¿Vieron alguna vez los micros de dos pisos con la parte de arriba abierta, los que lentamente recorren la ciudad, haciendo una excursión turística y panorámica? Rojos o amarillos (depende de la compañía), siempre tremendamente adornados y hermosos. Los inquietos turistas a bordo del primer piso por orden del guía voltean obedientemente las cabezas y unidamente hacen clic con sus cámaras de fotos, tratando de no perderse nada. «Miren a la izquierda, miren a la derecha...», tal es la atmósfera de despreocupación y de las vacaciones. Yo siempre miraba con admiración el paso de los micros y cada vez me prometía a mí misma hacer el mismo viaje ante la primera oportunidad. Pero como a veces pasa, debido al trajín cotidiano, la posibilidad nunca se presentó. Hasta el día de hoy.

Nueva York, una ciudad extraordinaria, la ciudad top, donde apetece abarcar todo y en seguida. Por eso, cuando en el hotel, muy oportunamente, se propone al huésped una vuelta en autobús por Nueva York, debería aceptar de inmediato. Más exactamente, la excursión no fue por toda Nueva York (es demasiado enorme), sino sólo por una de sus cinco regiones. Pero justamente esta región es el corazón de "The Big Apple"*, literalmente pululante de acontecimientos y llena de atracciones turísticas.

Por supuesto, estoy hablando de Manhattan.

A propósito, el sistema es muy conveniente, ya que el ticket de excursiones tiene una validez de dos días y ofrece la posibilidad de subir y bajar del vehículo en cualquier momento, en cualquier parada. Además, estos micros circulan cada 10 o 15 minutos. El traslado por la ciudad se hace no sólo agradable, sino también confortable.

En mi opinión la bastante extensa y bien pensada excursión justificó mis esperanzas por completo. Al arrancar por Times Square, el micro contorneó concienzudamente todos los rincones importantes de Manhattan, haciendo paradas planeadas cerca de los lugares más famosos y populares. Después de tres horas del tranquilo viaje en autobús y el discreto acompañamiento informativo, mí impresión general sobre la ciudad estaba completamente formada. Estaba más o menos claro a dónde es necesario volver para conocer en detalle, y a dónde mejor no meterse (por el tema de la seguridad personal), dónde se tienen cenas románticas y se pasa la noche bien, qué museos no te podés perder y qué puede esperar hasta la vez siguiente. Así que esta excursión da la posibilidad de hacer lo que es casi imposible realizar (por falta de tiempo y fuerzas) cuando se estudia la ciudad por cuenta propia.

* - "The Big Apple" – el sobrenombre más conocido para Nueva York.