.
"L-Lo siento por el desorden", murmuró Jimin mientras quitaba un poco de polvo inexistente del escritorio.
"Es muy bonito, te sienta muy bien", dijo Yoongi mientras soltaba las manos de Jimin, tratando de ignorar lo fría y vacía que se sentía su mano sin sostener la de éste.
Yoongi caminó por la habitación, tocando casualmente el armario, el escritorio, el sofá, a veces deteniéndose y mirando más tiempo ciertos objetos de la habitación. La habitación estaba llena del aroma de Jimin, lo cual no era raro, pero hacía que el lobo que había en Yoongi estuviera inquieto, le daba hambre de algo, de algo que no fuera comida.
Sacudiendo la cabeza, Yoongi miró alrededor de la habitación antes de que sus ojos se detuvieran en la cama. Era una cama de dos plazas con sábanas azul claro que estaban perfectamente metidas debajo del colchón. Yoongi miró a Jimin, que seguía de pie junto a la puerta, y luego fingió las zancadas de seguridad que le llevó llegar a la cama. Miró a Jimin una última vez antes de subirse a la cama. Cada toque hacía que la cama desprendiera más del dulce aroma de Jimin, casi haciendo que Yoongi quisiera contener la respiración, pero también haciendo que quisiera empujar su cara en la almohada para obtener más de ese rico aroma que tanto amaba.
Yoongi se arrastró hasta llegar a la parte superior de la cama donde se acostó, con la espalda apoyada en las almohadas. Respiró profundamente antes de mirar a Jimin que lo observaba desde la puerta, ¿esta habitación siempre había sido tan grande? ¿Por qué sentía que Jimin estaba de repente tan lejos?
"¿Quieres acompañarme?" susurró Yoongi mientras abría sus brazos, invitando a Jimin a unirse a él para la mencionada sesión de abrazos.
Yoongi pudo ver que Jimin se mordía los labios y sus dedos se movían nerviosamente, por muy dominante y seguro que fuera no había nada que le asustara más que ser rechazado por su pareja. Sabía que era un gran problema, tanto para Jimin como para él, estar en la misma cama. No importaba que tan inocentes fueran los abrazos, la cama era un factor importante, pero él lo quería. Quería dar el siguiente paso en su relación, sabía muy bien que no era el momento de que tuvieran intimidad, no importaba lo fuerte que fueran sus impulsos, el bienestar de Jimin seguía siendo lo primero. Así que se obligó a alejar sus impulsos e instintos y se centró en dar pasos pequeños, pasos que esperaba que Jimin siguiera hacia un futuro compartido.
Un paso, era un pequeño paso; pero a los ojos de Yoongi era enorme. Un pequeño paso, el pequeño paso que dio Jimin hacia la cama. Yoongi le sonrió, mostrándole a Jimin que era seguro, que nada le pasaría. Sin decir nada, Jimin se subió a la cama y se arrastró hasta Yoongi, donde se sentó de rodillas al lado de éste, limitándose a mirar hacia abajo en la cama, sin encontrar los ojos de Yoongi, pero el lobo aún podía ver el brillante rubor en las mejillas de Jimin.
"Está bien, conejito, no estamos haciendo nada malo, no estamos haciendo nada que no quieras ¿vale? Sólo relájate", prometió Yoongi mientras levantaba una mano para acariciar suavemente la mejilla de Jimin, "Sólo quiero abrazarte, ¿puedo hacerlo, conejito? ¿Dejarías que tu lobo te abrace?" Preguntó Yoongi mientras extendía sus brazos, invitando a Jimin a recostarse sobre su pecho, todo se movía al ritmo de Jimin. Si Jimin decía que no, si Jimin volvía a levantarse y se negaba a abrazarlo, a Yoongi se le rompería el corazón pero lo aceptaría, mientras Jimin estuviera cómodo y feliz, entonces era suficiente.
Por suerte, los temores sólo estaban en su cabeza, ya que Jimin se recostó cuidadosamente sobre su pecho, sus largas orejas cayendo sobre la cama junto a la cabeza de Yoongi, su nariz presionada firmemente en el pecho del lobo, respirando visiblemente profundo mientras Jimin absorbía el aroma de seguridad de Yoongi. Yoongi sonrió para sí mismo mientras sus brazos se cerraban alrededor del pequeño conejito, abrazándolo contra su pecho. Estaba bastante seguro de que Jimin podía oír su corazón acelerado, cómo era posible ser tan feliz, tan afortunado, Yoongi no lo sabía y no tenía planes de desafiar al destino. Sabía que este era su lugar, con Jimin, con dicho híbrido a salvo en sus brazos.
