08

Podría considerarse una locura tan loca o posiblemente incluso una epifanía pero Soobin jamás espero encontrar a una persona como era Yeonjun.

Él seguía siendo alguien adherible a cualquier situación o persona, era como el principio de un bonito amanecer pero también el fin de un anochecer. Era simplemente alguien inexplicable.

Lo que más le costaba creer era que se adapte a él aún siendo muy opuestos. Entre esas cosas no podía entender el hecho de que Yeonjun entienda sus chistes malos y lo hagan reír, o que incluso en chistes  dobles de sentido él fuera capaz de igualar su mente hormonal con cosillas mucho más chispeantes. Era como si leyera su mente y pudiera tener ya una respuesta para responderle.

Pero lo que más le hacía creer que esto no podía ser verdad era esto; su química juntos.

Si existía algo que Soobin amaba mucho era pasar tiempo de calidad con las personas que lo hacían sentir en un ambiente familiar. Amaba ver a Arin reírse con su tía de anécdotas dentro de la panadería, amaba ver a su madre hacer muecas graciosas a su prima más pequeña de dos años y amaba ver el estado de simple alegría desbordar con las personas que quería en un convivio familiar pequeño como este. No lujos, no grandes banquetes, no un lugar de glamour, pero si mucho amor por doquier.

Entonces empezó a acostumbrarse a ver a Yeonjun dentro de esas escenas que eran un rayo de luz cálido. Porque Soobin no tenía idea de en qué momento empezó a sentir tan normal que Yeonjun estuviera allí, riéndose con su madre, bailando con sus primos menores y ayudando a repartir la comida con Chae-Won. Era como si siempre lo hubiera presenciado porque ver a Yeonjun en ese ambiente familiar suyo, se sentía correcto.

Soobin ama muchas cosas, entre ellas, tocar la guitarra. Ama sentir la sensación de picazón en sus dedos cuando las cuerdas sueltan las notas, era una sensación familiar y cálida para él, hace tiempo que no se dignaba por volver a tocar ese instrumento desde años y ahora que lo vuelve a intentar se siente así.

Porque esta sensación que tiene en los dedos, ese tiempo de silencio que hay al elevar sus dígitos antes de rascar las cuerdas. Ese momento. Le recuerdan a la risa de Yeonjun. Porque cada vez que él ríe, se cubre la boca y se toma un tiempo antes de dejar salir esa melodía de sus labios.

Era la misma sensación que sintió en los dedos la primera vez que tocó la guitarra, la misma que Soobin sintió cuando Yeonjun llegó a la panadería por primera vez. No suena algo lindo desde un punto de vista pero para Soobin era significativo porque fue inolvidable.

Todo fue inolvidable.

Lo recuerda con detalles, cada sensación. Así como recuerda el dolor en sus dedos las veces que apenas aprendía a tocar la guitarra, recuerda también el dolor en el rostro de Yeonjun y la forma en que sus lágrimas caían por sus mejillas abultadas. Soobin no lo olvidó como supuso, tal vez, nunca pudo olvidarlo porque aún puede recobrar en su mente la forma en que ese chico buscó refugio en él. Fue raro y es raro pensar en esto pero ahora Soobin no quiere cambiar ni olvidar nada de ese día.

No quiere olvidar la forma en que el rostro de Yeonjun pareció brillar, la manera en que sus ojos se iluminaron cuando se ofreció a escuchar sus pesares. Soobin no quiere olvidar el momento exacto en que Yeonjun sonrió genuinamente después de la nube gris que tenía sobre la cabeza.

Él no quiere olvidar la sensación de tranquilidad que pintó a Yeonjun cuando le ofreció tomar un café para calmarse.

Pudieron ser las luces de la cocina, pudo ser la forma en que Yeonjun lloraba y luego sonreía, pero Soobin recuerda muy bien lo que pensó. Su mente lo golpea con eso cuando entra en negación y son muchas veces.

Que ángel.

Fue su primer pensamiento cuando vió a Yeonjun atravesar las puertas de la panadería, buscando algo y a la vez nada. Perdido y solitario, con un aura inocente y una mirada deprimida. Un ángel llorando en silencio. Con la sonrisa más bonita que alguna vez descubrió. La voz más tranquila que alguna vez escuchó.

Ese pensamiento fue el mayor enemigo de Soobin porque no lo pensó una sola vez, él pensó en eso mil veces, cada noche y cada día. De forma inconsciente o consiente. Y lo enojó, le hacía ver a Yeonjun molesto y alguien irritable cuando se quedó en su casa pero no porque lo sea, sino por todo lo que le causaba y no podía controlar. Soobin fue un tonto por creer que odiar a Yeonjun haría esos sentimientos más fácil de sobrellevar, y se aferró a ese odio con todas sus fuerzas.

