Paul McCartney's POV

Me despierto, a decir verdad no pude dormir bien, estuve toda la noche pensando, ¡Muy nervioso! Son las 7 de la mañana y en un par de horas comienzo con mi trabajo provisional de periodista, claro porque yo soy un actor. Muchachos, señores y hermosas damas, permítanme presentarme.

Soy James Paul McCartney, hijo de los importantes Mary y James McCartney, en pocas palabras son descendiente de la distinguida familia McCartney, una de las más importantes de toda Inglaterra, me encanta actuar, es mi vida, modelar en revistas para caballeros con la última de las modas, son refinado, fino y educado. Así que tomo este pequeño trabajo en un lugar para mi nivel, exactamente el Albert Hall de Londres. Mi hermano Mike es como yo, pero él es músico, yo no, tiene una banda con otro compañero y han tenido un éxito mediano, eso no me importa mucho a mí, quiero decir ¿Quién podría ganarse la vida tocando un instrumento? Purf... ¡Nadie!

Ahora sí, después de que los rayos de luz entraron por mi ventana, sé que es la hora especial, tengo carisma, una gran y hermosa cara, un cabello de rey, es obvio que me pondrán con alguien de mi calidad, de mi estatura, un verdadero artista de mi linaje.

Me pongo mi mascarilla en la ducha, me tardo como una hora para bañarme y frotarme mi delicada piel, porque sabrán que alguien tan hermoso y divino como yo no puede contagiarse fácilmente con cualquier jabón barato.

Me relajo mientras estoy en mi tina de baño, la espuma llega hasta mi cuello, cierro los ojos, como comprenderán estoy en una de mis facetas publicitarias más importantes de todas, es por eso que me dirijo para hacer las entrevistas y dar nueva imagen publicitaria de mí.

— ¡Paul! — escuche la voz de Mike, mi hermano. — ¡Sé te hace tarde!

Termine de enjuagarme, me seque con una tersa toalla y me pase horas frente a mi espejo.

¿Quién es hermoso? Me decía muchas veces, soy tan divino, todas las chicas se mueren por mí, yo estoy loco por toda clase de chicas, sean pelirrojas, pelinegras, pero me gustan más las rubias.

Ponía mi cremita sobre mis adorables mejillas, sonrió incomparables veces, me pongo el mejor traje que encuentro, uno siempre tiene que ser caballero hasta en los más últimos momentos.

Bajo al comedor, ahí está mi adorable y siempre fiel madre Mary, hermosa como siempre, Mike desayunando y mi padre leyendo las noticias, es una novedad verlo por aquí, siempre suele estar en su farmacia o su laboratorio, es un científico muy importante.

—Buenos días Paulie. — me dijo mi mamá feliz y le di un beso en la mejilla. — ¿Nervioso?

—Un poco. — sonreí acomplejado. — Bastante, sí.

—No te preocupes hijo, eres un galán y lograrás todo lo que quieras. — apoyo mi padre.

—Jajaja. — reí tímidamente. — Papá, lo sé.

— ¿No sabes con quien te enviaran? — pregunto Mike mientras bebía de su jugo de naranja.

—No. — dije y puse mi servilleta sobre mi cuello. — No tengo idea.

Llegó el momento que estuve esperando, después de desayunar, me levante, enjuague mis dientes y me fui, ya era tarde, me habían citado a las 9 de la mañana... y llegue a las 11. Jeje, es que ellos no entienden la importancia de ir bien arreglado ¿Qué tal si tengo que entrevistar a la mismísima Sara Dylan? Tengo que estar totalmente presentable.

—McCartney. — era la jefa publicitaria.— ¿Por qué dos horas después?

—Lo siento Liss. — hice mi sonrisa coqueta y encantadora para convencerla. — Sé me hizo un poco tarde.

—Ya me di cuenta. — Liss siempre se doblegaba ante mis encantos naturales, se sonrojo en cuanto toque su hombro.

— ¿Ya no hay nadie para entrevistar? — cuestioné preocupado.

—Mmm...— revisó su libreta. — Nadie para tu rango de principiante, pero siempre puedes obtener una ya sabes...— me dio un ligero codazo. — "Una prueba para el novato"

— ¿Cómo es eso? — vaya, eso llamaba mucho mi atención.

—Bueno...— Liss me miró felizmente. — Tendrás que ir a hacerle una entrevista a un verdadero artista de talla universal, alguien realmente famoso y polémico.

—. ¿Quién es? — soné totalmente interesado, si era mujer mucho mejor. — ¿Sara Dylan? ¿Priscila Presley? ¿Linda Leitch?