Yoongi dejó que una mano acariciara la espalda de Jimin mientras éste comenzaba a acodarse correctamente en el costado del lobo, obviamente superando sus nervios. Yoongi sonrió al ver como Jimin se removía a su lado antes de ponerse en la aparente misma posición en la que había estado anteriormente, pero que obviamente no lo era, a juzgar por el suspiro de satisfacción que salió de los labios de Jimin junto con la larga oreja marrón del conejo que ahora estaba cómodamente en la cama a espaldas del menor.
"Gracias, conejito", susurró Yoongi mientras su mano recorría la espalda de Jimin de arriba a abajo, palpando cuidadosamente la columna vertebral y todas las curvas del cuerpo de Jimin.
"¿P-por qué?" Jimin murmuró contra su pecho antes de soltar un pequeño bostezo, haciendo reír a Yoongi para luego besar la cabeza de Jimin.
"Por confiar en mí, sé que cuesta mucho. Estoy muy agradecido de que estés dispuesto a confiar en mí, a sostener mi mano como lo haces", susurró Yoongi contra el cabello de Jimin, el pequeño conejito se movió ligeramente mientras dejaba salir un sonido de satisfacción de su garganta.
"Gracias por cuidar de Jiminnie, gracias por amar a Jiminnie", susurró Jimin mientras empujaba su nariz en la axila de Yoongi, un hábito que Yoongi encontró extremadamente adorable.
Yoongi sonrió mientras dejaba que sus manos peinaran el desordenado cabello castaño de Jimin, su nariz ocasionalmente se sumergía en el desordenado cabello para hundirse en el dulce aroma. En algún momento, mientras hacía esto, Jimin se quedó dormido sobre su pecho, lo cual no fue un problema en absoluto, el pequeño conejito seguía emitiendo pequeños sonidos en la parte posterior de su garganta y moviéndose adorablemente en su sueño. El único problema surgió cuando Jimin puso una pierna sobre los muslos de Yoongi, dejando a éste convertido en una estatua. Intentó no pensar en lo cerca que estaba esa pierna de sus partes privadas, pero no le ayudó el hecho de que cuando miró más allá de la bonita mata de pelo de Jimin, pudo ver el contorno del redondo trasero de éste a través de sus vaqueros negros. Oh, genial, ahora el junior de abajo parece haberse despertado.
Yoongi gimió, realmente quería abrazar inocentemente a su novio, no era su culpa que su novio fuera una extraña mezcla de inocente adorable y sexy. ¿Cómo era eso posible? Yoongi no lo sabía, pero lo era, Jimin era un ejemplo viviente de ello, lo que hacía la vida de Yoongi tan genial como difícil.
Vale, intenta no asustar a Jimin con tu creciente erección Yoongi, puedes hacerlo. Piensa en cosas asquerosas, piensa en el vómito, o, oh no sé, Jimin me distrae demasiado.
Yoongi sintió que se rendía mientras miraba al techo, como sea. Tenía a un inocente novio acurrucado encima de él y una creciente erección, genial, esto era simplemente genial.
"Jimin, cariño, estoy en casa."
Oh estupendo, el día acaba de mejorar.
***
Pobre Yoongi, él pone todo su esfuerzo pero las circunstancias no lo ayudan jdjksd.
Ya estamos en el capítulo 17, siéndoles sincera no pensaba llegar hasta aquí djsjdsk, o al menos no tan rápido, muchas veces quise mandarla a borradores y dejarla ahí porque no me daban muchas ganas de actualizar, y la gente que leyó esto desde el principio lo sufrió, el capítulo 2 me demoré casi un año en subirlo (al igual que las otras historias de mi perfil) pero los caminos de la vida, no son como yo pensaba jkdkjs, gracias por la paciencia.
No les molestan mis notas, ¿cierto? es que a veces siento que los aburro.
Bueno, gente, nos leemos en el próximo capítulo<3
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