Pero no funcionó.

No cuando Yeonjun era tan amable con él todo ese tiempo a pesar del mal trato de mierda que le ofrecía, de lo frío y cortante que era, Yeonjun siempre lo veía con esos ojos llenos de cariño. Soobin buscaba una razón, él debía ser odiado por Yeonjun por muchas razones, no fue un buen tipo con él desde que decidió quedarse bajo el mismo techo. Todo lo que quería era que Yeonjun lo odie, necesitaba que lo odie para que Soobin pueda odiarlo también, para que esas emociones que crecían se fueran de una buena vez porque el trauma lo perseguía sin compasión.

Cuando no resultó, Soobin entró en un espiral sin fin y ahora huía. Estaba rehusado a caer en el mismo agujero del que tenía miedo de volver a estar y sabía que huir no era la mejor opción en este momento. No cuando Yeonjun le confía todo ciegamente a él.

Es egoísta y lo sabe, pero el miedo sigue lloviendo en su vida. Soobin está bien así, no algo profundo pero significativo, está bien con la amistad que comparte con Yeonjun. Es suficiente.

Debe ser suficiente.

Todas esas mentiras que pinta de manera ciega, caen en el precipicio cuando esta aquí, en completo silencio con Yeonjun entre sus brazos mientras la música suena a lo lejos y aquí adentro de la casa de Taehyun no hay nadie porque afuera está la fiesta.

La fiesta de su compromiso, su amigo se casa en pocos meses y Soobin está allí para felicitarlo y para celebrarlo con su familia, como familia, porque son amigos desde hace años junto a Kai.

Se supone que Yeonjun venía a tomar agua, que luego de que tardó en regresar Soobin fue a buscarlo porque no lo vió en mucho rato y fue tras él. Todos están contentos celebrando con Taehyun, ellos también deberían estar afuera celebrando con él, pero están allí, completamente solos y abrazados en la tenue oscuridad de la casa.

—¿Lo que dijiste allí...es verdad? —Yeonjun pregunta, con la voz amortiguada en el pecho de Soobin, sus orejas están rojas y su corazón canta junto al de Soobin luego de escuchar la pregunta.

Él sabe a qué se refiere Yeonjun. Nuevamente su boca lo traicionó, igual que su mente. Dijo algo en el momento correcto él supone, porque no lo pensó, sólo lo dijo.

Todos rieron a su alrededor. Pero no Yeonjun, no Soobin. Ellos simplemente guardaron silencio.

Todo fue porque Taehyun describía apasionadamente la forma en que conoció a su prometido, la manera en que dijo que las olas de mar le hacían recordar a su primer beso y el sonido del océano a la risa de su pareja. Algo bonito, algo romántico. Un pensamiento que hizo a todos reír cariñosamente al futuro matrimonio y burlar a Taehyun por tal hermosa cursilería.

Pero entonces Yeonjun murmuró que nadie antes había hablado así de él. Que tenía un poco de envidia por la pareja de Taehyun porque este recitaba bonitas palabras para su prometido y entonces Soobin, sin pensarlo, se lo dijo.

Tu risa es como el silencio antes de tocar la guitarra.

La mirada de Yeonjun fue confusa al momento en que lo miró, Soobin en ese momento incluso tuvo la necesidad de explicar sus palabras.

Anticipación. Tu risa es una anticipación que estoy dispuesto a esperar para escuchar.

Culpen a Taehyun, no, culpen a Soobin y su gran boca pero Yeonjun solamente lo miró por muchos segundos y después hizo aquello que Soobin ya memorizo. Él llevó su mano sobre sus labios, hubo ese momento de silencio y entonces Yeonjun se rió. Tímido y feliz. Con los ojos llenos de estrellas que incluso Soobin podría hablar de ellos hasta dejar celosas a los astros en el cielo.

—Eso es... romántico, ¿Sabes? Creí que dirías algo como el sonido de las aves al cantar en una linda mañana o algo así.

Soobin arrugó la cara, Yeonjun volvió a reír.

—Eso podrá ser romántico para otros, pero no para mí, ¿Cómo es romántico escuchar eso en plena mañana? —se quejó.

—Tienes razón, eso no es nada romántico.

Es entonces que están allí, Yeonjun aún piensa en esas palabras y no puede evitar emocionarse por ellas. Han pasado meses desde que llegó a Ansan, es increíble que sus padres aún no den con él pero eso ya no le importa a Yeonjun. Él es feliz aquí, es feliz en los brazos de este hombre que no es capaz de ver lo increíble que es como persona, a Yeonjun le dolió el corazón ver a Soobin decaído cuando miró a Taehyun casi gritar su compromiso por los vientos.