—Mmm... mejor que eso. — sabía que ella decía la verdad. — Me da un poco de celos, pero... ¡Con las Beatlegirls!

¿Q-qué? ¿Las Beatlegirls? ¿Ese cuarteto de chicas poco civilizadas y nada educadas de Liverpool? No... ¡No!

—Eh...— dije molesto. — ¿Con ellos?

—Sí Paul, si hubieras venido más temprano, hubieras ido con Linda Leitch.

— ¿No puedes ponerme con alguien más? — pregunte, realmente no me gustaría ir con esas 4 chicas que se ven tan poco finas.

—. ¿Quieres ir con las Rollingirls?

—N-no. — negué. — Para nada, ellas son peores.

—Entonces ve con las Beatlegirls, nada pierdes, en cambio si haces la entrevista, tu fama subirá a las nubes.

—. ¡Liss! — la seduje tercamente al mirarla. — ¿Estás segura que no hay nadie más?

—L-lo siento Paul...— ¡Maldita sea! Ella nunca me falla. — Será con ellas.

Farfulle molesto haciendo muecas y desagrado y tomé mi pequeña boina, encendí un cigarro y le pedí a nuestro chofer que me llevará al Albert Hall, lugar donde esas pequeñas músicas nada profesionales y desagradables en aquel punto estaban, todo el mundo las amaba y traía locos a todos los hombres ¿Cómo? Una con su inmensa familia, la otra con cara de tontita, una más con unos ojos de sapo azules... la única que es bonita es la pelirroja, pero se ve que es una doble cara, falsa e hipócrita. Igual, no me queda de otra Paulie, tengo que hacerlo.

Entre quitando al montón de hombres que estaban sobre mí, bueno quiero recalcar que yo no hice gran cosa, todo fue obra de mi chofer y guardia personal, este hablo con la representante de las 4 chicas, ni modo, tomó mi libretita, mi cámara fotográfica y me embarco a la acción.

Ahí estaban las 4 chicas, fumando un cigarro y con botellas en frente, se encontraban en su suite privada, riéndose estúpidamente, lucían muy bien, pero solamente alguien que les agradaba a la clase baja de Liverpool no pueden ser buenas, esas mujercitas son una verdadera amenaza para la clase burguesa, como yo.

—Chicas. — dijo la manager. — Él es Paul McCartney, actor de obras de teatro, series, películas y modelo, quiere hacerles una entrevista.

—Hola. — dije molesto.

— ¡HOLA! — saludaron estúpidamente y fingieron burlarse.

¿Estoy loco? Había planeado entrevistas para Sara Dylan o Priscila Presley pero ¡Para ellas no! ¿Qué debía preguntarles? ¿A cuánto la marihuana por gramo? N-no, concéntrate Paul.

—Que tal chicas. — me sente en la esquina del último sillón que me encontré. — Quisiera entrevistarlas.

—De eso ya nos quedo claro. — creo que era la líder que me hablaba, tenía unos dientes perfectos, era rubia natural y sus ojos eran cafés. — ¿Quieres? — ¡Iugh! Me ofreció de su cigarro.

—No... gracias. — decline. — Muy bien, empecemos. — suspire.

¡Cada respuesta era más tonta que la anterior! Uno que quiere ser serio, pero ¡Simplemente son maravillosas y me provocan tantas risas que mi estómago va a reventar! Son sumamente divertidas, me encanta como la rubia de ojos azules y zarcos sonríe, ella es la más bonita de las 4 ahora que lo veo bien, se llama Pattie Boyd. Son muy graciosas y fenomenales las chicas, debo de admitir que las juzgue y las mal critique sin sentido ni manera alguna, no tengo justificación y lo admito.

—Bueno. — sonreí, hace tanto que no lo hacía sinceramente (más que cuando me miraba en un espejo. — Creo que hemos terminado la entrevista.

—Tengo una pregunta para ti, supongo que como todas hemos respondido las tuyas, te toca a ti responder las nuestras ¿No? — Cynthia Lennon, la única casada me hizo una singular proposición.

—Mmm...— dude. — Claro, háganme las preguntas que quieran.

—. ¿Cómo se masturban los hombres? — ¡AY! ¿Qué? No puedo evitar apenarme después de que escucho semejante pregunta de Cynthia.

Me sonrojo totalmente, mis mejillas están rojitas y mis ojitos caídos ¿Qué le respondo? ¡Ni siquiera yo sé cómo se masturban los hombres? D-digo... ¡Soy un caballero! Jamás cometería esa aberración de masturbarme.

—Estemmm... eh... no lo sé. — admití con pena.

