La decisión
N*A
¡Hola chicas bonitas! ¿Me extrañaron? 7u7
Tenía tres fanfics para estrenar (más, pero ellos fueron los semifinalistas, lol) Entonces pregunté en mi página de facebook y la segunda parte de está gran historia fue la ganadora. Les juro que no sabía de que manera continuarla, hasta que comí unos doritos y un vive 100 y me dio acción turbo para continuar.
Estrenaré otro en un par de semanas, así que estén pendientes.
Sin más, pueden leer ;)
"The Beatlegirls Anthology" intentó contar todo lo posible respecto a la historia de la mítica banda femenil "The Beatlegirls", pero dejó muchos puntos en blanco y cosas sin contar. ¿Por qué? Si alguien se enteraba lo que hicieron las Beatlegirls sobrevivientes, sería un gran escándalo. No me queda mucho de vida, son comienzo del año 1998 y siento que si no cuento esto... no podré vivir en paz. Están escuchando en este momento mi voz, soy James Paul McCartney y sabrán algo que perturbará y trastornará sus vidas completamente.
Todo esto empezó la madrugada del 10 de diciembre de 1980. Jane y yo dormíamos en nuestra cama matrimonial, había tenido un sueño muy pesado, por lo tanto, pocas cosas podrían despertarme. Eso fue posible gracias al ensordecedor grito de Jane.
— ¡NO!—se exaltó, provocando mi pánico.
— ¿Qué pasa, Jane?—la acaricié en la espalda e intenté calmarla.
—Tuve un sueño horrible, soñé que John llamaba triste y confundido. ¡Nos decía que Cynthia había muerto!
Tuve un nudo en la garganta al decirle:
—Jane, no fue un sueño, Cynthia murió en verdad.
Su mirada decaía y empezaba a llorar inconsolablemente sobre mi hombro. Aquella terrible pesadilla se repitió constantemente por varios meses. Era Jane que no podía asimilar que en verdad... Cynthia había muerto.
1981 llegó más rápido de lo que creía. Cuando fue el primer aniversario de la muerte de Cynthia; Jane, Pattie y Maureen fueron a dejarle flores en su tumba.
—Un año ya—dijo Pattie con melancolía—, y no sabemos nada, nada.
—John es el más trastornado—señaló Maureen—, y no es para menos, fue un trauma bastante grande para él y su familia.
—Y para mí—Jane lloraba—. Chicas, no podemos dejar pasar esto, tenemos que descubrir quién fue el hijo de puta que levantó el gatillo contra Cynthia Lennon y hacer que pague.
—Pero Jane, la policía ya está investigando y nada, no podemos intervenir.
— ¡Al carajo la policía, Maureen!—gritó con dolor— Esos cerdos no van a deducir nada. Nosotras tenemos que investigar y torturar al vil asesino.
—Cierto—apoyó Pattie—. Voy contigo. Pero ¿Dónde empezar? Cynthia ya no tenía enemigos.
—Se me ocurre alguien que puede saber.
Y así, las tres chicas fueron al departamento que Yoko Ono, su hija Kyoko y su marido Anthony Cox compartían. La japonesa fue la primera en atenderlas:
—Jane, Pattie, Mo', amigas mías. ¿Qué las trae por mi residencia?
—Yoko—Jane fue al grano—, no sabemos quién fue el hijo de puta que mató a Cynthia. ¿Tienes idea de quién pudo haber sido?
—No, no chicas. Lo siento, durante ese periodo, yo vivía con Anthony y Kyoko en Japón, me enteré por la TV y fue desgarrador, que mal.
—Bueno—dijo Pattie—, gracias Yoko.
——Pero díganme. ¿La policía no está investigando?
—Sí—respondió Mo'—, lo hace, pero no nos dan resultados ni sospechosos. Eso no nos detendrá para descubrir al asesino.
—Buen argumento, amiga—dijo—. Pero yo sinceramente no tengo idea de quién habrá sido.
Ellas se fueron de la residencia Cox-Ono y caminaron tristemente por la ciudad, estaban deprimidas, pero no se darían por vencido.
—Chicas, díganme paranoica. Pero estoy 1000% segura de que Linda Eastman tuvo algo que ver.
—Pero ¿Por qué ella? —preguntó Pattie— Nosotras ya no teníamos ningún problema con Linda o Yoko.
—Dah, Pattie, ¿Naciste ayer? Con ellas no, pero con Roberto Bassanini sí, él era su cómplice, estoy casi segura de que ese trio tuvo algo que ver.
—Bueno—dijo Pattie—, vamos a casa de Linda.
Llegaron a la residencia de Linda, su marido Joseph See y su hija Heather. Linda hacía de cenar cuando las recibió.
—Hola amigas, adelante, pasen, pasen por favor.
Las tres chicas entraron con incomodidad y junto con Linda tuvieron un buen té.
—No pude darles el pésame, lo siento, soy muy sensible ante estos temas. No quería molestar.
—Hace un año, no han encontrado a ningún sospechoso—dijo Jane, molesta y ojos cansados—, ¿Teorías?
—El gobierno—dijo Linda—, Cynthia siempre fue una rebelde que rompió con los esquemas del machismo injustificado, además sus protestas y todo eso. Sin duda, representaba un problema para ellos y el sector burgués de la población.
