Capítulo 36 "Publicación" (JOHN LENNON)

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Sorry si me tarde :c pero tuve que hacer un mega proyecto que me hizo desvelarme hasta las 4 o 5 am, era muy difícil, afortunadamente ya lo termine :3, pero falta lo peor u.u, la exposición, pero descuiden que ya paso el trabajo duro. Amiguitos, rezen para que ya llegue MAYO!! Ya que tendré 3 meses de vacaciones y ¿Qué significa? Nuevos fics (en mi cuenta de repuesto que pronto les pasaré) MIS LIBROS ORIGINALES VERÁN LA LUZ! (Sé que les encantarán) MÁS ACTIVIDAD PARA MIS PÁGINAS, VIDEO DIARIO EN MI CANAL!! Todo será fabuloso, gracias a ustedes por seguirme ¡VIENEN MILES DE SORPRESAS MÁS!

John's POV

Jugaba con mis hijos en el jardín, alce mi mirada y contemple con seguía la entrevista con el señor Cleave. Hablaba sin parar y periodista apuntaba todo sin perder reconocimiento.

Me preguntó que tanto estarán hablando, me gustaría meterme más en los asuntos de Cynthia, ser su celador y regularle las palabras ¿Qué tal si dice algo moralmente indebido y con consecuencias terribles? No quiero ni pensarlo.

Finalmente, Cyn y el periodista salen de la casa. Yo finjo que eso no me importó, son sus asuntos de famosa y no debo intervenir.

— ¿Todo listo?— cuestione al verlos salir.

—Si—el periodista sacó su cámara fotográfica—. Ahora solo quisiera sacar un par de fotos.

—Claro, llamaré a los niños —dije.

—No—renegó—. Una sola de los Lennon, o sea ustedes.

—De acuerdo —asentí enojado, mis hijos también son unos Lennon.

Fuimos al jardín principal, Mimi cuidó a mis chicos y yo fui cual modelo para posar con mi esposa. Yo pensé que seria una o dos, pero fueron bastantes, una tras otra, el flash me aturdía, Cyn lucia fabulosa un vestido rosa con unas mayas negras, el punto era demostrar nuestro perfecto y "normal" matrimonio. Todo salió bien y lucimos muy bien, me gusto como me miraba, aunque yo no fuera retóricamente fotogénico.

—Gracias señor y señora Lennon

El periodista se fue, Cyn y yo no dijimos ninguna sola palabra, pero nuestras manos se tomaron una a la otra sin pedir permiso. Fuimos a comer con los niños, y ya en la noche estábamos platicando.

—Estos días que has estado en casa ha sido espectaculares —dije amorosamente.

—Me he divertido, no sé si tú has estado igual.

—Claro Cyn, me encanta que estés en casa, a mi lado.

—Bien, John —a veces sentía como algo nos separaba.

Se terminó de quitar su mascarilla, yo leía un libro. Apago la luz y encendió la vela, ella siempre duerme con una prendida, porque todavía siente temor por la muerte de su padre, nunca la he juzgado por eso y jamás lo haré. Ella es tan bonita, tan admirable que a veces me pregunto si las cosas hubieran sido igual si yo fuera el famoso guitarrista de una banda.

Me da un beso en la mejilla y ambos caemos en un sueño profundo.

(...)

Al día siguiente, en la mañana no pude deleitarme bien el hermoso rostro de Cyn, cuando entran los rayos del sol por su cortina parece que veo el mismo paraíso, su cabello luce más deslumbrante.

Pero ahora ella no estaba.

Algo vio despertarme por completo, mi teléfono sonaba demasiadas veces, conteste somnoliento.

— ¿Hola?

— ¿Pero con qué clase de monstruo te has casado?—esa voz furiosa retumbó mis oídos.

— ¿Papá?

—John—intentó tranquilizarse —No vas a creer lo que dijo tu esposa.

—No entiendo...

— ¿Ayer fueron a Kenwood para entrevistarlos, cierto?

—Si—asentí confundido.

— ¿Y no sabes la blasfemia que tu mujer dijo?

—No—dios, que pena. Papá debe de estar avergonzado de mí.

—Mira John—papá se escuchó serio—. Nunca he apoyado ni aprobado la mayoría de las relaciones o decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. Así que llamaremos al abogado y haré que te divorcies de esa mujer llamada Cynthia Powell.

