7
En la mansión Agreste, ya en la tarde-noche...
Nos encontramos con Hugo en la cocina horneando bizcocho de mármol para dárselo como regalo a Orson, en eso alguien entrar, era Adrien, su padre. Su padre estaba muy cambiado de cuando era joven y es que tenía perilla con el pelo un poco largo, vestido de una camiseta de manga corta de color bermejón y pantalones vaqueros.
— ¿Qué haces aquí papá?
Adrien pasaría y le hablaría a su hijo.
— ¿Has conocido al hijo de Chloe?
Hugo se sorprendería muchísimo por aquello que dijo su padre y le contestaría un poco molesto.
—Sí, lo he conocido, ¿Y qué? ¿Es porque te lo ha dicho Emma?
—Hijo, no sé qué puede hacerte ese chico, su madre seguro que estará muy enfadada con nuestra familia y querrá vernos arder. — Hablo preocupado pero con cierta condescendencia Adrien a su hijo menor.
Hugo llegaría a fruncir el ceño ante esto dicho por su padre.
— ¿Y crees que eso me importa realmente? No quiero ser el "niño frágil" papá, estoy cansado que la gente me trate así, y por una maldita vez que alguien me ve de otra forma no voy a romper una amistad así, y me importa tres cuartos de chorizo que sea el hijo de quien sea, porque sé que no me esta mintiendo. — hablo ya molesto Hugo a su padre.
Adrien frunciría el ceño ante el envalentonamiento de su hijo y le respondería.
—Hugo, él no es buena persona, su madre fue quien hizo daño a tu madre, a Paris entera.
— ¿Y qué tiene que ver su madre con él? No sabes si quiera si madre ha cambiado, yo tampoco lo sé, pero para que le haya salido un hijo con más educación que mis hermanos, habrá hecho algo bien.
Adrien suavizaría un poco su rostro y le hablaría.
—Hugo, tus hermanos cometen errores, creo que deberías de entenderlos.
— ¿Vandalizar coches en manifestaciones y ser arrestada por ello es un error? ¿Ser expulsado por una semana del instituto por pegarle a ese chaval que tanto odian? Porque no me parece eso errores. — respondería molesto el de cabellos azulados a su padre.
Adrien solo apartaría un poco su mirada como sintiéndose mal porque su hijo menor le haya recordado eso, para con ello mascullarle lo siguiente.
—Pero es que son mis hijos... Ellos no pueden hacer nada mal...
Hugo sintió eso en parte dicho por su padre como una puñalada, siempre sintió que parecía no formar de la familia, que estaba aislado de los demás de su propia familia, y eso que le dijo su padre le dolió porque le confirmaba eso.
Hugo apartaría su mirada para en eso posar su mirada al horno y hablarle.
—Por favor papá, si vas a seguir con esto no quiero hablar más.
Adrien se daría cuenta de esto, de que Hugo le había escuchado y se preocuparía un poco por la actitud de su hijo menor, a lo que solo hablaría.
—Hijo, yo...
—No papá, déjame, solo... Solo quiero estar solo ahora.
Adrien solo se iría de ahí un poco cabizbajo, dejando a Hugo solo, haciendo que el peliazulado agacharía su cabeza y este ponerse a llorar. Sobre todo porque sabía que estaba aislado de su familia, que a él lo veían diferente de sus hermanos, y lo peor de todo es que era algo de lo que ya tenía sospechas de que pasaba desde que era pequeño y tenía los problemas médicos. Estaban apoyándole sus padres y todo solo por quedar bien, pero en realidad siempre lo vieron como una carga por los costes médicos que tenía.
Y en eso algo le rondo por la cabeza, ¿Y si Orson estuviera ahí ahora? Solo se imaginó al rubio abrazándolo para calmarlo, estar en sus brazos sintiendo su cabeza en el pecho del chico, sintiendo sus latidos y a alguien arrullándole con cariño.