— ¿Tú crees que fue el gobierno?
—Absolutamente.
Jane quedó callada, Pattie y Maureen también, pero estas últimas no iban a esperar la reacción tan súbita que tendría mi señora esposa.
— ¡Mentirosa!—la sostuvo del cuello— ¡Gran argumento! ¿Por qué sabes tanto? ¡Porqué tu tuviste mucho que ver! ¡Tú asesinaste a Cynthia!
—Arg... suéltenme, suéltenme—decía ella.
Jane estaba estrangulando a Linda, Maureen y Pattie la sostuvieron perfectamente y detuvieron la pelea, Linda no podía respirar y Jane irradiaba rabia combinada con lágrimas.
— ¿Cómo puedes decirme esto? ¡Esto me duele tanto o más que a ti!
—Mentirosa de mierda—Jane seguía gritando— ¡Tuviste algo que ver! Estoy segura de eso.
—Suficiente—dijo Pattie y entre ella y Maureen empezaron a sacar a Jane de la casa—, vámonos, vámonos.
Las dos amigas arrastraron a mi pobre esposa hasta a fuera de la residencia y la obligaron a caminar kilómetros antes de poder soltarla. Llegaron al buzón de correos y Jane se desparramó hasta empezar a llorar sin poder contenerse. Pattie se arrodilló, la abrazó y lloró también. Maureen quería imitar su acción, pero ella solo sacaba lágrimas discretas.
—No puede ser cierto, no, no, ¡NO!
—Jane, Pattie—dijo Mo'—. Afrontémoslo, no vamos a llegar a ningún lado.
—Es cierto, esto es absurdo. Bueno, no llegaremos a ningún lado si Jane se dedica a gritar como loca y culpando a personas que no llegan ni al grado de sospechosos—dedujo Pattie.
—Es cierto—Jane se levantó del suelo y Pattie siguió después—, tienen razón—limpió sus lágrimas—. Esta es una nueva guerra, el enemigo no lo sabemos, pero lo descubriremos.
—Es absurdo, Cynthia era la cabeza de todo esto, la que daba las órdenes y sabía qué hacer. Era claro que ella era la maestra y nosotras sus estudiantes inútiles—dijo Maureen conformada.
—Pero Mo', recuerda los principios de todo buen maestro. ¿Cómo es? Fácil, tienes que superar al maestro, si no lo haces... ¡Te reprueban! Tienes que ser mejor que ellos.
—No entiendo...
—Es obvio—dijo Jane con aires de grandeza—. Cynthia no descansará en paz hasta que su asesino no esté tras las rejas, ella está esperando a que NOSOTRAS la superemos. Y ¿Saben qué? Eso haremos, no nos podemos dar por vencidas. Y concuerdo con Pat', no vamos a lograr nada si la tal Jane sigue con ganas de estrangular a rubias taradas...
—Eh...
—Sí, yo soy Jane, ya me di cuenta.
—Está perdiendo la cabeza...—susurró Pattie.
Esa noche, Jane llegó a nuestra casa después de varias semanas en que acababa su disco. Yo me dedicaba a descansar, leer y cuidar a nuestros hijos como es necesario. Pero desde que me contó ese momento, yo sabía que las cosas no iban a salir bien.
—Paul, tenemos que reunir a la mayor parte de gente. Creí que si este era un trabajo de las tres Beatlegirls todo sería más fácil, pero los necesitamos a ustedes también.
— ¿Para qué?
—Tenemos que descubrir al asesino de Cynthia, te necesitamos a ti, a John, a George, y hasta Ringo si es necesario.
Mi hermano Mike sabía de un detective que tal vez nos podía ayudar a resolver el caso, era privado y no se regía bajo las leyes de la policía, debía decírselo antes de que hiciera una locura.
—Jane, hay un foráneo que nos puede ayudar. Se llama Angus McElFatrick y es un detective muy bueno que resuelve casi todos sus casos.
—No los necesitamos. ¿Sabes que he pensado? Si yo no hubiera sido artista, probablemente me hubiera ido a la escuela policial. No voy a dejar perder esto, ¿Comprendes? Este trabajo es de Jane, Pattie, Mo', John, George, Ringo y Paul, de nadie más. Nosotros vamos a demostrarles a todo el mundo que quién se mete con una Beatlegirl... lo paga, y muy caro.
—Jane, creo que te estás sobre exaltando.
— ¡NADA DE ESO!—gritó y pegó su puño en la mesa de noche— ¡No hay nada que decir! La decisión está tomada, vamos a descubrir al asesino de Cynthia Lennon así sea lo último que hagamos.
No pude decir nada, Jane siempre tenía su porte de señorita perfecta, refinada y educada que no mataría a ningún mosco, pero verla tan salvaje, decidida y con aires de venganza fue algo raro y excitante. ¡Hasta a mí me dieron ganas de entrar a esa loca aventura!
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#PreguntaBeatlegirl2
Según Linda, ¿Quién mandó a matar a Cynthia?
Ya saben, la que responda correctamente se le dedicará el siguiente capítulo 7u7
Gracias por leer y pasen la voz de que las reinas han vuelto 7u7
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