Sabe que Soobin no es egoísta, ama eso de él, pero también sabe cuándo no se siente bien y en ese momento de celebración Soobin no se miraba bien y Yeonjun quiso saber la razón. Incluso cuando Taehyun le pidió tímidamente a Soobin ser su padrino, casi con miedo puede decir, Yeonjun miró como Soobin lo dudó aunque al final igual aceptó.

Claro que hubo un momento en el que Taehyun pudo haberle pedido perdón con la mirada, como si fuera un pecado pedirle a Soobin ser su padrino, Yeonjun creyó incluso ver a los demás mirar preocupados a Soobin. Lo miraban como si fuera a irse o algo así pero al final todos casi suspiraron de alivio cuando Soobin aceptó. Taehyun también lo abrazó con fuerzas, casi alzando a Soobin y haciéndolo gritar por eso.

Yeonjun quería saber porqué razón Soobin parecía entrar en estado de perdición cuando escuchaba la palabra matrimonio, parecía tener alguna guerra contra esa palabra porque se veía ansioso cuando le pidieron a él ser el padrino del novio, osea de Taehyun. Y aunque dijo que sí, Yeonjun todavía pudo ver un poco de preocupación en la mirada de Soobin y también, dolor.

Allá adentro no había más que sus sombras y el silencio de la noche, todos bailaban afuera canciones al azar. Estaban felices porque uno de los suyos iba a dar un paso importante y Taehyun era importante para la familia, su felicidad era algo de apreciar y Yeonjun anhelaba un día tener eso. Personas que fueran felices por el simple hecho de que él lo era, eso era amor y Yeonjun quisiera ese tipo de amor.

Un hogar que lo ame.

Puede que no haya sido con intención pero Yeonjun sintió como los brazos de Soobin se aferraron a su cintura, casi levantando su cuerpo. Su rostro lo escondió entre su cuello y Yeonjun suspiró cerrando los ojos cuando los labios de Soobin rozaron su oreja, su aliento también pegó contra su piel y él llevó sus brazos para rodear su cuello con tal de mantenerlo cerca, sus dedos acariciaron dulcemente su suave cabello negro y Soobin suspiró al sentirlo, apretándole más. Lo sintió aspirar su fragancia, Yeonjun estaba derritiéndose entre sus brazos y Soobin casi lo quería matar con ese gran suspiro que lo hizo estremecer.

—¿Crees que se den cuenta de que no estamos con ellos?

—Taehyun estará bien sin nosotros, él está feliz de presumir a su prometido con todos, no todos los días lo tenemos así de cursi —Soobin rió contra su oído, Yeonjun mordió su labios con una sonrisa amorosa sin abrir los ojos ante la sensación.

Quería, necesitaba absorber todo.

Sus manos viajaron por el pecho de Soobin y suspiró cuando este dejó pegada sus frentes juntas. Yeonjun casi ronroneó cuando la punta de la nariz de Soobin acarició suavemente su mejilla y rodeaba con una mano su cintura porque la otra viajó hasta su cuello, donde sostuvo su nuca para poder mirarlo directamente, enredando sus dedos en su cabello. Yeonjun casi siente a su corazón explotar cuando Soobin lo miró desde su ángulo.

Una suave melodía empezó a sonar desde el otro lado, Taehyun hablaba por el micrófono, dando palabras hermosas a su familia y desde luego, a su prometido. Recitaba palabras de dicha, de aprecio y de mucho cariño a todos los que estaban allí en ese día especial para él. Yeonjun podría abrir la boca, impresionado, si pudiera siquiera moverse un centímetro cuando oyó la voz de Taehyun empezar a cantar una canción preciosa para su futuro esposo.

Pero en su lugar, sus ojos se aguaron porque Soobin también empezó a cantar, con la diferencia de que su público sólo era él. Sólo Yeonjun quien se aferró a sus brazos con fuerza aunque tuvo que separarse de él cuando Soobin lentamente los distanció, sin embargo, sujetó su mano dándole un apretón.

—Será egoísta de mi parte, pero...creo que no puedo quedarme aquí.

—¿Quieres ir a caminar? —Jun sabía que Soobin no estaba bien, le dolía verlo así. Dios, Yeonjun jamás pensó en sentir la mirada triste de alguien como un dolor propio.

—No es necesario, solamente no quiero armar un escándalo —Soobin cerró los ojos, frustrado consigo mismo— no puedo hacerle eso a Taehyun, es su día especial.

