DOBLE CARA


Gianella. Se levantó temprano, salió media vestida del cuarto de Bartolomé mientras este estaba dormido. Como todas las mañanas en la Italia sureña, salía a correr para comenzar el día. Al entrar a la habitación central luego de pasar el pasadizo se encontró con Adrien tomando un frasco lleno de agua mientras tenía en el cuello una toalla. Iba a salir a correr. Para serse sincera, Adrien era un chico atractivo y a pesar de encantarle su novio o futuro esposo, el rubio francés la atraía mucho. Tanto que decidió acercársele con intensiones nada santas y de la manera más sutil posible.

Adrien por supuesto, que llevaba prácticamente algún tiempo con Marinette había aprendido a oler a las resbalosas a donde quiera que fuera. Así que apenas la vió salió tranquilamente de la casa para emprender su viaje en lo que María Antonella se levantaba. Por alguna razón al rubio no le caía esa chica, le parecía tan extrañamente fingida. Se secó el sudor mientras trotaba en el mismo lugar. Pensando en cómo se sentía María Antonella y es que él se unía al dolor, apretó sus labios para no maldecir en voz alta.

-Hola...-dijo una rubia sonrosada por la maratón que se había hecho, pasó por su lado sobresaltando a Adrien. ¿Acaso esa chiquilla lo estaba persiguiendo?

-Oh, Hola...-dijo comenzando a trotar nuevamente- Así que eres novia de Bart...

-Si. Quiero decir, en realidad no es como si estuviéramos amándonos...-dijo ella ladeando un poco su cabeza manteniendo una respiración un poco agitada, sabía que era lo que provocaba eso. – Nuestros padres vienen de familias realmente tradicionales y nos han hecho crecer con la mentalidad de seguir sus decisiones... No podemos romper la tradición...

-A veces se tiene que romper esta para ser felices....-Adrien tomó una bocanada de Aire evitando mirar el busto de aquella muchacha- Las tradiciones son complicadas, pero para conservar un lazo familiar hay ocasiones en las que romperlas es necesario. Las tradiciones son importantes, pero el amor es mucho más importante...

-Lo sé...-dijo ella mientras lo miraba a los ojos, como escrutando su alma. Las esmeraldas brillaron, potentes e imponentes a las del rubio. La rubiecilla se acercó al rostro del rubio francés y apegándose su cuerpo al de él se empinó para darle un beso hasta que escuchó los pasos de alguien que se paraba en seco a observarlos. Ella se alejó rápidamente de Adrien empujándolo.

-¿Pasa algo? –La voz femenina e imponente de una persona Inglesa-Peruana sonó para salvar el día y arremeter con fuerza- ¿Quién diría que una mocosa de veinte años estaría buscando su mal a esta hora de la mañana.

-¿Me has llamado mocosa? – Gianella la quedó mirando mientras fruncía al ceño.

-Eso es lo que eres. Estuviste a punto de besar a mi querido Adrián sin pensar en las consecuencias...-dijo ella mientras daba vuelta a la llave con uno de sus dedos- Tengo una información importante que podría destruir tu matrimonio y dejarte como lo que eres... Una maldita oportunista. Pero...

-Zorra...-dijo la muchachita en un susurro que fue audible para la mujer de cabello negro y largo hasta la altura de la cintura.

-¿Qué dijiste?...-preguntó ella mientras ponía una mano en su oreja- Putita... no te escucho... habla más fuerte...

-Anto, ya basta...-Adrien intentó detenerla pero fue fulminado por la mirada de Antonella. Se quedó parado y bien callado mientras la sonrisa de Antonella se mostraba placentera y envidiable.

-Espera, necesito que me responda....-dijo ella dando un paso hacia adelante- ¿Qué fue lo que dijiste?

-Dije que eres una zorra. Sé que sabias que él iba a casarse conmigo y ahora te haces la víctima. No me digas que no te diste cuenta que esas cartas eran para mi...-dijo ella mientras se cruzaba de brazos. Pelea de mujeres, honor de hembras alfa que estaban a punto de hacer arder todo a su alrededor.

-La verdad no, no sabía que la vieja a la que le escribía eras tú. Siempre pensé que era su madre a quién le envía las cartas...-Antonella peinó su cabello y se hizo un chongo (un moño) en la cabeza- Igualmente, no toques a Adrien o te la verás conmigo...

