BONUS: GERENTE DE G.A. ENTERPRESISES - ENRIQUE BOURDEU
Enrique Bourdeu. Famoso Administrador de empresas había conseguido un puesto importante en las empresas Gabriel Agreste Enterprises. Desde aproximadamente ocho años trabaja moviendo las industrias de comercialización de telas. Él hace negocios con los accionistas de la empresa proveedora de telas para la empresa de Gabriel, lo que no saben es que esconden un secreto y ese es que el veinte por ciento de las telas son fabricadas con drogas. Camufladas en telas reales para no hacer notar su olor entre los sabuesos. Una vez llegada a las manos utilizan el mecanismo químico que consiste separa el material sintético con el clorhidrato de cocaína. Esta técnica no es muy sabida por los agentes de la DEA y el FBI pero si por los hermanos Thomlinson. Ellos son los químicos que separan estos componentes en el laboratorio de Bourdeu. Este está ubicado en la azotea de la casa de los Sres. Dupain Cheng. Los Sres D. Cheng no conocen la ubicación de tales instalaciones en su casa porque esta fue bloqueada cuando regresaron de Shanghái.
-Tienes los documentos con la información que te pedí....-Enrique recibió la carpetas en las manos. Las revisó una por una con detenimiento. Pareció ver que algo le gustó, una foto en particular fue tirada sobre la mesa de su escritorio y luego la señaló – Mata a esta persona. Está interfiriendo en mis planes... ellos no deben ni siquiera acercarse...
-Si Señor... Como usted ordene....-dijo uno de sus lacayos- Que haremos con Ashley Thomlinson...
-No tienen pruebas, esa arma era un encendedor y él lo sabía. Su defensa será sencilla... - Enrique era manipulador, un haz en los temas legales. Era todo. Era la cabeza de aquel negocio Ilícito.
-Pero señor, va a ser llevado a la carceleta mañana....-Enrique golpeo la mesa, si había algo que le molestaba eran las trabas, así que las eliminaría.
-Tendremos que adelantar a los policías... -tomó su teléfono y llamo a un infiltrado- Bien, tienes que sacarlo. No sé cómo lo harás pero lo sacarás de allí... Está bien, podemos darle atención medica aquí mismo. No te preocupes...-colgó el teléfono.
-Sr. Necesitamos que nos diga, como mataremos a esa mujer...-dijo el lacayo mientras sacaba una libreta.
-Mira, solo haz lo que te estoy diciendo. Te lo dejo a tu criterio...-dijo él mientras revisaba las demás carpetas.
Los olores, son aquellos que trasmiten mucho, al igual que el sonido o el arte visual. Para Marinette el arte visual era aquello que le trasmitía todo lo que sentía. El olor a pan era lo que hacía explosionar ciertas emociones y por supuesto la voz de Adrien era la que hacía que su corazón palpitara tan rápido. Actualmente ella se encontraba comiendo un Croissant mientras veía la noticia de Adrien y ella en su celular. Tikki estaba a lado de ella.
-¿Sabes Tikki? Hoy me sentí feliz pero a la vez triste...-dijo la azabache mientras jugaba con los dedos de sus pies- ...se lo dijo a todo el mundo pero a mí no me lo pidió correctamente. No dijo ¿Quieres salir conmigo? o "Marinette, tengamos una cita" simplemente lo dijo y ya... yo quisiera por un momento... que fuera romántico...
Tikki la quedó mirando, su enorme mancha negra sobre su cabeza la hacía ver adorable y sobre todo la hacía ver como si comprendiera a su ama, pues no estaba lejos de la realidad. Las mascotas y sus amos desarrollan un lazo infranqueable de familiaridad, en este lazo se demostraba la comprensión de ambas partes. Tikki sentía que ama estaba triste, por ende también ella lo estaba, pero tenía que hacer algo y eso era animarla. Un olor algo peculiar llegó a sus fosas nasales, el olor a perfume de hombre era algo que ella reconocía. Era el olor de la persona de la que estaba hablando. Moviendo su cola se fue al balcón ladrando. Hasta que ella fue a ver lo que sucedía. Y ahí estaba él. Con un ramo de rosas, el más grande que pudo ver en su vida, en medio de ellas una rosa blanca en representación de la pureza de su amor y rojas como la pasión, comprensión y amor que sentía por ella.
Marinette quedó totalmente perpleja al ver que Tikki movió la cola y decidió seguir mirando lo que haría el rubio. Lo vió tocar la puerta. Vió a su padre salir y posteriormente a su madre gritar de la emoción implorando su pronta aparición en la panadería. Sabine y Tom vieron a un Adrien notoriamente más alto que su hija. Su promesa había sido cumplida totalmente. Sin embargo sabían muy bien que para cumplir el trato aún les faltaba un largo camino por recorrer.
-¡¡Marinette!! –Sabine gritó para que su hija bajara, emocionada por lo acontecido, procedió a inspeccionar al muchacho- Cuanto as crecido... solo recordar que era ayer cuando jugabas con Marinette en Shanghái...