— ¿Qué?—casi se me sale el corazón—. Papá ¿Qué estas diciendo? ¿Acaso te molesto que me tomara fotos con ella en mi casa?

—John, por favor, si tienes algo de cordura, ve a revisar el periódico del día de hoy.

Me colgó de una manera brusca y grosera. Me puse mi bata de dormir, sentía como la sangre corría por mis venas. Tuve una sensación horrible, que me puso de mal humor. Llegue a mi buzón, recogí el periódico y el titular fue lo peor:

"Powell says: We are more popular than Mary Virgin"

¿QUÉ?

Corrí hasta mi habitación, me puse lo primero que encontré y salí lo más rápido de Kenwood, conduje hasta los estudios donde mi mujer estaba, no sé si estaba ahí o tendría que buscarla por todo el mundo, esto no se podía quedar así. Es imperdonable, no puedo creer que haya dicho algo así, eso es tan blasfemo, ahora entiendo porque papá se había molestado tanto, sus razones son completamente comprensibles. Si Cynthia no tiene un buen argumento, voy a divorciarme de ella.

Llegó a los estudios como una fiera, ni siquiera saludó o tomo la molestia de decir mi nombre, camino rápido y esquivando a todos, sostengo la nota del periódico con fuerza y la apachurro con odio.

Entro al estudio con odio, encuentro a las Beatlegirls tan felices y contentas. Por dios, yo que ellas ya hubiera echado a Cynthia de la banda.

— ¡A fuera!—grite cual jefe mandón—. Quiero hablar con mi esposa.

Jane, Pattie y Maureen me miraron con egocentrismo, pero entendieron el odio que refugiaban mis ojos. Cynthia ni volteo a verme, ella estaba más concentrada en encender su cigarro quemado.

Cuando nos quedamos solos, azote la puerta con rencor.

— Me puedes decir ¿Qué diablos te crees para hacerte el jefe?—tiró su cigarro y encendedor al piso, caminó y se paró frente a mí.

—Con gusto —respondí con rabia —. Pero primero quiero decirte que no eres más popular que la virgen María.

—Ah—supongo que entendió las razones de mi odio ciego—. Ya sabes.

—Sí, y quiero que me expliques porque lo hiciste—exigí.

—Yo no tengo absolutamente nada que explicar—dijo con autoritarismo—. Si leyeras más y fueras menos ignorante, entenderías.

—Quiero que te vayas a confesar—dije como orden.

—No eres nadie para ordenarme—frunció el ceño.

— ¿Que ha dicho Freda al respecto?—interrogue y sostuve su brazo fuertemente.

—Nada que te importe, deja de meterte en mis asuntos— se soltó bruscamente.

No lo tolero, no, siempre he recibido lo que ella quiere, golpes, malos tratos y una terrible indiferencia. Ahora ya no puedo seguir con esto, debo mostrar mi autoridad y ella su obediencia ¡Soy su jodido marido, no su sirviente!

Ella piensa que siempre me doblegó o no sé qué responder, pero se equivoca, ahora verá.

—Confiésate, pide disculpas o me voy a divorciar de ti.

—Ja—esa risita colmó mi paciencia —. Hazlo, tengo mejores que tú.

¡Maldita!

Tomo vuelo con mi mano, y hago algo que jamás pensé hacer.

Darle una bofetada a una mujer.

Cynthia me mira con sorpresa, se soba su mejilla a dolorida. Sus lágrimas sacan un poco de lágrimas. Me jala del cabello, pero esta vez lo evitó. Sostengo su brazo antes de que vuelva a golpearme.

— ¡Estás loca!—grito con recelo— ¿Cómo se te ocurre decir que son más populares que la madre del santísimo? ¡La madre de la humanidad!

—No—me interrumpe—. Mi madre se llama Lilian.

— ¡Cállate y déjame hablar!—establecí.

Ella quería golpearme, yo la detuve en todas las ocasiones, se quitó el tacón, se lo arrebate y lo lance lejos, quería jalar mi cabello, no se lo permití. Seguía y reaccionaba de una manera sumamente violenta. No quería rebajarme a su nivel, pero no me dejo otra opción.

— ¡Ya basta!—ahora yo jale un mechón de su cabello, dios no quiero arrancárselo, es tan lindo— Escúchame Cynthia, yo nunca he tenido problemas con tu ateísmo, pero ¡Por favor, respeta! Respeta mi religión, ¿Ya has pensado como se pondrán tus fanáticos? ¡Ellos son católicos!