-No veo que él haya dicho que no me...-la mano de Antonella le apretó los labios con fuerza. La dejó muda con una sola mirada. Esta vez era el granate que brillaba más que las esmeraldas.

-Si te vuelvo a ver cerca de él. No dudaré en sacarte los ojos con mis propias manos. Él está casado y no voy a permitir que una niña de veinte años con aires de princesa se venga a hacer la ramera e intentar algo con él.

-Entonces, no mires a Bartolomé nunca más...-dijo la rubiecilla frunciendo el ceño en una sonrisa.

-Puedes quedártelo. Te lo regalo con moñito y todo, no lo necesito en lo absoluto para ser feliz. Te aseguro que él me necesita a mí para ser quien es. Porque sin mí no es nada...

-¿Quieres ver cómo te olvida en un santiamén? –chasqueó los dedos Gianella mientras Antonella la miraba con imponencia. Sonriendo como si fuera algo sin importancia lo que decía.

-Estaría tan contenta al verlo, al menos tendré una cosa menos que cargar en la espalda...-Antonella pasó a lado de ella mientras tomaba a Adrien de la muñeca- Si te veo merodeando a Adrián te juro que te hundiré...

-Intenta hacerlo y vamos a ver quién sale perdiendo... - Gianella comenzó a correr en dirección contraria a Antonella y Adrien- Esa sonrisa no te durará mucho...

-La gente suele decirme eso todo el tiempo, siempre se equivocan...-dijo ella mirando a Adrien- Adrián lo sabe muy bien...

Adrien comenzó a mirar el rostro de Antonella, parecía libre, descansada de la situación. Corrió junto con Adrien un par de calles hasta que lo jaló para tenerlo al frente. La mirada pacifica de Antonella cambió, se asustó a tal punto que se tapó la cara para que esta tuviera piedad de él. Pero no lo hizo. Tomó su oreja con fuerza y la jaló de un lado a otro hasta que lo vio quejarse del completo dolor que sentía.

-C-C-Como la dejaste acercarse a ti... ¡eres un idiota! ¿Y si hubiera sido Marinette la que veía esto? No la contabas – Antonella se tocó la cien- Esa mujer es una resbalosa...

-Okay... vamos a respirar hondo y no hagamos nada precipitado...-Dijo Adrien Trotando mientras ella hacia lo mismo.

-Hoy vamos a la sesión de fotos, ¿verdad? –Adrien Asintió, elle tenía un plan. Lo veía en sus ojos- Le diré a Shihiro que le tome foto a sus actos. Entonces romperé el compromiso y todos seremos feli...

- Es suficiente, él ha tomado una decisión que tienes que respetar, María Antonella –dijo Adrien abrazando a su amiga, su confidente, su hermana- No permitiré que se haga

-Pero tengo que....-dijo ella mientras apretaba los dientes, iba a llorar pero se contuvo- Tengo que luchar

-No es necesario, no va a ceder. Intenté convencerlo... -dijo Adrien acariciándole el rostro- Se casan el mes que viene...

Al caer la tarde ella se encontraba preparándose para la sesión de fotos, se tomó un refresco mientras le untaban un aceite en el cuerpo. Marinette se encargó de echarle absolutamente todo mientras le arreglaba la ropa interior que modelaría. Al final caminó hacia el escenario de fondo blando y se quedó mirando a la cámara con una expresión triste.

-¿No te sientes bien? – Shihiro llamó su atención con el chasquido de sus dedos.

-Si...-dijo ella sonriendo mientras arreglaba su cabello- ¿Cómo me quieres? Dime como debo ponerme...- Adrien la quedó mirando mientras Marinette le arreglaba la ropa que modelaría. ¿Acaso no se daba cuenta? Shihiro era hombre y se le estaba haciendo difícil mirarla sin sentir algo.

