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ESPECIAL KRAY


Lo había conocido cuando era el pasante novato de la pequeña clínica de la ciudad en que le había tocado hacer sus prácticas...

Él, un simple aspirante a médico había tenido la fortuna de atender al chico que había llegado rogando tener servicio inmediato debido a que sentía que en cualquier momento podría morirse.

La verdad... No era así, solo tenía una "extraña fiebre", que no era más que una elevación pequeña de su temperatura causada por el mismo cuando decidió colocarse bolsas calientes en las zonas que, sabía por experiencia, podrían ayudarle a un diagnóstico incierto y por ende, obtener una segura nota para faltar a la clase que odiaba.

YiFan sólo sonrió cuando el chico se sintió perfectamente en el momento en que él ofreció ponerle una "vacuna preventiva".

Era clara su jugada y aunque estuvo a punto de negarse a hacer la justificación de ausencia, una idea bastante buena iluminó su cabeza.

El trato era fácil... Una cita a cambio de cinco justificantes.

Las bonitas mejillas del chico se colorearon de carmín y aunque YiFan había pensado que una negativa estaba en sus labios, el hecho de que diera un suave asentimiento mientras mordía su labio inferior lo hizo sonreír mientras le entregaba su primer justificante junto una pequeña con los datos del lugar donde esperaba verlo y la hora.

La cita estaba hecha y su vida... A punto de cambiar.

...

Zhang YiXing era ese alumno extraño que aunque siempre tenía su cabeza en las nubes, sacaba notas buenas que hacían a su compañeros rabiar, pues el chico poco se tomaba en serio la asistencia a clases, justificándose siempre con enfermedades, que más de uno sabía, no existían.

Sim embargo aquella mañana en que había decidió faltar a sus clases no pensó ni siquiera toparse con la persona que haría cambiar su vida para siempre.

Wu YiFan era el único chico nuevo en la ciudad que era capaz de atraer la atención de más de una persona, aún si no era algo que él buscará.

Era alto, bien parecido, con un rostro serio y grandes manos que fueron lo primero que miró YiXing cuando lo atendió.

Y aunque él se caracterizaba por su carácter algo introvertido, tenía sus momentos de valentía, los cuales le hacían cometer locuras que, sinceramente, él disfrutaba al máximo.

Y un ejemplo claro fue aquella primer cita.

YiFan lo esperaba en un parque cercano a la universidad a la que el asistía, se veía bastante apuesto y... bastante nervioso también.

La cita fue un éxito si omitia las dos veces que YiFan tropezó por verlo a él solamente o el hecho de que terminó con el helado derretido en su mano producto de una charla demasiado interesante entre ambos.

Debía admitir que la mirada del más alto lo había atrapado por completo y aunque, tenía cierto temor por lo que su mente estaba formulando, su corazón le dio la pauta necesaria para despedir a YiFan con un beso en la comisura de los labios cuando esté lo fue a dejar a su casa.

Cabe destacar que la torpeza de ambos aumentó un 100 por ciento, pues YiFan volvió a tropezar con un par de mazetas y YiXing choco con la puerta de su casa por no mirar a nadie más que al alto.

Pero fueron esos momentos los que animaron al alto a decir lo que sentía.

Había sido en una tarde de invierno que, sentados en el pórtico de la casa del mayor, YiFan se había vuelto valiente y, tomando las manos de YiXing le confesó entre tartamudeos que se había enamorado perdidamente de él, que ya no podía imaginar un segundo sin si vida siendo una constante sorpresa y que si él aceptaba, quería convertirse en la persona que lo llamara todos los días para despertar con una sonrisa.

Por supuesto YiXing dijo que si.

Fue una tarde especial para ellos y no dudaban que así como ese día, los demás serían perfectos siempre y cuando estuvieran juntos.

Claro que enfrentaron sus retos al ser novios.

Como el que YiFan tuviera que hacer un intercambio a Corea durante algunos meses, estableciendo ambos una relación a distancia que, en más de una ocasión amenazó su noviazgo.

El principal motivo... Los celos.

YiFan habia logrado una gran amistad con un chico que, desde que se conocieron, lo seguía a todos lados.
Se había proclamado su mejor amigo y por ende, YiFan al tener un corazón tan blandito, no le negó su compañía.

Es más, fue por YiFan que el pequeño Kyungsoo soñaba con terminar la preparatoria y estudiar medicina con tal de ser más cercano a su hyung.

Cosa que hizo enfadar múltiples veces a YiXing.

Pero a final de cuentas, aún con lágrimas y promesas que no sabían si se realizarían, YiFan volvió al pequeño pueblo del que había llegado, reencontrandose con el chico al que amaba.