—Él lo entenderá, eres preciado para él Soobin y yo sé que Taehyun no te culparía si te vas de su fiesta de compromiso —tomó su rostro con gentileza— si te vas o te quedas, estaré a tu lado, ¿de acuerdo? Puedes sostener mi mano si quieres y lo necesitas.

Soobin sonrió con pesadez, a Yeonjun realmente no le gustaba verlo así pero debía ser fuerte porque Soobin merecía un hombro donde sentirse seguro. Justo como él lo hacía cuando Yeonjun se sentía bajo el subsuelo. También quería ser su lugar seguro, quería darle todo lo que él le daba.

Cuando Yeonjun vió lágrimas bajar por los ojos cerrados de Soobin a pesar de que este sonreía, su corazón se hizo añicos.

—Soy un perdedor, hace tiempo que...yo creí que ya lo había superado.

—Puedes contarme, escucharé todo lo que quieras decir y respetaré lo que no —Soobin lo miró y Yeonjun le sonrió con todo el cariño que tenía por dar, limpió con ese mismo cariño su rostro y dolió tanto que Soobin quiso ser egoísta y quedarse allí por siempre.

Nadie que no fuera su familia le ha mirado con importancia, Yeonjun se queda cuando no debería hacerlo y Soobin ya no puede huir porque todas las puertas han sido abiertas. Todas las salidas han sido probadas y todas lo hacen volver al mismo lugar.

Él se ríe, él tiembla y poco a poco se desmorona. Yeonjun lo atrapa cuando todo el mundo detrás de ellos, a lo lejos, ríe debido a la velada pero él se queda con Soobin quien tiene su propia lucha interna. Yeonjun lo abraza, lo arropa con cariño y no lo suelta, incluso los mece tranquilamente mientras pasa su mano por su cabeza en una dulce caricia.

Soobin no puede verlo porque oculta su dolor en el cuello de Yeonjun, no tiene valor para mirarlo pero se siente seguro en sus brazos y eso lo alude a llorar desde su corazón roto y lastimado. Yeonjun sonríe con los ojos cerrados, deja descansar su cabeza sobre la ajena, él tiene tantas ganas de llorar porque el hombre que ama está llorando, Soobin ha sido lastimado y aunque Yeonjun sienta a su corazón ser maltratado por el llanto de Soobin del que desconoce la causa, quiere ser fuerte por los dos.

Porque Soobin lo necesita y Yeonjun está dispuesto a estar para él. Está dispuesto a quedarse con él y curar ese corazón que fue dañado.

—Alguien te hizo daño, ¿no es así?

Soobin lo aprieta más fuerte, está temblando pero no es suficiente para dejarlo ir. Yeonjun sigue abrazándolo y sabe la respuesta.

Alguien lastimó a Soobin.

No sabe porqué y Yeonjun tiene conflicto con eso, pero en lugar de preguntar, solamente quiere aliviar el dolor que siente Soobin. Verlo, escucharlo y sentirlo llorar es algo que también lo daña porque lo quiere, Yeonjun quiere tanto a Soobin. Por eso quiere aliviar ese pesar, quiere quitarle ese dolor, él quiere curar ese dolor con todo lo que tenga.

Cariño, estoy aquí —Yeonjun traga, las lágrimas también lo amenazan a él pero se mantiene fuerte. — y no voy a dejarte solo.

Soobin se calma, su respiración temblorosa con lentitud se tranquiliza y le lleva otro tiempo poder enderezarse para hacerle frente a ese par de ojos que lo miran con cariño. Sabe que no tiene la mejor imagen en ese momento, que sus ojos ahora están hinchados y rojos, su nariz también. Básicamente es un desastre, uno que al menos alguien no quiere besar pero Yeonjun lo hace.

Lo acerca a él y lo besa con dulzura, con delicadeza, como si Soobin no estuviera lleno de lágrimas secas y mocos, a Yeonjun no le importa e igual le da varios besos en ambas mejillas, en su frente y la punta de su nariz rojiza. Luego en ambos párpados hinchados y así sucesivamente hasta que termina besando sus hoyuelos porque Soobin empieza a reírse debido a las cosquillas que el cabello de Yeonjun le genera.

—Estoy asqueroso, Yeonjun —musita Soobin con la voz ronca por el llanto aunque una sonrisa ya se le plasma en la cara.

—No eres asqueroso, Bin —frota su mejilla contra la suya, como un gato— no digas eso de ti nunca más. Siempre serás atractivo para mí te veas como te veas.

—Algún día dejaré de ser joven y guapo —Soobin rió cuando Yeonjun no tenía suficiente y también se frotó contra su pecho —no seré más un tipo lindo.

