Búsqueda


Capítulo dedicado a: @@dianabananaslocas.

******************************************************************

Me quedé sorprendido por varios motivos:

1) Oficialmente, George se había vuelto completamente loco.

2) ¿Qué tan idiota podía ser un chico de 15 años para dejarse secuestrar?

—P...pero ¿Por qué?

—Angus secuestró algo que amamos, es nuestro turno.

El pobre hijo de McElfatrick se quedó tieso y sin palabras para decir, estaba aterrado, y podía notar que en su rostro lucía muy temeroso, además de nervioso.

—Eh... hijo, ¿Conoces porque hicimos esto?—George habló en plural.

— ¿Por qué son malos?—cuestionó Maurice.

—No, no...

—Porque usted me prometió helado gratis.

—Es un idiota—susurró Ringo entre risas.

—Bueno... en parte.

—George, lo que hiciste fue algo demencial y estúpido—dijo John molesto—, ¿En qué cabeza cabe secuestrar a un adolescente de 15?

—. ¿En qué cabeza cabe estafar y chantajear a las Girls sobrevivientes?

—Papá no hizo nada malo, fueron ellas quiénes querían ir—dijo Maurice en tono infantil.

¿Qué qué de qué?

—Espera un segundo...—fui con Maurice— ¿Por qué dices eso?

—Ellas viven muy felices, sacan discos y cosas por el estilo.

—Entonces... ¿Tu papá no las hace sufrir?

—No...

—. ¡Y nosotros aquí perdiendo el tiempo!—gritamos al unísono.

La verdad es que para esta clase de cosas, uno ya no podía saber si decían la verdad o no. Sencillamente, todos estaban mintiendo.

—No puedo creerle—dijo Ringo indeciso.

—Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad—dije deprimido.

—Pero él no es un niño, es un adolescente moldeable, e igual de corrupto que su padre—señaló George.

Los cuatro miramos a Maurice con presunción, como si el no quisiera creer que en verdad estaba confrontado o atrapado, era algo que no le pasaba por su cabeza, porque lucía más normal y certero. Sin notar que... estaba secuestrado.

—Bueno niño, siéntate, Ringo... pásame la cuerda—dijo George.

—No, no espera... ¿Qué harás? —lo detuve.

—Digo... Paul, él está secuestrado. Si su padre trata como unas diosas a nuestras mujeres disque "amordazadas", ¡Yo no!

—Papá dice que las debo de tratar con respeto, son las reinas... de Liverpool—dijo Maurice alegremente.

—Tu padre es sabio—Ringo trajo la cuerda.

Yo ya no sabía que decir o hacer, simplemente, esto se había salido de control. Maurice se sentó en la silla más cercana y George empezó a hacer el trabajo sucio al comenzar a amarrarlo, él estaba normal, para lo grande que ya era... ¿No debía reaccionar violentamente o algo así?

Ringo apoyaba las locas decisiones de George, pero... ¡Yo no! Y mucho menos John, que observaba igual de aterrado que yo.

—Dime George, ¿Cómo supiste esto?—preguntó John preocupado.

—Pues... ayer revisamos todo lo de Angus, y ahí vimos la colegiatura que tenía atrasada y pagó. Fui a la entrada de la escuela, le dije que le daría chocolates en mi coche, lo até a una bolsa de patatas y... ¡Helo aquí!

—Vaya... que interesante—dijo consternado.

—Hijo, soy adivino, tu padre te meterá a la escuela de criminalística.

—Pero yo quiero ser...—Maurice no pudo a completar su oración, porque en ese momento...

¡Se escuchó una sirena! Pero no era la de policía... reconocería ese ruido en otra parte.

— ¡Harrison! ¡Devuélveme a mi hijo!—una voz furiosa se oía a través de un megáfono.

George dejó de atar a Maurice y quedó totalmente congelado. Ringo, John y yo fuimos a asomarnos a la ventanilla de la puerta. En un coche blindado, estaba Maurice, su esposa Rita, y a su lado... Jane, Pattie y Maureen completamente amordazadas.

—. ¿Qué? P-pero... ¿Quién le dijo que fui yo?—cuestionó aterrorizado.

—Eres el más loco, no iba a ser trabajo difícil—dijo Maurice en broma.

—No se lo daré... Ringo, ¡El arma!—ordenó.

—No tenemos arma, George.

—Mierda...

Nos quedamos paralizados sin saber qué hacer... sentíamos que si nos quedábamos quietos todo pasaría, pero la amenaza de McElfatrick iba muy en serio.

—. ¡George Harold Harrison!—gritó otra vez— ¿No escuchas? ¡Dame a mi hijo!

—Paul, la casa es tuya... dile que no hay nadie.

—George, basta... con estás cosas... sólo perdemos tiempo y no podemos entregar nada—dije vencido.