Aunque...no todo fue miel sobre hojuelas.

Resulta que en un pueblo tan pequeño como en el que vivían, los rumores se esparsen rápido y la ignorancia sobre un tema hace que todos teman y actúen mal ante lo desconocido.

La homosexualidad en un pueblo tan pequeño y lleno de personas religiosas se había convertido en un tabú, en un secreto a voces... En un pecado.

Y por lo tanto, para desgracia de ambos, según la gente que vivía ahí, merecía un castigo.

El desprecio y los insultos en la universidad hacia YiXing hicieron que la mirada del menor fuera perdiendo brillo, mientras que YiFan sufría constante discriminación departe de las personas que iban a la clínica, importandoles poco que su vida pudiera peligrar por ello.

Aun con todo eso, ellos habían seguido juntos, siendo felices entre las cuatro paredes que representaba la seguridad del departamento de YiFan.

No se limitaban en las muestras de cariño, en los besos y caricias siempre que estuvieran solos, pues los insultos y las malas miradas estaban presentes.

Sin embargo, todo fue a peor el día en que descubrieron algo que ellos llamaron su milagro.

YiXing llevaba días, casi dos semanas sintiéndose terrible y aunque, en un principio ambos habían aquejado todo eso al constante estrés de su situación, YiFan supo que debía hacer algo más cuando observó por tercera vez a su novio correr al baño para devolver lo poco que había comido.

Fue por eso, que aprovechando que YiFan aún conservaba una llave del laboratorio donde ahora hacía su residencia, ambos jóvenes se habían adentrado en este y usando el equipo que tenían ahí, Kris (como le había apodado YiXing), realizó a su novio todas las pruebas que había considerado necesarias, ignorando los constantes pucheros que hacía este al saber que tenía que tenia que ser pinchado por una aguja.

La espera había sido eterna.

Los nervios por saber que pasaba y el temor de ser atrapados eran una constante que hizo que Lay devolviera la comida un par de veces más.

Y fue la segunda vez que volvía del baño cuando observó a un YiFan sentado en el escritorio, sosteniendo en una se sus manos una hoja mientras que la otra peinaba constantemente su cabello.

El temor volvió a surgir desde la boca de su estómago pero está vez por una razón diferente.

¿Qué tal si tenía una enfermedad terminal? ¿O un padecimiento difícil de tratar? ¿O demasiado costoso?

Las lágrimas habían comenzando a inundar los ojos del menor cuando las infinitas posibilidades llenaron su cabeza de escenarios terribles.

Pero YiFan se encargo de limpiarlas una a una besando después sus labios y pronunciando palabras que en un principio no había entendido, si no hasta después, cuando forzó su mente a aclararse un poco más y a sus oídos a poner atención a lo que decía su alto novio.

"Seremos papás"

Sus ojos se habían ampliado por completo mientras que su cuerpo había empezado a tiritar, su mente se había bloqueado una vez más mientras YiFan seguía hablando sin que él lo escuchara.

Y aunque al mayor le hubiera encantado aclarar todo, minutos después, ambos tuvieron que abandonar aquel consultorio lo más rápido que pudieron pues el tiempo había volado prácticamente y ellos no tenían el permiso para estar ahí, mucho menos para usar el instrumental.

Pesé a la adrenalina y a que YiFan trató de hacerlo reaccionar, el silencio del menor era algo inquietante y para que mentir, también bastante abrumador.

El había escuchado en su universidad y sólo por pocos maestros los rumores acerca de la existencia de donceles, hombre que tenían la capacidad de procrear, de llevar vida en sus vientres.

Nadie le había confirmado aquello, pero el sabía, que él ser humano era algo maravilloso y por ende no dudaba de la existencia de un ser así ya sea en su época o más adelante.

Aunque, ahora tenía uno enfrente suyo...

Uno que tenía una crisis nerviosa en ese momento.

Fueron al menos dos horas de palabras de comprensión lo que le tomó a YiXing despertar y llorar entre los brazos de su novio por la noticia.

Realmente no sabía a qué se debía... En su corazón había un sin número de emociones.

Miedo, emoción, alegría... Incluso rechazo.

No entendía como nadie le había dicho ese pequeño detalle que ahora lo hacía distanciarse más de todos aquellos que algún día le habían tenido alguna clase de afecto... Especialmente de sus padres.

Ambos lo habían educado en un ambiente religioso y aunque en un principio el no se había opuesto, tampoco acataba al 100 todas las normas que la "fe" le imponía.
Tenía un pensamiento bastante progresista que fue aceptado hasta cierto punto por sus progenitores, pero no hasta el punto de aceptar una relación que ellos consideraron desde un principio como "anormal y pecaminosa".

