Infidelidad

N*AS

¿Escribes algún fanfic de Paul? Ve a la página de facebook: "Yo adoro a Paul McCartney" y checa esto:

*OJO: Se escogerán a los mejores. Y aparecerán en la portada de la página.Se darán créditos, para más información, favor de ver los requisitos en la página.

PERO Si escribes de The Beatles, John, Ringo o George, ¡No te desanimes! Mira la publicación en Grace Lennon McCartney

Ahí ya dice todo. Si comentas tu fanfic en la de arriba IIII, voy a reaccionar a él en mi vídeo de fin de año!! Por favor, revisar las publicaciones de la página para evitar algún inconveniente.

Sin más, pueden leer :)

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Jane no era de esas personas que solía estar lista con rapidez, y mucho menos, que se preparara tan bien para asuntos normales y corrientes. Pero me sorprendió ver la manera en cómo se alistaba para ver al jodido de McElfatrick. Se fue justo a tiempo y lucía bastante hermosa.

—Tengo miedo—le confesé a John.

Estaba reunido con John, George y Ringo. Habíamos quedado de tomar un café a fueras de la ciudad, en ese momento de mi vida, realmente no tenía idea de que podría reunirme con ellos. Al principio, cuando los conocí, se me hicieron los tipos y sujetos más arrogantes y pobres del planeta. Pero toda esta aventura con las Beatlegirls y por ende, Jane, me ha servido mucho para replantearme la idea de que debo de dejar de juzgar a las personas por su apariencia, nombre o descendencia.

—No debes preocuparte, Paul—dijo John con cariño—, estoy seguro de que nada malo pasará.

—Pero no me entiendo o explico, ¿Por qué solamente quiere verse con Jane?

—Debe de ser un experimento o algo así—dedujo George—, porque le ha pedido lo mismo a Pattie.

—Bueno, por lo menos sé que no estará sola.

Nos quedamos viendo, yo tomaba tranquilamente mi té. Pero John y George no sentían la misma tranquilidad falsa que sentía yo.

—Paul... eso tampoco alienta mucho a las personas.

—Lo sé John, lo sé—admití.

Fue un buen momento agradable y de calidad que viví con los chicos. Tomamos un buen cafecito, pan acaramelado y jugamos un poco de golf. ¿Quién lo diría? Con los sujetos que me llevaba mal hace 20 años... ahora somos grandes amigos.

—Somos un gran equipo—dijo Ringo.

—Demasiado...—dije sonriente.

Los tres chicos me acompañaron en esos momentos de frustración interna que sentía. Platicábamos, bailábamos, comíamos y disfrutábamos de un buen rato de hombres. Pero no sé... como que John lucía más cercano conmigo. Es uno de mis mejores amigos que he tenido en el mundo, pero sentía que su actitud era un poco extraña.

—Ya son las 7, tal vez Jane ya llegó.

—Tal vez Pattie ya llegó—siguió George.

—Nos quedaremos más tiempo—dijo Ringo. En ese momento, nos encontrábamos en un bar— ¿O no, John?

Como que John hizo gestos de maldad para sus adentros y musitó con desconfianza.

—Lo siento Rich, me siento cansado.

—Dale, que mal. Entonces si ustedes se van, yo me voy.

John es el mejor para conducir por su vista de halcón. Me senté en el copiloto y George y Ringo lo hicieron en la parte de atrás.

—Si quieres, déjame en la parada del bus.

—No tengo problema en dejarte hasta tu casa—dijo amablemente.

¡Wow! Pero ¿Por qué Lennon se comportaba tan eficiente conmigo?

—Gracias...

—Ya que andas de chofer—dijo George en broma—, haz lo mismo con Ringo y conmigo.

Era raro ver a John molesto, generalmente, era de esas personas que se mantenía al pie de la letra y muy paciente. Pero ver como se enojó con George, era terrorífico. Más que nada, porque fue demasiado discreto como para admitirlo.

—Es que la casa de Paul queda más cerca...

—Joder, John ¡Vivo frente a ti!—dijo George enojado.

—Mmm... pero iré a dejar a Paul.

—Paul vive hasta el centro de Londres, ¡No jodas! Tú y yo vivimos en Weybridge.