—. ¡HAZLO!—ordenó lleno de furia.

Salí lentamente de mi casa con mis manos arriba, Angus apuntaba directamente a la entrada del hogar. Rita McElfatrick amenazaba a las otras Girls con una pistola más pequeña.

—Angus... ¿Qué locura es está? George no está aquí.

—. ¿Crees que soy idiota? ¡No lo soy! Sé que tú y los otros gallinitas están en mi casa, pero... ya que estás aquí—Angus se puso a lado de Jane y la sujetó del cuello—, si no vas... y le dices a George Harrison que salga con mi hijo... voy a hacer que las Beatlegirls tengan una reunión, ¡En el cielo!

¡Tenía que pensar en algo urgente! No podía doblegarme y darme por vencido tan rápido. ¡No lo iba a permitir! Tenía que sacar algo de provecho.

—Angus... antes de eso, dime de una jodida vez, ¿Dónde está mi hijo James?

—Según lo que dijiste tú... ¡Con Yoko Ono! ¿O no?

—Por favor... ¡Paremos está locura! George es capaz de clavarle un tenedor a tu hijo, ¿Vas a sacrificar la vida de tu retoño de esa manera?

—Por eso mismo, si él le hace algo... ¡Yo mato a las tres!

No sabía de qué otra manera negociar con él, así que Ringo salió en mi defensa y soporte.

—P-pero... ¿Por qué? Nosotros no sabemos dónde está tu hijo.

—Eres un maldito metiche, Starr—dijo Angus enojadísimo—. ¡Tú ya ni eres un Beatleboy!

—P-pero... ¡Amo a la madre de mi hija!—gritó, pero a Maureen le seguía importando un comino.

—Ya lo he dicho... ¡Maurice aquí o tendrán tres cadáveres!—volvió a gritar.

—Espera... Angus, ¡Un trueque!—era mi última alternativa— Las tres chicas por Maurice, ¡Vamos! Él es un jovencito, ¡Tu futuro sucesor! ¿No? Él te importa más y tiene mucho más valor para ti que Jane, Pattie o Maureen.

—Mmm... ¿Les devuelvo a las Girls y ustedes me dan a mí hijo?

— ¡Sí!—pedimos Ringo y yo al mismo tiempo, igual de emocionados.

Angus pensó unos momentos y miró a ver a su esposa. La pobre Rita no decía nada, siempre callada, se quedó atrapada en los años 40s. así que Angus dio su decisión final.

—Mmm... ¡No! ¡Quiero a Maurice y a las tres!

—Carajo... ¡Qué injusto!

—La vida no es justa, McCartney—dijo presumidamente—, así que...—volvió a tomar su altoparlante— ¡Harrison! Si no me devuelves a mí hijo ahora... ¡Voy a dejarte un bonito cadáver con el nombre de Patricia Anne Boyd-Harrison!

La pobre Pattie era la amenazada está vez, no podía gritar, simplemente... se veía como Angus la sostenía del cuello e iba a dispararle. Se abrió la puerta y Maurice salió corriendo, no había duda... George se dio por vencido.

—. ¡Papá! ¿Qué es eso de qué seré detective?

—El mejor, Maurice—abrió la puerta de la camioneta—... ¡El mejor!

—Y... ¿Podré descubrir a todo tipo de asesinos?

—Claro, pero olvídate de los rubiecitos guapos, ellos siempre se salen con la suya.

La camioneta huyó a gran velocidad, joder... ¡Estuvimos tan cerca esa vez! Estuvimos tan malditamente a punto de ser ganadores, pero... ¡No pudimos seguir resistiendo! Entramos a mí casa otra vez, con las manos vacías, de regreso al maldito principio.

John intentaba consolar a George, él estaba muy asustado.

—P-pero... ¿En qué clase de mierda nos hemos metido?—sollozaba sin parar— ¿Por qué todo se volvió tan asquerosamente horrible?

—Tranquilo George... tienes que calmarte y empezar a actuar con normalidad, ¡Así no podrás lograr nada!

—P-pero... ¡No!—se alteró otra vez— ¡Ustedes tienen la culpa! ¿Quién fue, eh? ¿Quién le dijo a McElfatrick que había sido yo?

—No... no lo sabemos—dije aterrado—, nadie dijo nada... ¿Cómo podríamos hacerlo?

—Pues... ¡Ya sabían lo que iba a hacer! ¡Me traicionaron, malditos!

—George... ¡Ya deja tus locuras! ¿Quieres?—John se desesperó— ¡Nosotros no tuvimos absolutamente nada que ver!

—No... no... ¡Aquella persona qué le haya dicho, es la mente maestra del asesinato! ¿Quién fue?—tomó un cuchillo de cocina y nos amenazó a todos— ¿QUIÉN FUE?