-Solo necesito que seas tú misma. Siéntete hermosa...-dijo Shihiro tomando la cámara entre sus manos con fuerza- Mírame como si fuera tu novio...-Comenzó a tomarle muchas fotos, de cada movimiento o expresión de su rostro. Cuando giraba el cuerpo, cuando lo mostraba, cuando jugaba a ser la chica Playboy. Se acomodó en varias posiciones mientras le mostraba una sonrisa. Adrien se cruzó de brazos molesto cuando ella pronunció en susurro el nombre de Bartolomé, comenzó a llenársele de lágrimas los ojos. Incluso ese momento fue capturado por él.

-Puedes tomarme algunas fotos con ella...-dijo Adrien ingresando al ambiente donde estaba ella- Trataré de que esto sea sensual... te daré buenas tomas...

-Bien...- El chico de ojos turquesas asintió mientras Marinette le alzaba los pulgares a su novio. Shihiro se preguntaba si ella tendría celos de María Antonella- Tomaré las mejores fotos...

Adrien tomó a María Antonella de las manos con suavidad, haciendo que esta se relajara y comenzó a hacerla girar como si se tratase de un baile. Hasta que sonrió de manera natural. Comenzó a darle el material que el fotógrafo necesitaba para llamar la atención de la gente. Al final ella dejó el escenario para ponerse a lado de Marinette suspirando con una sonrisa de satisfacción. Marinette la quedó mirando, por alguna razón comenzó a sentir celos de esa situación tan engorrosa que involucraba a Adrien.

-Antonella...-dijo Marinette tomándola suavemente del hombro- ¿Te encuentras bien?

-Si...-respondió cortante, era así como se cerraba ella cuando quería ocultar su dolor- Voy a cambiarme...

-Oh, aún hay un conjunto de ropa que debes ponerte...-Marinette sacó dos mudas de ropa y se las dio- Cuando Adrien termine iremos por un café, por favor, posa para Shihiro...

-Está bien, no tienes que pedírmelo así...-dijo ella mientras le sonreía- Seré sexy...

-Oh sweet quizás...-Marinette cogió la mano de Adrien cuando este se acercó a ella- Bueno cariño, vamos por un taza de café. La necesitamos esta tarde...

-Si, my Wife ...-se acomodó la ropa. Adrien abrazó a Marinette y salieron de aquel salón de fotografía...

Ella se quedó callada cuando vio que Shihiro la estaba mirando. Por alguna razón esto volvía a aparecer una treta del destino. Se encogió de hombros mientras se acercaba tímidamente al vestidor y se ponía la ropa que Marinette había dejado para ella, cuando estuvo fuera Shihiro comenzó a fotografiarla hasta que ella tuvo que mostrar la parte inferior de su vestimenta. La ultima de todas. Unas bragas para la ocasión.

-Bien... las tengo todas...-dijo Shihiro sonriendo mientras María intentaba no mirarle- Sales bien en todas, no necesitarás retoquitos...

-¿Eso es bueno o malo?...-La expresión de Antonella le causó gracia a Shihiro, provocó su risa mientras se acercaba a ella a mostrarle las fotos.

-Al contrario...-El hombre de mirada aguamarina le puso una mano en el rostro mientras ella se ruborizaba un poco- Quiere decir que eres hermosa de manera natural...

Por otro lado, el sonido de unos zapatos caminando por el pasillo del local donde se estaban llevando acabo, alguien buscaba a una mujer. Iba a conversar con ella pero cuando abrió la puerta del salón de fotografía se encontró con algo que no debió ver. María Antonella semidesnuda siendo acariciada por el fotógrafo de una manera muy romántica. Debería estar bromeando, esto obviamente era un espejismo. María Antonella no podía estar siendo seducida por otro hombre que no sea él. Bartolomé entró en el salón de fotografía y lo primero que hizo fue golpear de lleno la cara del chico de cabello blanco y ojos aguamarina.

-¡Basta! ¡Basta Bartolomé!... –los gritos de María comenzaron a alertar a las personas que estaban en la instalaciones- ¡Ya no más!....

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BODA

(MARIA ANTONELLA)


(GIANELLA)

(ADRINETTE)

NOTAS DE LA AUTORA: Este capitulo me costó pensarlo. Definirle una personalidad mala a Gianella fue algo difícil para mi. Hasta ahora no puedo creer el enredo que hice, esperemos ver el siguiente capitulo. 

AQUI LA AUTORA DEL FUTURO: EL ENREDO SALE MEJOR DE LO QUE ESPERABA

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