Yeonjun frunció el ceño y acunó su rostro. Soobin no pudo desviar su mirada a esos labios esponjados que hicieron un puchero.

—Para mí siempre, siempre, serás lindo. Aunque ya no seas joven, o pasen muchos años, Soobin siempre será el más lindo para mí.

Hubo un brillo en los ojos de Soobin. Uno que Yeonjun antes no presenciaba pero justo ahora se volvía intenso, como una llama que ya no iba a poder apagarse.

—¿Planeas quedarte a mi lado por años?

—Planeo quedarme contigo toda mi vida. No vas a sacarme de aquí tan fácil, Soobin —le dijo, como si fuera un plan macabro pero Soobin sonrió.

—¿No vas a aburrirte de mi?

—¿Aburrirme? ¿Por qué voy a aburrirme si puedo tener toda la comida que quiero contigo? Y gratis —sonrió con orgullo.

—Oh, así que estás conmigo porque te cocino la comida que quieres, eh —Yeonjun asintió sin miedo, satisfecho con eso— en ese caso lamento decirte que vas a comer muchas calorías diario.

—Bueno, eso no importa —delineó su mandíbula. Los dos se vieron fijamente y Yeonjun sonrió— si subo de peso, estoy seguro de que me seguirás queriendo porque soy irresistible.

—Si subes de peso, no me importa —Soobin lo elevó un poco del suelo y Yeonjun jadeó por ello, los brazos que lo sujetaban se afianzaron más en su cintura— siempre puedo acompañarte en el proceso, la comida es deliciosa .

Ambos se quedaron viendo y Yeonjun se dió cuenta de que Soobin realmente lo estaba alzando, sus pies ya no tocaban el suelo.

—Creo...que Kai se va a poner celoso.

Soobin alzó una ceja.

—¿Por qué se pondría celoso?

—Porque...me estoy robando a su mejor amigo —Jun lo miró— porque dijiste que eso somos, ¿No?

Soobin suavizó su rostro. Oh.

—Yeonjun yo...

—¡Chicos, aquí estaban! Oh, ¿Ocurrió algo, Soobin? —dijo en tono preocupado al ver el estado de su amigo.

Ambos entraron en pánico y Soobin bajó a Yeonjun de nuevo, los dos sonrieron nerviosos a Taehyun quien venía con dos copas de champaña.

—¿Estás bien, Soobin? —volvió a preguntar, está vez más convencido de que algo pasaba. Soobin asintió con una sonrisa.

—Estoy bien Taehyun, es sólo que me conmovieron tus palabras allí afuera. Eres un poeta cuando quieres.

Taehyun quitó su mirada llena de preocupación y sonrió cuando Soobin dijo aquello. Sabía que le estaba engañando, él era así desde que tenían cinco años, por eso Taehyun prefería dejarlo hasta ese punto debido a que Soobin podía ser muy terco en cuanto a sentimientos. Más los suyos. Estaría allí para escucharlo cuando Soobin así lo quiera, siempre ha funcionado de esa forma y Taehyun a aprendido a quererlo de esa forma.

—Vamos a dar el brindis, deberían venir.

—Claro, iremos en un segundo.

—Por cierto —Taehyun los miró a los dos y luego miró a Soobin con una sonrisa grande— no sabía que estabas saliendo con alguien, si querían estar a solas, lo habría entendido sin problema. Tardaron mucho en regresar —vió sus manos sujetas y sonrió con ternura— me alegro por ti Soobin, por los dos.

—Taehyun nosotros...

—No necesitas dar explicaciones Soo, lo entiendo perfectamente, yo tampoco me aguantaría las ganas de estar con mi pareja —lo apuntó— más tú que eres un apasionado y cursi.

—¿No será que estás hablando erróneamente? Kai es el apasionado —acusó— y tú también eres un cursi. Tu discurso sólo le dió diabetes a todos.

La risa de Taehyun acaparó el silencio.

—Lo acepto, lo soy. Pero tú eres las dos cosas —Tae miró a Jun— es un buen hombre, te lo digo de corazón, será el mejor esposo para ti. Soobin siempre fue el que más pegue tenía en la preparatoria a pesar de que nunca lo notó. Lo apodaron como el primer amor, ugh —arrugó la nariz— era un dolor de cabeza. 

Jun sonrió nervioso, pero agradecido de que Taehyun tuviera una bonita relación con Soobin. Así no debería preocuparse de que a este le falte amor algún día o esté en peligro y alguien no pueda ayudarlo. Taehyun estaría allí para Soobin al igual que Kai si los necesita.

—Agradezco mucho las palabras Taehyun, pero Soobin es mi...