—Saben que es cierto—su tono de voz se escuchaba orgulloso, yo la estaba lastimando, pero ella se hacia la fuerte —. ¡La virgen María es una pu...!

Antes de que dijera la blasfemia más grande escuchada, le di un fuerte puñetazo sobre sus labios que hasta la hizo sangrar. No puede ser, no me lo perdonare esto jamás.

— ¡Idiota!— la puerta se abrió súbitamente, eran las tres Beatlegirls y Freda. Fueron a detenerme y me alejaron de Cynthia. Jane y Pattie fueron a su auxilio.

—Esto es increíble—le reproche a Freda —. No puedo creer que hayas permitido esta barbaridad, es una grande ofensa a la fe católica.

—Estoy de manos atadas John, pero no me queda de otra. De todas formas—aclaró—. Ya no puedo hacer nada más que esperar la crítica del público.

— ¡Será un desastre!—reclame exageradamente, haciendo ademanes efusivos— Provocará la furia de las millones de personas, harán quemas de sus discos, los del Ku Klux Klan querrán asesinar a las cuatro. Retiraran sus sencillos de las radios y los discos de las tiendas, perderán fans ¡Cynthia! ¡Debiste tener conciencia de tus actos!

Mis puños seguían entre cerrados, Cynthia estaba sentada en la silla principal mientras Jane le ponía algodón sobre sus labios. Ninguna de las tres dijo algo, pero Maureen diría lo que me garantizó que la humanidad estaba pérdida en las manos de satanás.

—De hecho—dijo con pena—. Algunos periódicos y críticos ya han dado su opinión y nos han dado la razón.

— ¿¿En serio??—mi mujer y yo cuestionamos al mismo tiempo.

—Si—Pattie secundo aquella respuesta—. Es la verdad, los críticos más importantes del país ya han dicho lo que piensan. Todos sus comentarios han sido positivos, algunos porque cree que es una broma, otros por sencillamente decir la verdad. Las estaciones de radio también dijeron su opinión y son favorables. Las fanáticas nos aman más que nunca.

Es increíble, no puedo creer que la sociedad piensa que esta correcto o es una buena publicación. Cynthia se pasó de la raya y... ¿Le van a aplaudir?

Ya me imaginó, ¿Qué será lo siguiente? eh ¿Puedo decir que soy más popular que Jesucristo? Apuesto a que todo el mundo me aplaudiría.

—Eso es genial, la sociedad por fin se quita la venda de los ojos—dijo bastante cínica.

—Es un gran paso—Freda la apoyó—. No lo digo porque rechazaron la religión, sino porque la libertad de prensa ya no es un delito.

—Totalmente de acuerdo—Jane tomó una botella de vino y Maureen trajo copas.

—Hay que celebra—sonrieron contentas.

No puede ser... ¿En qué clase de mundo vivo ahora? Las mujeres son blasfemas, el mundo está satanizado, ¿Cómo dejar así a nuestra madre María? Es simplemente imperdonable.

—Pecadoras sin salvación—dije serio—. ¿Pueden imaginarse un mundo sin religión? ¡Por qué yo no!

Camine con frivolidad hasta la puerta, salí fuertemente, no quería escuchar nada de lo que dijeran ellas, pero por desgracia Cynthia dice:

—No se preocupen, ya se le pasará.

No querida, dudo mucho que esto se me pase, nunca podré olvidar lo que has dicho.

(...)

Llegue a mi casa intentando esquivar todas esas estúpidas preguntas de los camarógrafos, no quería responder nada, me sentía tan mal, estaba dividido entre seguir mis creencias o lo que realmente quería, no quisiera divorciarme de ella, pero es que a veces su actitud es tan reprobable.

Intento distraerme jugando con mis hijos, son la única alegría que tengo en mi vida, pero me lamentó tanto que su madre no esté con nosotros.

Son las nueve de la noche, y ya llegó el momento del cuento.

—Entonces—seguí relatando el cuento a Julia—. El pequeño lince intergaláctico subió por las praderas de la altiplanicie neolítica hasta lo más profundo de los mares, evitando y pasando por los fuertes aires árticos que pretendían darle "BAN" de la vida.

—Que cuento más feo, no te entiendo nada—dijo mi hija de cinco años.

