Al cuidado
Tony:
Le habías prometido a tu hermano mayor que cuidarías a tu sobrino de tres años para que él y su esposa pudieran salir. El único problema era que no habías logrado decirle a Tony. Él había estado en reuniones todo el día así que decidiste decirle cuando llegara a casa.
Tu hermano dejo a su hijo a las seis y no volvería hasta la mañana del día siguiente. Tu sobrino, Alec, corrió hacia a ti cuando llego. Una vez que se fueron le enseñaste al pequeño todos los trajes de Tony. Él estaba obsesionado con Iron Man así que no pudiste pensar en algo mejor. Cuando Tony llego los encontró a ustedes dos en el garaje.
—¡Iwon Man! —Chillo Alec y señalo a Tony cuando entro.
—Así es, cariño —respondiste.
—¿T/N, tienes un hijo del que no me habías hablado? —Te pregunto Tony.
—Gracioso. ¿Recuerdas a mi sobrino Alec? Mi hermano y su esposa querían salir y les dije que lo cuidaría.
—Oh, ya recuerdo. Hey, chico.
—¡Arriba! —Demando Alec y corrió hacia Tony. Tony vacilante lo levanto y Alec rio cuando puso sus pequeños brazos alrededor del cuello de Tony. Después de eso fueron inseparables.
—Fuiste grandioso con él —le dijiste a Tony una vez que se fueron.
—Gracias. Deberíamos tener un hijo.
—Desacelera campeón. ¿Solo tuviste a Alec por un día y ya piensas seriamente que estás listo?
—Si estas a mi lado estoy listo para cualquier cosa.
—Ni siquiera estamos casados.
—¿Y?
—Quiero casarme primero.
—Bien. Nos casaremos y justo después tendremos un hijo.
Rodaste tus ojos después de sus palabras.
Steve:
El novio de tu hermana menor la acababa de dejar por su mejor amiga, así que vino hacia a ti en lágrimas. Tú inmediatamente la dejaste entrar y la abrazaste. Steve entro, te vio abrazándola en el sofá y fue directo a la cocina. Él volvió un momento después con un gran tazón lleno de helado para ella.
—Esto no va a aliviar el dolor, pero escuche que el helado puede hacerte sonreír —le dijo.
—Gracias. Lamento todo esto —se disculpó.
—No te preocupes. Si necesitan algo, estaré en la otra habitación.
—¿Te quedarías? Creo que necesito a gente para que me ayude aquí.
—Por supuesto.
Steve puso una película de acción y se sentó junto a ti. Así fue como la noche transcurrió hasta que te moviste hacia el hombro de Steve somnolienta. La voz de tu hermana te hacia mantenerte consciente pero tus ojos se mantuvieron cerrados.
—Gracias por dejar que me quede —le dijo a él.
—No hay problema. Sé que T/N disfruta pasar tiempo contigo, aunque no fuese por una buena razón.
—Eres bueno para T/N, ¿sabes? Me haces darme cuenta de que no todos los hombres son idiotas.
—Gracias, trato de ser bueno para ella. Será mejor que la lleve a la cama. Hay mantas extra en el armario del pasillo si las necesitas.
—Gracias, Steve.
—De nada.
Y entonces sentiste unos brazos envolverte y rápidamente fuiste levantada y abrazada a un fuerte pecho. Un momento después estabas siendo posicionada en la cama, y te quedaste dormida con una sonrisa en tu rostro.
Thor:
Tu tía estaba muy ocupada y necesitaba que alguien cuidara a sus gemelos de siete años. Tú aceptaste porque ellos te adoraban y porque eran unos ángeles totales cuando estaban contigo. El único problema era que ellos tenían mucha energía y tú estarías sola, así que enlistaste a tu novio, quien era grandioso con los niños, para que te ayudara. Los gemelos estaban vacilantes acerca de confiar en Thor al principio, pero rápidamente les agrado.
—¡No pueden vencerme! Soy un dios —Thor rugió mientras que los gemelos lo tiraban al suelo.
—¡La merienda esta lista chicos! —Les dijiste y rápidamente corrieron al comedor en donde te encontrabas, sentada en la mesa—. Gracias por venir, ellos te adoran.
—Estoy encantado de hacerlo. Ellos son muy energéticos y creo que estoy un poco cansado.
—No puedo esperar para ver cómo te encargas de nuestros hijos —reíste.
—¿Es esa una invitación? —Meneo sus cejas. Tú palmeaste su pecho y reíste. Los dos luego se unieron a los jóvenes para merendar.
Clint:
Tu hermana había tenido una bebé hace unos meses y te pregunto si la podías cuidar. Aceptaste porque adorabas a tu sobrina y querías pasar tiempo con ella. Clint estaba aprensivo acerca de ayudar porque él era casi inservible cuando se trataba de bebés. Él ni siquiera tenía idea de que hacer. Sin embrago, una vez que le enseñaste como cargarla, él fue todo un profesional.
—Esto no es tan malo —te dijo.
—Te sale natural.
—Tal vez estos podríamos ser nosotros algún día.
—Eso me gustaría.
