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INK

Entré en shock. ¿Cómo que voy a bailar con el hot-guardaespaldas? Aunque estoy más que feliz por estar a los brazos del hombre, no puedo caer en duda de que fue obligado por mi madre para que lo haga. Pobre, cuando ella quiere algo, lo obtiene es muy obstinada.

-¿Ink? Te estuve llamando por un buen rato ya. ¿Estas bien hijo?

-He? Ha sí estoy bien solo estaba pensando en lo que haré para la cena.

-Ok? Bueno comencemos la práctica! Chicas formen parejas y elijan los roles de cada una. Pueden cambiarlos de vez en cuando para que ambas practiquen y sigan el ejemplo de Ink y Error.

Caterina les ordenó a las chicas y a Error que pusieran manos en la cintura de su pareja y que los ayuden a mantenerse en la punta de sus pies. Me mantuve en posición mientras mamá corregía el agarre de las chicas y el de mi guardaespaldas. Me sentía seguro en su firme agarre y grandes manos que entre en confianza total al saber que haría junto a él lo que más me apasionaba.

-Bien chicas, ahora intentemos algunos saltos.

Error se tensó y su agarre se volvió más fuerte en mi cintura. Parecía que no le gustaba la idea de ayudarme a impulsarme en los saltos y lo único que se me vino a la mente fue tratar de darle la misma cantidad de seguridad que él me otorgaba.

-Tranquilo, no me lastimaré por unos pocos saltos.

Le susurré mientras mamá estaba concentrada con unas chicas tenían problemas. Su agarre se soltó un poco pero seguía lo suficientemente fuerte para mantenerme equilibrado.

Primer salto, segundo, tercero, Error se iba soltando más y más al punto que luego de que Caterina nos enseñara una coreografía, me alzaba con confianza y me ayudaba a mantenerme en el aire.

Era un momento mágico.

Sentía que volaba entre sus brazos.

Me sentía seguro y amado.

Pero sé que es solo una ilusión.

Es imposible que te guste alguien tan pronto solo porque bailaste con él o ella.

Vaya, eso me desilusionó.

Pero bueno, así es la realidad y tengo que aceptarla.

-¡Bueno! Muchas gracias hijo y Error por acompañarnos en esta clase. De paso, Ink te aviso que te voy a visitar a tu cabaña el fin de semana, hay mucho del que hablar juntos.

-Claro madre, te veo el fin de semana.

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-Ink, llegamos.

Abrí mis ojos para luego ver por la ventana que estábamos estacionados al frente de mi cabaña. Salí del auto y estiré mis brazos mientras Error abría la puerta principal y me esperaba.

-¿Tienes en donde quedarte?

Le pregunté al grandote. Él negó.

-Puedes quedarte conmigo. Tengo una habitación extra para invitados y puedes tomarla. También tiene baño propio.

Error pareció pensarlo pero al final entró a la cabaña sin mirar atrás.

-¿Eso es un sí?

Ink, cuando estaba cerrando la puerta, solo vio al hombre asentir con la cabeza mientras se iba a la cocina.

El bailarín solo pudo suspirar y sonreír.

Su guardaespaldas era demasiado tierno.

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Sorry si es muy corto. 

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