-Sí, está hecho un hombre... cuando quieras puedes venir a nuestra casa y comer unas pasta con nosotros... -Adrien sonrió para el Sr. Tom, definitivamente ahora se veía menos alto.
Los pasos de Marinette se hicieron escuchar, cuando estuvo en la puerta que daba a la panadería la primera en aparecer fue Tikki que se abalanzó sobre Adrien moviéndole la cola. Ese hombre le agradaba a la perrita y por tanto le quería demostrar su cariño. De todas las maneras posibles. Era él, su dueño, aquel quien la entregó a Marinette cuando aún era un pequeño cachorro.
-Tikki...-dijo mirándola Adrien, le acarició la cabeza con suavidad y luego oyó la risa de Marinette. Que aparecía con su ropa de casa a recibirlo. Le sonrió con nerviosismo y le entregó las flores.
-Son para mí...-dijo ella sonriendo. Al parecer estaba emocionada, no sabía que decir. Se percató entonces que sus padres estaban cerca, para sorpresa de ella estaban muy felices por lo sucedido.
-Si.. Sé que no te lo pregunte antes, pero quiero hacerlo ahora...-La miró a los ojos, la cegó con su mirada, con su seguridad, con su voz. Porque para ella, Adrien era Arte, era melodía y quizás también era sabor, se ruborizó un poco delante sus padres- ¿Quieres salir conmigo?
Indudablemente la azabache estaba a punto de gritar de felicidad, pero no lo hizo, se quedó viéndolo a los ojos y poniendo las rosas sobre su rostro respondió asintiendo. Para Adrien eso no era suficiente, quería más, quería que ella inundara sus sentidos con su agradable voz. Insistió tomando el ramo entre sus manos y descubriendo su rostro, estaba lagrimeando, llorando. Le acarició el rostro, no sabía que más podía hacer, solo la abrazó a él. La calmó acariciándole la cabeza con total paciencia y suspiró tranquilo.
-Dilo por favor...-dijo él sonriéndole mientras ella se abrazaba a él.
-Quiero salir contigo...-dijo en susurro mientras Adrien dejaba el ramo en la mesa cercana a él.
-Lo siento, no te escuché muy bien. ¿Podrías repetirlo para mí? –dijo él sonriéndole a la azabache, inmediatamente ella le devolvió la mirada.
-Sí, quiero salir contigo...-Marinette lo miró a los ojos, estaba roja.
Liz se quedó viendo las acciones de la familia Cheng desde una de las esquinas, a través del vidrio se veía al rubio tomar comportamiento socio afectuoso por la azabache. Sacó un caramelo y se lo llevó a la boca mientras meditaba absolutamente todo. Había encontrado pruebas pero nada que llegara a decir que la familia Duppain Cheng fuera Narcotraficante pero, que había de los vecinos. No dijo nada, sacó su teléfono y marcó.
-Creo que acabo de descubrir algo importante...-Lizeth habló por teléfono. María Cassanova estaba en la cama de ella mientras revisaba algunos documentos. Unió puntos y frunció el ceño.
-Te han dicho que ... a veces la verdad está en tus narices...-dijo ella mientras hacia un globo con su goma de mascar- Alya Cesairé, parece que su padre conoce a Rodrigo Thomlinson y lo que es más irónico es que hace un tiempo tuvo un Idilio con Adrien....
-¿En serio? Me pregunto si eso lo sabe niño...-dijo ella sonriendo mientras miraba lo afectuoso que era Adrien con Marinette- Pero, ¿cómo sabes eso?
-Fotos que me ha enviado mi infiltrado tres...-Rió un poco María a través del teléfono mientras Liz se cogía la cien- Quería ayudar...
-Te dije que no involucraras a Nathanael en esto...-Liz estaba enojada, meter a alguien en un caso policial era peligroso- ¿Hace cuánto fue su idilio?
-Hace un año...-Liz miró a un lado, alguien estaba cerca con su auto mirando a través del vidrio. Era ella, Alya Cesaire, estaba sonriendo Feliz. ¿Cómo podía ella tener un Idilio con Adrien?
-Mándame la foto...-dijo Liz de inmediato- No creo que esa sea una foto real. Creo que hemos cambiado de blanco...
-Porque lo dices...-María estaba escuchando el sonido del arma de Liz ser desenfundada- Liz...
-Ella, la quieren a ella...-dijo Liz mientras apuntaba a un hombre que estaba en el auto de atrás apuntándole a Alya, Nino se levantó en el preciso momento que el hombre pareció tocar el gatillo y luego...
¡¡¡BAN!!!
El sonido de un disparo produjo eco en todo París, en el silencio de la ciudad del amor ¿Qué había pasado? Lo único que vio Alya fue sangre, mucha sangre cerca de ella.
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EN SU VIENTRE
LIZETH
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