—Y yo en East Sussex—agregó Ringo.

—Joder, ¡Basta!—gritó enojado— George, Ringo... ¡Ustedes no sienten el dolor emocional de Paul!

—Te reitero que yo sí—intervino George—, mi esposa también está con ese sujeto.

—Pero George... Pattie no está como loca buscando al asesino de Cynthia, Jane sí. Y por eso, Paul no puede estar en paz o dedicarse a sus hijos. ¿Quieres ser un poco más consciente de su sufrimiento?

No era necesario que John me viera con tanto masoquismo y lástima. No dije nada y George se quedó callado.

John los dejó en la parada del autobús, mientras que conmigo, condujo hasta Londres. Hasta Cavendish Avenue. No quise decirle nada, quedamos callados y él solo se mantenía con la vista concentrada en su volante. Me sentía incómodo, pero a la vez, feliz.

Llegamos a mi casa, salí, no sin antes darle las gracias a John.

—Gracias John—dije a través de la ventana.

—Cuando quieras, Paul—se despidió con un apretón de manos.

Yo asentí ante su petición de estrechar nuestras manos. Pero no me soltaba, me sujetó firmemente, como si quisiera que me quedara más tiempo. Tuve que soltarme a la mala y caminé discretamente a mi casa. John no se fue hasta que yo entré.

En la sala, estaban mis dos hijos viendo televisión, comían palomitas y bebían refresco. Yo me paré frente a ellos.

—Maurice, Pauline—dije firme— ¿Su madre ya ha vuelto?

—Sí, está arriba—dijo mi hija, sin quitar su vista del aparato tecnológico.

—Oigan ¿Y James?

—No sé, no volvió desde que se fue a la escuela—respondió Maurice.

—Oye, un momento... ¿Qué le pasó a tu ojo?

Me paré frente a la televisión y sostuve con delicadeza su cara. Tenía el ojo morado y varios golpes en su rostro.

—Nada—se hizo de lado—, nada importante.

—Estábamos jugando—intervino Pauline—, y eso pasó.

—No creo que tengas suficiente fuerza como para hacerle semejante chichón—dije desconsolado.

—Es que fue del accidente... nada grave.

— ¿Seguro?—pregunté con el ceño fruncido.

—Ostia padre, ya te he dicho que sí. Ahora quítate, no nos dejas ver.

Maurice y Pauline siguieron pegados a la televisión. Suspiré y subí discretamente las escaleras.

Llegué a mi cuarto, pensé que encontraría a Jane feliz, reluciente o deductiva después de su misteriosa reunión con Stevens. Pero no, fue justamente lo contrario. Estaba acostada en su cama y lloraba deliberadamente.

—Jane, querida. ¿Qué te pasa?

Ella sollozaba como monja cuando escucha la palabra "Pene", se recostó en mi tórax unos minutos, para después, quitarse súbitamente. Se levantó de la cama y seguía limpiándose la nariz. Yo no sabía qué hacer, lo más probable es que McElfatrick haya tenido algo que ver.

—No me digas que ese estúpido te hizo algo...—dije enojado.

Ella seguía llorando y no respondía mis peticiones.

— ¡Jane!

—No ha sido él, carajo—se limpió—. Es un caso muy complicado, y te lo tengo que contar. No te puedo mentir, has sido un excelente marido durante este tiempo. Sería injusto que yo te mintiera.

—Jane... dímelo...

Ella contó su encuentro con McElfatrick:

—Llegué a su casa con normalidad. Su esposa, una bonita morena de cabello negro salió y me miró, se pasó de largo, no me dijo ningún saludo. Yo entré. Angus estaba en su sillón, viendo el partido futbol y tomando una cerveza.

Hey, hola Jane—dijo al verme entrar.

Hola Angus—respondí.

Pasa, pasa, toma asiento.

Lo hice, estábamos un poco alejados, pero no tanto. Seguía viendo su partido y no hacía otra cosa más. No quería mostrarme interesada o desesperada, así que hice un intento de conversación:

Mmm... ¿La que salió es tu esposa? —cuestioné.

Sí, se llama Rita. —dijo seco.