—George... tranquilo—Ringo intervino—, nosotros no fuimos, ¡Estuvimos contigo todo el tiempo! Probablemente, en la escuela de Maurice... ¡Alguien se dio cuenta de que eras George Harrison!

— ¡¡NO!! No podían darse cuenta, ¡Fui disfrazado!

—Mmm... ¿Y si Maurice gritó al azar?—cuestionó John.

—Eso no explica nada... ¿Por qué diría exclusivamente mi nombre?

—George... Angus amenazó a las tres, ¡No sabía quién era!—dije, para intentar pacificarlo.

—No... no... ¡En todo momento gritó mi nombre nada más! ¿Cómo sabía que era YO quién lo secuestré?

—Tal vez... eh... ¡Se dio cuenta que tú esculcaste los datos escolares—argumentó John.

— ¡Deje todo revuelto! ¡No había manera en qué Angus pudiera descubrir qué revisó cada quién!—se frustraba cada vez más.

—Pues... ¡Él se dio cuenta que Maurice faltó en su casa y por eso dedujó que estaría con un Beatle!—señaló Ringo.

—P-pero... ¿Por qué vino a mí casa? No había duda... sabía en donde estábamos, porque de lo contrario... hubiera ido a casa de George, ¿Por qué vino a mí casa y marcó a George como el secuestrador?—hice mis propias preguntas.

George estaba desesperado y harto de tantas interrogantes, así que tomó su abrigo y se fue de mi casa. Todos estábamos como él, no podíamos juzgarlo.

(...)

Lo que empezó como un juego, una diversión y entretención para nosotros cuatro, se volvió un martirio insoportable.

Yo no quería que me pasara esto... sin duda, no... no lo quería. Dije que Jane ya había perdido su vida y parte de su familia por estar tan pegada y concentrada en este problema, ¿Por qué yo tenía que ser el responsable de esta locura ahora? No... no quería creerlo, estoy mucho peor que ella.

Ahora, en verdad, no sabemos que queremos realmente. Si encontrar al asesino de Cynthia... recuperar a nuestras mujeres o... ganarle está guerra a McElfatrick.

—Me voy, no puedo más. Olvídense de mí, no soy un Beatle—dijo George al día siguiente.

—Bien, vete... ¡Podemos sustituirte con Jimi Hendrix!—dijo John.

—. ¿El esposo de la guitarrista Flora Hendrix? ¿De qué servirá eso?—fruncí el ceño.

—No sé... solo quería decir eso.

—Hazlo George, eres mi amigo... como detective eres bueno pero... ahora aplica lo de... "Si vas a empezar con tus locuras, mejor no juegues".

—Me siento mal e impotente por todo esto. Pero creo que lo mejor... es darse por vencido, empezaré el divorcio con Pattie, no puedo seguir con esto—suspiró decaído.

En cierta parte, estábamos un poco alegres de que George se haya dado por vencido y ya no quisiera ser parte de nuestra pequeña asociación, es que en verdad... ¡Se estaba volviendo loco! Era lo mejor para él, para nosotros, y para su salud mental... que dejara las cosas así como estaban.

—Eres bueno deduciendo las cosas, George—dijo Ringo un poco triste—, sabes hacer las preguntas a la perfección pero... ¡Tu problema es que te exaltas mucho!

—Perdón Ringo, lo que pasa es que no fui a la escuela para ser el detective perfecto—dijo sarcásticamente.

—Nosotros tampoco, pero hacemos el esfuerzo...—John suspiró brevemente.

—Mejor decirle todo a la policía y así saber de una vez... si Jane, Pattie y Maureen realmente se quieren quedar con él, así dejaremos de perder nuestro tiempo.

—P-pero chicos... ¡Yo quiero descubrir al asesino de mi esposa!—dijo John con tristeza.

—Te ayudaremos, está bien, pero a nuestra manera—dije, después de lo groseros que fuimos con John, lo mínimo que podíamos hacer era apoyarlo.

—Cuenta conmigo, aunque Angus tenga razón y yo ya no sea un Beatleboy—Ringo imitó mi acción.

—Lo siento John, pero saben que les serviré mejor si estoy alejado de ustedes—George ya iba a la salida.

Pero justo cuando iba a salir, otra desgracia azotaría nuestra puerta.

Literalmente.

—Oh genial... la policía, sí, arréstenme—dijo George, pensando que sería por lo de ayer.

—No sólo lo arrestaremos a usted, señor Harrison—dijo el comandante mayor—. John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr, están oficialmente detenidos.

— ¿Qué? P-pero... ¿Bajo qué cargos?

—Intentar hacer justicia por sus propias manos, investigación ilícita del asesinato de Cynthia Lennon, saben perfectamente que eso es ilegal... así que, manos en la nuca.

Genial... lo que nos faltaba...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top