Yo tampoco sé que es lo que acababa de decir. Cerré el libro, lo puse en el estante y Cynthia entró, así, tan deliberadamente, me miró con complicidad.

—Julia—toque su frente—Duerme cariño, mañana será otro día.

—Buenas noches papi—dijo alegremente.

Le di un beso en su mejilla, puse su lámpara de noche y apague la luz. Llegue al pasillo, Cyn solo me miró, sabía que es lo que quería, la seguí hasta el comedor, se paró justo frente mío, nos miramos débilmente, estábamos solos y listos para hablar como todo ser humano.

—Lamento sí lo que dije fue blasfemó—dijo para descongelar el momento—Es solo qué... así soy yo, pero tenías razón, debía respetarte.

—. ¿Pedirás disculpas?—pregunté animoso.

—Por supuesto que no, toda la gente me apoya, las fanáticas nos adoran más, la venta de nuestros discos se cuadriplico, los padres de las iglesias han ido en contra de lo que dije, pero las monjas han dicho que estoy en lo correcto. La madre superiora de la Liverpool Church me llamó en tarde diciéndome que los jóvenes nos respetan más que a la virgen María.

—Esto no puede ser posible—dije decepcionado.

—John—tocó mi hombro, esa es mi debilidad—. Yo no quería insultarte, y si lo piensas bien yo dije que éramos más populares, nunca dije que fuéramos mejores o más bondadosas.

—Es cierto—debía reconocer que yo también exageré mucho—. Pero es que papá, quiere que me divorcie de ti.

—Perfecto—dijo orgullosa—. Ahora John, quiero que me mires a los ojos y que me respondas ¿Te quieres divorciar de mí?

No pude decir nada, pero no, obvio que no quería.

—Pero—distrajo mis pensamientos—. Quiero que me contestes según lo que digas tú, lo que diga John Lennon, no lo que diga tu padre o lo que establezca la religión en la biblia, responde ¿Quieres dejar de ser mi esposo?

Siempre me he dejado guiar por lo que los establecimientos digan, por lo que las autoridades ordenen, pero ¿tomar esta decisión por mí? En verdad no puedo ni siquiera pensarlo, es tan complicado de decir, pero es que... no sé, debería, no debería. No John, no pienses en lo que "deberías" sino en lo... LO QUE QUIERES.

Sí, y definitivamente, no quiero divorciarme de ella.

—No—dije heroicamente y la abracé cual marinero con enfermera.

Alcé mis brazos, acerque a Cynthia hasta mi cuerpo hasta quedar totalmente pegados, la besé como nunca, esta mujer me vuelve tan loco, me saca de mis casillas, hace que su dulce aroma retunde por mi nariz todo el día, me encanta tocarle su fina espalda, que mis manos se deslicen suavemente hasta tocar sus glúteos, ella me besa con tanta pasión que hasta olvido la discusión de esta mañana. Pero me separa en seguida.

—John, usa condón.

—. ¿Qué? —exclame loco—. No pienso usar eso, esos métodos anticonceptivos son del demonio.

—Tienes que hacerlo—mostró uno de esos "globitos" sobre su mano—. No tienes otra opción.

—Tienen que ser los que vienen, atender a todos nuestros hijos, los que sean—soné algo machista—. Pero somos familia, quiero tener a muchos más pequeños.

—P-pero... John...

—Ya basta Cyn—dije y la avente al sofá, ella extendió sus manos—. Quiero tener a muchos hijos, quiero que todo sea natural.

Cerró los ojos, ya nadie dijo ninguna sola palabra, dejamos que las acciones salieran por si solas, ella me quitó mi camisa, yo su vestido, lanzó sus tacones al otro lado de la habitación, cuando estábamos desnudos, ella llegó al orgasmo rápidamente, yo sumergí mi rostro en sus prolongados y distintivos senos, mis labios amaban besarle sus glándulas, ella toco mi coxis y con delicadeza bajo hasta sentir mi trasero, era el momento más encantador de mi vida, si los matrimonios tuvieran sexo cada vez que tienen problemas, nadie se divorciaría.

Y eso es lo que quiero, yo nunca me quiero divorciar de Cyn, ella es la mujer de mi vida, no hay nadie más para mí.

#PreguntaBeatlegirl

¿Por qué John quería divorciarse de Cyn?

¡Quién responda correctamente se le dedicará el siguiente capítulo! ¡Gracias por su paciencia y por leer!

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