—Si, si, si. El mejor novio del mundo, lo sé, mi madre incluso pensó que Soobin se casaría con mi hermana porque cuando lo conocieron lo amaron en segundos, no entiendo todavía cómo hace eso. La cae bien a todas las mamás, es un encanto suyo supongo.

—Taehyun.

—Entonces los veré afuera, tortolitos.

—Yeonjun no es mi pareja —el chico más bajo parpadeó y levantó una ceja.

—Entonces supongo que se lo vas a pedir porque no encuentro una razón para que lo mires con esos ojos —Jun se sonrojó fuertemente— creí que era tu novio por como lo has mirado desde que llegaron.

Soobin se sonrojó ligeramente, se sintió expuesto de la nada.

—Lo miro como miro a mis amigos cercanos.

—Disculpa pero no he visto nunca a un amigo mirar a otro amigo con esos ojos.

—Estoy diciendo que-

Taehyun levantó las manos, rendido.

—En fin, mi error, disculpen si los incomode. Aunque...—los miró a los dos— si se declaran sería genial, todo mundo puede sentir la tensión en ustedes dos. Es escalofriante —fingió temblores y Soobin casi quería tirarle la champaña.

—Jodete.

Taehyun sonrió con lindura.

—Los veo afuera.

Soobin suspiró cansino, volteó hacia Yeonjun y este mantenía la vista en sus zapatos. Soobin sabía que cuando Yeonjun estaba en silencio, con las manos jugando entre ellas y su boca siendo mordida constantemente significaba que estaba ansioso.

Pudo aprender mucho de Yeonjun observando sus acciones, por muy pequeñas que fueran, Soobin aprendió a ver a través de ellas y a la vez, a conocer más a Yeonjun.

—No le hagas caso. Taehyun suele ser muy directo en ocasiones.

—Esta bien Soobin, es alguien agradable y no me molestó sus comentarios, es sólo que...—sus manos dejaron de estar juntas y Yeonjun apretó las suyas entre si. Mordió sus labios cuando Soobin lo miraba en silencio, esperando su continuidad— no es nada. Mejor vayamos con ellos.

Algo en Soobin tenía idea de qué tipo de conversación quería tener Yeonjun, él mismo estaba a punto de llegar a eso hace unos momentos antes de que Taehyun los encontrara. La conversación que le revolvía el estómago y le daba miedo como nunca en su vida lo sintió antes.

Qué eran Yeonjun y él.

No es un idiota, han pasado muchas cosas para decir que había una tensión entre Yeonjun y él que no sólo era evidente para ellos sino para los demás. Eso era ya algo. Un detalle que cada vez se volvía más difícil de sobrellevar para Soobin, evitar esa conversación no iba a ser posible si él mismo iba a apretar el botón hace un rato.

Soobin de verdad, de verdad, quería ignorar todo lo que estaba sintiendo y hacer como si nada pasa. Pero luego, lo veía a él, a Yeonjun. A esos hermosos ojos que miraban con incertidumbre cada cosa entre ellos, estaban tristes y Soobin no quería verlos tristes.

Era su debilidad.

Yeonjun, simplemente Yeonjun. No quería verlo mal y no quería verlo confundido por él y su estúpido miedo a empezar de nuevo. Soobin todavía no buscaba un poco de coraje para explicar su situación, no buscaba por dónde empezar. Él nunca fue bueno explicando sus sentimientos, no como Taehyun que podía decir algo bonito en segundos o Kai que podía hacer buenos comentarios sin esfuerzo, Soobin no era como ellos pero deseaba serlo.

Deseaba ser un poco más fiel a si mismo.

Inesperadamente, Yeonjun le inspiraba a ser eso. Ser un Choi Soobin completamente diferente porque él quería estar a la altura de Yeonjun. Quería demostrar que merecía todo lo que Yeonjun le daba.

Soobin quería estar allí para Yeonjun. Estar con él cuando en noches frías Yeonjun lloraba porque no entendía a su madre, porque extrañaba a su mejor amigo o porque simplemente se sentía poco merecedor de estar con ellos. Quería abrazarlo y quería que Yeonjun busque calor en él. Soobin quería dárselo todo.

Él quiere darle todo.

Él quiere...

Ah.

Soobin traga, su corazón se agita y se estremece.

Él quiere a Yeonjun.

—¿Soobin, estás bien?

Soobin traga más y más hasta que su boca se siente seca. Yeonjun lo ve preocupado, lleva su mano para tocar su frente y checar la temperatura porque Soobin tiene la cara muy roja. Pero no hay fiebre. Yeonjun no entiende nada, y se preocupa.