— ¿Acaso no eres hombre? — demonios, Cynthia es demasiado juguetona y la más terca de las 4.

—Shh...— la bella Pattie la silencio. — Ya te respondió, es mi turno de preguntarte algo.

—Claro. — sonreí de mejilla a mejilla.

— ¿Te casarías conmigo?

¡Si tuvieran que pagarme por las veces que me he sonrojado el día de hoy tendría DOS monedas! Es evidente que es una broma, pero ¡una chica está proponiéndome matrimonio! ¡Me hace sentir demasiado nervioso!

—No. — dijo Cynthia de nuevo. — Cásate conmigo.

—Tú ya tienes esposo. — Pattie le dio una palmada en su hombro.

—Puedo tener dos. — hizo muecas divertidas.

Al principio tenía mucho miedo de lo que ellas decían pero ¡Al final me divertí como nunca! Entre en una confianza sorprendente con quien nadie más había tenido ¡Son unas chicas fabulosas!

—Cásate mejor conmigo. — dijo la tímida Maureen, ella no había hablado durante todo el tiempo pero sus ojos me gustaban mucho.

—Jajaja, me casaría con las 3 si se pudiera. — como había dicho, ellas sacaban un lado de confianza impresionante para mí, Pattie no dejaba de verme, de todas aquellas la que menos se reía era la hermosa pelirroja Jane.

— ¿Cuál es tu pregunta? — Cynthia le hizo una mirada de complicidad a su amiga.

—Bueno...— Jane dijo tímida. — ¿Puedo acompañarte hasta tu casa?

De todas las que me habían dicho, esa sonó muy seria, ella estaba como yo, chapeada de las mejillas, con unos ojitos color avellana que me daban mucha ternura, su nariz se respingó al igual que la mía, su cabello rojo era tan suave, sus amigas comenzaron a reírse, lo cual me hizo pensar que era una broma.

—Sí. — dije para silenciar las risas.

Cynthia, Pattie y Maureen se callaron en cuanto escucharon esta respuesta, Jane alzó la mirada y sus ojos destellaron mucho brillo, me levante del sillón y le guiñe el ojo, era mi prueba y señal de que la estaba esperando a mi lado. Ella también se levantó, tomó su abrigo café acompañado de su bolso de mano.

— ¿Te esperamos para la cena? — pregunto de nuevo Cynthia, la más graciosa y espontánea.

—Jajaja. — se paró a mi lado. — Tal vez.

Salimos de la pequeña suite donde las Beatlegirls estaban descansando y pudimos escuchar unos ligeros gritos que proclamaban una relación en burla, muy serio todo aquello, me divertí bastante y salí tomado de la mano con Jane, ella conocía una salida muy conocida y particular. Le pedí a mi chofer que me dejara conducir, necesitaba verme como un macho alfa que daba todo por su mujercita invitada, entramos a mi automóvil.

—Pensé que era broma. — dije para romper el silencio.

—No. — sonrió tiernamente. — Claro que no, vamos al parque.

—P-pero... debes regresar ¿No? — me preocupaban sus compromisos.

—No necesariamente. — me guiño.

Fuimos al parque, pero no pudimos salir porque había un montón de fanáticas detrás de nosotros que corrían y perseguían al automóvil, soy muy tonto para manejar, pero por ella y por mi apariencia de hombre derecho tuve que ingeniármelas para llegar al parque. Una vez ahí nos quedamos en el automóvil, durante todo el trayecto no hice nada más que hablar con la dulce y adorable Jane, ella es diferente a las demás, ella es educada y me encanta la manera en la que usa su gorrito sobre la cabeza, no se puede resistir ante mis encantos, ni yo a los de ella, siento que es mi alma gemela pero ¿Qué carajos Macca? ¿Por qué hablas así de una chica que acabas de conocer? Peor tantito ¡La estoy besando!

—Esto no está bien. — me separé. — A penas te conozco.

—Sé mi novio. — dijo sin predisposición. — Eres demasiado hermoso.

—Mmm...— puse mi mano sobre la mejilla. — Eres hermosa, yo soy un galán, hacemos linda pareja así que ¿Por qué no?

Jane y yo nos besamos y platicamos juntos hasta el anochecer. ¡Es fabuloso! ¡Iba para publicidad para mi imagen y termine siendo novio de una Reina de Liverpool!

*****************************************************************************************************

#PreguntaBeatlegirl.

Nuestras chicas se pasaron de trolls pero díganme ¿Qué preguntas le hicieron al pequeño Paulie?

¡Ya saben que quien conteste correctamente se le dedicará el siguiente capítulo! Gracias por leer :3