Cuando esto lo imagino Hugo, no pudo evitar llevarse la mano al pecho y ponerse colorado, dándose cuenta de algo. Sí que estaba enamorado de Orson, lo quería, lo amaba con locura.
Él no se preguntaba el cómo alguien como él se había llegado a enamorar del hijo de la persona que más sus padres odiaban, eso no era para él lo importante. Lo importante para él, lo que se cuestionaba era que... ¿Cómo demonios se había enamorado tan pasionalmente de él? Tal vez fuese la idea de algo que su familia no aceptase, que su propia sociedad no lo aceptase no por su sexualidad si no por quien era con el que salía, o tal vez fuese porque era igual de loco, miserable y con ese mismo objetivo en su cabeza.
En eso el horno pitaría, a lo que Hugo sacaría el horno el bizcocho, apagaría el horno y vería aquel dulce que había hecho y que le había quedado con una deliciosa pinta, cosa que le sacaría una sonrisa orgullosa a Hugo.
De pronto escucharía un ruido afuera, por lo que el muchacho solo se quedaría en silencio y pondría el oído para escuchar.
— ¡Mamá, hemos encontrado el miraculous del gallo! — era la voz de Emma ahí.
— ¿En serio? ¿Dónde estaba? — escucho la voz de Marinette a su hija con sorpresa.
—Por algún motivo estaba en el Rio Sena, no sabemos cómo llego ahí— escucho decir a Louis.
—Ufff... Bueno, lo bueno es que lo hemos encontrado, llamaremos a Marc para que lo tenga de nuevo. — comento Marinette en ese momento.
—Pero mamá, luego del ataque no podemos devolvérselo, se desveló su identidad a la gente— respondió Emma en ese momento.
—Emma, no podemos confiar en nadie para darle un nuevo miraculous, tenemos que mantenerlo nos guste o no— fue la contestación de Marinette ante esto.
Hugo al escuchar esto frunciría el ceño y recordaría algo que ya sabía desde hace tiempo porque... También es que era algo de conocimiento público, y es que hace ya casi 30 años, Chloe Bourgueois porto un miraculous, y esta revelo su identidad secreta al público y le quitaron el miraculous por ello. Y cuando estas cosas las empezó a cuadrar con lo que había escuchado ahora y lo que estaba pasando Orson por este tratamiento de paria que tenía por su madre... Lo molesto muchísimo.
—<<Mi familia está llena de hipócritas... Algún día le voy a contar a Constance sobre la verdad detrás de los héroes y como estoy rodeado de estos gilipollas. Merece saberlo. >>
Hugo solo suspiro intentando calmarse ante esto para en eso este pensar algo y con ello dar una sonrisa digna del Grinch.
—Creo que sé lo que hacer... Pero como en las mejores recetas, necesitare cocinarlo a fuego lento. — llegaría a murmurar con malicia el chico.
Al día siguiente...
Nos encontramos con Orson llegando ese día a clases, encontrándose con Hugo en la entrada.
— ¡Oh, hola! — dijo Orson a Hugo con una gran sonrisa
—Buenas Orson— Respondió con dulzura el chico, para en eso sacar de su bolso un taper y dárselo— Quería hacerte un detalle la verdad, prepare bizcocho y esperaba que te gustase.
Orson se sorprendería un poco por este destalle, lo cogería y en eso lo abriría, viendo aquel bizcocho que había preparado de dos colores.
—Wow, mola, ¿En serio es para mí?
—Pues claro, yo también he traído para desayunar. — respondió un poco nervioso el de cabellos azulados al rubio.
Orson daría una dulce sonrisa mientras se veía un poco sonrojado por esto para con ello responderle.
—Gracias por este detalle Hugo.
—No ha sido nada Orson. — respondió sonriente Hugo al escuchar esto.
— ¿Vamos a clase? — pregunto el chico rubio a su amigo.
—Por supuesto, vamos.
Y con ello, estos dos se irían a clase tranquilamente.
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