Miré la televisión para ver los resultados. Un pequeño puberto de 12 años salió del baño. Era exacto a Angus, tenía pecas rojas, cabello de ese color, ojos color verde avellanay una piel blanca como la leche.

Buenas tardes—dijo y se fue tímidamente.

Es...

Mi hijo—dijo Angus—, se llama Maurice. Maurice McElfatrick.

Wow... ¿Cómo el mío?

Sí. Bueno, el nació en 1973 y el tuyo en 1967, ¿No?

Sí... creo que sí—me sentí avergonzada, no podía aseverar eso.

Ah, por eso. Desde que vi la noticia del nacimiento de tu segundo, escuché ese nombre y fue lo más bello que oí. Por eso le puse así; Maurice.

Es un halago—sonreí.

Pasaron los minutos, Maurice McElfatrick se fue de la casa y nos dejó a Angus y a mí completamente solos. Eso me dio mucho miedo, y más, porque el partido acabó y finalmente, Angus entabló una conversación.

Ya, listo.

Dime, ¿Por qué la sesión nosotros solos?

Jane, ya tengo al culpable—dijo y se quitó su corbata.

¿En serio?—reaccioné espantada— ¿Quién es?

John Lennon, no hay duda de ello.

Angus, por favor, no digas locuras. John amaba a Cyn... lo que dicen son tonterías.

No lo son. Tiene mucho sentido—explicó—, lo deduje después del enfrentamiento con Roberto Bassanini, este último dijo que John intervino entre Cynthia y él. Por lo tanto, si Cynthia se moría ¿Quién se quedaba con sus millones?

Angus, es una estupidez. John y Cynthia se divorciaron brevemente en 1970.

Porque lo de ellos no daba para más. Eso era obvio, si Cynthia moría en ese lapso de divorcio, no le correspondería mucho y todo quedaría en brazos de sus descendientes. Por eso, no mataron a Cyn antes. Estuve investigando, y Roberto era un "manda más" con Cynthia. John ¿Crees que él sea cobarde o fácil de manipular?

No lo sé—dije nerviosa—, probablemente.

¡Por supuesto que no! —exclamó con enojo—, sólo se comportaba así con ella para que Cynthia se diera cuenta... ¿A quién iba a preferir? ¿A un hombre mano de dura y hierro o a un bobalicón que se dejara mangonear? ¡Al segundo, evidentemente!

Eh...

Por eso, John llegó en ese momento adecuado. Cynthia dedujo que no quería nada más con Roberto y apareció el pobre y pequeño "cachorrito" ¡Patrañas! Puros inventos de una mente criminal y maestra. Y para no levantar sospechas, lo hizo en el ferviente año de 1980.

Responde una cosa, cerebrito—dijo Jane con enojo—, entonces... ¿Por qué John tendría razones para detener el gran encuentro de las Beatlegirls si con eso, se podía beneficiar más?

Beatlegirls es igual a engaño. Si Cynthia salía de gira, conocería a alguien más, olvidaría a John y eso... mi querida Jane, era sinónimo de perder tiempo y el matrimonio.

Y...—dije sorprendida— ¿Qué harás?

Empezar el trámite legal contra Lennon.

¿QUÉ? Las palabras de Jane me congelaron completamente, ¿Qué se creía ese estúpido de McElfatrick para demandar a la gran persona que era John? ¡Nada! No iba a permitírselo.

—Vale Jane, ¿Eso fue lo malo? No podrá, sus argumentos son estúpidos. No permitiré que se le acerque a John por nada del mundo.

—No... no... ¡No lloraba por eso!

—Entonces, Jane querida... ¿Por qué lloras, mi amor?

—Porque...—sollocé— ¡Te he sido infiel con Angus! ¡Me acosté con él!

Jane siguió llorando más de lo que yo estaba. Sentí un fuerte pinchazo en mi corazón y un dolor inmenso por toda mi espalda. No podía creerlo, no dije nada y salí de mi cuarto. Bajé las escaleras... y salí de mi casa.

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#PreguntaBeatlegirl2

¿Cómo llamó Angus a su hijo?

Ya saben, quién responda correctamente, se le dedicará el siguiente capítulo.

Gracias por leer :)

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