Clint y tú sonrieron antes de él volver su vista a tu sobrina con una clara admiración en sus ojos.
Bruce:
Tus padres saldrían fuera de la ciudad por el fin de semana y querían que cuidaras a tu hermano de diez años. Bruce acepto ayudarte y estuviste contenta. Cuando tu hermano llego, Bruce y él en seguida congeniaron. Tu hermano amaba los experimentos de ciencia así que Bruce lo llevo a su laboratorio para que pudieran experimentar juntos.
Después de un buen rato, alrededor de la hora de la cena, los dos aparecieron con tu hermano hablando a mil por hora. Bruce estaba escuchando activamente y la vista de ellos dos te calentó el corazón. Durante toda la cena los chicos estuvieron hablando de ciencia y tú mayormente los viste interactuar.
—Buenas noches, Jake —le dijiste después de mostrarle su habitación.
—¡Buenas noches, T/N! ¡Buenas noches, Bruce! —Dijo antes de cerrar la puerta para prepararse e ir a la cama.
—Buenas noches, compañero —dijo Bruce. Te diste la vuelta para ver a Bruce con una sonrisa en tu rostro.
—¡Eres increíble con él! Nunca había visto a Jake hablar tanto. Gracias —dijiste y lo besaste con suavidad.
—De nada. Él es un gran chico, muy brillante.
—Aun así, gracias.
Pietro:
Clint y Laura iban a salir así que tú y Pietro se habían ofrecido a cuidar a los niños. Clint aprovecho la oportunidad y antes de que te dieras cuenta estabas en su casa.
—Hola, pequeños —Pietro le sonrió a los niños.
Cooper y Lila le sonrieron antes de hacer que Pietro los comenzara a perseguir. Tu tomaste al bebé Nathaniel mientras ellos corrían por toda la casa. Preparaste el biberón y te sentaste en el sofá para poder alimentarlo. Cuando estuvo alimentado y sin gases era tiempo para que durmiera así que comenzaste a cantarle.
Terminaste la canción y entonces notaste lo callado que todo estaba. Miraste hacia la puerta y viste a los tres observándote con sus bocas abiertas.
—Moja ljubezen¹, deberías cantar más seguido —te dijo Pietro con una sonrisa.
—¡Canta de nuevo! —Dijo Lila y se sentó junto a ti en el sofá.
Cantantes canciones para ellos por el resto de la noche hasta que se quedaron dormidos en el sofá. Se quedaron así hasta que sus padres regresaron a casa.
Bucky:
Tu hermana de ocho años te adoraba, así que era inevitable que tuvieran una pijamada en tu apartamento. Habías aceptado hacerlo ese día pero el único problema es que ibas retrasada. Te habías quedado atascada en el tráfico y el único que estaba en casa era Bucky. Tú no sabías como se sentirían Bucky y tu hermana al estar juntos solos.
Cuando llegaste a casa estuviste agradablemente sorprendida de escuchar risas provenientes de la sala. Caminaste hacia la habitación y viste a Bucky con imanes en su brazo de metal y una tiara en su cabeza.
—Ese es un buen look para ti, Bucky —sonreíste. Las dos cabezas voltearon a verte una vez que notaron que estabas en casa.
—¡T/N! —Grito Minx y corrió a tus brazos.
—¡Hola, hermanita! —Sonreíste y besaste su frente.
—Te extrañe mucho, ¡pero Bucky ha estado jugando conmigo y él es genial!
—Grandioso. ¿Qué tal si arreglan esto un poco y ordenamos una pizza?
—¡Yey! —Ella corrió hacia el desastre que había hecho para comenzar a recogerlo y Bucky fue hacia a ti.
—Gracias por jugar con ella —dijiste, y envolviste su cuello con tus brazos.
—No hay problema. Ella es una niña muy divertida.
—Lo es —le diste un beso a Bucky y entonces escuchaste un risa sofocada por parte de la niña. Los dos rieron y se separaron.
Loki:
Era tu turno de cuidar a los raptores. Así era como tu familia llamaba afectuosamente a las gemelas de tu hermano. Ellas corrían por todos lados y ocasionalmente mordían a alguna persona si no tenían cuidado. Cuando supiste que era tu turno de cuidarlas llamaste a Loki a por ayuda. Los raptores te comerían viva sin la ayuda de alguien más. Solo esperabas que ellas no lo asustaran.
Cuando llegaron, ellas miraron a Loki con recelo. Sin embargo, una vez que él les enseño su magia, les gusto enseguida. Él paso la tarde entera haciendo diferentes cosas mágicas para las chicas hasta que fue hora de llevarlas a la cama.
—No puedo creer que hayas logrado que se comportaran —susurraste cuando cerraste la puerta de la habitación de invitados, en donde tus sobrinas dormían.
—Es un talento natural —sonrió.
—Gracias por hacer esto. No creo poder retribuírtelo.
—Oh, creo que hay una manera en que podrías.
—¿Es eso así? ¿Qué tienes en mente? —Él se inclinó y te beso con pasión y captaste lo que tenía en mente.
¹Mi amor.
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