—¿Soobin?

—Ve primero, te alcanzo después.

Soobin se sentó afuera para observar el parque frente a la casa de Taehyun, estaba todo en silencio que iba a arrepentirse más tarde de haberse marchado así de la fiesta. Se supone que al ser el padrino debería decir algunas cosas para los novios, Soobin luego iba a disculparse con Taehyun por su falta.

Había frío, justo como Soobin suponía porque estaban en época casi invernal. Ya era un anochecer entonces la temperatura bajaba algunos grados. Como demostración, el vaho salió de sus labios cuando suspiró, Soobin bajó la cabeza en rendición.

—Maldición.

Masajeó su rostro, Soobin ignoraba el frío que entraba por sus ropas porque su mente estaba demasiado metida en una cosa que todo lo demás no importaba.

Necesitaba desahogarse, necesitaba sacar esa desesperación de su pecho con algo. Entonces Soobin recordó que había una guitarra en la vieja recámara que una vez compartió con Taehyun en esta casa, se levantó y fue por ella.

—Sigue igual.

Una sonrisa nostálgica se dibujó en sus labios, tocó la madera del instrumento y le quitó un poco el polvo que tenía. Todavía se le veía las leyendas que le pintó cuando era un niño y apenas aprendía a amar a tocar hasta que no buscó mejor modo de hablar con el corazón que esta.

Se sentó en el viejo colchón. Soobin supone que Taehyun no cambió las sábanas porque aún persistía la mancha de jugo que derramó cuando Kai vino sobre ellos y los atacó descuidadamente, los tres tenían quizás unos ocho años. Soobin se rió por ese recuerdo.

Algunas cosas no cambiarían. No si Kai aún mantenía esa personalidad tan despreocupada desde siempre o Taehyun solía ser la cabeza de las situaciones más críticas.

Soobin apreciaba que después de todo, ninguno de ellos dos lo haya juzgado por tal precipitada desición en el pasado pero si lamenta no haber escuchado a sus dos amigos cuando le dijeron que se estaba dejando llevar mucho por sus emociones.

Casarse cuando apenas tenía unos veintidós años era una locura y Soobin perdió esa apuesta tonta que hicieron los tres en una tarde de helados y sin nada que hacer.

—Quien se enamore primero se queda con la guitarra.

Soobin miró a Taehyun quien entraba al cuarto, mostró su único hoyuelo y se sentó a lado del otro hombre que mostraba los dos suyos.

—Al parecer, tú fuiste el vencedor. Ya vas a casarte incluso.

—Sabes que es tonta esa apuesta, Kai siempre ha tenido las peores ideas.

—¡Escuché eso Kang Taehyun! —el mencionado entró a la habitación y lo fulminó con la mirada. Tae se encogió de hombros.

—Sabes que es verdad, Hyuka.

—Suena mejor de la boca del ángel —Soobin enseguida alzó una ceja ante esa mención— ups, no había visto a nuestro Chobis.

—Veo que realmente amas molestarme con eso —Soobin le dió un golpe y Kai gritó, más divertido que adolorido— eres un tonto, Kai.

—Pero oye, el humor nunca falta conmigo.

Soobin rodó los ojos pero no negó nada.

—Kai me dijo lo que ocurre.

—No me digas —miró a su amigo quien chifló haciéndose el desentendido.

Kang enseguida puso una expresión seria.

—Soobin... sé que es un gran paso para ti y sé que no fue nada fácil lo que pasó, pero...creo que ya es momento de que te permitas ser feliz con alguien más.

—Le dije eso mismo —se unió Kai a la conversación— ya es momento, Soo.

Soobin tomó aire y habló.

—No es el paso que yo dé, ese no es mi problema. Mi problema es la persona con quién pienso querer darlo —su rostro se mostró afligido— acabo de darme cuenta de que en verdad lo quiero.

Taehyun sonrió, dejó su palma sobre la espalda de Soobin y Kai también lo hizo, abrazándolo.

—Al fin lo aceptaste, eso ya es una buena señal.

—Estoy asustado —Soobin sinceró, ya daba igual si luego debía aguantar los sermones de Kai. Todo lo que quería era consuelo— Yeonjun no merece ser herido, menos de esta forma. Sólo lo estoy confundiendo y eso no es lo peor, ¿qué pasa si se repite la misma historia?

El miedo fue tan palpable que Tae y Kai incluso sentían que podrían tocarla. Soobin de verdad estaba volviendo a caer en ese pozo.

—No creo...no voy a poder soportarlo esta vez.