Habían intentado de todo, hablar, rezar, castigar y prohibir cualquier tipo de contacto entre el par de novios... Pero no habían logrado nada.

Incluso habían llevado a su hijo con un hombre que les había jurado devolvería la heterosexualidad al menor... Claro que el primero en oponerse fue YiXing seguido de YiFan quien le ayudó a su novio a huir de su hogar al notar tal rechazo.

Pero ahora...

Las cosas no serían tan fáciles.

Un noviazgo no es algo que se ocultara del todo, pero ambos sabían que aunque no podían ser del todo demostrativos en las calles, en su pequeño hogar no había censura alguna...

¿Pero un... Embarazo?

Incluso la simple palabra era difícil de pronunciar.

Por eso el imaginar andar por las calles de aquel lugar con una panza en donde estuviera su hijo, lo hacía temer.

Si ellos habían insultos y rechazos...¿Qué podría esperar su hijo?

Su bebé.

...

Mirando por la ventana solo lograba observar una cosa.

El cielo.

Lo cual significaba que ahora no había marcha atrás, que aunque la despedida era difícil, aun peor era el imaginar siquiera un futuro sin YiFan o tener que renunciar al fruto de su amor.

Y él no estaba dispuesto a eso.

Fue por eso, que YiFan había investigado toda esa noche mientras él dormitaba y tras algunas horas de intranquilo sueño, había despertado con la vista que no pensó tener.

YiFan vestido de traje, con dos maletas grandes a su lado y un par de hojas que tenían su próximo destino.

Él no había pensado en eso, pero estaba feliz de que al menos uno de los dos estuviera pensando en cosas que no fueran tormentosas para su corazón y hallará una solución a todo.

Huir.

Por eso, ambos se encontraban en un avión rumbo a Sur Corea, lugar que, por experiencia de YiFan, podría ser una oportunidad para dejar de vivir a escondidas pero sobre todo para ser felices.

El llegar fue algo difícil, habían invertido más de la mitad de los ahorros de YiFan en los boletos de avión y aunque YiXing también tuviera un poco, ninguno de los dos sabía si eso sería suficiente para un comienzo al menos decente en esa ciudad.

Si bien YiFan dominaba un poco el idioma, Lay no lo hacía ni un poco lo que causaba que estuviera tan temeroso y nervioso ante la gente que le rodeaba.

Pero como milagro para ellos, a las pocas calles de camino se habían topado con el chico que ese día les salvaría.

Kyungsoo por fin había conocido a YiXing y aunque, en un principio no fue un trato meramente cordial, ambos trataron de ser lo más maduros posible y buscar una solución.

Fue el menor de los tres que cansado de estar pensando, propuso llevarlos a su casa, rechazando cualquier excusa de la pareja.

Había llegado bastante noche y con el temor de que, una vez más los rechazaran, pero aunque la familia de Kyungsoo era algo tradicional, los recibieron de una bonita forma.

Los señores Do se habían encargado de consentir a los dos jovenes y de explicarles que, aunque ellos eran de otra época, comprendían lo mejor que se podía, que el amor no estaba limitado por el género, así que estaba felices de recibirlos durante el tiempo que fuera necesario.

Cabe aclarar que al paso de los meses, ambos tuvieron que confesar la existencia de su hijo a los mayores, ganándose una mirada incrédula y una relación, medianamente incomoda con ellos.

Al menos hasta que llegó el pequeño Taeyong.

Ese pequeño hombresito que había decidido llegar a media cena de navidad, logrando que una noche tranquila se convirtiera en un momento inolvidable.

Fue un episodio cargado de amor, afecto, felicidad pero también de dolor.

YiFan habia sido llamado para ayudar en el parto, pues la única clínica que estaba cerca de ellos, no tenía lo suficiente para atender un caso como el de ellos, ya que no se tenía registro en ese lugar de un embarazo masculino.

La situación estaba siendo riesgosa, llegando al punto en que había dado a elegir a YiFan a quien quería salvar.

Sin embargo, como si de un milagro de noche buena se tratase, YiXing fue fuerte hasta el último segundo y resistió un parto complicado, siendo recompensado en el preciso instante en que el llanto de su bebé inundó la sala.

Fue un bello momento que ninguno olvidara.

Sostener a su hijo en brazos mientras esté hipaba bajito, tranquilo al sentir al fin el amor y cuidado de sus progenitores.

Si, el camino había sido difícil, pero al fin estaban juntos.

Al fin eran la familia Wu.

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