—Estoy seguro de que Yeonjun lo entenderá si se lo cuentas, no tiene porqué terminar así —Tae frotó su mano sobre su cabeza, Soobin rió porque él solía hacer aquello cuando el más bajo se caía y lloraba por la herida en alguna de sus rodillas. Soobin alborotaba el cabello de Taehyun con tal de reanimarlo— él en verdad te quiere, Soobin. Si sus ojos pudieran hablar, hace tiempo que lo sabrías.

—Tae tiene razón, Yeonjun es muy transparente con sus emociones —Kai recordó esa vez donde el rubio miraba a Soobin como si este hubiera colgado cada estrella en el cielo o mejor aún, las hubiera pintado una a una y luego adornar el cielo con ellas, lo miraba así pero Soobin solamente estaba haciendo pan como siempre— me atrevo a decir que le gustas.

—Más que eso. Ni las luces de la ciudad han brillado tanto como los ojos de Yeonjun cuando ve a Soobin.

—De verdad eres un cursi —bromeó Kai al oír a Taehyun dar su opinión.

Soobin dió un suspiró largo.

—Amo que quieran darme ánimos con esto, los amo de verdad a los dos por hacerme querer sentir bien, pero necesito tiempo para aceptar todo lo que me pasa.

—Nadie te está apresurando Soobin, sólo no te lleves toda la vida tratando de sobrellevar todo solo. Nos tienes a mí y a Kai, a tus padres, a Arin y también a Chae-Won —ambos lo miraron con cariño— no estás solo, Soobin. Recuerda eso. Tienes aquí a tu familia.

—Siempre vamos a cubrirte aunque vengas hecho una mierda —Kai dijo y Soobin se carcajeo. Sus amigos sonrieron al verlo con mejor ánimo.

—Los quiero, de verdad —sonrió con sinceridad— los amo.

Kai abanicó su rostro cuando sintió lágrimas y Taehyun se rió porque Kai siempre fue un dramático. Soobin no podía explicar lo mucho que esos dos eran importantes en su vida, eran sus amigos y más fieles seguidores. Su familia. Las personas que sea como sea lograban sacarle una sonrisa cuando lo requería.

—Bueno, ya basta de tanta cursilería —cortó Taehyun quien en silencio si tuvo ganas de llorar por las palabras de Soobin— ¿Ibas a tocar algo antes?

—En realidad, quería intentar una cosa. Saben que no soy bueno con las palabras para expresar mis sentimientos, pero...—miró la guitarra en sus piernas— creo que puedo hacerlo de una manera.

Kai y Taehyun asintieron.

—¿Le vas a cantar una canción? Joder, eso es romántico.

Soobin se avergonzó pero asintió.

—Es...mi manera más sincera para decirle a Yeonjun mi más grande miedo. Espero que pueda entenderlo y...que no decida alejarse cuando se entere.

—No lo hará. Yeonjun no es así.

Soobin achicó los ojos debido a su sonrisa. Tenía miedo, mucho, pero sabía que si las cosas no resultaban. Estos dos chicos a su lado estarían allí para levantarlo y jalarlo de la oscuridad como lo hicieron en el pasado. Taehyun y Kai siempre van a estar para él y Soobin no estaba más que aliviado por eso.

—¿Y, qué canción vas a tocarle?

Kai preguntó, curioso.

—Eres un metiche.

—¡No soy! Taehyun no te hagas que tú también quieres saber —lo acusó.

—Pienso que debería ser algo entre Soobin y Yeonjun, será su primer momento —le pegó un coscorrón y Kai lo miró mal— no lo arruines. Vamos, que prometiste hacer un show allí abajo, ¿te acuerdas?

—Claro, golpeame y luego pídeme un favor —musitó con sarcasmo— te veremos luego, Chobis.

—Cuenta luego cómo te fue. Andando Kai.

Ambos hombres salieron de la habitación. Soobin quedó en solitario, observó la guitarra y la posicionó en sus piernas y en su brazo. Cerró los ojos, luego de ajustar las cuerdas y buscar las notas, exhaló.

Entonces alzó los dedos, hubo un momento de silencio y luego, la música empezó a salir sola.

It's you. It's always you.

—¿Soobin?

Yeonjun entró sutilmente a la habitación, sus ojos brillaron cuando Soobin volteó a su dirección, por muchos segundos no dijo nada. Yeonjun pensó en retirarse pues Soobin no se veía con ganas de hablar o tener compañía. Eso lo entristeció pues sentía que no le podía brindar la confianza suficiente para hablar de algo que definitivamente era importante.

Iba a irse pero la voz de Soobin lo detuvo.

—Debo decirte algo, Yeonjun.


Se viene el drama 👁️

Nos vemos luego mis bonit@s. Los tqm <3.

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